Entretenida comedia producto de la Amblin (en este caso alejada del fantástico) de Spielberg , para mayor lucimiento de la estrella Tom Hanks y una Shelley Long que triunfaba como Diane Chambers en la mítica serie Cheers (1982-1993).
Dirige Richard Benjamin, un director de comedias ligeras como Mi año favorito, Mi novia es una extraterrestre o Made in America, pero también de dramas como Adiós a la inocencia o del thriller Espías sin identidad. David Giler escribe el guión de una historia rodada en Nueva York y que hay quien la considera remake de Los Blandings ya tienen casa (1948).
Walter Fielding (Tom Hanks) y Anna Crowley (Shelley Long) son una pareja que vive en el apartamento del ex marido de esta, el excéntrico y egoísta director de orquesta Max Beissard (el difunto Alexander Godunov). Beissard regresa mucho antes de lo que creían y se ven obligados a buscar un nuevo hogar en tiempo record. Pero en vez de alquilar otro apartamento, y considerando que la compra de una propiedad conjunta afianzará su relación, son estafados por una señora que les vende una mansión de (supuestamente) un millón de dólares por 200.000. Y es que esa casa es una ruina ...
A partir de entonces el humor se centrará en todas las desgracias que afrontará la pareja al, literalmente, ir desmoronándose la casa : escaleras que se derrumban, horno que explota, una bañera que hunde el suelo y cae un piso, una alfombra "voraz", la secuencia del derrumbe de los andamios (a destacar)... Y así hasta un millar de desastres que se cebarán , particularmente, en la pobre piel de un Hanks que adquiere protagonismo absoluto y suelta a placer sus características muecas.
Como comedia resulta bastante efectiva al centrarse casi exclusivamente en los gags de la casa, hecho que simplifica mucho un guión que precisamente se ve enturbiado al incluir esa subtrama dramática en la que Beissard trata de reconquistar a Anna causando problemas en su relación con Walter.
Una comedia muy representativa de los ochenta que además triunfó en taquilla recaudando casi 55 millones de dólares con un presupuesto de diez.
Lo reconozco, hecho de menos al Tom Hanks de los 80, al comediante puro y duro que tanto me hizo disfrutar de mi niñez y parte de mi adolescencia y como tenía ganas de deshuevarme un rato, pues descubrí una joyita, una pequeña joya que tenía en el olvido y que voy a rescatar para todos y todas los/as ochenters presenters...ladies and gentlemen con ustedes: Despedida de soltero (Bachelor party para los angloparlantes)...ay madre que me emociono, que han traducido bien el título de una película
Sinopsis:
Rick y Debbie se van a casar en menos de una semana y como no, no puede haber boda, si no hay una desmadrada despedida de soltero y de soltera previas, aunque la que huele a llevarse la palma, va a ser la despedida de los chicos y bien que se la va a llevar.
La pre-party:
Como en toda despedida que se precie, lo que toca es que cada uno de los contendientes, digo de los casamenteros, digan a sus respectivas pandillas que se van a casar y claro, ahí es cuando la cosa se complica.
Primero conocemos a los tarados colegas del novio , empezando por el fotógrafo ligón y desmadrado Jay (Adrian Zmed), Rudy (Barry Diamond), el mecánico descerebrado y amante de la juerga, Ryko (Maichel Dudikoff), el cabeza de chorlito de todo grupo, Stan ( William Tepper), hermano del novio y deseoso de una despedida como Dios manda y Gary ( Gary Grossman), el come marrones .
Todos ellos deseosos de montarle una despedida inolvidable al novio como mandan los cánones.
Por parte de ella ,Debbie ( Tawnie Kytaen), la despedida pretende ser más acorde al nivel de vida pijo de su familia, cosa que como veremos, saldrá de aquella manera.
Y como olvidarnos de los suegros del novio ( de sus padres no oiremos nada en la película, aunque se rumoreaba que en una pronta secuela ese misterio se desvelaría, cosa que no sucedió, aunque sí hubiese secuela en el año 2008...olvidable hacedme caso).
Pues el suegro es un toca pelotas, que busca que no se concrete el matrimonio y no duda en recurrir a un antiguo novio de Debbie , Cole ( Robert Prescott), que hace el papel del niño pijo mojigato y repelente, que tanto vimos en las comedias de los ochenta.
La despedida, el desmadre y Nick el Rabo:
Y llegó la despedida, el despiporre, el desmadre, la bacanal, la orgía, la liada padre y Nick el Rabo.
Si la primera parte de la película, puede resultarnos aburrida, algo lentorra y sin chicha, esta segunda parte es por la que más se recuerda a esta película, ya que se puso toda la carne en el asador, dejando que la tropa improvisase y sobre todo que disfrutasen como si de una verdadera despedida de soltero se tratase.
No se si cortarme las venas o dejármelas largas
Llegamos al hotel donde se va a celebrar la despedida y llega uno de los personajes que dieron más juego Brad ( Bradford Bancroft) un viejo compañero de colegio , en crisis post matrimonial, adicto a todo tipo de drogas y totalmente ido de la olla.
La suite donde se va a celebrar la despedida es todo un lujazo, pero claro, hay que ponerlo en marcha con fulanas, música , un burro...y ¿ Nick el Rabo?, paciencia, que ya voy.
Resulta que a los chicos les llega el soplo de que las chicas están en cierto local de strip-boys y sin dudarlo y esperando a que lleguen las chicas contratadas por Gary, deciden hacerles una visita ( por cierto las chicas inicialmente contratadas por Gary, fueron desviadas a la casa de la novia por Cole en un intento de desmoronar el futuro enlace, donde la despedida era un simple merendola, transformada en un espectáculo lésbico no apto para cardíacos/as).
En el local y viendo el desmadre que alguna lleva, los muchachos deciden gastar una broma en el que efectivamente, Nick el Rabo (Brett Baxter Clark) será el protagonista debido al tamaño de su miembro, el cual camufla entre pan de perrito caliente...yendo a parar a las manos de la futura suegra de Rick, quien tras la escena decidió volverse vegana debido al tamaño de aquella salchicha...
Como ésto no podía quedar así, las chicas planean sabotear la despedida de los chicos a su estilo, pero para cuando ellas lleguen, ya todo se ha acelerado.
Primero han llegado las tan deseadas chicas, luego llega el grupo de música para dar ritmo y cuando nos damos cuenta se ha metido medio hotel en la suite y no contentos con eso Ryko y Adrian, deciden dar una marcha más robando un burro para el espectáculo zoofílico que preparan como culmen de la despedida.
Obviando el modo de meterlo en el hotel, camuflado bajo un disfraz...de reno, lo que acontece con él, hoy seguramente sería denunciable por PACMA y cualquier partido animalista , pero los ochenta eran diferentes y era un todo vale con tal de dar alegría a la pantalla, porque seamos realistas, el que un burrillo se drogue consumiendo todo lo que pilla, hoy no sería permitido.
Pero ¿de quien eran las drogas?, exacto de Brad, el mismo que intenta suicidarse en una bañera, mojando apenas el pelo, porque si mete la cabeza se ahoga y el mismo que intenta cortarse las venas con...¡Una maquinilla eléctrica! porque no encuentra nada afilado...Mítico como diría aquel
Y como no, no me olvido de Gary, el come marrones, el que nunca ha pillado cacho y cuando por fin lo pilla, se siente feliz, en una nube, ve a su musa entrar en el baño y...¡Coño si tiene pito!, brutal la cara de asombro, el grito y la reacción posterior a la confesión de She-Tim , mecánico de BMW para más señas...
¿Y ellas?, pues sagaces y audaces, no se les ocurre mejor idea que vestirse de prostitutas con el fin de sabotear la despedida de los chicos, pero claro, como no, no sale la cosa como está previsto y en vez de acabar en la despedida acaban siendo confundidas con verdaderas prostitutas para acabar en la habitación de un grupo de viejos nipones con ganas de pasarlo bien...aunque tras evadirse de ellos, la final llegarán a la habitación de los chicos para comprobar el desmadre que han conseguido montar.
El desenlace de toda la trama resulta al final ser de lo más simple, en comparación con la despedida en sí. El desenlace:
Si nos ponemos a ver con detenimiento lo que es la película en sí, veremos que todo nos suena, que lo que vemos ya lo hemos visto y si no mirad:
Rudy es igual que Bluto en Desmadre a la Americana, mismos gestos, mismas reacciones, mismo comportamiento ( la escena comiendo choclatinas, no deja de ser una copia de aquella en el comedor de estudiantes con Bluto en plan devorador)
Todo el desmadre de la suite con grupo incluido, es el mismo desmadre que hemos visto en la fiesta Toga , cambiando al grupo de color y de género.
La escena del burro, bien podría ser una versión del infarto del caballo en Desmadre ( de hecho ambos mueren de un ataque al corazón)
Bien cierto es que hay mucho de Desmadre a la americana, en esta película y eso no digo que sea malo, pero le quita valor y originalidad, aunque sí hay que reconocerle que con el paso de los años, no ha envejecido mal del todo y que los revisionados la mantienen en su estatus de comedia de culto.