Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

House, una casa alucinante (1986, Steve Miner) House (Ding dong, you are dead)

La tía del escritor Roger Cobb se ha ahorcado en la misma casa en la que tiempo atrás , e inexplicablemente, desapareció su hijo. Por si fuera poco también afronta con tristeza la separación de su mujer, la actriz Sandy Sinclair, y sufre una crisis creativa que le impide escribir desde hace un año. En medio de esa tormenta de problemas, Cobb decide mudarse a la casa de su difunta tía y empezar un libro en el que relatará las traumáticas experiencias que vivió en la Guerra de Vietnam. Pero lo que parece un refugio para volcar su escritura se convertirá en una pesadilla de monstruos y visiones de la que difícilmente podrá escapar.

Seguimos, después del comentario de El regreso de los muertos vivientes, con otro ejemplo de comedia terrorífica. En este caso una joyita de culto que hará las delicias de todo aficionado al cine fantástico. Con gran cariño recuerdo la primera vez que vi House (en VHS , por supuesto). Una primera experiencia que no sólo ha superado el paso del tiempo , sino que , una vez se ha adquirido cierto bagaje, ha salido reforzada en cuanto valoro toda su originalidad, desenfado, mimo, y, por qué no, desparpajo. House es una película artesanal de las que ya no se hacen. Claro que no la considero una obra maestra, ni mucho menos, pero ni falta que le hace. House ocupa su lugar dentro de ese universo de películas con encanto e inclasificables del que podemos extraer tantos ejemplos en los ochenta: Posesión infernal, El regreso de los muertos vivientes, La puerta , No matarás al vecino, El terror llama a su puerta ...(¡cuántas puertas había en los ochenta, eh!) Si te gustan películas así, esta te va a encantar. 
 
Sean Cunningham (Viernes 13) y Roger Corman producen esta película basada en una historia de Fred Dekker (Una pandilla alucinante, El terror llama a su puerta) con guión de Ethan Wiley y dirigida por Steve Miner, conocido, entre otras, por haber dirigido la segunda y tercera parte de Viernes 13, así como otra joyita de culto como es Warlock, el brujo. Resulta curioso el saber que, pese a lo cercano de esta propuesta a los trabajos de Fred Dekker, este la rechaza porque en principio él mismo iba a ser el director dándole un toque mucho más serio. El protagonista absoluto, William Katt, que interpreta a Roger Cobb, también protagonizó la serie de televisión el Gran héroe americano, otro papel es el de pareja de baile de Carrie en ...Carrie. George Wendt (Cheers) hace el papel de vecino pesado y Kay Lenz el de ex mujer de Cobb; ambos personajes son prácticamente anecdóticos, aunque aporta algo más el de Wendt como Harold Gorton. Richard Moll (Juzgado de guardia) interpreta a Ben.

El grueso de la trama se desarrolla, no podía ser de otra manera con este título, dentro de la casa, y consiste en una sucesión de sobresaltos, sustos y humor negro a raudales. Resumiendo, que la casa no para de hacerle la puñeta al pobre Roger Cobb. Pero claro, no se queda todo ahí, si todo consistiese en una sucesión de putadas de hora y media a algunos les valdría con ver Jackass (¡qué horror!) o algo por el estilo. Cobb, a raíz de una serie de visiones,  comienza a sospechar que en realidad a su hijo no lo han raptado, sino que permanece oculto en algún lugar dentro de la propia casa. Por otro lado, al tiempo que escribe su libro sobre el Vietnam, sale a la luz uno de sus recuerdos más traumáticos: durante una misión de reconocimiento, su amigo Ben resulta herido en una emboscada. Ben pide a Cobb que le remate, pero Cobb no se atreve y huye buscando ayuda dejando a Ben malherido a merced de los vietnamitas por lo que Ben jura vengarse de Cobb; y estos dos hechos, aparentemente inconexos, la desaparición de su hijo y el episodio en Vietnam, cobrarán todo su sentido al final de la película. 
 
Los fans de Cobb atacan de nuevo
Kay Lenz como Sandy Sinclaire
Nuestro sufrido protagonista
Cobb será atacado por entidades monstruosas, herramientas de jardinería voladoras, un pez espada que adorna una pared ... Cómo no, Harold Gorton, el entrometido de su vecino, no tarda en darse cuenta de que algo anda mal con el señor Cobb, vamos, que lo toma por chiflado. ¡Y no me extraña! En una de las escenas que más gracia me hace, ve a Cobb salir vociferando al porche, en plena noche y vestido de militar. En otra escucha varios disparos de escopeta y llama a la policía sin sospechar que disparó contra un monstruo que se hacía pasar por su mujer. Pero Gorton termina también por comprender que Cobb no es carne de psiquiatra (aunque un poco sí, para qué nos vamos a engañar) sino que la casa es un lugar de pesadilla. 

Y no es que el terror de House sea real. Para nada. Los monstruos son poco creíbles , los efectos especiales, hoy día, parecen desfasados - aunque tampoco se olvida fácilmente esa entrada a otra dimensión que se esconde tras un espejo con ataque de un esqueleto tipo pterodáctilo incluido- y las máscaras son tan pantagruélicas como caricaturescas - precisamente, en cuanto al maquillaje, se contó con lo que hoy día son dos veteranos como  Barney Bruman (Saturn Award y Oscar al mejor maquillaje en 2010 por Star Treck) y Brian Wade (La cosa, Terminator, El terror no tiene forma) -. Lo que más destacaría de esta labor, en cuanto al factor miedo del maquillaje, es la caracterización de Ben: un soldado muerto de aspecto realmente fiero y aterrador.  Pero estos detalles caricaturescos ayudan a potenciar ese toque gamberro y entrañable. No se busca la credibilidad, sino dar rienda suelta a la fantasía. La música de Harry Manfredini (compositor de la saga de Viernes 13) sí logra inquietar y transmitir una buena atmósfera de terror siempre que lo requiere la cámara, pero en general, House, divierte más que asusta. Abundan escenas jocosas como la del entierro del cadáver despedazado mientras escuchamos You're no good, la presentación a sus vecinos o su periplo como obligado canguro. No se puede obviar un par de toques melodramáticos que pueden descuadrarnos un poco. ¿No choca, y mucho, ver a Cobb llorando sobre el cadáver de su mujer a la que supuestamente ha disparado? En esto también reside parte de su encanto, así como en el hecho de tratar de confundirnos durante parte del metraje y darnos a pensar que, realmente, Cobb está loco.

Mi vecino está como una cabra
El monstruo del armario no existe
Joooder, vaya si existe
Como decía al principio, dos temas aparentemente tan inconexos como la desaparición del hijo de Cobb y sus vivencias en Vietnam guardaban relación directa. Pues bien, el misterio se desvela y Cobb descubre que es su antiguo compañero de batallas, Ben, el que regresó de la tumba para secuestrar a su hijo y vengarse por el episodio acaecido en tierras de los charlis. En este punto yo dudo si esto es así de literal (dentro de la ficción, claro está) o bien lo podemos interpretar como que la puerta (o puertas, ya que la piscina es otra) a otra dimensión que oculta la casa es una especie de subconsciente de los miedos de sus habitantes. Esta interpretación no me parece del todo baladí, puesto que, cuando Cobb encuentra a su hijo al otro lado, lo hace en un escenario selvático, además, al final, Cobb vence a Ben, no en una lucha física, sino en el terreno psicológico, al dejar de temerle y enfrentarse a sus traumas pasados; miedos encarnados en el soldado putrefacto.

Con un presupuesto de unos tres millones de dólares recaudó más de veintidós, por tanto, como era de esperar, las secuelas no tardaron en llegar. En total tres películas que progresivamente decaen en calidad. La segunda, House II: aún mas alucinante (1987), pese a lo disparatado de su argumento (sí, más que esta) se deja ver,  la tercera y la cuarta explotan sin piedad el encanto de la primera. Resulta curioso que el propio William Katt haya participado en la última.

¡Ah, una cosa más! ¿Alguien la quiere visitar? Pues la encontraréis en Monrovia, California (329 Melrose Avenue, Monrovia, CA 91016). Pero pensad que quizás os encontréis con algo que no seáis capaces de soportar ...

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA

 
¿Tiene cara de bueno, eh?
¡Pues tomad bueno!
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Ficha técnica y artística


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 SELECCIÓN DE ESCENAS TERRORÍFICAS


UNA ESCENA DIVERTIDA






Kickboxer (1989, Mark DiSalle, David Worth) Kickboxer



Volvemos a montar en nuestro Delorean y nos remontamos al año 1989, año en el cuál se estrenó la película de la cuál vamos a hablar: KICKBOXER.

El argumento nos lleva a Tailandia, donde Erik Sloan (Dennis Alexio), se enfrentará al campeón nacional Tong Po (Michel Qissi) , con el fin de convertirse en el mejor luchador del mundo de Muay Thai, pero Po no sólo vence a Erik, si no que le deja inválido, con lo que su hermano Kurt (Van Damme), decide vengarse, para lo cuál se entrena con el maestro Xian (Dennis Chan).

La película, es una de las mejores de Van Damme, el cuál venía de protagonizar Contacto Sangriento (Bloodsport) , con muy buenas coreografías marciales, especialmente en lo referente al combate final con Tong Po, magníficamente rodado, con esa música de estilo oriental, que hace que te metas más dentro de él.


Amén de las coreografías marciales, destacan unas escenas:

* La mítica coreografía, que Van Damme se marca en el bareto, medio borracho y que aún hoy en día sigue siendo marco de gags al cuál, más desternillante.

* La escena de inicio del combate final, en la que ambos contendientes mojan sus puños en resina y luego vuelven a untar sus puños de cristales.

* Una que en aquella época me impactó, ver a Tong Po, entrenar golpeando una columna ante la mirada atónita de Van Damme.

* Y por último, la escena en la que Xian, mediante unas poleas, estira las piernas del belga, mientras éste está tumbado.



Curiosidades

* El protagonista previsto para el papel de Van Damme no era otro, que Chuck Norris.

* Michel Qissi, era un coreógrafo con conocimientos de Muay Thai, el cuál se presentó para el papel de Tong Po, al pedir los directores, alguien alto, oriental y conocimientos de Thai.

* Todas las escenas de lucha fueron coreografiadas por el propio Van Damme.

* Para un presupuesto de 1.5 millones de dólares, sólo en USA, recaudó la nada desdeñable cifra de 14.697.005 dólares.

* Hay 4 secuelas ,las tres primeras protagonizadas por Sasha Mitchell y la última por Marc Dacascos y actualmente se prepara City of Blood con el protagonista de las 3 primeras y Dennis Chan ejerciendo otra vez de Xian. Así mismo , el próximo mes de Agosto verá la luz el remake de la original con el título de Kickboxer: Vengeance y ya está en rodaje la secuela del remake Kickboxer: Retaliation, con Van Damme apareciendo como maestro en al menos la primera y Dave Batista recogiendo el papel de Tong Po.

Si aún no la habéis visto, no dejar de darle un visionado, porque para los fans de las artes marciales, es una joya ochentera, indispensable en vuestra videoteca.

Nos leemos en próximas entregas, ochenters.

José María Molano



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TRAILER REMAKE







Top Secret (1984, Jim Abrahams, David Zucker) Top Secret


Hoy viajamos en nuestro Delorean hasta el año 1984, fecha de estreno, de esta icónica comedia, que en mi caso y en el de muchos de nosotros/as ha marcado toda una infancia.

Marcada dentro del género de comedia desmadrada, muy del estilo de la factoría Zucker y Abrahams , responsables de las sagas de Aterriza como puedas y posteriormente Agárralo como puedas, protagonizadas por el fenecido Leslie Nielsen.

El argumento nos trae a la estrella americana del rock Nick Rivers( interpretado por un Val Kilmer, que hacía su debut en el cine con este papel), en su lucha contra los altos mandos de Alemania del Este. Tendrá que unir sus fuerzas con Hillary Flammond (Lucy Gutteridge) con el fin de encontrar al padre de ésta, el profesor Flammond (Michael Gough, es decir el Alfred Pennyworth del Batman ochenter), antes de que construya un arma temible, la Mina Polaris.


La película es un homenaje a las películas de Elvis y así como a las de espías de la Segunda Guerra Mundial, con continuos momentos hilarantes, prácticamente desde el inicio de la misma, como observamos en la pelea de Omar Shariff contra el militar alemán.

El absurdo sacude una y otra vez la película con alusiones a cantantes españoles, gracias al doblaje español (Placidov Domingovich, Julito Iglesias),con los nombres de los miembros de la Resistencia ya icónicos: Café Olé ( caffé au lait, pero en español queda mejor), Souffle, Croissant, Rococó, Torre Eiffel…

Escenas como la del soldado que al caer de la torre de la fortaleza alemana se rompe como si fuese cerámica, la de Peter Cushing en ese cameo, en el que tiene el ojo del tamaño de la lupa (sería su última aparición en el cine americano, por cierto), la muy mítica de Kilmer jugando al tres en raya en la ventana de la guarida de la Resistencia durante el ataque alemán o aquella en el baile, con los bailarines con sus miembros bastante marcados, son algunas de las que confieren una dimensión divertidísima a esta película.



Curiosidades
  • Todo el rodaje se desarrolló en los estudios Pinewood de Londres, donde se rodó entre otras Superman, de hecho , la escena en la que vemos a Hillary en la ópera a punto de saltar por el balcón y vemos los hamsters rondando por allí, es un decorado aprovechado de Superman.
  • En la escena en la que Kilmer intenta escapar de la celda, vemos varias veces la foto de Cher, dicha foto, fue un homenaje de Kilmer a su por entonces pareja sentimental.
  • Cuando la Antorcha y Canapé, van disfrazados de vaca, observamos que llevan unas botas puestas, bien, resulta que a las vacas, no les gusta llevar nada en los pies, con lo que tuvieron que abrirlas, quitarles la suela y luego ponerles un velcro, de modo que se les pudiese poner a alrededor y no molestase al animal.
  • Su presupuesto fue de 8 millones de dólares y la recaudación USA fue de 20 millones y medio .
Para mí es una de mis películas favoritas de la época de los ochenta, ha envejecido muy bien y de hecho si no la habéis visto, yo no dudaría en recomendarla.

Como nota final, desde estas líneas quiero mandar mucha fuerza a Val Kilmer, que está pasando por unos muy delicados momentos de salud.


José María Molano 


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Mi guardaespaldas (1980, Tony Bill) My Bodyguard


Poco conocida muestra de cine juvenil que supuso el debut del director Tony Bill (quien desarrolló la mayor parte de su carrera en televisión) y que dio a conocer a jóvenes promesas como Chris Makepeace, Adam Baldwin, Joan Cusack, Jennifer Beals (la protagonista de Flashdance, pero sin acreditar), o a Matt Dillon en uno de sus primeros papeles y del que se aprovechó su futura fama para plasmarlo en primer plano de la portada de algunas ediciones de la película como si él fuese su protagonista...


El guardaespaldas puede bien considerarse una de las precursoras del cine juvenil de los ochenta, pero exenta de los adolescentes estereotipados y en ocasiones descerebrados que poblaban muchas producciones del género. Al contrario, su tratamiento recuerda a los trabajos de John Hughes (yo diría que se le adelanta) al mostrarnos unos jóvenes entrañables, cercanos y creíbles y nos relata una historia, aparentemente superficial, que nos desvela sus motivaciones y sentimientos más profundos además de exponer un tema tan de auge actualmente como es el acoso escolar . Así, la relación de amistad que surge entre Clifford (Chris Makepeace) y el temido Linderman (Adam Baldwin) a raíz del acoso por parte de Moody (Dillon) y sus secuaces a Clifford, nos mostrará la verdadera cara de Linderman (excelente papel de un Baldwin alejado de los derroteros a los que nos tiene acostumbrados), un supuesto matahombres que resulta utilizar esta máscara por haber experimentado una traumática situación pasada, siendo en realidad un chico noble, tranquilo y gran persona.

Muy recomendable para todos aquellos que quieran ver otro tipo de cine juvenil ochentero.


GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA






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El guerrero americano 3 (1989, Cedric Sunstrom) American Ninja 3: Blood Hunt

Voy a finiquitar con esta entrada la saga de películas englobadas dentro de EL GUERRERO AMERICANO. En 1989 la Cannon ya se encontraba en horas bajas y el declive de sus producciones, más si aún cabe, era total.

Lo curioso de esta película es que nuestro querido Dudikoff es sustituído por David Bradley (ambos compartirían protagonismo en la cuarta parte) , este sí un verdadero artista marcial que daba el pego en las escenas de lucha. Bradley interpreta a Sean Davidson, un experto en artes marciales cuyo padre fue asesinado siendo él niño por un atracador y que tras la pérdida fue entrenado en el arte del ninjitsu por un japonés (como veis igual que el Dudikoff). Sean conoce a Curtis Jackson (Steve James) en un campeonato de artes marciales celebrado en una isla del caribe (en realidad se rodó en Sudáfrica). Pero el destino hace que los mismos hombres que asesinaron a su padre se encuentren en la isla al mando del malvado Cobra (en la segunda parte el villano se llamaba Leon), quien busca, por medio de la ingeniería genética, la creación de un superninja y para eso se ha propuesto secuestrar a Sean y convertirlo en el arma definitiva. Un argumento delirante que recuerda también a la segunda parte, delirio que aumenta con la inclusión de Chan Lee (Michele Chan), fémina que utiliza la técnica ninja "hensojutsu" (habilidad que consiste en imitar y caracterizarse como otra persona).


En definitiva, una película cutre y casposa que poco aporta al cine de artes marciales y que, como indiqué al principio, señala el principio del fin de la productora Cannon. 

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA





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El terror llama a su puerta (1986, Fred Dekker) Night of the Creeps


"Tengo que daros una noticia buena y otra mala.La buena es que los chicos ya están aquí , la mala es que están muertos" 


"El terror llama a su puerta"(Night of the Creeps) es uno de esos productos ochenteros que si bien en su momento pudo pasar algo desapercibido, con los años ha alcanzado un estatus de pieza de culto. Son continuas sus reediciones en DVD y las menciones en circuitos especializados , las mismas circunstancias rodean , por otro lado , a Una pandilla alucinante, también dirigida por Fred Dekker, que resultó un relativo fiasco en taquilla, mientras que ahora goza de cierta popularidad.



Centrándome en el debut de Dekker, "El terror llama a su puerta", supone un cachondísimo homenaje al cine de serie B , en concreto, a la ciencia ficción de los años 50-60, al cine de slashers y al cine de zombies, todo ello presentado con una estética de tipo comic y un tono autoparódico aderezado con humor negro que, sumado a una falta absoluta de pretensiones, animan a difrutar de un rato más que agradable.


La historia comienza mostrándonos una nave espacial extraterrestre de la que se escapa un peligroso experimento. En La Tierra, a finales de los años cincuenta, una pareja ve desde su coche un extraño objeto en llamas que se precipita desde el cielo, el chaval, que se adentra en el bosque para comprobar de que se trata, es "poseído" por una especie de babosas espaciales, mientras la chica es descuartizada por un sicópata que se ha escapado del manicomio.

Veinticinco años después , en la misma localidad , dos jóvenes universitarios de la Corman University tratan por todos los medios que una hermandad los acepte porque Chris , uno de ellos, quiere ligarse a Cyntia, una fémina la mar de hermosa. Como condición de ingreso , los chicos "guays" de la hermandad les ponen como prueba depositar un cadaver delante de la residencia. Lo que no se iban a imaginar es que ni cortos ni perezosos nuestros protagonistas , que por cierto , se apellidan Carpenter y Romero, descrionizan un cadaver de un laboratorio liando un pifostio "que pa qué". El cadaver que descongelan no es sino el del infectado hace veinticinco años, y las babosas , una vez liberadas , convierten a todo en quien se introducen en zombi , pudiendo también resucitar a los muertos.


Cuando los acontecimientos se desarrollan, entra en escena el personaje más cachondo de toda la película, el inspector de policía Ray Cameron , el exnovio de la chica a la que descuartizó el psicópata del manicomio . Cameron será el encargado de investigar la sucesión de misteriosas muertes con un estilo muy cachondo, uno de los puntos fuertes de la película, pero además guardará un secreto , que él mismo asesinó por venganza al fugado del manicomio y lo enterró. Esto se lo confiesa el mismo a Chris en un momento delirante y dejando al espectador un poco fuera de bolos.


Sin tratar de desvelar más detalles de la trama merece la pena apuntar las continuas referencias a directores de cine de terror nombrando a los personajes Cameron , Dante, Cronenberg, Romero ,Landis, la universidad Corman etc. Además de guiños puramente cinematográficos, como el visionado de una escena de Plan 9 del espacio exterior (Ed Wood) o la clara alusión a la Noche de los muertos vivientes (George Romero) . La autoparodia también está vigente con frases del estilo : "Esto no es una peli de terror" , "Preferiría que unos bichos alienígenas controlasen mi cerebro"; o los sardónicos comentarios del inspector Cameron , siendo antológico el momento en que los zombis rodean la residencia de las chicas y éste espeta: "Tengo que daros una noticia buena y otra mala.La buena es que los chicos ya están aquí , la mala es que están muertos"


En definitiva, nos encontramos ante una película cuyo único fin es hacer pasar un buen rato y que seguramente disfrutarán más quienes conozcan este tipo de cine ya que así entenderán mejor los chistes y las continuas referencias hacia aquellos directores y géneros de los que se proclama sin pudor deudora.

Como curiosidad, señalar que el final iba a ser otro, pero a los productores no les gustó la idea, en palabras de Dekker: ""La idea era que al final de la película los bichos eran eliminados por nuestros héroes... Acababan consumiéndose en las llamas en el edificio de la fraternidad. La película se acaba y todos creemos que todo ha terminado, y entonces pasamos a un plano de la calle. Unos cuantos bichos aparecen en el encuadre -oh, oh, hay más-, y entran en el cementerio, que está lleno de muertos. Los bichos se meten dentro de los muertos y hacen que vuelvan a la vida, así que todos los cadáveres del cementerio se levantan y empiezan a ir de un lado a otro. Después vemos la nave espacial del comienzo de la película, y la idea era que habían vuelto para recuperar su pequeño recipiente." Ese final se puede ver en los extras de la reedición en blue ray.

Fred Dekker anunció en su momento la posibilidad de realizar una segunda parte con el elenco original de actores , así como un remake de Una pandilla alucinante, pero ambos proyectos han caído en el olvido ...

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



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FINAL ALTERNATIVO


Un hombre lobo americano en Londres (1981, John Landis) An American Werewolf in London



Artículo publicado en el fanzine NEUTRÓN.

El hecho de recordar Un hombre lobo americano en Londres cobra, en el momento que leáis estas páginas, especial relevancia por dos motivos principales. El primero es que el 21 de agosto de este año se celebra el treinta y cinco aniversario de su estreno en los Estados Unidos (en España se estrenó el 23 de octubre de 1981). El segundo es que su director, John Landis, visitó nuestro país para recoger el premio a Maestro del fantástico otorgado por el festival Nocturna que se celebró en Madrid durante los días 23 y 29 de mayo de este año de nuestro señor Crom.

Pero efemérides y homenajes personales aparte, una película que no sólo fue revolucionaria en su estreno, sino que con el paso de los años sigue siendo reivindicada por legiones de seguidores del fantástico habiendo adquirido el tan aclamado apelativo de "culto", no podría ser más adecuada para ser recordada en un fanzine como Neutron.


Al igual que ocurrió con el subgénero vampírico, y tras la edad dorada de las producciones de la Universal, la Hammer y las protagonizadas por nuestro querido Paul Naschy, las películas de licántropos decayeron en una suerte de autoparodia involuntaria causada por una repetición sistemática de clichés que las condenaron a su estancamiento. Pero los años ochenta no sólo supusieron una eclosión de nuevas ideas, sino que se apostó por proyectos muy arriesgados que germinaron en un crisol de híbridos en cuanto al desdibujamiento de las fronteras de géneros. Si a esto le sumamos una mejora radical de los efectos especiales y visuales, nos encontramos frente a una década en la que se revitalizó el género de terror en general y el universo de los vampiros y los hombres lobo en particular.

Si en el mundo de los vampiros nos encontramos con la visión vanguardista de El ansia (1983, Tony Scott), la comedia-terror de Noche de miedo (1985, Tom Holland), los vampiros adolescentes de Jóvenes ocultos (1987, Joel Schumacher) o el western crepuscular de Los viajeros de la noche (1987, Kathryn Bigelow), en el caso de nuestros amigos los licántropos hay tres películas fundacionales que rompieron ese anquilosamiento propio de décadas anteriores, y todas ellas se estrenaron en 1981: Aullidos (Joe Dante), Lobos humanos (Michael Badleigh) y Un hombre lobo americano en Londres (John Landis) – En compañía de lobos (1984, Neil Jordan) es otro título muy reivindicable por su universo onírico y exploración de ese mal seminal escondido en los cuentos clásicos- . Aullidos, que ostenta el privilegio de ser la primera en estrenarse y por eso una de las más influyentes, rompe con la tradición del hombre lobo solitario y nos ofrece un espectáculo de terror con trasfondo psicoanalítico; Lobos humanos, tras su envoltorio de investigación policíaca y thriller, esconde una crítica social y ecológica solemne; Un hombre lobo americano en Londres reconstruye la clásica película El hombre lobo (1941, George Waggner) en una nueva versión contemporánea; la de John Landis.

Lo destacable de Un hombre lobo americano en Londres respecto a sus coetáneas es que constituye una propuesta sorprendente, única e inclasificable que fluye, de la manera más natural y nada forzada, entre el humor y el terror, además, nos ofrece la que aún hoy día es considerada la mejor transformación de hombre a licántropo de toda la historia del cine. Pero, antes de adelantar acontecimientos, empecemos ... Por el principio ...


En 1969, un joven Landis de 18 años que trabajaba en Yugoslavia como factótum en la película Los violentos de Kelly (1970, Brian G. Hutton) asistió por casualidad a un suceso de lo más peculiar que le impulsó a escribir el guión de Un hombre lobo americano en Londres: un grupo de gitanos estaba enterrando un cadáver amortajado y envuelto con ajos y rosarios en posición vertical y a gran profundidad; el motivo era que no querían que regresase de la tumba ... La vestimenta anacrónica de los gitanos evocó en Landis algunas de las películas de la Universal y , dudando ,al principio sobre qué monstruo clásico elegir, se decantó por el hombre lobo añadiendo la presencia de los muertos vivientes. El guión de Un hombre lobo americano en Londres se escribió en 1969, pero no fue hasta más de diez años después, a consecuencia del éxito de varias de sus comedias como Desmadre a la americana (1978) o Granujas a todo ritmo (1980), cuando Landis obtuvo el beneplácito de la industria cinematógrafica para rodar su ansiado proyecto– aunque no exento de trabas por considerar la película en medio de ninguna parte, ya veremos el porqué – con un presupuesto de diez millones de dólares y que sería producida por Polygram y distribuída por Universal.

Se rodó en localizaciones de Gales y Londres. Landis se había documentado sobre la presencia de hombres lobos "reales", es decir, personas que fueron tomadas por tales en tiempos de superstición exacerbada y descubrió que en Francia y en Gales fueron los lugares donde a más gente se ejecutó por este hecho. Como él no hablaba francés y la literatura gótica de los ingleses siempre le había entusiasmado (con Mary Shelley y su Frankenstein a la cabeza), tuvo claro que Gran Bretaña sería el lugar idóneo para rodar. Pero otro motivo menos bucólico tuvo gran peso en su elección. Y es que en Inglaterra existía un incentivo fiscal conocido como "Plan Eady" mediante el cual los productores recibían un porcentaje de la recaudación nacional. Para esto había que cumplir unas condiciones, la principal que tanto el equipo como los actores fueran británicos (salvo que se tratase de alguna estrella internacional),de ahí la razón de que el 99% del reparto sea inglés. Eso sí, Landis se las amañó para que admitieran a dos actores norteamericanos ...


En principio, los productores querían a Dan Aykroyd y John Belushi en el papel de los jóvenes turistas americanos, pero Landis se negó argumentando que eran actores muy cómicos y que no encajarían en una producción de esas características, además, siempre tuvo en mente que los actores no fuesen conocidos. Finalmente, David Naughton y Griffin Dunne interpretarían a David y a Jack, mientras que el papel de la enfermera Alex recae sobre Jenny Arguter. Por aquella época, John Woodvine pertenecía a la prestigiosa compañía teatral Royal Shakespeare Company y había representado una obra titulada Nicholas Nickleby en Nueva York, obra que Landis había visto y por eso le ofreció el papel del doctor J.S.Hirchs, así como muchos otros papeles secundarios a otros actores de la misma compañía.

La película - dedicada a la memoria del fallecido Jim O´Rourke , quien consiguió el trabajo a Landis en Los violentos de Kelly y fue el productor de El monstruo de las bananas (1973, John Landis) – narra la historia de dos jóvenes mochileros norteamericanos, David (David Naughton) y Jack (Griffin Dunne), que mientras recorren el norte de Inglaterra son atacados por lo que parece ser un hombre lobo. Jack resulta muerto, pero David sobrevive y se despierta en un hospital de Londres donde es atendido por la preciosa enfermera Alex (Jenny Arguter), con quien comenzará una relación, y por el doctor J.S.Hirchs (John Woodvine). Según transcurren los días David es presa de horribles pesadillas que culminan con la aparición de su difunto amigo Jack, quien le avisa de que al haber sido mordido por un hombre lobo él mismo ha quedado a merced de la terrible maldición.


Como veis, se trata de una historia que, en principio, no tiene mayor complejidad, pero con la que Landis, filtrada por su peculiar y caleidoscópica visión, logra crear una obra única, ecléctica y diferente a todo lo visto dentro de esa temática y que aúna el componente trágico que imbuye al mito clásico del hombre lobo con un tratamiento contemporáneo, fresco, desenfadado y repleto de humor, y al mismo tiempo terrorífico.

El comienzo ya nos deja claro que no vamos a ver la típica y tópica película de terror. Y es que unos planos generales del páramo galés acompañados por la dulce melodía de Blue Moon interpretada por Bobby Vinton nunca permitirían conjeturar los catastróficos acontecimientos que se desencadenarán a continuación. Pero es que la banda sonora – todas las canciones elegidas contienen en su título la palabra "moon" (luna) - cobra especial importancia por un uso anempático (es decir, que contrasta con el contenido de las imágenes) que refuerza la sensación general de surrealismo que desprende toda la película. Gran ejemplo de esto es el momento de la brutal transformación de David, donde, en lugar de una inquietante melodía empleada como recurso multiplicador del terror que desprenden las imágenes (trillado uso de este recurso en las películas de género junto al de las subidas de sonido), escuchamos estupefactos las plácidas notas de otra versión del Blue Moon, esta vez la de Sam Cook. Una última versión del Blue Moon, la de The Marcels, al estilo festivo que sugiere el "doo-wop", suena acto seguido de la muerte de David y tras comenzar los créditos finales. A parte de estas tres versiones de Blue Moon, otros temas son Moondace de Van Morrison y Bad Moon Rising de Creedence Clearwater Revival. En cuanto al "score" compuesto por el oscarizado Elmer Bernstein no hay mucho que destacar, y queda eclipsado por el citado uso anempático de algunas de las canciones que componen la banda sonora.

Pero si el empleo de la banda sonora resulta cuanto menos chocante, que decir de la multitud de situaciones estrambóticas que van aconteciendo durante el metraje. Desde la apoteósica entrada en la "acojedora" taberna llamada "La oveja degollada" , hasta conversaciones con muertos vivientes en un cine porno que tratan de convencer a David de que se suicide. El aspecto surrealista de la película queda también muy reforzado por las escenas oníricas, una de las cuales, cuando el grupo de hombres lobo nazis atacan a la familia de David, está concebida como un sueño dentro de un sueño; un homenaje de Landis a Buñuel y a su película El discreto encanto de la burguesía. A esto hay que añadir ciertos elementos metalingüísticos como las conversaciones acerca de la Universal y Lond Chaney Jr o de la misma El hombre lobo de 1941.



Pero si bien ese tono cómico está presente durante todo el metraje, no por ello no dejan de sucederse momentos verdaderamente terroríficos de violencia cruda y sin concesiones: el primer ataque del hombre lobo pone los pelos de punta al escuchar los desesperados gritos de Jack, el ataque de David en el metro es realmente perturbador por su uso de la steady cam y la entrada del licántropo con la cámara fija en contrapicado, por último, el clímax final es un ensalzamiento del caos en forma de muertos, accidentes de coche y un gran lobo que decapita de un mordisco al jefe de la policía en pleno Picadilly Circus. El trágico final que rehuye el "happy end" cierra el círculo que comienza con la llegada de los incautos forasteros a Gales a bordo de un camión de ovejas (sutil metáfora del destino que les aguarda) y que homenajea, una vez más, al clásico de George Waggner.





Por último, no puedo terminar sin comentar como se gestó lo que señalaba como la mejor transformación de un hombre lobo en la historia del cine y otro de los motivos responsables de que esta película permanezca incólume en la retina de cualquier cinéfilo.

Rick Baker y John Landis se conocieron durante el rodaje de El monstruo de las bananas (Schlock, 1973). Landis y Baker, recordemos que Landis ya había escrito el guión de Un hombre lobo americano en Londres, hablaron durante años sobre la idea de la transformación del hombre lobo hasta que a Baker se le ocurrió una técnica que bautizó como "Change-O-Head"y que consistía en una cabeza retráctil cubierta de piel plástica activada por un mecanismo interno. Cuando Landis pudo por fin ponerse manos a la obra con su película, Baker se encontraba precisamente trabajando en otro clásico licantrópico, Aullidos (1981, Joe Dante), pero como llevaba diez años esperando a que se materializase la idea de Landis, Baker abandonó a Dante, dejando a su ayudante, Rob Bottin (La Cosa, Robocop, Desafío Total), otro maestro del maquillaje, al mando. Por eso, paradógicamente, la primera película en mostrar este efecto fue Aullidos al haberse estrenado antes, sin embargo, la transformación de Un hombre lobo americano en Londres resulta más realista y completa; todo un prodigio técnico que tardó en rodarse una semana (salían a uno o dos planos por día) y que nos muestra con todo lujo de detalles, mediante primeros planos y a plena luz, cómo las orejas, pies, manos, cabeza y cuerpo de un ser humano van mutando y adquiriendo apariencia lobuna. Totalmente impresionante y revolucionaria con respecto a los efectos utilizados en producciones previas en las que el hombre lobo no dejaba de ser un hombre con un cuerpo y cara peluda ataviado con pantalones tejanos ... Michael Jackson quedó tan impresionado con esta escena que John Landis terminó por dirigir su famosísimo videoclip "Thriller" mientras que Baker fue el encargado de los efectos de maquillaje.



Un hombre lobo americano en Londres resultó un éxito comercial que recaudó más de sesenta millones de dólares a nivel mundial. A pesar de ello, a la crítica no le convenció esa indefinición dentro de un género, pero para muchos seguidores del fantástico – entre los que se encuentra el que suscribe – resulta la mejor película de John Landis, y, sin duda, una de las mejores sobre hombres lobo.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



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