Cien años antes de que esta historia comenzara ...Era una época de tinieblas en Transilvania ...
Una época en la que el doctor Abraham Van Helsing ...Y un pequeño grupo de luchadores por la libertad ...Conspiraban para librar al mundo de vampiros y monstruos ... Y para salvar a la humanidad de las fuerzas del mal eterno ...
Pero fracasaron
En la actualidad, a punto de cumplirse cien años de librar esa batalla, sucesos extraños acontecen , pero sólo una pandilla de niños será consciente de su verdadero significado ...
Anunciada con el suculento eslogan: “Sabes a
quien llamar cuando hay fantasmas. ¿Pero a quién llamas cuando hay monstruos?”,
en clara referencia a Los cazafantasmas (1984), Una pandilla alucinante siempre
ha sido considerada como un trasunto de Los Goonies tamizado por el fantástico.
Contrariando a la opinión general, no creo que
Una pandilla alucinante consista en tal descarado intento. Vale
que los paralelismos son evidentes, pero, en primer lugar, según sus propias
palabras, Fred Dekker (
El
terror llama a su puerta y creador de la historia de House: una casa
alucinante) ni siquiera había visto
Los
Goonies (cosa que hizo posteriormente, aunque curiosamente, Mary Ellen
Trainor, ¡repite rol como madre de los protagonistas!). En segundo lugar,
sus influencias a la hora de encarar la historia que nos ocupa fueron
otras. Evidentemente, los monstruos de la
Universal no pasan
desapercibidos para cualquier conocedor del cine de terror más clásico, pero
las mayores influencias para crear la historia de
Una pandilla alucinante
fue la película
Abbott y Costello
contra los fantasmas (Abbott y Costello meet Frankenstein, 1948) y
los cortos de
La Pandilla (Little
Rascals). Estos cortos comenzaron a emitirse en 1922 y narraban las
aventuras de un grupo de niños de clase baja (en España se emitieron en el
programa
La bola de cristal). De hecho, la idea de Dekker fue algo como
"Little Rascals conocen a los monstruos de la Universal". Y parece
ser que no, que aunque comparta título ,
Una
pandilla alucinante no tiene nada que ver con la serie de televisión
homónima emitida en los setenta, y eso pese a que en la serie los protagonistas
sean Drácula, El hombre lobo y el monstruo de Frankenstein ...
El equipo que trabajó con Dekker define su
actitud ante la película como la de "un niño entusiasmado". Dirigió
la película teniendo en mente lo que les gustaba a los niños y no le tembló el
pulso a la hora de introducir en el guión que escribió junto con Shane Black
(Arma Letal, El último Boy Scoutt) una serie de elementos totalmente
discordantes con lo que el canón establecía para un producto dirigido a esa
edad. ¿Os imagináis a Los Goonies
hablando de "maricas" o chicas vírgenes? ¿Y soltando tacos o,
incluso, fumando? Seguro que no. Pero Dekker pagó demasiado cara su osadía. Su
visión más acorde con la realidad y por ello menos edulcorada (los niños son
niños, no gilipollas) provocó que la película se dirigiese a una audiencia de
mayores de trece años (tampoco ayudó mucho el hombre lobo desmembrado). El
descalabro fue total; con un presupuesto de doce millones de dólares no llegó a
los cuatro de recaudación y fue una gran losa en la corta carrera de Dekker,
quien se sumió en una gran depresión. El director Perter Hyams (Capricornio
uno, Odisea dos, Atmósfera cero, Timecop) fue uno de los productores, pero
después del batacazo comercial se alejó definitivamente de la producción
para centrase en la dirección. Claro está, poco a poco, la película fue
siendo reivindicada por más y más gente hasta convertirse, pese a quien le
pese, en objeto de culto. A pesar de los malos resultados fue nominada en
varias categorías en los Saturn Awards, Fred Dekker ganó el Silver Raven en el
Festival Internacional de Fantasía de Bruselas, y la pandilla al completo se
hizo con el premio de “Outstanding Young Actors/Actresses Ensemble in
Television or Motion Picture” en el Young Artist Awards de 1988. Un poco a
destiempo, en 2008, la reedición en DVD ganó otro Saturn al mejor lanzamiento
de película clásica en DVD.
Parece ser que Shane Black tenía una imaginación
desbordante y que muchas de sus ideas quedaron fuera a causa del presupuesto.
Por ejemplo, Black propuso un inicio espectacular en el que Van Helsing volaba
en un zepelín y disparaba contra cuarenta vampiros a caballo en el ataque al
castillo de Drácula. También la falta de presupuesto dio lugar a varias
anécdotas. Una es que sólo contaban con veintitrés máscaras del monstruo de
Frankenstein para veinticuatro días en los que el actor Tom Noonam rodaba sus
escenas. El último día el actor tuvo que irse a casa con la máscara puesta para
poder terminar la última escena al día siguiente. El problema fue que al
quitársela se le quedó pegada produciéndole varias heridas en la cara. Otra
anécdota fue que Tom Woodruff Jr. (curiosamente el creador de la máscara del
monstruo de Frankenstein) pasó cerca de trece horas dentro del traje de La
Criatura del Pantano sin poder comer, beber o hacer sus necesidades
corporales... Por si fuera poco, debido a la falta de visibilidad dentro del
traje, Wooddruff le propinó un golpe a un actor que interpretaba a un policía y
se le clavó la hebilla de su sombrero en la frente, provocando una escena digna
de terror, este sí, adulto (sendos chorros de sangre brotaban de su
frente cual surtidor)
La Universal les negó los derechos para trasladar
sus monstruos a la película, así que el maestro del maquillaje y efectos
especiales, y creador de los monstruos de Una pandilla alucinante, Stan
Winston, (Terminator 2, Eduardo manostijeras, Depredador) tuvo que
ingeniárselas para modificarlos de manera que, sin perder su esencia, no fuesen
una copia. Eso explica el color macilento del monstruo de Frankenstein a
expensas del verde o que al resucitarle le pongan los electrodos en la frente y
no en el cuello. De todos modos, la caracterización de los monstruos es de gran
calidad. Los efectos visuales son supervisados por el ganador de dos
Oscars (entre muchos otros galardones) Richard Edlund. La escena, en el
apartado visual, que más destacaría sería la creación de la huracanada puerta
hacia el limbo.
Bruce Broughton (nominado al Oscar por
Silverado, ganador de casi una decena de Emmis, varios ASCAOP y un Saturn por
El secreto de la pirámide) compuso una música en la que logró plasmar una
atmósfera muy disfrutable que recuerda al terror más clásico y que destila
varios momentos francamente épicos. La banda sonora cuenta con dos
canciones: Rock Until You Drop, escrita e interpretada por Michael Sembello
(Maniac, de Flashdance), y The Monster Squad, que acompaña los títulos de
crédito y según fuentes consultadas es interpretada por The Monster Squad (¿?)
y que también compuso Sembello, un rap con poca chispa que desentona con la
energía ochentera de Rock Until you Drop.
La película se centra en un grupo de chavales que
forma una pandilla: La pandilla del monstruo. Grandes seguidores del género de
terror en todas sus variantes que se reúnen en una casa árbol en cuyas paredes
cuelgan los dibujos de los más horripilantes seres y mantienen discusiones tan
interesantes como la posibilidad de que el hombre lobo tenga pelotas (hecho que
no tardarán en demostrar en el terreno empírico). A Sean, el líder, su madre le
regala el diario del mítico doctor Van Helsing, y el mismo día, recibe el
recado de que un tal Alucard está interesado en su compra. Sean cree que
Alucard es nada menos que el nombre de Drácula escrito al revés. Además, se
entera por varias llamadas a su padre (que es policía) de diversos sucesos muy
extraños que le hacen sospechar en la realidad de los monstruos: una momia ha
desaparecido del museo y un hombre que afirmaba ser un hombre lobo desaparece
después de su supuesta muerte dejando tras de sí el cadáver del conductor de la
ambulancia.
La pandilla del monstruo comienza a tomarse en
serio las historias de Sean y llevan el diario de Van Helsing (escrito en
alemán) a un vecino que conocen como "El ogro alemán”. El ogro no pinta
tan fiero (de hecho fue una víctima del holocausto nazi, por eso conoce tan
bien a los monstruos) y les traduce el diario relatándoles una parte de
especial interés. Resulta que las fuerzas del bien y del mal están en
equilibrio, pero cada cien años, un talismán que ahuyenta el mal es vulnerable
y si se destruye las fuerzas maléficas dominarán el mundo. Para evitar esto hay
que realizar una ceremonia con una virgen recitando un texto (que, por supuesto
contiene el diario), de ese modo se abrirá un agujero que absorberá a las
fuerzas maléficas para encerrarlas en el limbo. La repanocha es que al día
siguiente se cumplirán esos cien años. ¡Así que imaginaos qué embrollo!
La sospecha de nuestras entrañables criaturas no
es baladí. Drácula reúne a La momia, El hombre lobo, La criatura del lago y el
monstruo de Frankenstein con objeto de recuperar el talismán y
destruirlo. Y para evitar que la pandilla esté en posesión del diario
envía al monstruo de Frankenstein (Frank, a partir de ahora) a apoderarse de él
y de paso a sembrar el campo con sus tiernos cadáveres. Pero Frank es un buen
tipo y pronto se hace amigo de Phoebe- en una escena clavada, en homenaje,
claro está, a El doctor Frankenstein (1931) -, y, por consiguiente, la pandilla
tendrá un monstruo de honor en su club (y eso que algunos críos pueden ser
jodidamente monstruosos). En este punto, los chascarrillos en torno a Frank son
diversos, no sólo aprende a hablar (¡de coña!), sino que tendrá predilección
por la foto de una núbil fémina semi desnuda…
Las cartas están sobre la mesa. La lucha definitiva entre el bien y el
mal es inminente
Los actores protagonistas no son caras conocidas
en el mundo del cine, pero se nota que disfrutaron rodando la película y le dan
ese entusiasmo infantil tan evidente como necesario. Resulta muy fácil
identificarse con estos pillos. Mal hablados, un poco gamberros, un
despistado, un gordito que es la burla de sus compañeros (aunque se resarcirá
con creces escopeta en mano), una niña dulce y entrañable… Si tuviese que
elegir uno me quedaría sin duda con Rudi. Éste, sin embargo, no es un
niño, ya que estudia en el instituto y les saca unos cuantos años. Pero ese
rollo macarra que se gasta mola un huevo. Gafas de sol, chupa de cuero y
cigarro en boca cual John McClane despliega su chulería a base de alguna frase
lapidaria tan característica de nuestros tíos duros favoritos: “¿Soy de la
maldita pandilla, o no?” espeta antes de abatir a dos vampiresas a punta de
flecha y estaca (por cierto, ¿la tercera se volatilizó?). El papel de los
adultos sirve meramente de comparsa. Aunque el padre de Sean tiene algo más de
protagonismo al ser policía y verse involucrado en los sucesos, la madre pasa
completamente desapercibida y en ningún momento se profundiza en el conflicto
matrimonial que se señala al principio de la película. El ogro alemán es el
único adulto, junto a Frank, que ayudará a la pandilla, pero los verdaderos
protagonistas, ya lo sabemos todos, son los niños.
En cuanto a los monstruos, el que más me gusta es
el papel de Duncan Regehr en la piel de Drácula. Además de que su coche es
bestial nos regala una muy buena interpretación de cabroncete acentuada, si
cabe, aún más, por la bonita frase la que le suelta a Phoebe: “Dame el amuleto,
puta (bitch)”. Aunque el doblaje español cambió tan antigua palabra por otra
más sosaina como es maldita. Los compañeros de andanzas de Drácula son tratados
de forma desigual. Si bien ya sabemos que Frank pasa a formar parte de la
pandilla, al hombre lobo le dan un carácter atormentado porque sabe que cuando
se transforma pierde el control. De ahí que en comisaría pide que lo encierren
antes de que sufra la licantrópica transformación. Éste es sólo un juguete en
manos de Drácula, que se aprovecha de su maldición. Las otras dos criaturas, La
momia, y La criatura del pantano, tienen menos peso y sus papeles son casi anecdóticos.
Curiosamente son los dos monstruos que se presentan a Eugene (la simpática
escena del armario y en el lago) antes de que sus compañeros los vean.
Una de las cosas que más me fastidian al leer
comentarios acerca de Una pandilla alucinante es la cantidad de errores y
sinsentidos que se le atribuyen. Vale, cierto que los hay. Si buscáis un poco
por Internet hallaréis listas enteras de fallos de continuidad, agujeros en el
guión y etcétera. No hace falta ser Einstein para ver que hay momentos que no
cuadran. ¿Por qué cuando Van Helsing ataca el castillo de Drácula ve el
talismán según abre la puerta? ¿Es tan importante y lo dejan como regalo de
bienvenida? ¿Por qué no sabemos cómo consigue Drácula el teléfono de Sean? ¿O
cómo es que el hombre lobo llama a su padre a la comisaría? ¿Había estado
Drácula en casa de Sean? Eso parece según se dirige al lugar. ¿Cómo es que los
monstruos no encuentran el talismán escondido en su propia casa y la pandilla
sí lo hace en menos de lo que canta un gallo? ¿Por qué si el conjuro del
talismán es para terminar con las fuerzas del mal engulle hasta los bancos del
parque? Seguid vosotros, si queréis, poniendo pegas y abriendo interrogantes.
Además, la película dura relativamente poco (78 minutos), lo que propicia que los acontecimientos se desencadenen demasiado rápido. Este aspecto fue una imposición externa y se cortaron sobre trece minutos del metraje inicial. Pero lo que yo valoro sobre todas las cosas, es la magia que desprende esta película.
Ese inicio en el que los muertos se levantan de sus tumbas, el cónclave de
monstruos o el ataque a la guarida y la batalla final con un Horace pletórico
arma en mano reivindicando su identidad (“Eh, Cebao, buen trabajo/ ¡Me llamo
Horace!”); magia, pura magia. Una magia que nos traslada al frente de un
reproductor de VHS en la época de los cromos y la Nes. Una magia que sigue
incólume y que ya quisiesen muchas películas “perfectas”, plagadas de efectos
digitales, y actores que parecen maniquís, para sí.
Para terminar, decir que se ha barajado un
remake a cargo de Rob Cohen (XXX, A todo gas), del que lógicamente Dekker
reniega, pero de momento el tema, nunca mejor dicho, está en el limbo. De lo
que sí habló Dekker fue en que llegó a plantearse (no ahora, sino cuando
terminó de rodar La Pandilla) una secuela en la que el padre de Eugene sería un
piloto de combate y llevaría por título The Monster Squad vs Godzilla (¡mi
madre!)
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
TRAILER
ESCENAS ELIMINADAS
PELÍCULA COMPLETA EN ESPAÑOL