Delta Force (1986, Menahem Golan) The Delta Force



Muy buenas ochenters, cogemos nuestro Delorean y nos vamos hasta el año 1986, año de estreno de esta película llena de acción y emoción por doquier y con un elenco de actores, que no sé como se metieron en semejante fregao.

SINOPSIS:

Un avión lleno de ciudadanos estadounidenses es secuestrado por terroristas libaneses, con lo que se requieren los servicios de los Delta Force para resolver la situación.

ANÁLISIS:

Basada en los hechos reales ocurridos el 14 de junio de 1985, cuando el vuelo de la TWA 847 fue secuestrado, esta película dirigida por Menahem Golam, sí, uno de los dueños de la Cannon, es una película que puede considerarse un panfleto americanista en la que se nos quiere dar a entender que lo mejor es no torear a los estadounidenses, en cuanto al hecho de meterse con los suyos, porque la respuesta que pueden dar, puede ser demoledora.

Para quien esto suscribe, es una de las mejores películas de Chuck Norris y además enriquecida con el hecho de tener a su lado a un nutrido grupo de leyendas del cine y a futuras estrellas del celuloide o de la pequeña pantalla.
Tenemos a un Lee Marvin como el Coronel Alexander, el cual por desgracia en esta película nos daría su última contribución al séptimo arte, ya que fallecería un año después por la gran “C”.


En papeles más secundarios nos encontramos a Robert Vaughn ( Napoleón Solo en “El Hombre de la CIPOL”), George Kennedy ( “Doce del Patíbulo”), Martin Balsam (“Psicosis”), Steve James ( “American Ninja”) y ya en papeles no acreditados encontramos a un jovencísimo Liam Neeson, Kevin Dillon como “Deltas” o a un William Baldwin interpretando a uno de los marines secuestrados por los terroristas.

Por supuesto no podemos olvidarnos del papel interpretado por Robert Foster, muy delgado para lo que nos tiene acostumbrados, interpretando aquí al terrorista Abdul, papel que si bien se nota el esfuerzo por hacérnoslo creible, queda desdibujado en tanto en cuanto, no es capaz de plantarle cara a Chuck Norris en las secuencias en las que coinciden, eso sí, la muerte que tiene es un momentazo al más puro estilo Chuck y si no me creéis ved la película y adivinaréis porque muchos soñaban con tener el modelo de moto Suzuki, que Chuck pilota en la película, la cual por cierto fue un modelo exclusivamente diseñado por la marca japonesa para la película.


La película hay que reconocerlo, es brillante en las escenas de acción, destacando las secuencias de persecuciones, el ataque a la base de los secuestradores donde están los prisioneros y esos últimos veinte minutos pletóricos, donde cobra especial protagonismo la moto con cohetes de nuestro amigo Chuck. Sin embargo se hace algo pesada en las escenas en las que habría que incidir más en la tensión del momento, como pudieran ser las escenas dentro del avión en el momento del secuestro o por ejemplo en los preparativos de los Delta Force para abortar el secuestro del avión.

Para la música se contó con el maestro Alan Silvestri que nos ofreció una magnífica melodía, la cual es imposible que se nos borre de la cabeza, por lo pegadiza que es y porque además, estaba perfectamente conectada con las escenas de más acción de la película, activando en cierto modo nuestras ansias de ver tiros y puñetazos por doquier.

Dicha partitura de hecho se hizo muy famosa no sólo gracias a la película, si no al hecho de que sería usada por la ABC en las retransmisiones de las quinientas millas de Indianápolis desde 1988 hasta el año 2001, cuando dicha cadena perdió los derechos de dicha competición.


En cuanto a nuestro Chuck, el papel es un calco de los que hacía en aquella época, prácticamente el mismo modo “action-man” que nos presentaba en “Invasión USA” o estableciendo cierto paralelismo con el Braddock de “Desaparecido en Combate”, no en vano en el inicio del film, lo que hace es salvar a uno de sus soldados de perecer en el incendio de un helicóptero.

De todos modos en conjunto es una de las mejores películas de Chuck y si bien la ví con nueve años en el cine en su estreno y haría unos diez años que no la había visto, he de reconocer que ha envejecido mejor de lo esperado y además siempre es una alegría ver tanta leyenda suelta en la gran pantalla, especialmente a Lee Marvin a quien siempre tuve como uno de los mejores actores americanos.

Por José María Molano






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