Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

El Guerrero Rojo (1985, Richard Fleischer) Red Sonja

 


La familia de Red Sonja es masacrada por la temible Reina Gedren. Esa noche, a Sonja se le aparece un espíritu que le concede el poder del manejo de la espada y jura vengarse. La Reina Geden roba un poderoso talismán del templo donde la hermana de Sonja es sacerdotisa. Ésta es malherida y encontrada por el guerrero Kalidor, quien le promete encontrar a Sonja. Sonja parte en busca del talismán rehusando la ayuda de Kalidor y en el camino encuentra al príncipe Tarn y a su fiel sirviente Falkon. Juntos, y con la ayuda de Kalidor, se enfrentarán a la Reina Gedren.



A tenor del éxito de Conan el Bárbaro (1982) y Conan el Destructor (1984), la compañía Dino De Laurentiis produce una película rodada en Italia que promocionaría, casi, casi, como la tercera parte de Conan. En efecto, a simple vista, la figura del hercúleo austriaco, caracterizado como un calco de Conan, ocupando el grueso de los carteles promocionales y dejando a Brigitte Nielsen en un anecdótico segundo plano, da a pensar que asistiremos a nuevas aventuras del cimerio. Pero, claro, la modelo danesa era una desconocida elegida para el papel porque su físico encandiló a Laurentiis en la portada de una revista de moda, mientras que Schwarzenegger estaba a un paso de ser una super estrella. De lo que se trataba era de vender el El Guerrero Rojo como otra película de Arnold destrozando enemigos a mandoble de espadón. La realidad, amigos, es que el austriaco interpretó un papel secundario (pero no a Conan, sino a Kalidor) como favor a Laurentiis, mientras que la verdadera protagonista fue Brigitte Nielsen, interpretando al personaje sobre el que gira la trama , Red Sonja; surgido, al igual que Conan, de la pluma de Robert E. Howard. 

  
Cuesta entender como tras unos nombres, a la postre tan interesantes, como De Laurentiis, Richard Fleicsher y Ennio Morricone, se escude un refrito de espada y brujería tan anodino y monótono que se diluye entre los cientos de títulos de un subgénero trillado en los ochenta. Lo peor es que algunas de estas películas, pese a malas, pueden guardan algún que otro momento interesante o gozar de cierto encanto, mientras que El Guerrero Rojo es como mirar un electroencefalograma plano. El propio Arnold llegó a decir que era la peor película en la que había trabajado y que cuando sus hijos se portaban mal les obligaba a verla. Y es una pena, porque Fleischer fue un maestro del cine de aventuras y fantástico con películas como 20.000 leguas de viaje submarino, Los vikingos, Viaje alucinante o Cuando el destino nos alcance, y que hizo incursiones maravillosas en otros terrenos como en El estrangulador de Boston o en la muy interesante Mandingo. Fleischer había dirigido Conan el Destructor, la continuación de Conan el Bárbaro, una secuela ciertamente inferior a la original, pero, desde mi punto de vista, nada desdeñable y muy entretenida que se alejaba de la solemnidad de su precursora con una atmósfera cercana a la serie B. Además, la música es del siempre bienvenido Ennio Morricone. Sin embargo, los mayores defectos de esta producción no vienen de la mano de la dirección ni de la música, sino de un guión endeble y unos personajes sin carisma. 

 


La historia parece una copia de las dos partes de Conan. El inicio nos remite a la venganza de Conan el Bárbaro, pero esta vez de mano de Sonja, quien quiere vengarse de la Reina Gedren por haber exterminado a su pueblo y familia (¿os suena?), y el desarrollo, ese viaje en el que se irán uniendo otros compañeros, luchas con monstruos, magos y etcétera, recuerda a Conan el Destructor. Eso sí, todo más descafeinado y sosaina, y con unos efectos especiales bastante pobres. Además, se incluye una historia de amor entre Kalidor y Sonja basada en el precepto de que Sonja únicamente amará al hombre que la venza en una lucha. Esta historia de amor no llega a la suela de los zapatos a la de Conan y Valeria: no hay pizca de química o pasión. La presencia de Schwarzenegger se limita a algunas escenas donde salva el pellejo a Sonja (y eso que la tía dice que no necesita de hombre alguno) y queda bastante cutre por el hecho de que aparece y desaparece de escena a placer. La Nielsen, ya sabemos todos un poco de que pie cojea, así que para que extenderse más, simplemente señalaré que ganó el Razzie como peor nueva estrella. Y los otros personajes pues más de lo mismo. Está Tarn, un niño príncipe altivo e insoportable que se pasa toda la película pegando saltos y golpes de kárate y chillando a su bobalicón, solícito y enorme sirviente, Falkon, y la Reina Gedren, interpretada, curiosamente, por Sandahl Bergman (Valeria, en Conan el Bárbaro) en quien se había pensado para interpretar a Sonja, papel que ella rechazó. Sandahl también fue nominada al Razzie a la peor actriz.



Sus resultados en taquilla fueron en consonancia con la aceptación del público. Con un presupuesto de casi dieciocho millones de dólares no se alcanzaron los siete de recaudación… Y sí, remake en 2014 a la vista. ¡Una maravilla, vamos!


GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



TRAILER


5 comentarios:

Adolfo dijo...

Esta peli la vi en un pase que daba para los chavales, una iglesia de Gijón todos los domingos depués de misa. Igual verla fue el principio del fin de mi fé cristiana. Que peli más mala. Pero un clásico ochentero, qué duda cabe.

Rodi dijo...

Truñaco de loa gordos. Recuerdo verla hace muchos años y recordarla como un refrito de todos esas películas de espada y brujeria de los 80. Como tú dices, parece mentira que con todos sus implicados saliera algo tan malo, sobre todo con Richard Fleischer como director. Un film a olvidar.

Saludos.

Germán Fernández dijo...

Pues sí, chavales. ¡Creo que con esta película todo el mundo se pone de acuerdo!

Anónimo dijo...

La BSO de las peliculas de Conan es de Basil Pouledoris y no de Morricone.

Germán Fernández dijo...

¿Y dónde lees que diga yo eso?