Rand (Hoyt Axton) es un viajante
que un día regala a su hijo Billy (Zach Galligan) una tierna y extraña
criatura, un mogwai. El inocente regalo, sin embargo, será el origen de toda
una ola de gamberradas y fechorías en un pequeño pueblo de Estados Unidos. Todo
empieza cuando son infringidas, una tras otra, las tres reglas básicas que
deben seguirse para cuidar a un mogwai: no darle de comer después de
medianoche, no mojarlo y evitar que le dé la luz del sol (http://www.filmaffinity.com/es/film455839.html)
¡Cuidado con los extranjeros, ponen Gremlins
en las maquinas! Los mismos Gremlins que derribaron nuestros aviones en la
grande. Sí, la grande, la Guerra Mundial ¡La 2ª Guerra Mundial!
Y por mucho que griten, por mucho que lloren,
por mucho que te supliquen... No les des de comer después de medianoche.
Resulta un verdadero placer
comentar no ya una de las películas de mi infancia – y seguro que de cualquiera
nacido en la década de los ochenta – sino un clásico ochentero por excelencia.
Y es que Gremlins tiene todos los ingredientes para ser, por méritos propios,
una de las obras más emblemáticas de la década: humor negro, fantasía, algún
toque de terror, personajes icónicos como Gizmo y los gremlins, y un enfoque
juvenil. Una tónica que siguen otras películas como Cazafantasmas y que recoge
la semilla de clásicos como Abbott y Costello contra los fantasmas por esa
mezcla de humor, fantasía y terror, y en este caso una película navideña paradógicamente antinavideña... Una
delicia parida de las entrañas de la mítica productora Amblin que tantas
alegrías nos dio: E.T., Regreso al futuro, Los Goonies, El secreto de la
pirámide, El chip prodigioso o ¿Quién engañó a Roger Rabbit? … un portal a la
fantasía que cuenta con Steven Spielberg como uno de sus fundadores. Gremlins es
otra de esas películas mágicas de principio a fin, sólo hacen falta unos minutos
para dar cuenta de ello, y es que esa
aura misteriosa que envuelve el comienzo en que Randal Peltzer (Hoyt Axton)- genial arquetipo de inventor desastroso-
busca un regalo para su hijo Billy (Zach Galligan) ya nos hace presagiar una gran
aventura de la que no querremos escapar.
Navidad. Los habitantes de Kingston
Falls viven con el trasiego propio de esas fechas. Billy, un joven empleado del
banco de la ciudad que sueña con ser dibujante recibe de su padre un regalo
muy especial, un mogway al que llaman
Gizmo. Gizmo es una criatura dulce y de aspecto entrañable, pero que si no se
cuida de forma correcta puede dar lugar a problemas de proporciones colosales.
Es especial hay que llevar a rajatabla estas tres reglas: no le puede dar la
luz del sol, no puede tocar el agua, y jamás debe comer después de medianoche.
Como es obvio, pronto una de esas reglas será quebrantada y por accidente Gizmo
es mojado. El efecto que produce en Gizmo es que de su cuerpo surgen otros
cinco nuevos mogwais. Pero estos mogwais, lejos de ser pacíficos y apacibles,
son unos gamberros que parecen tener una aversión por Gizmo sin límites. Además,
uno de ellos, Stripe, se erige jefe
del grupo. Por medio de una estratagema consiguen que Billy los alimente
después de medianoche y lo que eran unas criaturas de aspecto similar a Gizmo ,
pero de carácter revoltoso y travieso, mutan en unas horribles monstruitos
verdes con motivaciones asesinas. A partir de entonces el caos de desata en
Kingston Falls y serán Billy, su más que amiga Kate (Phoebe Kates) y Gizmo los
encargados de poner fin a unas criaturas que constituyen una horda desatada.
El concepto de los gremlins
surgió en la Segunda Guerra Mundial. Cuando se producía algún fallo en algún
avión los soldados bromeaban y lo atribuían a la presencia de pequeños
monstruos que bautizaron como gremlins, este hecho es señalado por Murray
Futterman, el vecino de Billy, interpretado por un fijo en las filas de Dante
como es Dick Miller – también Corey
Feldman cuya presencia en Gremlins es anecdótica repetiría en No matarás al
vecino aunque con mayor protagonismo- . Por su parte, el escritor Roadl Dahl
publicó en 1943 un libro infantil de título The Gremlins basado en estas
criaturas. Dante conocía este libro, sin embargo el guión fue escrito por Chris
Columbus (escritor de Goonies Y El secreto de la pirámide, director de
Aventuras en la gran ciudad o Solo en casa) quien tuvo la idea al escuchar
ruido de ratones en su desván. El productor ejecutivo fue Steven Spielberg y la
dirección recayó en Joe Dante - quien había triunfado con Aullidos y colaborado
con Spielberg en la adaptación de la serie En los límites de la realidad (1983)
- . La música es de Jerry Goldsmith (La
profecía, Alien, Poltergeist, Acorralado…) y los gremlins, marionetas de plástico,
algunas mecánicas, fueron diseñados por
Chris Walas (La mosca, Dragonslayer)
El guión original era, sin
embargo, mucho más violento y oscuro que la versión final. Ejemplo de esto
sería la decapitación de la madre de Billy cuya cabeza rodaría escaleras abajo
en el momento que su hijo entrase en casa,
los gremlins devorando al perro y un ataque a un restaurante McDonalds
en el que se zamparían a los clientes en vez de a las hamburguesas. Quizás uno
de los cambios más radicales que sufrió el guión fue que Gizmo iba a
trasformarse en Stripe, hecho que no gustó nada a Spielberg porque supuso que
podría utilizar a Gizmo para encandilar a la audiencia (cosa que naturalmente
ocurrió). Como veis, la película
resultante hubiera resultado mucho más dura que la original, no obstante, tal y
como quedó, ¡fue objeto de duras críticas por la violencia de algunas de sus
escenas! Dante firma una de sus mejores
películas. Las secuencias inolvidables se cuentan por millares: los gremlins
cantando villancicos, el ataque a Ruby Deagle, la escena del cine, Gizmo
conduciendo a todo trapo, la lucha final con motosierra y flechas y Stripe
derritiéndose bajo los efectos de la luz del sol en una de las escenas más
grotescas… Pero una de mis favoritas es esa escena anticlímax donde Kate explica porqué odia la Navidad y relata la muerte de su padre en la chimenea tras este tratar de bajar por
ella disfrazado de Papá Noel. Esta historia es una leyenda urbana que fue
utilizada en la película. Spielberg , para variar, quiso eliminarla , pero
Dante se negó para potenciar esa mezcla de terror y humor.Como veis, la Navidad muestra su lado más cruel.
Las críticas de Gremlins fueron
generalmente positivas y en taquilla arrasó recaudando más de 150 millones de dólares,
a eso hay que sumar otros 80 por los alquileres en videoclubs. En definitiva un
clásico ochentero y una verdadera delicia en todos los aspectos.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
Ficha técnica y artística
TRAILER
Vaya obra de arte. Por favor, no queremos un reboot ni un remake ni nada. Dejen a los gremlins descansar.
ResponderEliminarClásico ochentero, sin duda alguna. Es un poco chorra vista hoy(¿No darles de comer después de medianoche?¿Cuándo es eso, vale la una del mediodía del día siguiente?)pero eran otros tiempos.
ResponderEliminarY como apunta Adolfo: ¡Nada de reboot remake ni remierda! Como vea a un Gizmo CGI me da una subida de leche.