“Había una vez tres
muchachitas que fueron a la academia de policía… Les encargaron misiones muy
peligrosas… Pero yo las aparté de todo aquello y ahora trabajan para mí. Yo me
llamo Charlie…”
Ochenters,
vamos con todo un clásico de los sábados por la tarde en la tele de nuestra
infancia/adolescencia, Los Ángeles de
Charlie, una serie icónica de finales de los setenta y principios de los
ochenta, que ya forma parte del imaginario colectivo de toda una generación, la
nuestra, que recuerda con cariño y nostalgia las aventuras de Kelly, Jill y
Sabrina. Con los perfiles de las tres en negro sobre una explosión, y aquella
sintonía tan inconfundible, que forma parte de la banda sonora de nuestra vida.
EL ARGUMENTO
Y LAS PROTAGONISTAS
Por estricto orden de aparición en los
créditos iniciales, vamos con las protagonistas de la serie:
SABRINA DUNCAN (Kate Jackson): Es la
mente analítica del grupo, y, oficiosamente podríamos decir, la líder del trío.
Siempre equilibrada, mesurada, y segura.
KELLY GARRETT (Jaclyn Smith): Es la más emotiva y empática. También
es mesurada y cerebral, aunque más tendente a meterse en líos. Si Sabrina es elegante y sencilla, Kelly es un
poco más sofisticada y glamurosa.
JILL
MUNROE (Farraw Fawcett): Es la más valiente e imprevisible de las tres. La más
arrojada ante el peligro, y también la que pone el punto de humor a las
situaciones. Como contrapunto a Sabrina e incluso a Kelly, y para completar el
triángulo, Jill es explosiva, y cuando ella entra en escena, siempre va a pasar
algo.
Completan
el reparto, el enigmático Charlie Townsend (al que ponía la voz en inglés el
actor John Forsythe, conocido también por ser Blake Carington en Dinastía), un hombre al que nunca se ve
en pantalla, aunque se le presume maduro, atractivo, y que aparece siempre
rodeado de lujos y bellas mujeres. Y también, su ayudante, John Bosley (David
Doyle), que sí aparece con su perfil en la cabecera de la serie.
En
cuanto al argumento, la frase de Charlie al principio de cada capítulo, resume
la trama de partida de la serie: Los ángeles son tres jóvenes y atractivas
detectives que trabajan para la agencia que dirige Townsend en la ciudad de Los
Ángeles (los juegos de palabras son constantes, también con los títulos de los
episodios).
A partir de ahí, la historia de cada
capítulo era independiente y autoconclusiva. Comenzaba y terminaba siempre en
la oficina de Investigaciones Charles
Townsend, y en ella, las tres detectives debían resolver un caso que les
encargaba, siempre por teléfono, su jefe Charlie. Los detalles de cada
operación, siempre se los daba John Bosley, una especie de secretario de la
agencia, al cargo del papeleo, los informes o los pagos, y que ejerce también
como consejero y ayudante de las tres. Bosley es un hombre de mediana edad,
campechano y regordete, que también pone el punto de humor a las situaciones.
La
mayoría de los capítulos eran corales, con protagonismo parecido de las tres ángeles
trabajando en equipo (un buen ejemplo es el episodio en el que tienen que dejarse
detener en una remota carretera, para que las encierren en un penal inmundo, en
el que son explotadas con trabajos forzados, y en el que además, las presas son
utilizadas como damas de compañía), pero en otros casos había una mayor
intervención de una de ellas. Así por ejemplo hay un episodio en el que Sabrina
tiene que participar como piloto en una carrera de coches, u otro en el que
Kelly se enfrenta a un trauma de su infancia.
Aunque
las tres, en mayor o menor medida, utilizan lo que se denominan armas de mujer, para hacer
averiguaciones o colarse en todas partes, en alguna de ellas, el rasgo es mucho
más acusado: mientras Sabrina, como ya hemos comentado, es más cerebral y
deductiva, y recurre al razonamiento (incluso, ya hemos apuntado que, vista la
serie tantas veces, incluso se la podría considerar la líder del equipo), tanto
Kelly como Jill se aprovechan más descaradamente de su atractivo, su sonrisa, y
su encanto, para abrirse todas las puertas; más empática quizás Kelly, como
también hemos señalado, y con menos reparos Jill, que incluso sabe hacerse la tonta, cuando queda muy
claro que no lo es, con tal de acceder a pruebas o evidencias, y, si la pillan,
salir del paso con cualquier excusa, sus ojos azules y su espléndida sonrisa.
Inseparables
de las tres protagonistas, estaban sus coches, diferentes modelos de Ford,
acordes en color y estilo a cada una de ellas: Más deportivo el de Jill (el
llamativo Mustang Cobra II de color blanco con dos rayas azules en el centro),
deportivo aunque más formal el de Kelly (el Mustang Ghia amarillo claro), y el más
sencillo de Sabrina (el Pinto rojo apagado).
LAS
NUEVAS INCORPORACIONES
A lo largo de las 5 temporadas de la
serie, solo Jacklyn Smith (Kelly), y los dos protagonistas masculinos, Doyle y Forsythe
(Bosley y la voz de Charlie), se mantuvieron en el reparto principal.
La primera en abandonar el barco fue Farraw Fawcett, que pese a ser considerada
parte del trio legendario de ángeles de la serie, solo apareció en el piloto y
los 22 episodios de la primera temporada. Antes de Los Ángeles de Charlie había tenido un pequeño papel en el film futurista
La fuga de Logan (hoy considerada un
clásico del género), y su deseo era saltar de nuevo a Hollywood y convertirse
en estrella de la gran pantalla. Por eso, a la primera oferta que recibió, otro
título de ciencia ficción, Saturno 3,
que iba a coprotagonizar junto al veterano Kirk Douglas, decidió dejar la
serie. Sin embargo, la cinta, con un argumento enrevesado y unos efectos especiales
flojos, no tuvo el éxito esperado (aunque hoy se la recuerde con nostalgia
dentro del mundillo), y su carrera no terminó de despegar.
Su puesto en Los Ángeles de Charlie lo ocupó Cheryl Ladd, en el papel de KRIS
MUNROE, que era en la trama la hermana pequeña de Jill. Rubia como ella, aunque
menos explosiva, heredó también su rol en el grupo aunque con un carácter un
poco menos apabullante. También se quedó con su coche, el llamativo y
espectacular Cobra II. Se podría considerar a Kris como una especie de cuarto angel, junto al trío legendario,
ya que, desde su incorporación, también permaneció en la serie hasta el final,
e incluso en alguna ocasión aparecen las cuatro juntas.
Kate Jackson dejó la serie al final de
la tercera temporada. Es ahí donde los fans más puristas, que, como ya hemos
dicho, consideran a Cheryl Ladd como parte integrante del grupo primigenio, ven
una especie de “final anticipado” de la franquicia. En la salida de Sabrina
tuvo gran parte de responsabilidad, si no toda, el productor Aaron Spelling: al
parecer, mientras se rodaba la tercera temporada, Kate Jackson recibió una
oferta de Columbia Pictures para protagonizar Kramer contra Kramer, junto a Dustin Hoffman (papel que luego daría
toda la fama a Merryl Streep). Kate no quería dejar la serie y pidió a Spelling
que le permitiera hacer ambos rodajes compatibles, pero el productor se negó, y
al final de la temporada Jackson dejó la serie. Intentó hacer sus pinitos en el
cine con Su otro amor, junto a Harry
Hamlin en 1982, pero al final acabó volviendo a la pequeña pantalla con la
serie El espantapájaros y la Sra. King.
El puesto de Sabrina en la agencia lo
ocupó Tiffany Wells, interpretada por Shelley Hack, y la serie se resintió
bastante. Ya no era lo mismo. De hecho, Hack solo permaneció en la serie una
temporada, la cuarta, y en la quinta, y última, fue sustituida por una por
entonces jovencísima y desconocida Tanya Roberts, en el papel de Julie Roberts,
que no venía de la academia de policía, sino de una agencia de modelos. Como
curiosidad, esta última actriz, Tanya Roberts, figura prácticamente decorativa
en Los Ángeles de Charlie, es quizás
la que más brilló en el Hollywood de los 80 en la gran pantalla, puesto que
apareció en el clásico de espada y brujería El
señor de las bestias, fue Sheena,
reina de la selva, e incluso “chica Bond” (ya sabéis que no nos gusta el
término pero es el que se utiliza de referencia), en Panorama para matar, junto a Roger Moore.
Y
un par de curiosidades más de la serie:
En
el episodio Objetivo: Ángeles, de la
primera temporada, podemos ver a un joven, desconocido y “sin bigote” Tom
Selleck haciendo de un atractivo médico que es el hombre perfecto para una enamoradísima Kelly.
También
hubo lo que se denomina un crossover
entre dos series de éxito de Aaron Spelling en aquel momento, Los Ángeles de Charlie y Vacaciones en el mar, en el que los
repartos se fundían en un viaje de las protagonistas en el famoso barco del amor.
REFERENCIAS Y LEGADO
Para algunos recalcitrantes críticos
estadounidenses, Los ángeles de Charlie
es una simple producción televisiva del subgénero Giggle TV, término despectivo que se acuñó en los setenta para
productos en los que había chicas ligeras de ropa que se bamboleaban en
pantalla (también denominado Tits &
Ass Television, o “televisión de tetas y culos”), que no tiene trama ni
sustancia. Para tal argumento tan peregrino, se apoyan en el hecho de que,
efectivamente, las protagonistas, en especial Jaclyn Smith y Farraw Fawcett,
aparecían muchas veces sin sostén, lo que era llamativo, sobre todo en las
secuencias de acción.
Sin embargo, esto era algo habitual entre
las actrices en los setenta, época en la que eclosionaba el movimiento feminista
que llamaba a “quemar los sujetadores” (de hecho la propia Carrie Fisher no
llevaba sostén bajo el vestido de princesa Leia en La guerra de las galaxias, y mientras corría por la Estrella de la Muerte se manifiesta de
forma evidente). A este respecto, y en repetidas ocasiones, Farraw Fawcett se
ha quejado en entrevistas de que “algunos solo recuerden de Los Ángeles de Charlie que íbamos las
tres sin sostén, en vez de por nuestra interpretación”, y sostiene el carácter claramente
feminista de la franquicia. Cheryl Ladd también ha defendido sus personajes
como “inspiradores” para otras mujeres, “más allá de su peinado o que fueran en
bikini”, y recordaba cómo por entonces recibía cartas de fans que le decían “yo
quiero ser como tú, no me voy a conformar con ser profesora o secretaria”.
De hecho, era una serie que mostraba a
mujeres capaces, autosuficientes, dueñas de su destino, que conducen coches en
persecuciones, hacen saltar cerraduras, disparan, y saben defenderse a
puñetazos. En ese aspecto, sirven de antesala del modelo de heroína que
llegaría en los 80 con iconos como la propia Leia, Ripley o Sarah Connor.
Y
por otra parte, tanto las tramas, como el diseño de producción, los repartos y el
acabado de los capítulos de la serie eran de calidad homologable al resto de
las producciones televisivas de primera línea del momento.
CONCLUSION
La
serie fue todo un éxito de audiencia, que convirtió a sus protagonistas en
iconos del momento a la altura de las estrellas del pop y el rock. A ello
contribuyó también la pegadiza sintonía de la serie, compuesta por Jack Elliott
y Allyn Ferguson, y que, como dijimos al principio, forma parte de la banda
sonora de nuestra generación.
En
España se pudieron ver las cuatro primeras temporadas por TVE, en el horario
estrella de los sábados por la tarde, entre 1978 y 1981. Para ver la quinta
temporada tuvimos que esperar hasta la reposición de la serie completa en un
canal privado a principios de los 90.
Hoy
en día, Los Ángeles de Charlie está
considerada una serie icónica, casi de culto, sobre todo para los amantes de la
cultura popular de los 70 y 80, al nivel de otras series de entonces como Los hombres de Harrelson, Starsky y Hutch,
Curro Jiménez o la mencionada Vacaciones
en el Mar.
Si
para las jóvenes de entonces, Los Ángeles
de Charlie, eran modelos a seguir en actitud o incluso moda y estilo, para
los adolescentes eran puro amor platónico. En mi caso, ya sabéis que soy fan incondicional
declarado de la serie, yo estaba enamorado de las cuatro, pero los seguidores
de la página de Facebook ya sabrán, porque lo he confesado en varias ocasiones,
que era más de Sabrina.
De
los recientes intentos de reavivar la franquicia en la gran pantalla mejor ni
hablamos, porque han sido rotundos fiascos. Nos quedamos con la serie original,
con Sabrina, Kelly, Jill y Kris.
Por Víctor Sánchez Escritor
Mi querida Sabrina
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