Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

Una pandilla alucinante (1987, Fred Dekker) The Monster Squad

 Cien años antes de que esta historia comenzara ...Era una época de tinieblas en Transilvania ...
Una época en la que el doctor Abraham Van Helsing ...Y un pequeño grupo de luchadores por la libertad ...Conspiraban para librar al mundo de vampiros y monstruos ... Y para salvar a la humanidad de las fuerzas del mal eterno ...

Pero fracasaron

En la actualidad, a punto de cumplirse cien años de librar esa batalla, sucesos extraños acontecen , pero sólo una pandilla de niños será consciente de su verdadero significado ...

 
 
 




Anunciada con el suculento eslogan: “Sabes a quien llamar cuando hay fantasmas. ¿Pero a quién llamas cuando hay monstruos?”, en clara referencia a Los cazafantasmas (1984), Una pandilla alucinante siempre ha sido considerada como un trasunto de Los Goonies tamizado por el fantástico. Contrariando a la opinión general, no creo que Una pandilla alucinante consista en tal descarado intento. Vale que los paralelismos son evidentes, pero, en primer lugar, según sus propias palabras, Fred Dekker (El terror llama a su puerta y creador de la historia de House: una casa alucinante) ni siquiera había visto Los Goonies (cosa que hizo posteriormente, aunque curiosamente, Mary Ellen Trainor, ¡repite rol como madre de los protagonistas!). En segundo lugar, sus  influencias a la hora de encarar la historia que nos ocupa fueron otras. Evidentemente, los monstruos de la Universal no pasan desapercibidos para cualquier conocedor del cine de terror más clásico, pero las mayores influencias para crear la historia de Una pandilla alucinante fue la película Abbott y Costello contra los fantasmas (Abbott y Costello meet Frankenstein, 1948) y los cortos de La Pandilla (Little Rascals). Estos cortos comenzaron a emitirse en 1922 y narraban las aventuras de un grupo de niños de clase baja (en España se emitieron en el programa La bola de cristal). De hecho, la idea de Dekker fue algo como "Little Rascals conocen a los monstruos de la Universal". Y parece ser que no, que aunque comparta título , Una pandilla alucinante no tiene nada que ver con la serie de televisión homónima emitida en los setenta, y eso pese a que en la serie los protagonistas sean Drácula, El hombre lobo y el monstruo de Frankenstein ...

 El equipo que trabajó con Dekker define su actitud ante la película como la de "un niño entusiasmado". Dirigió la película teniendo en mente lo que les gustaba a los niños y no le tembló el pulso a la hora de introducir en el guión que escribió junto con Shane Black (Arma Letal, El último Boy Scoutt) una serie de elementos totalmente discordantes con lo que el canón establecía para un producto dirigido a esa edad. ¿Os imagináis a Los Goonies hablando de "maricas" o chicas vírgenes? ¿Y soltando tacos o, incluso, fumando? Seguro que no. Pero Dekker pagó demasiado cara su osadía. Su visión más acorde con la realidad y por ello menos edulcorada (los niños son niños, no gilipollas) provocó que la película se dirigiese a una audiencia de mayores de trece años (tampoco ayudó mucho el hombre lobo desmembrado). El descalabro fue total; con un presupuesto de doce millones de dólares no llegó a los cuatro de recaudación y fue una gran losa en la corta carrera de Dekker, quien se sumió en una gran depresión. El director Perter Hyams (Capricornio uno, Odisea dos, Atmósfera cero, Timecop) fue uno de los productores, pero después del batacazo comercial  se alejó definitivamente de la producción para centrase en la dirección.  Claro está, poco a poco, la película fue siendo reivindicada por más y más gente hasta convertirse, pese a quien le pese, en objeto de culto. A pesar de los malos resultados fue nominada en varias categorías en los Saturn Awards, Fred Dekker ganó el Silver Raven en el Festival Internacional de Fantasía de Bruselas, y la pandilla al completo se hizo con el premio de “Outstanding Young Actors/Actresses Ensemble in Television or Motion Picture” en el Young Artist Awards de 1988. Un poco a destiempo, en 2008, la reedición en DVD ganó otro Saturn al mejor lanzamiento de película clásica en DVD.




Parece ser que Shane Black tenía una imaginación desbordante y que muchas de sus ideas quedaron fuera a causa del presupuesto. Por ejemplo, Black propuso un inicio espectacular en el que Van Helsing volaba en un zepelín y disparaba contra cuarenta vampiros a caballo en el ataque al castillo de Drácula. También la falta de presupuesto dio lugar a varias anécdotas. Una es que sólo contaban con veintitrés máscaras del monstruo de Frankenstein para veinticuatro días en los que el actor Tom Noonam rodaba sus escenas. El último día el actor tuvo que irse a casa con la máscara puesta para poder terminar la última escena al día siguiente. El problema fue que al quitársela se le quedó pegada produciéndole varias heridas en la cara. Otra anécdota fue que Tom Woodruff Jr. (curiosamente el creador de la máscara del monstruo de Frankenstein) pasó cerca de trece horas dentro del traje de La Criatura del Pantano sin poder comer, beber o hacer sus necesidades corporales... Por si fuera poco, debido a la falta de visibilidad dentro del traje, Wooddruff le propinó un golpe a un actor que interpretaba a un policía y se le clavó la hebilla de su sombrero en la frente, provocando una escena digna de terror, este sí,  adulto (sendos chorros de sangre brotaban de su frente cual surtidor)

La Universal les negó los derechos para trasladar sus monstruos a la película, así que el maestro del maquillaje y efectos especiales, y creador de los monstruos de Una pandilla alucinante, Stan Winston, (Terminator 2, Eduardo manostijeras, Depredador) tuvo que ingeniárselas para modificarlos de manera que, sin perder su esencia, no fuesen una copia. Eso explica el color macilento del monstruo de Frankenstein a expensas del verde o que al resucitarle le pongan los electrodos en la frente y no en el cuello. De todos modos, la caracterización de los monstruos es de gran calidad.  Los efectos visuales son supervisados por el ganador de dos Oscars (entre muchos otros galardones) Richard Edlund. La escena, en el apartado visual, que más destacaría sería la creación de la huracanada puerta hacia el limbo.

 Bruce Broughton (nominado al Oscar por Silverado, ganador de casi una decena de Emmis, varios ASCAOP y un Saturn por El secreto de la pirámide) compuso una música en la que logró plasmar una atmósfera muy disfrutable que recuerda al terror más clásico y que destila varios momentos francamente épicos.  La banda sonora cuenta con dos canciones: Rock Until You Drop, escrita e interpretada por Michael Sembello (Maniac, de Flashdance), y The Monster Squad, que acompaña los títulos de crédito y según fuentes consultadas es interpretada por The Monster Squad (¿?) y que también compuso Sembello, un rap con poca chispa que desentona con la energía ochentera de Rock Until you Drop. 

 



La película se centra en un grupo de chavales que forma una pandilla: La pandilla del monstruo. Grandes seguidores del género de terror en todas sus variantes que se reúnen en una casa árbol en cuyas paredes cuelgan los dibujos de los más horripilantes seres y mantienen discusiones tan interesantes como la posibilidad de que el hombre lobo tenga pelotas (hecho que no tardarán en demostrar en el terreno empírico). A Sean, el líder, su madre le regala el diario del mítico doctor Van Helsing, y el mismo día, recibe el recado de que un tal Alucard está interesado en su compra. Sean cree que Alucard es nada menos que el nombre de Drácula escrito al revés. Además, se entera por varias llamadas a su padre (que es policía) de diversos sucesos muy extraños que le hacen sospechar en la realidad de los monstruos: una momia ha desaparecido del museo y un hombre que afirmaba ser un hombre lobo desaparece después de su supuesta muerte dejando tras de sí el cadáver del conductor de la ambulancia. 

La pandilla del monstruo comienza a tomarse en serio las historias de Sean y llevan el diario de Van Helsing (escrito en alemán) a un vecino que conocen como "El ogro alemán”. El ogro no pinta tan fiero (de hecho fue una víctima del holocausto nazi, por eso conoce tan bien a los monstruos) y les traduce el diario relatándoles una parte de especial interés. Resulta que las fuerzas del bien y del mal están en equilibrio, pero cada cien años, un talismán que ahuyenta el mal es vulnerable y si se destruye las fuerzas maléficas dominarán el mundo. Para evitar esto hay que realizar una ceremonia con una virgen recitando un texto (que, por supuesto contiene el diario), de ese modo se abrirá un agujero que absorberá a las fuerzas maléficas para encerrarlas en el limbo. La repanocha es que al día siguiente se cumplirán esos cien años. ¡Así que imaginaos qué embrollo!

 
 





La sospecha de nuestras entrañables criaturas no es baladí. Drácula reúne a La momia, El hombre lobo, La criatura del lago y el monstruo de Frankenstein con objeto de recuperar el talismán y destruirlo.  Y para evitar que la pandilla esté en posesión del diario envía al monstruo de Frankenstein (Frank, a partir de ahora) a apoderarse de él y de paso a sembrar el campo con sus tiernos cadáveres. Pero Frank es un buen tipo y pronto se hace amigo de Phoebe- en una escena clavada, en homenaje, claro está, a El doctor Frankenstein (1931) -, y, por consiguiente, la pandilla tendrá un monstruo de honor en su club (y eso que algunos críos pueden ser jodidamente monstruosos). En este punto, los chascarrillos en torno a Frank son diversos, no sólo aprende a hablar (¡de coña!), sino que tendrá predilección por la foto de una núbil fémina semi desnuda…

Las cartas están sobre la mesa. La lucha definitiva entre el bien y el mal es inminente

 




Los actores protagonistas no son caras conocidas en el mundo del cine, pero se nota que disfrutaron rodando la película y le dan ese entusiasmo infantil tan evidente como necesario. Resulta muy fácil identificarse con estos pillos. Mal hablados, un poco gamberros,  un despistado, un gordito que es la burla de sus compañeros (aunque se resarcirá con creces escopeta en mano), una niña dulce y entrañable… Si tuviese que elegir uno me quedaría sin duda con Rudi. Éste, sin embargo,  no es un niño, ya que estudia en el instituto y les saca unos cuantos años. Pero ese rollo macarra que se gasta mola un huevo. Gafas de sol, chupa de cuero y cigarro en boca cual John McClane despliega su chulería a base de alguna frase lapidaria tan característica de nuestros tíos duros favoritos: “¿Soy de la maldita pandilla, o no?” espeta antes de abatir a dos vampiresas a punta de flecha y estaca (por cierto, ¿la tercera se volatilizó?). El papel de los adultos sirve meramente de comparsa. Aunque el padre de Sean tiene algo más de protagonismo al ser policía y verse involucrado en los sucesos, la madre pasa completamente desapercibida y en ningún momento se profundiza en el conflicto matrimonial que se señala al principio de la película. El ogro alemán es el único adulto, junto a Frank, que ayudará a la pandilla, pero los verdaderos protagonistas, ya lo sabemos todos, son los niños.

En cuanto a los monstruos, el que más me gusta es el papel de Duncan Regehr en la piel de Drácula. Además de que su coche es bestial nos regala una muy buena interpretación de cabroncete acentuada, si cabe, aún más, por la bonita frase la que le suelta a Phoebe: “Dame el amuleto, puta (bitch)”. Aunque el doblaje español cambió tan antigua palabra por otra más sosaina como es maldita. Los compañeros de andanzas de Drácula son tratados de forma desigual. Si bien ya sabemos que Frank pasa a formar parte de la pandilla, al hombre lobo le dan un carácter atormentado porque sabe que cuando se transforma pierde el control. De ahí que en comisaría pide que lo encierren antes de que sufra la licantrópica transformación. Éste es sólo un juguete en manos de Drácula, que se aprovecha de su maldición. Las otras dos criaturas, La momia, y La criatura del pantano, tienen menos peso y sus papeles son casi anecdóticos. Curiosamente son los dos monstruos que se presentan a Eugene (la simpática escena del armario y en el lago) antes de que sus compañeros los vean.




Una de las cosas que más me fastidian al leer comentarios acerca de Una pandilla alucinante es la cantidad de errores y sinsentidos que se le atribuyen. Vale, cierto que los hay. Si buscáis un poco por Internet hallaréis listas enteras de fallos de continuidad, agujeros en el guión y etcétera. No hace falta ser Einstein para ver que hay momentos que no cuadran. ¿Por qué cuando Van Helsing ataca el castillo de Drácula ve el talismán según abre la puerta? ¿Es tan importante y lo dejan como regalo de bienvenida? ¿Por qué no sabemos cómo consigue Drácula el teléfono de Sean? ¿O cómo es que el hombre lobo llama a su padre a la comisaría? ¿Había estado Drácula en casa de Sean? Eso parece según se dirige al lugar. ¿Cómo es que los monstruos no encuentran el talismán escondido en su propia casa y la pandilla sí lo hace en menos de lo que canta un gallo? ¿Por qué si el conjuro del talismán es para terminar con las fuerzas del mal engulle hasta los bancos del parque? Seguid vosotros, si queréis, poniendo pegas y abriendo interrogantes. Además, la película dura relativamente poco (78 minutos), lo que propicia que los acontecimientos se desencadenen demasiado rápido. Este aspecto fue una imposición externa y se cortaron sobre trece minutos del metraje inicial. Pero lo que yo valoro sobre todas las cosas, es la magia que desprende esta película. Ese inicio en el que los muertos se levantan de sus tumbas, el cónclave de monstruos o el ataque a la guarida y la batalla final con un Horace pletórico arma en mano reivindicando su identidad (“Eh, Cebao, buen trabajo/ ¡Me llamo Horace!”); magia, pura magia. Una magia que nos traslada al frente de un reproductor de VHS en la época de los cromos y la Nes. Una magia que sigue incólume y que ya quisiesen muchas películas “perfectas”, plagadas de efectos digitales, y actores que parecen maniquís, para sí. 

 Para terminar, decir que se ha barajado un remake a cargo de Rob Cohen (XXX, A todo gas), del que lógicamente Dekker reniega, pero de momento el tema, nunca mejor dicho, está en el limbo. De lo que sí habló Dekker fue en que llegó a plantearse (no ahora, sino cuando terminó de rodar La Pandilla) una secuela en la que el padre de Eugene sería un piloto de combate y llevaría por título The Monster Squad vs Godzilla (¡mi madre!)

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


TRAILER


ESCENAS ELIMINADAS



PELÍCULA COMPLETA EN ESPAÑOL














10 comentarios:

Adolfo dijo...

Acabo de hacer un viaje en el deLorean a la época de las televisiones de tubo, a irme con mis padres al videoclub de "El Corte Inglés", alquilar esta película y pasar la tarde de un sábado cualquiera de 1989 viendo esta película. Nostalgia ochentera se llama.

Rodi dijo...

Un clásico del cine juvenil de los 80, aunque no está entre mis preferidas (como Los Goonies, Regreso al futuro I y I, El secreto de la pirámide) la considero un divertimento cojonudo. Mi mayor pega hacia ella es el ritmo precipitado que tiene, todo va demasiado rápido y también los errores que acumula (algunos agujeros de guión son difíciles de ignorar), pero al final se le perdonan.

Saludos.

Germán Fernández dijo...

Gracias, Adolfo. Eso es justo lo que pretendía.

Claro, Rodi, de eso se trata. De que al final prevalece lo bueno sobre lo malo.

Anónimo dijo...

Hola, ¿me podeis ayudar? Llevo bastante tiempo buscando una pelicula de los 80, tengo pocos datos y uno de los mas impotante es el titulo, no me acuerdo agrhhh
Era una pelicula como de ciencia ficcion, creo recordar que bastante oscura, a la hija de alguien importante la secuestran, mandan a rescartarla al protagonista, un personaje parecido al de Kurt Russel en Rescate en NY (al principio crei que era una de las dos peliculas de Snake, pero no). Un dato a tener en cuenta es que la protagonista tiene una voz horrorosa!!! pero luego es la tipica que se vuelve guapisima y esas cosas. Siento los poco datos aportados,creo recordar que eltitulo llevaba una fecha pero no estoy segura. Espero que podais ayudarme ya que me encantaria volver a verla. Gracias, saludos a todos, enhorabuena por el blog!!!
Mery

Monstruos Universal dijo...

Gracias por comentarla. Es uno de mis éxitos de videoclub favoritos de los ochenta, y también estoy de acuerdo con las similaridades con los Goonies. Era la época del cine de pandillas y ddel mejor cine fantástico para chavales.

Respecto a la peli de Kurt Russel, parece totalmente 2013 Escape from L.A., pero si dices que no es una de las de Snake Plyssken.., solo se me ocurre recomendar Repo Man. con Emilio Stevez. No creo que sea, pero mola y tiene uns temática un poco parecida

Germán Fernández dijo...

Para el anónimo.

Estuve pensando en la película que comentas y puede que sea : LOS GUERREROS DEL BRONX (1982)

Anónimo dijo...

alguien sabe el titilo de una peli de los 80 que era de terror bueno y risa tenia una fecha pero me acuerdo que era transilvania pero no recuerdo si era transilvania 1987 o 1986 o 1967 agradeceria que si alguien lo sabe me hechara un cable gracias


Germán Fernández dijo...

Anónimo: La película es TRANSYLVANIA 6-5000 (1985)

Jack Lawton dijo...

Yo solo diré una cosa: Los GOONIES es la pera limonera, pero a mi esta me gusta aún mas.


Gracias por el blog.

Jack Lawton dijo...

Yo solo diré una cosa: Los GOONIES es la pera limonera, pero a mi esta me gusta aún mas.