Otra obra magna de
la grandísima productora Cannon, aunque esta vez hay que reconocerles que
innovaron de lo lindo creando la primera película –si obviamos Destroyer: Brazo
de acero (1986) - de pulsos de la historia y la más icónica hasta el día de hoy.
Aunque esto tampoco sorprende de una productora que en 1984 había estrenado la
primera película sobre “break dance” : Bre akin
(1984).
Los inefables primos
Menahem Golan y Yoram Globus ya habían trabajado con Sylvester Stallone en
Cobra (1986) coproduciendo junto con la Warner Bros y había resultado un éxito
financiero. Así que se empeñaron en volver contratar a toda costa a un
Sylvester Stallone que rechazó una tras otra vez el papel hasta que aceptó
cuando le ofrecieron 12 millones de dólares, casi la mitad del presupuesto de
la película (25 millones). Stallone, quien también escribiría el guión
(historia de David Engelbach y Gary Conway junto con Stirling Silliphant (En el
calor de la noche, Harry el ejecutor), llegó a declarar que también aceptó
porque pensó que nadie la vería.
Para la promoción,
la Cannon contactó con profesionales del mundo del pulso y se creó una
competición con el nombre de la película (Over the Top en inglés) que duró un
año y pasó por diversos países de EEUU, Europa, Japón e Israel … ¡De locos!
Luego se usaron imágenes reales de la competición para recrear la final.
La dirección corre
a cargo del propio Menahem Golam y cuenta con banda sonora del gran Giorgio
Moroder.
La historia es muy
sencilla. Lincoln Hawk (Stallone) es un camionero que entre viaje y viaje gana
un dinero extra echando pulsos. Su mujer Christina (Susan Blakely) se encuentra
muy enferma y le pide que vaya a recoger a su hijo Michael (David Mendenhall) a
la escuela militar donde permanece interno. Hawk los abandonó hace diez años,
pero Christina, en su lecho de muerte, quiere que se conozcan. El problema es
que el padre de ella (Robert Loggia) tratará de inmiscuirse en la relación por
todos los medios. Hawk intentará recuperar a su hijo de camino al Campeonato
Mundial de Pulsos que se celebra en Las Vegas.
Lo que nos
encontramos en Yo, el Halcón es una curiosa mezcla de drama y película de
acción que resulta muy chocante por diversos motivos que la convierten en una
obra esperpéntica y descabellada, pero ahí es donde gana los enteros y reside su
encanto…
Podemos observar
dos partes claramente diferenciadas. La primera trata sobre la relación entre
Hawk y su hijo Michael mientras son perseguidos por los secuaces de su abuelo.
La segunda es la que corresponde al campeonato mundial de pulsos, vamos la que
estamos deseando ver.
La relación
padre-hijo se resume en que el niño se pasa la mitad del tiempo llorando y
pataleando mientras que Hawk trata de darle lecciones de vida y son puteados
sistemáticamente por un abuelo odioso (Robert Loggia) que parece extraído de la
mafia siciliana. En este punto hay que remarcar que el hijo es uno de los niños
más asquerosillos y repelentes que se recuerdan en la historia del cine. Incluso
en la parte final de la película, cuando supuestamente el chico ya no es un
pijo y un listillo redomado, sigue dando el mismo asco. Y es que cuando uno
veía la película de chavalete se imaginaba que Stallone era su padre. Stallone
era nuestro Rocky, nuestro Rambo, nuestro Cobra … ¡Cómo no íbamos a odiar a ese
engendro maligno con la manera que maltrataba a Stallone!
Por supuesto , la
altura intelectual de Haws tampoco ayudaba mucho a que el chaval se comportase.
Su filosofía de la vida se limita a la dicotomía camión-pulsos en un intento
bastante bochornoso de identificar metafóricamente estos elementos con
conceptos tan elevados como sacrificio y fuerza de voluntad. No es que esto
tenga por qué ser malo, lo malo es que
transmite sus enseñanzas de manera tan simplona que da vergüenza ajena. Ejemplo
de esto es la secuencia de los pulsos entre su hijo y un macarrilla de tres al
cuarto en un bar de carretera. Vaya manera de traumatizar al chiquillo, ¡y qué
cara loco tenía el macarrilla!
Un diálogo que
sintetiza la moralina de la película es el que sigue:
“Pero también eres
un maldito niño mimado al que siempre se lo han dado todo hecho. Debes empezar
a hacer las cosas por ti porque te aseguro que la vida no regala nada a nadie.
No sé si me comprendes. Si quieres algo, Mike, debes ganártelo.”
Y claro está que
gana el pulso al macarrila. Aunque tenga más años, sea más fuerte y le doble el
tamaño.
Como veis es la
típica ideología norteamericana que impregnaba las películas de los ochenta en
la que uno puede conseguir todo lo que quiere si se lo propone. De hecho el
personaje de Hawks está basado en John Brzenk, un luchador de pulsos
profesional que vencía a adversarios mucho más grandes y pesados que él. Por
otro lado, este tipo de papel, el del hombre que supera a adversarios más
fuertes, ya lo había interpretado Stallones en Rocky.
Otra cosa que choca
mucho es que cada dos por tres se escucha una canción de la banda sonora que
incluye Winner Takes It All, interpretada por Sammy Hagar. En concreto, Meet Me
Half Way de Kenny Loggins debe sonar treinta veces. Es exagerado, os lo juro
por Snoopy.
Llegamos a la
locura final: el Campeonato Mundial de Pulsos. Como os había señalado al
principio, para recrearla se utilizaron imágenes del verdadero campeonato mundial
de pulsos. Luego se intercalaron con las de la grabación. Mucho público que había
asistido a la final participó como extra en la grabación, así como muchos
luchadores profesionales como el propio John Brzenk (el luchador en el que se
inspiraron para crear a Hawks), Cleve
Dean o Allen Fisher. El propio Rick Zumwalt (Bob Hurley) era un luchador de
pulsos real que se afeitó la cabeza para el papel recibiendo 10.000 dólares a cambio.
Treinta minutos de
músculos hipertrofiados, rostros desencajados, venas a punto de reventar,
sudor, testosterona a chorro, gritos guturales propios de bestias ignotas , situaciones
estrambóticas y frases legendarias. Eso no es una final de pulsos, es un puto
carnaval y los luchadores son personajes propios del esperpento: imaginaros al
adversario de Hawk (Grizzly) fumándose un puro que se traga antes de comenzar y
en el segundo pulso pegándose un buen lingotazo
de aceite de motor para calentar …
Luego está la
apoteósica parte de los comentarios de los luchadores dirigiéndose a cámara …
Grizzly: Cuando
salgo a esa mesa la persona que está frente a mí es un mortal enemigo. Y le
odio.
Perro Loco Madison:
No me gusta que la gente se me acerque para decirme eso de “Macho, eres el
mejor” A mí no me hace falta que la gente me lo diga. Si gano es únicamente
porque yo he querido ser el mejor. Al menos una vez en la vida.
Bosco : Mi cuerpo
es un motor. Este es el enchuche (refiriéndose al brazo). Y voy a encenderlo
ahora mismo.
Hawk: Lo que yo
hago es intentar coger mi gorra y darle vueltas. Y eso es como un interruptor
que se conecta. Y cuando se conecta me siento otra persona. Me siento como …como
una máquina. Un camión.
Bob Hurley: Yo
cuando me pongo a luchar voy a romperles el brazo. Es lo que sé hacer y lo
consigo. No valen segundos lugares. Hay que ser el número uno. Los segundones
apestan.
Yo, el Halcón
resultó un fracaso en taquilla recaudando 16 millones de dólares con un
presupuesto de 25, recibió malas críticas y David Mendenhall ganó dos premios
al peor secundario y peor nueva estrella en los Golden Raspberry Awards
(Stallone fue nominado a peor actor pero no ganó).
Pero eso a muchos
nos importa un huevo. Imposible que Yo, el Halcón no fuese de nuestras
favoritas en la infancia. Molaba porque te imaginabas conduciendo un camión y
entrenando con el entrañable de Sly. Además desató la fiebre de los pulsos en
el colegio. La de dedos que retorcí empleando la artimaña de Lincoln Hawk …
GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA
Casi había olvidado esta película, pero creo que volveré a verla. Buena opinión, muy bien documentada.
ResponderEliminarPara mi no es mala la película es muy buena y nos una lección, de superación, sacrificio, y objetivos q se trazo un padre con errores. Al que decide recuperar el cariño de su hijo.
ResponderEliminarMe imagino qué la crítica solo quería destruir una buena película porque todo lo que crítica es nada más que la base de una realidad y un hombre termina venciendo obstáculos solo por el único deseo de estar con su hijo ahora sin madre,buena película
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