Segunda
película de Timothy Dalton como el agente doble cero más famoso y
por desgracia para el que esto escribe, es la última aportación del
notable actor británico a las andanzas del espía más famoso de
todos los tiempos.
SINOPSIS:
James
afronta la difícil misión de vengar la muerte de la esposa de su
colega de la CIA Felix Leiter en una lucha encarnizada contra el
cártel de la droga, encarnado en la figura del narcotraficante
Sánchez.
OPINIÓN:
Las
novelas se habían acabado, con lo que no había material original
para la película, de ahí que el guionista Richard Maybaum decidió
centrar la historia en China con los cárteles de la droga como
antagonistas de 007. El caso es que viendo las dificultades que
podrían tener con el rodaje en el páis asiático, decidieron
trasladar la acción a un páis inventado, llamado Isthmus, pero
manteniendo la trama de la droga.
Por
desgracia una huelga del “Writer´s Guild”, dejó su obra a medio
hacer y hubo de completarla Michael G. Wilson, productor asociado a
Cubby Broccoli y que ya había colaborado con él en “Sólo para
sus ojos”.
De
todos modos en esta película lo que vemos es el Bond más genuino de
las novelas, un Bond que sufre, profesional, arisco a veces y sobre
todo solitario, a pesar de los intentos de la chica Bond Pam Bouvier
interpretada por Carey Lowel y de Q (Desmond Lewellyn). Este Bond ya
no está al servicio de su patria, si no de sí mismo, en una
búsqueda insaciable de venganza en la que no dejará títere con
cabeza y usará todos los medios a su disposición con el fin de
ejecutarla.
Si
ya de por sí el inicio de la película es trepidante y espectacular
con el apresamiento de Sánchez, no lo es menos la posterior escapada
de éste desde esa carretera que atraviesa de lado a lado los Cayos
de Florida y que tantas veces hemos visto en multitud de películas.
Pero
sin duda la palma de todas las escenas de acción, se las llevan los
veinte minutos finales con la huida de la base de Sánchez a través
de los camiones, con unas escenas que ríanse ustedes de las que
vemos en “Fast and Furious” y sobre todo hechas con un realismo
que para sí quisieran muchas de las obras que vemos en el cine en
nuestros días. Lo de la muerte de Sánchez como colofón es algo
antológico…y flambeante.
Las
chicas Bond, otro de los ganchos de las películas de Bond destacan a
partes iguales, si bien Talisa Soto como la pareja de Sánchez
destaca por su belleza, yo particularmente me quedo con Carey Lowell,
ya más bien por el hecho de que no es una mera mujer objeto, o
florero, sino que es una mujer de armas tomar, decidida a ayudar a
Bond cueste lo que cueste y con recursos propios, sino atentos a la
escena en el bar de los Cayos, con esa escopeta guardada debajo de la
mesa y como se enfrenta a los matones en el bar y el modo en el que
busca una vía de escape…que queráis o no a mí esa escena de la
lancha me ha recordado a esa obra maestra “bondiana” que es
“Desde Rusia con Amor”.
El
villano Sánchez, encarnado por el pétreo y siniestro a partes
iguales, Rober Davi, uno de los mejores villanos de los ochenta ,
protagoniza uno de esos villanos carismáticos que tanto gustamos de
ver en el cine de James Bond y sin el histrionismo que pudiesen tener
antecesores suyos, ya que lo único que busca es que la droga se
distribuya, cueste lo cueste, de ahí su lema tan famoso por la serie
“Narcos” y que popularizó el general de Panamá Noriega: “Plata
para los amigos, palo para los indecisos y plomo para los enemigos”.
Magistral.
Si
nos fijamos en uno de sus acólitos, podremos ver a un jovencísimo
Benicio del Toro haciendo de Darío, asesino sanguinario, que aquí
interpretó uno de sus primeros papeles de renombre siendo a sus 21
años el más joven villano en la historia cinematográfia de James
Bond. Pero no nos podemos olvidar de otro actor de carácter: Cari
Hiroyuki Tagawa ejerciendo de agente encubierto y al que actualmente
podemos ver en la serie, recomendada por cierto “The Man in the
High Castle”.
En
cuanto a la música, como no, inolvidable partitura cantada por
Gladys Night: “Licence to Kill”, siendo una de las mejores
canciones para la saga Bond junto a “Skyfall” o “ We have all
the time in the World”, por poner algunas de las mejores.
Sin
duda una pena no haber podido disfrutar de más Dalton, porque
hubiese sido una leyenda como Bond, viendo el gusto que le había
cogido al personaje.
Por
José María Molano