Vivo o muerto, tú vendrás conmigo
Lugar: Detroit
Año: Futuro distópico extremamente violento.
Historia: Murphy es
un policía recién destinado a la comisaría de una ciudad infestada de delitos
violentos. En su primera misión resulta herido de gravedad y dado por muerto.
La OCP (multinacional a la que pertenece la policía) utiliza su cuerpo para
crear un nuevo ser mitad humano y mitad robot. Un policía perfecto,
prácticamente invulnerabe, dotado de fuerza descomunal, precisión milimétrica
de disparo, almacenaje portentoso de datos y un estricto código deontológico
que guía su conducta.
Nace Robocop. Sus
directrices son: servir al público, proteger a los inocentes, defender
la ley.
Ed Neumeier decide abandonar su trabajo como ejecutivo
de la Universal para escribir un guión sobre un robot policía claramente
inspirado en Blade Runner. En 1984 conoce a Michael Miner (director de vídeos
musicales) . Este tenía un proyecto parecido en el que un policía resultaba
gravemente herido y era transformado en un cyborg, El título de su proyecto era
SuperCop. Ambos fusionaron sus ideas. Así nació Robocop; una historia
ambientada en un futuro distópico de un héroe inspirado en los cómics de Juez
Dredd y Rom , y en la serie japonesa Space Sheriff Gavan.
Después
de que el guión fuese rechazado por muchas productoras tras ser considerado
como una idea ridícula, fue Orion - mucho influyó el éxito que supuso
Terminator - la que aceptó la idea. El problema al que se enfrentaban era el de
encontrar director. Y es que, en palabras del productor Jon Davison : “Muchos
directores consideraban que Robocop era un título tonto. Ni siquiera a Orion le
gustaba, les parecía estúpido.”
El
guión teminó cayendo en manos de un Paul Verhoeven que ya había trabajado con
Orion en la coproducción (EEUU-Holanda-España) Los señores del acero. Verhoeven comenzó a
trabajar en los Estados Unidos por una situación paradójica (más teniendo en
cuenta que se define de izquierdas). Según sus propias palabras: “Todas mis
películas holandesas habían sido financiadas sin pega alguna cuando ostentaba
el poder un gobierno de derechas. Pero cuando cambió a un gobierno de izquierdas
todo fueron impedimentos . La primera vez que le sucedió esto fue con Vivir a
tope (1980), por considerarla "decadente y perversa”.
Pero
la cuestión es que como a tantos otros
directores previos iba a rechazar la película tras leer el guión. Esto fue por
dos motivos.
Primero:
le horrorizó. Tanto es así que al parecer lo arrojó al suelo. Fue su mujer
quien lo recogió intrigada. Tras leerlo detenidamente le hizo ver que había
mucho más contenido escondido bajo esa aparente y descabellada
historia de serie B de lo que aparentaba…
Segundo:
no estaba acostumbrado a trabajar con semejante arsenal de efectos especiales.
Además. Era su primera incursión en la ciencia ficción . Sin embargo fue gran
amante del género en su juventud por lo que le vinieron a la mente las películas Ultimatum a la
Tierra (1951) y Metrópolis (1927) de Fritz Lang como modelos para el cyborg.
Verhoeven
caviló. Contempló seriamente las posibilidades humanísticas de la historia. Aceptó
el encargo… Hoy la considera su mejor película norteamericana…
Para
el papel de Murphy/Robocop se pensó en actores como Michael Ironside o Arnold Schwarzenegger,
pero eran demasiado corpulentos y quedarían ridículos con el traje de Robocop. El
elegido fue Peter Weller. Les había gustado como actor en Las Aventuras de Buckaro
Banzai, era muy delgado (corría maratones) por lo que se adaptaría dentro del
traje perfectamente, al saber artes marciales daría la talla en las
escenas de acción y poseía un rasgo físico crucial para interpretar a Robocop:
la mandíbula marcada (puesto que era la única parte del rostro que se iba a ver
esto resultaba imprescindible).
Contrataron
a Stephanie Zimbalist como Lewis, la compañera de Murphy, pero abandonó el proyecto un par de semanas
antes de empezar a rodar. La reemplazó Nancy Allen (Carrie, El experimento
Philadelphia).
Pero
si hay actores memorables en Robocop estos son los villanos. Dick Jones es interpretado
por un Ronny Cox (Cox repitió otra vez rol y director en Desafío Total (1990)),
un papel para el que en principio se había pensado en en Kurtwood Smith quien al final interpretó a Clarence Bodikker, el
jefe de la banda de criminales sicóticos. Fue Verhoeven el que le dotó de gafas
para caracterizarlo como al jefe de las SS Heinrich Himmler. Tanto Smith había como
Cox habían interpretardo hasta entonces papeles opuestos a los que se les pedía
en esta ocasión. Verhoeven los eligió a propósito para retorcer sus roles
habituales.
Junto
con Kurtwood Smith , Ray Wise (el inolvidable padre de Laura Palmer en Twin
Peaks) , Paul McCrane y Jesse Goins forman el cuarteto de criminales.
El
tristemente fallecido Miguel Ferrer (también compañero de reparto de Wise en
Twin Peaks) interpreta al despiadado “yuppie” Bob Norton.
Es
curioso que mientras que casi todo el equipo recuerda el rodaje como infernal debido
al calor que tuvieron que soportar (comenzó el 6 de agosto y terminó
el 20 de octubre de 1986 en localizaciones de Dallas y Pennsylvania) y a la
cantidad de trabajo (con el consecuente cansancio acumulado), Smith y Wise
guardan muy buenos recuerdos. El pasar mucho tiempo juntos en su tiempo libre (no
había nada que hacer a partir de las 17:00) forjó una verdadera camaradería
entre ellos y esa química se nota en sus actuaciones conjuntas.
Pero
no todo fue un camino de rosas. En la escena en la que destruyen una calle con
las armas que les da Dick Jones, sufrieron cortes y quemaduras tras una
explosión descontrolada en la que se demolió realmente un edificio. Debido a
este accidente, ambos recibieron una paga extra como especialistas.
Pero
si alguien cargó con el Sambenito, ese
fue Peter Weller. Rob Botin se encargó del diseño del traje de Robocop, pero
tanto Verhoeven como la producción cambiaron multitud de veces de opinión (se acabó gastando un millón
de dólares al llegar a crearse seis diseños distintos) provocando una gran
frustración a Botín quien retiró su palabra a Verhoeven y dejó de aparecer por el rodaje. Al final el retraso fue tal que no se entregó hasta el día mismo del rodaje obligando a adaptarlo sobre la marcha (recordemos que Weller nunca lo había probado), lo que conllevó que Weller tardase
once horas en enfundárselo (a partir de entonces tardaría hora y media). Weller
define ese día como uno de los más deprimentes de su vida.
Pero ese no fue el
mayor problema. Weller había preparado a conciencia su interpretación como
Robocop y para eso había contratado los servicios del profesor de mimo Moni
Yakin. Weller practicó durante semanas con un traje de hockey en medio de
Central Park tratando de imitar los movimientos de una serpiente. La cuestión es que al
probarse el traje fue incapaz de
moverse por lo pesado que resultaba. Esto forzó una suspensión de dos días
de grabación y que Weller tuviera que olvidar todo lo aprendido y reinterpretar
los movimientos adaptándolos al traje real.
Mas no fue eso todo lo que el pobre Peter tuvo que sufrir. Para las escenas en la
que aparece sin casco tardaban seis horas y media en maquillarle (también obra de
Rob Botin), más la hora y media que tardaba en ponerse el traje sumado a lo que
durase el rodaje ese día…¿Os parece bastante? Pues no. Si el resto del reparto pasaba
calor, imaginaros Weller dentro del traje de Robocop. Perdía kilo y medio
diario a causa de la deshidratación.
Aunque
Botín hizo un trabajo fabuloso (pese a todas las trabas que tuvo
que soportar) , Verhoeven tenía miedo de que si mostraba a Robocop de forma repentina
el público lo consideraría ridículo. Lo que hizo Verhoeven muy inteligentemente
fue desvelar el aspecto de Robocop de manera paulatina para que se fuese
asimilando poco a poco. Esto lo logró en dos escenas: la primera cuando Robocop
camina por la comisaría y se ve su perfil a través del cristal traslúcido. La
segunda cuando intercala planos desde dentro y fuera de la malla donde permanece en su interior sentado.
Una
vez desvelado su aspecto se trató de potenciar su imagen imponente. Para esto el
director de fotografía Jost Vacano logró que el traje pareciera siempre
luminoso frotándolo continuamente con aceite y colocando luces en diferentes
lugares. Además, para que pareciera más grande colocaba la cámara baja y en
contrapicado. Para resaltar el arma se
le dotó de una Beretta 93R modificada por el armero Randy Moore.
Craig
Hayes diseñó y construyó el antagonista robótico de nuestro héroe, el ED 209.
Se basó en el aspecto de un helicóptero Huey y en la cabeza de las orcas. Se
construyeron dos modelos. Uno grande de madera y fibra de vidrio que se
utilizaba para las escenas en las que estaba quieto y uno en miniatura para
poder emplear la técnica Stop Motion (a cargo de Harry Walton), que era del
modo en el que se movía en la película. Este motivo es el que explica que si
nos fijamos las proporciones de la cabeza del ED209 varían según permanece
estático o se mueve.
Tenemos
que ser consciente de que en los ochenta los efectos especiales eran puramente
artesanales y no tenían nada que ver con los actuales en los que casi todo se
hace por ordenador. Por ejemplo, para los fondos de la película, William Sandell
(Diseño de Producción) eligió una arquitectura fría y brutal en la que el
cemento era una constante. Eran fondos reales existentes en las localizaciones
y cuando había que recrear algo que no existiese el artista Rocco Giofre lo
pintaba sobre placas de aglomerado. En los efectos visuales también
trabajó el encargado de los efectos rotoscópicos de La Guerra de las Galaxias Pete
Kuran.
Pero
un gran artificio de poco sirve si detrás no hay una buena historia y alguien
que sepa como contarla. Sólo Verhoeven es capaz de ofrecer una aparentemente
descabellada e irreverente película de acción que supura violencia hiperbólica -
con todos los ingredientes y tópicos de la década – pero que constituye al mismo
tiempo una obra poliédrica, cínica, socialmente crítica y rebosante de humor
negro. Pensemos también en Desafío Total y Starship Troopers.
Robocop
fue concebida como una sátira de la era Reagan: neoliberalismo, multinacionales,
militarización de la sociedad, guerras, culto a las armas...
Una era Reagan distópica, pero no exenta de la realidad de entonces.
Sátira feroz del neoliberalismo simbolizado en este caso por OCP (Omni
Consumer Products), una multinacional voraz cuyo apetito ha llegado a engullir
al mismo cuerpo de policía al que privatizará desencadenándose una huelga. Multinacional
que lo considera todo como mercancía: “El firmó el contrato. Podemos hacer con
su cuerpo lo que queramos”. – Espeta Bob Morton ante un moribundo Murphy que
desconoce en qué lo van a transformar. La figura de Morton es la del yuppi egoísta
que sólo busca ascender socialmente y autosatisfacer su hedonismo (drogas,
prostitutas), pero que no tardará en confrontarse (para su desgracia) con otro despiadado
tiburón empresarial, Dick Jones.
Una
mirada cínica de la violencia. Pero esto lo hace adoptando el recurso de
ofrecer una violencia tan exagerada (y eso que se cortaron escenas aún más
violentas), tan grotesca (en algunas ocasiones gore, como la muerte en el
tanque de ácido) que desemboca en lo
humorístico. Pensemos, por ejemplo, en la disculpa
que Dick Jones le ofrece al presidente de la OCP tras la muerte del
ejecutivo acribillado por el ED 209: “Sólo ha sido un accidente. Un
contratiempo temporal” . Por eso - del mismo
modo en el que el crítico humor negro de los cachondísimos anuncios de
televisión de claro contenido sociopolítico impregnan el metraje - cuando
escuchamos esas frases lapidarias (recurso que utilizaría Arnold Schwarzenegger
hasta la saciedad) de los labios de Robocop - "Gracias por su
colaboración" ,recita impertérrito tras estampar a un atracador contra la nevera
de una licorería - no cabe una actitud más inteligente que la de esbozar una
sonrisa o una manifiesta carcajada.
Pero
Verhoeven sí se tomó muy en serio la muerte del protagonista. Una trágica
muerte de la que no es mera coincidencia que esté plagada de referencias al
calvario de Jesucristo (Verhoeven es un apasionado de la figura de Jesucristo).
No hay resurrección sin crucifixión razonó. Si Murphy iba a renacer convertido
en Robocop debía de sufrir una muerte espantosa (Rob Botin también diseñó una
figura de Weller cuando este muere). Pero las referencias no terminan ahí, así también
contemplamos a Robocop, en la escena de la fábrica, caminar sobre las aguas.
Otro tema que trata Verhoeven es el conflicto ético y psicológico que
surge cuando se utiliza el cuerpo de Murphy para convertirlo en un
"cyborg". Ético porque se opera con un cuerpo humano como si fuese
una mercancía. Psicológico porque el cerebro del ser humano que habita la
carcasa termina por salir a la luz al aflorar recuerdos pasados y se rebela, gracias, en parte ,a la ayuda de su compañera
Louis, contra la corporación que le transformó reivindicando su individualidad
y su humanidad. Muy significativa es, en este aspecto de la dualidad
hombre/máquina, la música de Basil Poledouris(Conan el Bárbaro)
:sintetizador y percusión electrónica para el robot; orquesta para el humano.
Robocop
resultó un éxito en taquilla recaudando más de 53 millones de dólares en EEUU
con un presupuesto de 13. A este respecto Verhoeven cuenta que cuando vio la película
con público por primera vez en los Estados Unidos (en un cine de Nueva York)
fue una de sus mejores experiencias vitales. Al final de la película, cuando el
viejo le pregunta a Robocop “¿cómo te llamas , hijo? “ Antes de que respondiese
todo el público gritó al unísono: Murrrphyyyyyy!!
Tuvo dos secuelas,
dirigidas por Irvin Kershner y Fred Dekker respectivamente, ambas contaron con
poca repercusión, especialmente la tercera. Además se crearon dos series para
la televisión, siendo de dibujos animados una de ellas, y un "remake"
a manos de José Padilha en 2014. Este año 2017 se han cumplido treinta años de
su estreno, y Robocop aún permanece en las retinas de la cultura popular como
uno de los iconos cinematográficos de los años ochenta.
GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA
GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA
TRAILER
Estimado amigo. Gracias por la visita al blog y por enlazarme. He hecho lo mismo, así no me perderé ninguno de tus interesantes posts sobre el cine que tanto disfrutamos.
ResponderEliminarun saludo
Un saludo y gracias por escribir.
ResponderEliminarUna pregunta que siempre me he hecho:¿Robocop tiene pilila?
ResponderEliminarRobocop es sin duda una de mis películas favoritas de los 80, la escena en la que es asesinado es una de las más impactantes (y se ha mantenido así por años), una lástima que Peter Weller no haya podido brillas en otras películas así como lo hizo en Robocop.
ResponderEliminarhttp://v-a-m-o-s-al-cine.blogspot.com/
Un pequeño clásico y una de las mejores películas de Verhoeven junto con "Desafío total" y "Starship troopers:las brigadas del espacio". A años luz del mediocre reboot de este año, destrozado por los productores. Que Robocop tiene que ser violenta, señores.
ResponderEliminarCoincido con lo que expones,aunque no es de mis peliculas favoritas,en su época me impresionó bastante,tanto los guiños y mensajes a traves de la historia argumentada,como ese toque como describes casi gore de ciertas escenas,que dejan un regusto violento y a venganza sin medir las consecuencias de la creación de una maquina/humano a la larga.
ResponderEliminarAyleens(@ayleens4ever)
Un post muy bueno. Robocop está repleto de curiosidades. De pequeño me gustaba mucho la escena cuando uno de los malhechores se estrella contra el estanque de ácido y lo revientan con el coche, es realmente perturbador. La gente que hace tiempo que no ve esta película no es consciente de lo gore que era, piensan que es una peli para niños... Nada más lejos. Lo que más me gusta de Robocop a parte de Weller es el estilo tan auténtico que tiene de Cyberpunk ochentero.
ResponderEliminarGracias Germán por este pedazo de post.
Grande Germán. Acertado articulo. Muy completo y lleno de datos y curiosidades que me hacen amar aún más este clásico ochentero
ResponderEliminarGrandísimo artículo, me han entrado ganas de volver a verla sin duda. Además he descubierto cosas que no tenía idea. ¡Gracias!
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