Dan Gillis, el sherif del pueblo costero Potter´s Bluff,
investiga una sucesión de asesinatos a cada cual más bizarro que comparten
denominador común: todas las víctimas son forasteras.
¡Qué desperdicio! Pensaba según avanzaba “Muertos y
enterrados”. Pero, ¡qué despropósito! Concluían mis pensamientos según se
resolvía hasta dar con un final completamente irrisorio. Y es que si bien el
inicio es prometedor, la cosa va perdiendo fuelle hasta quedar como un globo
pinchado. ¿La culpa? Un guión que si hubiese recibido un tratamiento de comedia
negra – de hecho esa fue la intención original – hubiese dado un resultado
meritorio, pero que al intentar ser una película de terror al uso decir que da vergüenza
ajena es poco.
La cosa, como ya he dicho, comienza bastante bien, con una
historia que atrapa con su suspense y que con una sucia ambientación (como
sucia es la fotografía) potencia el elemento bizarro cristalizando en una gran atmósfera. Además, el aire retro
setentero le da un toque todavía más macabro. Y es que la trama de unos vecinos
que se cargan a todo osado visitante con la consecuente investigación policial
para clarificar tan horrendos crímenes, no puede menos que clavar al espectador
en su butaca e inocular a éste con el intríngulis necesario para no moverse
hasta desvelar el quid de la cuestión. Pero no, lo prometedor da paso a lo
chabacano y lo intrigante al desinterés por una historia que ya te da igual
como termine y de la que lo único que esperas es que finalice como ha
transcurrido; con más pena que gloria.
Es una pena porque el tema, a priori, ofrecía muchas
posibilidades, y el final podía haber sido antológico; del estilo de – esta sí
película de culto – “El hombre de mimbre” (1973). Pero Gary Sherman
(Poltergeist III) desaprovecha completamente lo que la historia podía haber
dado de sí y es a partir de su mitad cuando el desfase es brutal y el resultado
delirante. Son demasiados los peros que hay que pasar por alto en su
desarrollo, demasiadas lagunas argumentales y demasiada la voluntad para hacer
creíble muchas de las secuencias (y esto lo digo aceptando de lleno su
planteamiento de película de terror “sobrenatural”, no criticándolo). La credibilidad,
en definitiva, es nula; zombis asesinos que aparecen de la nada, transiciones
físicas hacia la decrepitud sin progresión, crímenes chapuceros (el del hospital es absurdo a más no poder por su resolución ), arbitrariedad en cuanto al uso de
las normas que caracterizan a los muertos vivientes, tramposa hasta la extenuación
en las relaciones de sus protagonistas… Poco más puedo decir sin desvelar al lector el núcleo
de la historia.
La verdad que no me explico por qué esta película es
considerada “de culto” (tanto en su clasificación por género en webs
especializadas como por algunos de los comentarios que se leer por la red). La
fantasía, dentro de su propia concepción, tiene unas normas que no pueden (no
deben) saltarse a la torera, y si se hace – si no se trata de una parodia –
restará muchos puntos en cuanto al resultado de la obra. Y , en efecto, así sucede en “Muertos y
enterrados”, pese a sus buenos momentos (que también los tiene) decepciona para convertirse en un quiero y no puedo.
TRAILER
El prota, James Farentino, ha muerto hace poco.
ResponderEliminarPues yo la recuerdo con agrado, como un eficaz film de terror. Tal vez necesito darle un nuevo visionado.
ResponderEliminarSaludos.
Ya te digo, Rodi, creo que el comienzo es prometedor y que tiene virtudes, pero hay que hacerse mucho el sueco para no ver sus defectos.
ResponderEliminarPERDON QUE TE LO DIGO ASI PERO ESTAS EN PEDO MAL,ESA PELICULA ES INCREIBLE Y SIN DUDA UNA DE LAS MAS DRASTICAS MUESTRAS DE TERROR DE PRINCIPIOS DE LOS 80S,SI QUERES HUMOR NEGRO MIRA "LAS MUERTE LES SIENTA BIEN" PERO NO DIGAS HUEVADAS DE ESA PELICULA,HE DICHO
ResponderEliminarAmén
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