Amigos Ochenters, hoy
vamos a hablar de una de las mejores (a mi parecer) películas de uno de los
genios del cine, con un Tim Burton
libre y sin restricciones, desenfrenado y motivado, que nos regaló una maravillosa
cinta con uno de los personajes más carismáticos de los 80-90. Aquel que hay
que nombrar tres veces para que haga un bio-exorcismo, aquel al que le salen
serpientes de la cabeza y que se anuncia por la tele cual vendedor de coches
americano al canto de “Comeré lo que quiera que coma, cagaré lo que quiera que
cague” Todos sabéis perfectamente a quién me refiero, no es otro que Beetlejuice.
Sé que es absurdo
decirlo, pero si aún hay algún despistado que no haya visto esta maravilla de
nuestro recuerdo, (¡ya le vale también!) se va a comer varios spoilers, pues
voy a hablar de la trama. ¡Avisados estáis!
La historia comienza en
la “nueva” casa de los Maitland, estos son Barbara, interpretada por la maravillosa Geena Davis (“La Isla de las
Cabezas Cortadas”, “Tootsie”…) y
Adam Maitland al que da vida Alec Baldwind (“La Caza del Octubre Rojo”, “Coacción
a un Jurado”…)
En los primeros minutos
de metraje, el guion nos cuenta cómo empiezan su vida en su nuevo hogar esta
feliz pareja. Pronto conoceremos las aficiones de Adam, el cual está construyendo la maqueta del pueblo en el desván.
Tras la visita de Jane (Annie McEnroe) que les recuerda que es una casa muy grande para una
pareja sola y le aconseja que la vendan a una familia con hijos (ya que ellos
no consiguen quedarse embarazados), deciden ir al pueblo a comprar pinturas
para la maqueta de Adam.
Aquí vemos a uno de los
personajes secundarios clave de la película, el cual aparece varias veces en
escena antes de realizar su cometido, no podemos referirnos a otro que al perro
que vagabundea por el pueblo. ¿Y por qué es un personaje clave en la historia?
Pues…
Tras el accidente en el
puente y cayendo al río, la cinta no nos cuenta lo que más tarde descubriremos
junto a los queridos Maitland. Vemos
cómo la feliz (y empapada) pareja regresa a casa, pero algo va mal. Adam decide salir de casa y
automáticamente se teletransporta a un inhóspito y extraño desierto con una voraz serpiente que quiere devorarlo
Gracias a Barbara, la cual le recrimina que han
pasado dos horas desde que se fue (para nosotros los espectadores y para Adam son sólo segundos), consigue salir
del desierto y volver a casa. Allí Barbara
le muestra varias cosas que ha descubierto desde que volvieron a la casa como
que no se reflejan en los espejos y que un misterioso libro ha aparecido en la
casa, titulado “Manual Para Difuntos Recientes”, comprendiendo (al igual que
nosotros, los espectadores) que no salieron bien parados del accidente en el
puente.
Tras esto, llega a la
casa una nueva y estrafalaria familia, los Deetz,
formada por la madrastra, Delia Deetz,
una extravagante escultora interpretada por la maravillosa Catherine O’Hara (“Solo En
Casa”, “Pesadilla Antes de Navidad”…)
El padre, Charles Deetz, que se dedica a comprar
edificios antiguos para reformarlos y revenderlos, interpretado por Jeffrey Jones (“Todo en un Día”, “Permanezca
en Sintonía”…)
Y la hija de Charles e hijastra de Delia, Lydia Deetz, interpretada por, hasta aquel entonces, una
desconocida Winona Ryder
A esta extraña familia
además los acompaña un decorador de interiores, íntimo amigo de Delia, y que está dispuesto a cambiar
toda la casa de los Maitland sin que
estos puedan evitarlo, este personaje es Otto, interpretado por Glenn Shadix.
El problema (para los
fantasmas) es que están condenados a vivir en la casa con los Deetz. Desesperados, Adam y Barbara intentan hacer que se vayan de la casa y, se les ocurre que
siendo fantasmas, la mejor manera de ahuyentarlos es asustándolos… Sin mucho
éxito, pues no consiguen que los vean.
Pasan los días y
escondidos en el desván, Beetlejuice interpretado
por el fantástico Michael Keaton, (“Batman”, “Batman Vuelve”, “De Repente
Un Extraño”…) hace su primera (y cómica) aparición mediante un anuncio en
una vieja televisión que se anuncia ofreciendo bioexorcismos para expulsar a
los vivos (con una posesión gratis) si pronuncian su nombre tres veces.
Tras este anuncio, Adam le comenta a Barbara que, según el manual, pueden pedir ayuda dibujando una
puerta en la pared y llamando tres veces (obsesión de Burton por el tres) por
lo que deciden probar. El experimento tiene éxito, y se abre una puerta que los
dirige al mundo de los muertos, en concreto, al purgatorio.
Allí, vemos una sala de
espera con varios difuntos esperando, difuntos que en su día nos perturbaron un
poco, pero que son geniales, como el fumador quemado
O el hombre con un
tiburón en la pierna o el hombre orondo atragantado con un hueso
La pobre chica cortada
por la mitad
O el maravilloso
personaje del explorador que ha sufrido el tratamiento de un “encogedor” de
cabezas.
Aquí son atendidos por Juno, interpretada por Sylvia Sidney y que actúa como guía de
los difuntos recientes.
Durante la reunión con Juno, Adam pide información acerca de Beetlejuice,
a lo que Juno responde de mal humor,
ordenándoles que no se les ocurra llamar a Beetlejuice,
el cual era su ayudante pero causó muchos problemas ya que es muy peligroso.
Les aconseja que sigan intentando asustar a los Deetz por sus propios medios. De vuelta, Adam y Barbara deciden
probar de nuevo y volver a intentar asustar a los Deetz para que se vayan de casa, pero como no consiguen ser vistos,
usan una táctica nueva.
Esto tampoco surte
efecto, pero descubren que Lydia, la
hija de los Deetz puede verlos sin
sábanas y también que ésta, ha leído el manual, manual que les robó mientras
estaban en el purgatorio. Adam y Barbara le explican que no quieren
hacerles daño, pero que es su casa y quieren recuperarla, por lo que Lydia decide ayudarlos hablando de ellos
a su familia.
Adam
y Barbara, desesperados, deciden
hacer caso omiso a Juno y llaman a Beetlejuice, pronunciando su nombre tres
veces lo cual hace que se teletransporten a la maqueta que Adam estaba construyendo en vida, pues Beetlejuice se ha instalado allí.
Éste les explica en
persona que él puede echar a los Deetz
de la casa si ellos quieren, y que tiene muchas formas de asustarlos
garantizando un alto porcentaje de éxito.
Barbara,
le
dice a Adam que no se fía de Bettlejuice y que no quiere hacer daño a
los Deetz y mucho menos a Lydia ya que sólo quiere que se marchen
de la casa, por lo que deciden rehusar la ayuda de Beetlejuice y seguir probando por sus medios por lo que deciden
marcharse de la maqueta, hecho que enfurece a Beetlejuice. Tras esto, Adam
y Barbara vuelven a hablar con Juno,
que les recrimina haber llamado a Beetlejuice
pese a sus advertencias, así como que un “vivo” (Lydia) haya tenido acceso al manual de los difuntos recientes, les
vuelve a advertir que dejen en paz a Beetlejuice
y que echen a los Deetz por sus
propios medios, pidiéndoles una muestra de cómo van a actuar para hacerlo,
usando sus propios cuerpos para formar unas criaturas dantescas.
Lydia
mientras tanto habla con su madrastra para decirle que hay fantasmas en la casa y que quieren que se vayan, Delia no cree a Lydia y le pide que se comporte, pues esa misma noche tienen una cena muy importante su padre y ella y no quiere que aburra a los invitados con sus historias de fantasmas, también habla con su padre, Charles, pero tampoco surte efecto. Tras esto Lydia sube al desván para decir que no ha tenido éxito informando sobre ellos y descubre que Beetlejuice vive en la maqueta, el cual intenta que pronuncie su
nombre para poder salir de ahí y ayudar a los Maitland. A punto de pronunciar el nombre tres
veces como el ritual indica, es interrumpida por Adam y Barbara que le dicen que nunca pronuncie el nombre de esa persona, pues es muy peligrosa.
Y a partir de aquí tengo que hacer un alto porque viene una de las mejores escenas de toda la película, os pongo en situación. Aprovechando la cena de los Deetz, Adam y Barbara deciden probar una vez más y dar un susto a todos los presentes para que se marchen de la casa y ocurre la siguiente escena.
Aquí hace aparición por
primera vez la voz de Harry Belafonte
y su tema "Day-O (The Banana Boat
Song)" cuya escena nos sacó a todos una carcajada con un baile
coreografiado y fantasmagórico y que todos guardamos en el recuerdo como una de
las escenas clave de la cinta por lo divertido de la misma junto al susto del
final (que seguro nos llevamos más de uno)
Tras esto, Adam y Barbara, convencidos de su éxito, esperan mirando por la ventana
para ver cómo los vivos huyen despavoridos. Para desgracia de Adam y Barbara, esto no ocurre, pues a los invitados les ha encantado el
“espectáculo” y exigen que bajen para conocerlos usando a Lydia de mensajera. Ante sus negativas, los invitados se marchan
ofendidos y Beetlejuice decide
actuar.
Ya, sólo con los Deetz y Otto en casa y estos discutiendo con Lydia porque no les ordena que salgan, pues según Delia ellos son sus dueños, Beetlejuice se transforma usando la
barandilla de la escalera en una horripilante serpiente que ataca a todos los
presentes, incluida Lydia, que es
salvada por Barbara en el último
momento.
Y amigos, hasta aquí la
trama que os pienso destripar, como siempre y si alguien no la ha visto, no voy
a contar cómo sigue porque merece la pena disfrutarla una y otra vez.
En su dirección, un
acertado Tim Burton que venía de una
cinta totalmente distinta, “La Gran
Aventura de Pee-Wee”, un personaje infantil famoso por aquel entonces y que
no cosechó el éxito esperado. Por suerte para todos, en “Beetlejuice”, Burton dio
rienda suelta a su creatividad haciendo una maravillosa cinta con los tonos
oscuros que le caracterizan pero sin dejar de lado ese humor maravilloso y
particular de su cine que sólo él consigue transmitir y que nos descubrió un
estilo distinto al habitual, mostrándonos la belleza en lo atípico, rodeado de
colores fríos y de formas asimétricas.
A la banda sonora lo
acompañaba su inseparable amigo Danny
Elfman, que nos regaló para mi gusto una de las mejores BSO de toda la
filmografía Burton-Elfman y que pasó
desapercibida por muchos. Os dejo con el tema principal de la película.
La película fue un gran
éxito y lanzó a la fama mundial a Keaton
que repetiría con Burton en “Batman”
Y a Winona Ryder, también volviendo con
Burton en la maravillosa e irrepetible “Eduardo
Manostijeras” junto a un joven Johnny
Depp.
Para ir finalizando
amigos de los ochentas, os dejo unas cuantas curiosidades de esta maravillosa
cinta.
-Los dientes de Beetlejuice son realmente los dientes de
Michael Keaton.
-Antes de hacer la
película, Winona Ryder no quería
hacer el papel ya que pensaba que se trataba de una historia demasiado
"satánica".
-Alec Baldwin diría con
el tiempo que se sentía tremendamente decepcionado con el resultado de la
cinta.
-Debido a su gran éxito, "Beetlejuice" tuvo una
serie animada al año de estrenarse la película.
Os dejo la intro de
esta curiosa serie que nos descubría una maravillosa versión de los acordes de Elfman.
-En la parte de la
cinta donde Beetlejuice sale de la
maqueta e interviene en el exorcismo a los Maitland,
surge la cabeza de Jack, el icónico
protagonista de “Pesadilla Antes de
Navidad”.
-Otro guiño a “Pesadilla antes de Navidad”. La
serpiente que sale en el desierto y que engulle a Beetlejuice aparece en la obra animada.
-Tras su estreno en
cines también pasó por el mundo de los videojuegos con varias producciones para
MS-DOS, así como para Nintendo y Game Boy.
-En la escena donde se
encuentran varios personajes en la sala de espera del purgatorio, se había
pensado añadir a un actor disfrazado de Godzilla con un avión que le atravesaba la cabeza. Problemas de
presupuesto lo suprimieron.
-El nombre del
personaje viene de Betelgeuse. Una estrella roja y brillante de la constelación
de Orión. Al estudio no le hacía demasiada gracia este título, y tenía pensado
llamar al film “House Ghosts” (“Casa de Fantasmas”). Tim Burton, con su peculiar humor,
sugirió el título “Scared Sheetless”
(“Asustados sin sábanas”), y se le quitaron las ganas de bromear
cuando vio que al estudio no le desagradaba la idea. Se terminó llamando “Beetlejuice” en lugar de “Betelgeuse” por comodidad de
pronunciación y fonética de la lengua inglesa.
-Burton
dijo sobre Keaton: “Mucha gente puso en duda la elección de Michael
Keaton como Beetlejuice, pero todo estaba en sus ojos: eran salvajes; se metió
en el personaje y siguió adelante con él. Fue la primera ocasión en que vi cómo
un personaje crecía en el interior de un actor. Cada vez que me reunía con
Michael, me daba nuevas ideas respecto hacia dónde debíamos dirigirnos”
-Al principio no se iba
a explicar lo que pasaba con Beetlejuice
después de que se lo tragase la serpiente de las arenas, pero al público le gustó tanto el
personaje en los preestrenos que se filmaron dos escenas donde aparecía en la
sala de espera. La de la película, donde a Beetlejuice
le reducen la cabeza y otra, que nunca se vio, donde aparece el barbero del pueblo
que comenzaba a contarle batallas a Beetlejuice.
El agobio de pensar que tendría que estar eternamente aguantándolo hacía que se
le cayese la cabeza al suelo.
-Burton quería para el personaje de Beetlejuice a Sammy Davis Jr.,
la estrella favorita de su infancia. A los ejecutivos no les gustó nada la
idea.
-A pesar de que hoy en
día no concibamos la película de otra forma, lo cierto es que “Beetlejuice” iba a ser una cinta de
terror. El personaje de Michael Keaton
estaba pensado para ser un demonio con alas, que se transformaba en un hombre
para interactuar con los Maitland y
los Deetz. Beetlejuice debía matar a los Deetz.
Las siguientes versiones del guion añadieron el tono de comedia, y suavizaron
al personaje principal sin convertirlo en un demonio.
-Beetlejuice sólo está presente durante diecisiete minutos y medio
de metraje, cuando la película dura un total de noventa y dos minutos. Keaton sólo tuvo que rodar durante dos
semanas.
-La escena en la que Beetlejuice se transforma en la
serpiente, se rodó antes de que Michael
Keaton se sumara al proyecto y, obviamente, no se parecía en nada al actor.
No obstante, tras entrar en la película se volvieron a filmar algunas escenas
usando una serpiente de stop-motion con mayor semejanza a Keaton, pues el estudio quería que todo el mundo supiera a ciencia
cierta que la serpiente era Beetlejuice.
-Glenn Shadix, (Otto) falleció
en septiembre de 2010. Para el funeral, sus allegados tuvieron una magnífica
idea, y la última canción que sonó allí fue "Day-O (The Banana Boat Song)", la misma que en la
inolvidable escena coreografiada de la cena en la película.
-Para la familia Deetz se pensó como primera “Delia” en Anjelica Huston (quien luego sería Morticia Addams en “La
Familia Addams”). Una enfermedad evitó que Huston formara parte de la película y la elegida fuese Catherine O'Hara, que más tarde también
interpretaría a otra famosa madre en “Solo
Casa”.
En el caso de Lydia Deetz (Winona Ryder) se pensó en
Juliette Lewis, quien hizo hasta la
prueba de casting y fue de las candidatas serias a ser el personaje.
Incluso se habló de
otros nombres de moda por aquel entonces como Sarah Jessica Parker, Diane Lane o Jennifer Conelly siendo Winona la afortunada de ser la elegida para el papel.
-El 6 de octubre de
1955 un avión se estrelló en Wyoming.
Fue el Vuelo 409 de la “United Airlines
Flight”. En “Beetlejuice”,
tienen su mención estos 66 pasajeros fallecidos donde podemos escuchar por el
altavoz de “El más allá” diciendo: "Vuelo 409 está llegando a la puerta
3".
-La popularidad de Beetlejuice llegó a tal extremo que los
estudios de Universal abrió una
atracción en Orlando con un espectáculo
en directo basado en la película, llamada “Beetlejuice's
Rock and Roll Graveyard Revue”. Lamentablemente duró desde 1992 hasta 2016
y ya no está disponible, dejando paso a la nueva atracción de la saga “Fast&Furious”.
-El éxito de la
película dura hasta nuestros días con innumerable merchandising; figuras,
disfraces…
Amigos, por hoy me
despido hasta el próximo artículo, disfrutando aún de esta maravillosa obra de Burton, aun tarareando las melodías de Elfman y maravillándome con la magia de Belafonte.
Recordad disfrutar del buen cine, que no es otro que aquel que os haga felices y, si tenéis el
infortunio de morir, estudiaros bien el “Manual
de Difuntos Recientes” o si no, siempre podréis llamar tres veces a aquel
que no debe ser nombrado.
Hasta el siguiente escrito
queridos Ochenters.