Desde
el primer minuto donde surge la imagen de una ciudad desde una
perspectiva casi topográfica siendo aniquilada por una explosión
similar a la Bomba de hidrógeno, sabes que no estás ante una
película de animación habitual. El miedo de todo una país, el
único que ha sufrido un ataque contra población civil con una bomba
atómica, queda reflejado en una escena donde el creador del manga, y
del anime homónimo, Katsuhiro Otomo plasma lo que, como niño,
japonés y ciudadano de un mundo invadido por el miedo al apocalipsis
nuclear ha podido experimentar. La “Guerra Fría” es el estado
político permanente que Otomo había vivido durante toda su vida.
Aquí las víctimas son la población de Tokio pero reflejan, o son
ejemplo, de la situación que podría vivir cualquier país. La
cuerda del equilibrio político internacional está tensa y cercana a
la rotura en varias ocasiones. Por supuesto para Otomo si hay
víctimas hay culpables. En la película se culpa al gobierno, estado
militar, religión, incluso ciencia.
De
las cenizas renace Neo
Tokio, un
personaje más de la película. Un escenario prototípico de la
imagen que se tiene de la ciudad del futuro, influenciada claramente
por el Blade Runner de Ridley Scott. En este nuevo espacio, el miedo
a Akira (culpable físico y metafísico del desastre de Tokio) se usa
para imponer un estado de terror y represión. Las fuerzas del orden
se muestran continuamente usando el abuso de poder y la violencia, demostrando
el fracaso del gobierno para desarrollar una sociedad pacífica y
equilibrada. Otomo vivió en su infancia una época convulsa repleta
de protestas estudiantiles contra el gobierno, en plena década de
los 60, algo que queda reflejado en su obra. A su vez, la muerte de
Tokio representa también la dualidad de la cultura japonesa donde la
tradición va dejando paso a la modernidad; la magnífica música, de
Shoji
Yamashiro, que
suena en los primeros quince minutos están basados en los tambores
japoneses, tan arraigados a la tradición, y a la misma vez se
mezclan con una imagen futurista donde una ciudad repleta de luces,
hologramas y motos eléctricas aparece con un gran esplendor visual.
Esta dualidad se alarga en toda la película, donde hay pilares
dobles que se retroalimentan, se atraen o se repelen formando una
imagen muy parecida al concepto del Yin y el Yang.
La
pareja principal es la formada por Kaneda (金田
正太郎
Kaneda Shōtarō)
y Testsuo (島
鉄雄
Shima Tetsuo).
Kaneda es el líder de una banda bosozoku (motociclistas
delincuentes) llamada “Los cápsulas”, en honor al tipo de droga
que consumen. Tetsuo es el amigo y protegido desde la infancia, de
Kaneda; este representa el personaje frágil que necesita de la
protección, muchas veces paternalista y condescendiente, de Kaneda.
Este desequilibrio en la relación provoca un sentimiento de
amor-odio de Tetsuo hacia Kaneda, un sentimiento que se basa
principalmente en la dualidad admiración-envidia y que provoca que
Tetsuo fluctúe durante toda la película como compañero o
antagonista del líder de la banda. Es una
cuerda en tensión que está al borde de la rotura. Hay una
ensoñación de Tetsuo donde el mundo alrededor se desmorona mientras
él y Kaneda se miran separados por pocos metros. Aparecen como niños
y él intenta alcanzarlo para ser salvado de la destrucción. En una
imagen de gran belleza sus manos, brazos y cuerpo empiezan a
desmoronarse y romperse como si un jarrón de porcelana chocase
contra el suelo. Su fragilidad lejos de Kaneda aumenta, pero también
su independencia.
La
película tiene momentos épicos con escenas de acción e imágenes
elevadas al cine de culto. La moto de Kaneda, que a veces recuerda al
estilo de moto de la película Tron, es una moto eléctrica de gran
cubicaje y de gran belleza. Kaneda representa el héroe y su moto es
su montura. Esta moto ya es un icono del cine.
La
JUVENTUD, en contraposición al gobierno y al ejército, se muestra
en la película como una generación sin esperanza y sin futuro, un
sentimiento de pérdida muy habitual en la década de los 80 y del
estilo de música PUNK de la época cuando fue escrito el manga.
Esta visión ciberpunk de esa diferencia generacional se acentúa por
la crisis que NeoTokio parece estar sufriendo.
“¡Si
fracasáis en esta escuela no tendréis más oportunidades!”- se le
escucha a un profesor. Se intuye que aunque estudien no parece
existir una salida para la juventud. De hecho hay un mensaje en la
puerta del bar donde advierte “Adults only” y da la sensación de
que es un mensaje del sentir de una sociedad que excluye a la
juventud en general, y no solo un mensaje de acceso al local.
En
resumen, una sociedad de bases injustas donde las revueltas, el
terrorismo, el integrismo religioso y los grupos filoanarquistas
constituyen la oposición a un gobierno autoritario, violento y
represor. La representación del gobierno es reflejada en el filme
mediante un consejo de adultos y ancianos, de banqueros y políticos,
incapaces de entenderse mientras el país perece. Caos.
En
el lado rebelde aparece otro doble pilar. Key
(ケイ)
y Ryu. Key es una activista que lucha por la libertad y cuyo líder,
al que admira, es Ryu. Key es la conexión necesaria para el
desarrollo de la historia de Kaneda con Tetsuo. Cuando Kaneda se une
a Key, Tetsuo inicia su periplo en solitario al autoconocimiento y la
transformación. Ese periplo es la emancipación, la independencia
pero también la corrupción, el poder y la búsqueda del concepto de
“superhombre”, de evolución y destrucción. Akira, que, sin
aparecer, está presente en toda la obra empieza a plantar su semilla
en el alma de Tetsuo.
El
otro doble pilar es el coronel Taisa, jefe militar del proyecto
AKIRA, y el doctor, responsable científico del mismo. Y hay una
trinidad de niños-ancianos llamados los números, (25,26 y 27) que
provocan el renacer de Tetsuo-Akira y guían su camino. Estarán
omnipresentes en toda la película. La crítica al desempeño de una
ciencia sin bioética, y al uso del conocimiento humano sin fronteras
con el único objetivo de aumentar la capacidad de destrucción de un
estado militar imperante en NeoTokio, es uno de los temas
fundamentales de la película en cuanto a la crítica sobre el poder
y la responsabilidad inherente que la humanidad debe poseer. Jugar a
ser Dios, el moderno Prometeo que se vuelve contra su creador, y el
salto evolutivo, referencia de “2001, una Odisea en el espacio”
(Kubrick). Referencias claras de un escalón representado por Akira
en esta película y por el impresionante monolito negro en la de
Kubrick. El mono que adquiere la consciencia, aquí pretende ser el
hombre que se eleva al concepto de superhombre en busca de una
supracultura.
Como
si de una alegoría del mito clásico se tratase tenemos al oráculo
representado por la niña-anciana del proyecto AKIRA, un héroe
montando su “caballo rojo” y un monstruo nacido de la
incomprensión, la soledad y el complejo.
Una
línea temporal que se inicia en la antigua Tokio, en la tradición,
que sigue con la destrucción de Akira, la guerra, la posguerra, el
terrorismo, el integrismo religioso, el miedo y la represión. Nace
un integrismo religioso que clama y reza por la segunda venida de
Akira, como si de un Mesías de la destrucción se tratase. Una
sociedad corrompida, necesitada de un diluvio universal, una
explosión divina y un renacimiento de la virtud. Todo es una bomba
y no se necesita a Akira, realmente, para que todo explote.
La
muerte de Yamagata, un personaje menor, supone la inflexión donde
Kaneda deja de ser el protector para convertirse en el ejecutor. Hay
que parar a Tetsuo-Akira cuyo poder inconmensurable le hace
convertirse en un monstruo, en la amenaza de la destrucción total.
El
simbolismo en la película es constante y un ejemplo es cuando
Tetsuo agarra un trapo rojo y se lo coloca como capa. Se ha
convertido en un superhombre, en un hombre fuerte, independiente de
Kaneda, y con mucho poder.
Akira
es una obra de arte, es una película única cuyo presupuesto fue de
10 millones de dólares, algo inaudito para un proyecto de animación,
y que no hubiera sido posible sin la conjunción de diversas
productoras formando el proyecto de financiación llamado “COMITÉ
AKIRA”. Se basa en su manga homónimo, incompleto en 1988, y que
fue terminado (de forma diferente) por Otomo años después.
Algunos rumores apuntan a que fue una charla con Alejandro Jodorowsky
(creador de “El Incal”, entre otras muchas obras) lo que inspiró
a Otomo para el final del manga (cómic). El caso es que la
recaudación solo en Japón fue de 50 millones de dólares y la
distribución al resto del mundo también fue igual o más
productiva. En cuanto a la distribución en EEUU se dice que
Spielberg y George Lucas rechazaron distribuirla aludiendo que no
sería entendida por el público occidental. La realidad fue que se
convirtió en un triunfo mundial y supuso la apertura del manga y el
anime al mundo de una forma que antes hubiera sido impensable. Los
hechos reafirmaron que estábamos ante una historia de carácter
universal y no centrada en el sentir japonés. Esta obra ciberpunk,
aunque influenciada por referentes como Blade Runner, Mad Max, 2001,
Odisea en el espacio, … es y será una obra única y original.
Su
ritmo es correcto y aunque alguno lo niegue sus tres actos
principales, véase 1- persecución de los motoristas y presentación
de los personajes, 2- huida del hospital y retrospección de Tetsuo
, 3- desenlace de Tetsuo y estadio olímpico de NeoTokio, reparten el
ritmo con abundantes escenas de acción y está perlada de filosofía
metafísica. Un cóctel complejo y lleno de éxito.
Se
convierte así en un anime imprescindible donde su persecución de
motos se coloca entre las mejores escenas de acción del cine, y que
por su belleza quería dejarle el honor de cerrar este
comentario-crítica. “The Clowns vs The Capsules” : las luces
de los faros se alargan dibujando la trayectoria de unas motocicletas
unidas a unos caballeros que luchan por la victoria. Una escena única
que todo cinéfilo debe conocer y que sirve como excusa para mostrarnos
las capacidades técnicas de una animación que no tenía rival. Nos
muestran en una escena de 5 minutos a los personajes, sus
vinculaciones y a la gran ciudad que es y será en el mundo del cine
NeoTokio.
By
moanbe ;-)
Gran artículo. Pedazo de película de animación. No ha pasado el tiempo por ella.
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