El Furor del Dragón (1972/ Bruce Lee) The Way of the Dragon/ Meng long guo jiang

Bienvenidos al debut como director de Bruce Lee, una joya de las artes marciales que permanece imborrable en la retina de muchos/as de aquellos/as que la hemos visionado bastantes veces. Una joya marcada indescriptiblemente por la mejor escena marcial jamás rodada hasta la fecha.
Bienvenidos a : El Furor del Dragón

La presentación:
Como he mencionado anteriormente, esta película fue el debut como director de Bruce Lee, doblando o triplicando sus labores, ya que ejercía tanto de director, como de guionista y actor y en parte productor tras su reciente firma de cooperación con Raymond Chow, que fuese el magnate del cine oriental de aquella época.
Es la primera película oriental rodada en occidente, con los problemas que ello suponía, ya que el rodaje tuvo que hacerse de manera express, al carecer el equipo de visados o permisos de trabajo, con lo que a lo sumo el rodaje debía de hacerse en tres semanas...se hizo en dos gracias al ritmo frenético de trabajo y según algunos obsesivo de Bruce, en su afán de tenerlo todo bajo control.
El desarrollo:
Para que nos hagamos una idea de lo frenético que fue el desarrollo de la película, una anécdota. Todo el rodaje se hizo sin sonido, es decir, todas las líneas de diálogo de los actores, fueron realizadas en post producción, incluso, el doblaje al inglés, tuvo un solo actor en esas labores, el propio Bruce Lee.
Desde el inicio queda claro quien lleva la voz cantante en la película, si bien hemos de decir, que la primera escena marcial de nuestro protagonista, no acontece hasta pasados los primeros treinta minutos de la trama, una trama bien sencilla, en la que Bruce interpreta a un joven que acude a Roma, con el fin de prestar ayuda a unos compatriotas, a quienes unos sicarios les tienen extorsionados, con el fin de que cedan a vender un pequeño restaurante.
Para que como hemos dicho todo fluyese con rapidez, Bruce, se rodeó de actores y actriz, a quienes conocía de toda la vida y que sabían de su manera de trabajar, por ello no es de extrañar que casi todo el casting de Furia Oriental, repitiese en esta película, incluso Bob Wall e incluyendo a Chuck Norris (entrenaban juntos) y el luchador coreano, aunque aquí su papel sea el de un luchador japonés Ing Sik-Whang
El puño del Dragón:
Como he mencionado anteriormente, las primeras escenas marciales de Bruce Lee, no discurren hasta pasados los primeros treinta minutos de la película.
Pero la espera como siempre, merece la pena y más si cabe teniendo en pantalla al Pequeño Dragón. En esta primera escena, nos trasladamos al patio trasero del restaurante, donde discurre la primera contienda contra los mafiosos italianos, un duelo entre el golpe de cadera del genio oriental y el boxeo italiano...consecuencia...espectáculo puro con un Bruce pletórico dando rienda suelta sus patadas laterales, sus mejores puñetazos y su potencia de lucha

La cola del Dragón


Tras su primer combate contra la mafia, es lógico pensar en las represalias, que las hubo, las hubo y esta vez volvemos otra vez al patio trasero del restaurante, donde aquí no sólo pudimos ver a Bruce sacando a relucir todo su potencial marcial, sino que asistimos a una clase magistral del uso de los nunchakus. Una técnica prodigiosa, un ritmo frenético y un modo hipnótico de usarlos contra los esbirros de la mafia, que nos deja pegados a la pantalla y a nuestro asiento, atrapados por la belleza de lo que estamos viendo, una clase magistral.
Pero no queda aquí la cosa, si no que asistimos al uso por parte de Lee de unos dardos de madera, hechos por él y que los usa de manera certera para desarmar a los mafiosos que quedan en el restaurante ,consiguiendo expulsarlos del restaurante, incluyendo a su autoritario jefe Jonn T. Benn, quien fue reclutado..."porque pasaba por allí y daba el pego" y el pego lo daba con esa barba y esa manera chulesca de fumar puros.
El Furor del Dragón
Este bloque viene marcado por tres escenas que van aumentando la acción e intensidad hasta el combate final.
La primera acontece en las oficinas de la Mafia. Aquí Bruce ya no acude sólo, si no con sus compañeros y vuelve a mostrarnos el uso de los dardos y su estilo espectacular de lucha. Una escena hecha con mimo, en la que por primera vez atisbamos las dotes marciales de sus compañeros, sin abandonar esos planos cuidadosamente rodados en la ejecución de las coreografías por parte de Lee.
La segunda acontece cuando Colt ( Norris), Bob (Wall) y el luchador japonés ( Ing-Sik), acuden para solucionar los problemas de la Mafia.
Los dos segundos se baten en duelo contra Lee, un duelo donde yo me quedo con la paliza que Wall recibe de Lee ( cabe recordar que ambos eran amigos íntimos, ya que Bob había sido uno de los primeros alumnos de Bruce) a pesar de la amistad la mayoría de los golpes que vemos en la coreografía son reales, incluso la patada en las partes nobles, según contaría en años posteriores el propio Bob.
Y llegamos por fin a la que es considerada por muchos/as, de hecho yo me incluyo, como la mejor coreografía marcial jamás rodada .
Dos super estrellas marciales Chuck Norris el campeón del mundo de Karate , contra Bruce Lee el rey del Kung-Fu.
Norris había sido contratado por el propio Lee, ante la incredulidad de aquel que le espetó: ¿Quieres ganar al campeón de Kárate? a lo que Lee le respondió: No, lo que quiero es matar al campeón de Kárate.
Para que el combate fuese, digamos más memorable, Lee hizo engordar a Norris unos cuantos kilos, con el fin de que pareciese más grande y más imponente. Fue tal la obsesión de Lee con que la escena saliese perfecta, que estuvo cerca de cuarenta y cinco horas para que saliese a su gusto.
La complicidad entre ambos actores era absoluta y todo fue hecho de la manera más real posible ( sí el mato de pelo que en determinado momento Bruce arranca del pecho de Norris, es absolutamente real). Ver dos estilos tan opuestos en pantalla, es un espectáculo de obligada visión y más si vemos el principio, cuando el arrollador inicio de Norris hace tambalear al propio Lee, aunque luego ya veremos quien es el boss de la arena del Coliseum, un lugar donde por cierto carecían de permiso para rodar y donde las pocas escenas que realmente se rodaron allí, hubieron de ser rodadas a escondidas (desconocemos si el felino que se mantiene como único espectador estaba en el Coliseum o era parte del atrezzo, pero el pequeño gatito se convierte en un personaje más del combate).
Para el recuerdo nos quedan los momentos finales, con un Bruce desatado, encadenando una serie de golpes, que dejan cojo y manco al propio Norris, cerrando la escena con el fatídico y épico final tras unos intensos diez minutos de combate, que hoy, 47 años después  siguen imborrables en las retinas de muchos/as de nosotros/as.

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