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Ah, la música de primera mitad de los 90... desde luego no se puede decir que no fuera una más que digna sucesión de la de los 80, más aun ante el hecho de que tuvimos variedad suficiente como para, en el caso de no haber todavía encontrado un sonido que nos llegara más que cualquier otro, no poder decir que no tuvimos oportunidad para ello. Y eso que por aquel entonces no teníamos las facilidades de hoy día para investigar, descartar y finalmente encontrar nuestra música, algo que por aquel entonces nos suponía estar completamente colgados de la radio y/o dejarnos una buena cantidad de pesetas en las tiendas de discos cuando no prestarnos vinilos y cassettes con los amiguetes (algunos de los cuales resultaron ser más amigos de lo ajeno que de nosotros/as mismos/as), obstáculos y limitaciones hoy fácilmente salvables a golpe de click y búsqueda de artistas similares en la web y tantas plataformas musicales que, dejándote o no los dineros, te permiten escuchar lo que sea, cuando sea y sin tener que limpiar o dar vuelta a los vinilos ni mucho menos rebobinar cassettes mediante lápiz o bolígrafo para así ahorrar en pilas para el preciado y siempre conveniente walkman. Otra cosa es que algunos prefiramos continuar haciendo aún algunas de esas cosas de antaño...
A los estilos que nos seguirían acompañando tras los 80 como el pop, el rock, el metal o por ejemplo la EBM se sumarían otros tantos fenómenos que desde luego merecerían cada uno por separado su propio artículo (y os aseguro que algunos de ellos tendrán su oportunidad en este santo blog), si bien este mes estimo oportuno dedicar mi artículo a un fenómeno dual o más bien a dos fenómenos que aunque juntos no se podría decir que estuvieran del todo revueltos. Me refiero a la maravillosa conjunción formada tanto por los recopilatorios Vértigo como por el programa de radio Bértigo (sí, con "B" y ya veremos por qué) de los 40 Principales, un programa de radio sumamente agradecido por todos quienes tuvimos ocasión de conocerlo y que desde luego dudo mucho que vuelva a repetirse, ni en su formato ni en sus formas, en emisora alguna de la actual o futura radio comercial.
A los estilos que nos seguirían acompañando tras los 80 como el pop, el rock, el metal o por ejemplo la EBM se sumarían otros tantos fenómenos que desde luego merecerían cada uno por separado su propio artículo (y os aseguro que algunos de ellos tendrán su oportunidad en este santo blog), si bien este mes estimo oportuno dedicar mi artículo a un fenómeno dual o más bien a dos fenómenos que aunque juntos no se podría decir que estuvieran del todo revueltos. Me refiero a la maravillosa conjunción formada tanto por los recopilatorios Vértigo como por el programa de radio Bértigo (sí, con "B" y ya veremos por qué) de los 40 Principales, un programa de radio sumamente agradecido por todos quienes tuvimos ocasión de conocerlo y que desde luego dudo mucho que vuelva a repetirse, ni en su formato ni en sus formas, en emisora alguna de la actual o futura radio comercial.
Por aquellos tiempos (so pena de repetirme en cuanto a ésto puesto que me encanta decir que) la música en la radio era música y no como con la de la radio actual que, salvo contadas excepciones, ni es música "ni es ná". Por supuesto las discográficas continuaban sacándose de la manga de cuando en cuando alguna boys (o girls) band cuando no otros tantos subproductos engendrados en la probeta de algún productor musical sin demasiados escrúpulos ni humanidad (hoy en día la mayoría), pero aún con todo el panorama musical era ciertamente formidable y, aunque muchos lloraban todavía la pérdida de Kurt Cobain, la sensación de que había vida musical más allá de su muerte era más que evidente, te gustara o no el Grunge. La vida simplemente sigue, pues cuando el mundo se para por un hecho como aquel, lo hace en realidad tan sólo por un instante que se alargará mentalmente en la medida en que cada uno quiera, no siendo ni mucho menos necesariamente así para el resto.
Vértigo... la irrupción en el mercado del primer recopilatorio de Vértigo en 1995 constituyó una sacudida musical sólo equiparable a un golpe seco y autoritario sobre una mesa demasiado atestada de compilaciones del tipo "Los 100 mayores éxitos de los 80" o megamixes del corte Máquina Total, Lo + Duro, Bolero Mix, etc. Había mucho rock alternativo tan bueno como variopinto diseminado por ahí y Vértigo fue probablemente si no el primero al menos el mayor esfuerzo por reunir un muestrario de calidad tal como para decir "joder, es que me lo compro". El hecho de que fuera anunciado en televisión mostrando la portada de aquel chaval de mirada desafiante mientras sonaba el "Do What I Say" de los Clawfinger contribuyó enormemente a que a día de hoy siga siendo recordado con añoranza no sólo como el fantástico catálogo musical que fue sino además como un auténtico símbolo generacional y de rabiosa juventud.
El recopilatorio abría con el "Sympathy For The Devil" de los Rolling Stones versionado por los Guns 'N Roses, cover que poco antes había sido incluida en la magnífica película Entrevista Con El Vampiro. A esta introducción le seguirían canciones de grupos como Green Day, Collective Soul, The Jesus & Mary Chain, Weezer, Aerosmith, REM, Sonic Youth, Elastica... o lo que es lo mismo, una alineación de cojones. Al compedio de 20 temas le seguiría posteriormente un segundo volumen de nombre "+ Vértigo" el cual vino a intentar repetir la fórmula del primero con otros 20 temas, una portada similar (esta vez con una chica) que aunque no desprendía la misma fuerza que la del primero, presentaba en esta ocasión una fórmula con una mayor apertura de sonido que la ofertada por el primer Vértigo, encontrándonos ahora con grupos como Moloko y Poe los cuales se salían ciertamente del canon más guitarrero del Vértigo original pero sin perderse la esencia de ofrecer algo "alternativo". Cabe aclarar que ambos grupos fueron radiados a través de Los 40 Principales pero ¿se les podría colgar por ello la etiqueta de grupos convencionales?, la respuesta es claramente NO, respuesta que tampoco variaría para tantísimos otros grupos contenidos en estos recopilatorios como Ocean Colour Scene, Ministry, White Zombie o unos Def Con Dos más venidos arriba que nunca gracias a su contribución en la banda sonora de la mítica película de El Día de la Bestia.
No estamos hablando de discos con artistas o grupos destinados a contentar a una mayoría borreguil / sin demasiadas pretensiones musicales a la que cualquier cosa que le pongas durante un viaje en coche le va a parecer bien (cuando no le va a dar exactamente igual) puesto que de lo que estamos hablando es de compilaciones destinadas a satisfacer la curiosidad, el ansia de saber más por parte de ciertos sectores de gente, de gente joven e inconformista, que estaba encontrando en la música una energía multiforme que los alentaba a seguir día a día en esa dura y temprana etapa de la vida para la cual las canciones de gente como Alejandro Sánz o Laura Pausini ni les servía ni les decía una puta mierda, hablando en plata.
Tras esos 2 primeros volúmenes de Vértigo (de 1995 y 1996) les seguirían otros 2 más (años 1998 y 2000) los cuales fueron lanzados ya no por MCA Records sino por Sony Music Media, compañía que por supuesto introduciría un notable cambio de cara a las portadas pero que procuró mantener un poco la labor y el espíritu de los anteriores al incluir en los listados de canciones a artistas y grupos tan variopintos como buenos (cada uno en su ámbito) como Oasis, Prodigy, Manic Street Preachers, Primal Scream, Björk, The Cranberries, Marilyn Manson, Rob Zombie, Ska-P, Portishead y un tan largo como diverso etcétera... y fue quizá este hecho de que se diversificara tanto desde aquel primer Vértigo que la popularidad / nº de ventas de los recopilatorios fue disminuyendo cada vez más respecto del rotundo éxito conseguido en 1995. La grabadoras de cds en las torres de los PC contribuirían también a ese descenso en las ventas que alentaría la idea de no sacar más volúmenes, cosa que quizá también contribuiría a que la radio y televisión musicales se fueran también transformando en una suerte de latinadas (tipo Ricky Martin, Chayanne, Shakira...), indiemoderneces varias así como en una mayor apuesta por los artistas y grupos españoles.
Tras hablar del impacto de estos recopilatorios - cuya esencia, como si de la fórmula de la Coca Cola se tratara, quiso copiar la mismísima Pepsi al lanzar su propio recopilatorio de nombre "Generation Next Music" en 1998 - toca comentar acerca de ese programa de radio que fue Bértigo, conducido por un misterioso locutor el cual muchos años más tarde, los mortales que no pululabamos por las oficinas de Los 40 Principales en los 90, pudimos saber que se trataba ni más ni menos que de Santiago Alcanda, señor cuya carrera en los medios sólo puede calificarse como "larga y acojonante cuando no absolutamente envidiable" por gente como yo que, gracias a programas de radio como aquel del que vamos a tratar, comenzamos en su día a soñar también con la idea de convertirnos en locutores de radio, sueño que en mi caso se cumplió parcialmente (al emitir de manera no profesional durante casi una década).
El simple hecho de que la cuña de Bértigo emplease el tema "A Warm Place" de Nine Inch Nails ya era de por sí una pasada (más aún recordemos para un programa incluido en la parrilla de Los 40 Principales) pero si a ello le sumas el acompañamiento del siguente speech en plena mitad de una década de los 90 cuyo cine de ciencia ficción aprobó y con nota, el resultado era simplemente la hostia.
“Nochevieja de 1993. Un coche todo terreno se cruza violentamente en la
vida de Jacinto Vergara, un joven de 21 años a quien sus amigos apodaban
Mister Rock. Un mes y un día más tarde su cuerpo sale del coma y sus
ojos no ven más que un torso inmóvil, pero su corazón late, siente con
fuerza. El 27 de marzo de 1994 los avances de la ciencia consiguen
conectar su mente a un ordenador. Es el prototipo meta-3. Ha nacido Bértigo".
Maese Bértigo, que era como se hacía llamar el amigo Santiago Alcanda (aka Jacinto Vergara aka Mister Rock) era un personaje que iba mucho más allá de cómo lo describía esa presentación de la cual sacamos fácilmente la idea de que el locutor se hacía pasar por una especie de cyborg / ser reanimado, físicamente incompleto y dependiente de máquinas de soporte vital básico gracias a las cuales hacer resonar su moribunda e insurgente voz a través de las ondas, sino que a esta caracterización física habría que sumarle unas notas de psicología que mayormente se traducían en un comportamiento altamente antisistema que intercalaba profundidad y elocuencia con habituales y agradecidos escupitajos verbales dirigidos a todo el mundo (siendo los demás miembros del equipo de locutores de Los 40 Principales un objetivo bastante frecuente), algo que resulta totalmente inconcebible, en unos tiempos como estos en los que "es más fácil sentirse ofendido que respirar" y en los que la más mínima reprobación / condena en las redes sociales puede costarle a uno su puesto de trabajo cuando no su propia reputación.
Entre otras posibles causas que se barajan (o mejor dicho se suman) para que Bértigo desapareciera tan prematuramente de la faz de la radio (pudiéndose hablar fácilmente de censura) y que ni siquiera a día de hoy podamos encontrar ni una sóla grabación en la web (nostálgicos, desempolvad vuestras cintas de cassette) ni tan siquiera información sobre el programa en la página de la emisora, podemos listar entre otras el hecho de que cuando a Maese Bértigo le salía de los circuitos no se cortaba ni un cable en poner algún tema (por el cual sentía especial fijación o porque sí) hasta 5 veces durante una misma emisión... otra razón más podría ser que para finalizar el programa ponía siempre una grabación que conjugaba sonidos bélicos (ametralladoras disparando) y una voz en alemán que fácilmente podría tratarse de un discurso de Hitler (eso sí, no confundamos: la intención era simple y llanamente escandalizar al personal).
Como podréis imaginar leyendo un poco el cómo se las gastaba el amigo Alcanda en su programa, cuando fueron lanzados los recopilatorios antes comentados, a Maese Bértigo se le fue totalmente el chip, buscando a toda costa desvincular su Bértigo de los Vértigo, gritando en más de una ocasión "¡BÉRTIGO SE ESCRIBE CON B, CABRONESSS!".
Aún queda mucho en mí de ese chaval de 14 años que de noche y ya en la cama, auriculares prestos, se disponía durante una hora a escuchar los desvaríos de Maese Bértigo, personaje más propio de una emisora de radio pirata local que de una comercial de ámbito nacional, y gracias a ello desmarcarse del estudiante de notables y sobres que era de día y de quien nadie sospechaba que lo flipaba con este verdadero paradigma de la radio en el cual podías escuchar una música (Nirvana, Manolo Kabezabolo, Terrorvision, Stone Temple Pilots, Smashing Pumpkins, Pearl Jam, Green Day, Pantera, Sepultura...) que en prácticamente su mayoría ni de coña oirás hoy en la misma cadena en la que se emitió.
En estos tiempos tendentes a la distopía en los que el desencanto sociopolítico y la inacción generalizada se acuestan con el secuestro cerebral propiciado por el uso y abuso de las nuevas teconologías, necesitamos más que nunca a Maese Bértigo para poner (no orden sino) caos en todo esto, pues sólo destrozando el actual sistema radiofónico y musical podremos conseguir una juventud más provechosa e inteligente, una que empiece a dejar de creer que "el éxito se mide en followers" o que para alcanzarlo basta con vender tu alma al Diablo de la televisión y no dar un palo al agua. Requerimos a Maese Bértigo para que, entre temazo y temazo, se cague en todo y en todos e involuntariamente propicie a los chavales de hoy ganas de cuestionar lo que las estúpidas pantallas de sus teléfonos les muestran.
¡Larga vida a la música de los 90 y larga vida a Bértigo!.
Nota: desde aquí agradecer a Frikiplaster (muy especialmente por sus esfuerzos en intentar recuperar algo del programa) así como a Fonoteca40 pues gracias a éstas páginas he recordado más de un dato y además, teniendo en cuenta que Los 40 Principales no cuentan ya con un archivo en condiciones sobre tiempos pasados, éstas páginas/blogs y otros foros mantienen el nombre de Bértigo en internet de tal manera que puedo decir que estoy cuerdo, que fue real y no me lo he inventado, que éste pedazo de programa de radio EXISTIÓ Y NOS ENCANTÓ.
Otros artículos musicales por Root Wounds para Cine de los 80:
- BANDAS DE LOS 80 AÚN EN ACTIVO I : DEPECHE MODE
- PANORÁMA ELÉCTRICO: UNA APROXIMACIÓN AL SYNTHWAVE
Entre otras posibles causas que se barajan (o mejor dicho se suman) para que Bértigo desapareciera tan prematuramente de la faz de la radio (pudiéndose hablar fácilmente de censura) y que ni siquiera a día de hoy podamos encontrar ni una sóla grabación en la web (nostálgicos, desempolvad vuestras cintas de cassette) ni tan siquiera información sobre el programa en la página de la emisora, podemos listar entre otras el hecho de que cuando a Maese Bértigo le salía de los circuitos no se cortaba ni un cable en poner algún tema (por el cual sentía especial fijación o porque sí) hasta 5 veces durante una misma emisión... otra razón más podría ser que para finalizar el programa ponía siempre una grabación que conjugaba sonidos bélicos (ametralladoras disparando) y una voz en alemán que fácilmente podría tratarse de un discurso de Hitler (eso sí, no confundamos: la intención era simple y llanamente escandalizar al personal).
Como podréis imaginar leyendo un poco el cómo se las gastaba el amigo Alcanda en su programa, cuando fueron lanzados los recopilatorios antes comentados, a Maese Bértigo se le fue totalmente el chip, buscando a toda costa desvincular su Bértigo de los Vértigo, gritando en más de una ocasión "¡BÉRTIGO SE ESCRIBE CON B, CABRONESSS!".
Aún queda mucho en mí de ese chaval de 14 años que de noche y ya en la cama, auriculares prestos, se disponía durante una hora a escuchar los desvaríos de Maese Bértigo, personaje más propio de una emisora de radio pirata local que de una comercial de ámbito nacional, y gracias a ello desmarcarse del estudiante de notables y sobres que era de día y de quien nadie sospechaba que lo flipaba con este verdadero paradigma de la radio en el cual podías escuchar una música (Nirvana, Manolo Kabezabolo, Terrorvision, Stone Temple Pilots, Smashing Pumpkins, Pearl Jam, Green Day, Pantera, Sepultura...) que en prácticamente su mayoría ni de coña oirás hoy en la misma cadena en la que se emitió.
En estos tiempos tendentes a la distopía en los que el desencanto sociopolítico y la inacción generalizada se acuestan con el secuestro cerebral propiciado por el uso y abuso de las nuevas teconologías, necesitamos más que nunca a Maese Bértigo para poner (no orden sino) caos en todo esto, pues sólo destrozando el actual sistema radiofónico y musical podremos conseguir una juventud más provechosa e inteligente, una que empiece a dejar de creer que "el éxito se mide en followers" o que para alcanzarlo basta con vender tu alma al Diablo de la televisión y no dar un palo al agua. Requerimos a Maese Bértigo para que, entre temazo y temazo, se cague en todo y en todos e involuntariamente propicie a los chavales de hoy ganas de cuestionar lo que las estúpidas pantallas de sus teléfonos les muestran.
¡Larga vida a la música de los 90 y larga vida a Bértigo!.
Nota: desde aquí agradecer a Frikiplaster (muy especialmente por sus esfuerzos en intentar recuperar algo del programa) así como a Fonoteca40 pues gracias a éstas páginas he recordado más de un dato y además, teniendo en cuenta que Los 40 Principales no cuentan ya con un archivo en condiciones sobre tiempos pasados, éstas páginas/blogs y otros foros mantienen el nombre de Bértigo en internet de tal manera que puedo decir que estoy cuerdo, que fue real y no me lo he inventado, que éste pedazo de programa de radio EXISTIÓ Y NOS ENCANTÓ.
Otros artículos musicales por Root Wounds para Cine de los 80:
- BANDAS DE LOS 80 AÚN EN ACTIVO I : DEPECHE MODE
- PANORÁMA ELÉCTRICO: UNA APROXIMACIÓN AL SYNTHWAVE
In the meantime, temazo absoluto.
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