Cobra, el brazo fuerte de la ley (1986, George. P. Cosmatos) Cobra


Fue en un principio Sylvester Stallone quien iba a protagonizar Superdetective en Hollywood (1984). Stallone trató de cambiar su orientación al humor dándole un toque más serio y puramente policíaco aportando varias ideas de cosecha propia.  Al final el proyecto no cuajó y (como sabemos) Superdetective fue protagonizada por Eddie Murphy mientras que Stallone utilizó estas ideas y se basó superficialmente en la novela criminal de Paula Gosling , Fair Game (adaptada de nuevo en 1995 como Caza Legal),  para escribir el guión de Cobra y volver a trabajar junto con el director  George Pan Cosmatos tras el super éxito de Rambo 2 (más de 300 millones de dólares de recaudación). Produce la Cannon mientras que distribuye Warner Bros.


 No cabe duda que la influencia fundamental tanto de la película como del personaje principal (Marion Cobretti, alias Cobra) son las películas de Harry el Sucio protagonizadas por Clint Eastwood. Incluso dos de los actores de Cobra actuaron en Harry el Sucio (1971): Reni Santoni como Ramón Herrera y Andrew Robinson como Scorpio. Lo que ocurre es que nos encontramos frente a una versión bastante más bestia  de Harry …

La historia : Una organización criminal (parecida a una secta) llamada El Nuevo Mundo comete asesinatos sistemáticos defendiendo la darwinista ley de la supervivencia del más fuerte. Durante uno de esos crímenes, la modelo Ingrid Knudsen (Briggite Nielsen y por entonces esposa de Stallone) ve por casualidad la cara de su jefe, el despiadado Cazador Nocturno (BriaN Thompson). Tras verse amenazada su vida, Cobra (Sylvester Stallone) y su compañero (Reni Santoni) serán los encargados de protegerla.


Ya en el prólogo nos queda bien claro lo que nos vamos a encontrar. La cámara enfoca el dibujo de una Cobra en la empuñadura de una pistola mientras alguien recita con voz solemne:

En América se produce un robo cada once segundos, un asalto a mano armada cada 65 segundos, un delito con violencia cada 25 segundos, un asesinato cada 24 minutos y 250 violaciones al día.

A continuación la pistola apunta a cámara y dispara. Aparece el nombre de la película (COBRA) sobre un cielo rojizo. Brutal.


Y ahora el inicio. Y qué inicio. Uno de los más míticos que recuerdo en el cine de acción…

La silueta recortada de un motorista (del que luego sabemos que es integrante de El Nuevo Mundo) sobre un cielo rojo sangriento avanza por la ciudad mientras se intercalan imágenes dentro de un almacén abandonado donde un grupo de personas chocan sus hachas al unísono como si se tratase un rito satánico. De fondo la música apocalíptica de Sylvester Levay nos pone los pelos como escarpias.


El motorista llega a su supermercado. Entra  como en estado de trance y comienza a disparar contra todo lo que le rodea. La policía lo cerca. Dispara por la espalda a un rehén . Entra en escena un Ford Mercury 1950 (que acabó comprando Stallone) derrapando. Para. Baja un tío con botas de cuero, chaqueta negra, barba de tres días, gafas de sol y una cerilla en la boca. Ha llegado Cobra. Entra en el supermercado. Sus frases lapidarias nos definen claramente su modus operandi:

“Ha llegado el momento de liquidarte a ti”

 “No trato con sicópatas, yo me los cargo”

“El crimen es una plaga y yo su remedio”

Luego le lanza un cuchillo al estómago y le pega cinco tiros. Con dos cojones. Ese es Cobra. En los diez primeros minutos de la película ya nos han resumido de qué va la historia y cómo se las gasta.Nace el mito. 





Sí. Lo sé, para muchos sólo puede encubrir una bazofia fascistoide típica de la década Reagan. Y es cierto. Ya sabemos que en los ochenta proliferaron las películas que ensalzaban la figura del justiciero quien, según la supuesta  laxitud de las leyes para con los criminales, tomaba la justicia por su mano a base de plomo y leña de la buena. Ejemplos: Harry el Sucio, la saga Death Wish, El Exterminador… En Cobra hay decenas de diálogos que van en este sentido: “Dígaselo a los jueces. Nosotros los detenemos y ellos los sueltan”, “Aquí es donde acaba la ley y empiezo yo”…

Pero ideología (obvia) aparte, si analizamos Cobra como producto de acción, lo que más llama la atención con respecto de similares es ese toque tenebroso y oscuro , con una estética muy punki, y que en ocasiones acojona más que una película de terror. También la citada música de Sylvester Levay potencia mucho la atmósfera tétrica y opresiva, como la de los claustrofóbicos asesinatos en los vehículos a manos de unos maníacos que los abren con hachas y luego dejan a sus víctimas a merced de El Carnicero Nocturno. Y es que Brian Thompson en su primer papel principal es un villano de lo más bestial. Fijaros en esa cara de desquicie total , muy marcada, además, de forma que resalta un montón sus rasgos frente a la cámara y ese puto cuchillo diseñado para la película que da pavor sólo con verlo (esa fue la intención).




Luego tenemos escenas de pura acción adrenalínica: las persecuciones en coche y un tramo final a lo Rambo en el que Cobra extermina a decenas de enemigos ; y,  por, supuesto , la lucha final , tan típica en el cine de acción de los ochenta, contra el malísimo  Cazador Nocturno, en la que Cobra lo ensarta en un gancho por la espalda para quemarlo vivo acto seguido. ¡La de Dios!
Pues imaginaros que de la versión final se cortó más me media hora eliminando las escenas más sangrientas y desagradables. Ya hubiese sido para flipar.



 La pena es que esa atmósfera no se conserve durante toda la película y que se vea interrumpida por algún que otro mal chiste (el del salvavidas y las patatas es penoso) o esa especie de videoclip en el que se intercalan planos de la investigación y la sesión de fotos “robótica” de Ingrid. Esos momentos restan fuerza a un conjunto que hubiera resultado aplastante manteniendo su ritmo duro,  implacable y macarra.

En taquilla supuso otro gran éxito en la carrera de Stallone (y de la Cannon no os digo nada), recaudando más de 160 millones de dólares con un presupuesto de 25. Por lo demás, casi me da la lata repetir lo que siempre ocurre con películas de este tipo : muy malas críticas y nominada a seis Razzies. Y sí, repito, es fascistoide y descerebrada. Pero, ¿a quién le importa? También es una de las películas de acción más auténticas de la historia  ¡Qué viva Cobra, Restallone y el VHS!


GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


3 comentarios:

  1. Eres la polla comentando tio sigue asi me encanta tu blog..

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  2. Genial tu reseña!! Muy entretenida la peli y uno de los personajes icónicos de Stallone! Aunque yo no sabía que habían cortado tantas escenas! Qué pena no poder verlas 😕

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