“V”, la serie (Kenneth Johnson, 1983-1985)


Ochenters, el mundo se detenía los sábados por la tarde cuando ponían “V”. Los que lo vivimos lo sabemos. Las calles estaban desiertas de chavalería y todos estábamos en casa a las siete de la tarde para ver a Diana, a Julie y a Donovan.
Por eso, esta serie tiene un puesto de honor en los iconos televisivos de los ochenta y nos dejó grabada para siempre la imagen de esa boca abierta de forma inverosímil para tragarse una rata.

LA IDEA INICIAL, EL ARGUMENTO Y LAS TRES PARTES
En un principio, el creador de la serie, Kenneth Johnson, no había concebido una serie sobre extraterrestres invasores, sino una distopía sobre lo que podía ser la instauración de un régimen de tipo nazi en Estados Unidos, inspirado en la novela antifascista de 1935 “It Can't Happen Here” (No puede suceder aquí) de Sinclair Lewis.
Ese argumento no convencía a la NBC, que, en cambio, sí estaba interesada en producir una serie de ciencia ficción para aprovechar el tirón de las películas de “La guerra de las galaxias”. Johnson aceptó el cambio y retocó su historia. No obstante, las referencias a la idea inicial, aunque alegóricas, siguieron presentes. Sin ir más lejos, el emblema rojo y negro de los visitantes es muy similar a la bandera nazi con la esvástica.
Los llamados “visitantes”, llegan a la tierra en formidables naves ovaladas del tamaño de una ciudad. Inicialmente se muestran amistosos y tienen el mismo aspecto que los nosotros, pero pronto se revela su verdadera condición de perversos alienígenas reptilianos cuyo objetivo es la dominación del planeta para esquilmar sus recursos, especialmente el agua, y el sometimiento de la raza humana, que quieren utilizar en su mayoría como alimento, y el resto como esclavos o soldados en sus guerras con otras razas alienígenas.
El engaño es descubierto de forma casual por un avispado cámara de televisión, Mike Donovan, que, junto con la doctora Julie Parrish, organiza un grupo de resistencia a los invasores en la ciudad de Los Ángeles, cuyo símbolo es una letra V mayúscula que pintan con spray sobre los carteles propagandísticos de los visitantes. Pronto, el movimiento se extiende a todo el mundo.

         Aunque los fans solemos recordar “V” como un todo, la serie se divide en tres partes: “V”, que es el realidad un telefilm de dos episodios, “V, la batalla final” de tres, y la serie propiamente dicha de 20 capítulos de una hora de duración.
         En un resumen rápido, podríamos decir que en la primera parte vemos la llegada de los visitantes y la conquista del mundo, en la segunda su derrota aparente, y en la serie propiamente dicha, su regreso y una lucha continua hasta su sorpresiva e inesperada cancelación que pilló a Kenneth Johnson sin un final cerrado.

LOS PERSONAJES PRINCIPALES Y SECUNDARIOS
Los tres protagonistas principales son Donovan, Julie, y la malvada Diana.
Mike Dónovan (interpretado por el apuesto y musculoso Marc Singer, al que habíamos conocido en el cine con “El señor de las bestias” de 1982), es un cámara de televisión que graba por primera vez la nave extraterrestre y es invitado al interior, donde descubre por casualidad que el aspecto humano de los visitantes es un postizo sobre sus escamas de reptil. Las circunstancias lo convierten en líder de la Resistencia humana junto con la bióloga Julie Parrish (Faye Grant). Si Mike es el arquetipo de hombre de acción, Julie representa los valores de una líder: nobleza, inteligencia, entereza… Entre los dos flota siempre una continua tensión sexual no resuelta.
Frente a ellos, la mala, malísima Diana, una espléndida Jane Badler, que dota al personaje de una fuerza y un carisma que han convertido a Diana en la villana por excelencia de los ochenta (quizás junto a la pérfida Angela Channing de Falcon Crest). Badler era una belleza madura con un cuerpo escultural y una abundante melena negra cardada que la hacía enormemente atractiva (todos los adolescentes del momento la amábamos y la odiábamos a la vez), y el personaje adoptaba una pose y fulminaba con una mirada tan penetrante y destructiva como sus lapidarias frases.
 
En papeles secundarios encontramos tanto a jóvenes promesas, como a actores consagrados: el “lagarto bueno” Willie, interpretado por el icono del cine de terror Robert Englund, el luchador de la resistencia Elias (Michael Wright) o la jovencita Robin (Blair Tefkin), el líder de la quinta columna de los visitantes Martin (Michael Ashmore), que apoya en secreto a la Resistencia, o la joven híbrida Elisabeth (Jennifer Cooke), que es hija de Robin y el visitante Bryan, y posee poderes sobrenaturales con los que ayuda a la Resistencia. Elisabeth se enamora del guapo Kyle (Jeff Yagher), que combate al lado de Donovan en la tercera parte.
Entre el elenco, merecen mención aparte dos personajes carismáticos de la serie, uno por cada lado: Lydia por los visitantes, y Tyler por la Resistencia.
         Lydia, interpretada por la bellísima June Chadwick, es la lugarteniente y rival de Diana en la tercera parte. Ambas viven en conflicto permanente, y ponen igual empeño en combatir a la Resistencia como en combatir la una contra la otra. Se traspasan con sus miradas, e incluso a veces Lydia “se vuelve buena” con tal de chinchar a Diana. Su pelo rubio cardado también marcó tendencia, y su atractivo sex appeal incluso nos hizo flaquear a los fans enamorados de Diana, que nos movíamos en la incómoda y a la vez deliciosa dicotomía de amar platónicamente a las dos.
 
Por su parte, Ham Tyler, un, como siempre espléndido Michael Ironside (el villano de “Desafío Total”, esta vez en uno de sus contados papeles de bueno),  es un duro exagente de la CIA al que la Resistencia encarga los trabajos más difíciles. Es el contrapunto a Donovan y Julie, siempre a punto para sacar a pasear la Uzi y cargarse a cuantos más visitantes mejor. Por cierto, una de las razones por las que la Resistencia utilizaba armas convencionales y no las espectaculares pistolas y fusiles laser de los visitantes, no era la excusa de las balas de teflón o que no fueran detectadas como se decía en la serie, sino algo mucho más prosaico:  los disparos de los laser se añadían en postproducción de forma manual con un coste aproximado de 1000 dólares por disparo, por eso se usaban lo justo y solo vemos en contadísimas ocasiones a Donovan y los demás disparando con ellas.


REFERENCIAS Y LEGADO
Tras su cancelación en 1985, se mantuvieron los decorados y atrezzos en espera de que la serie se retomara con nuevas entregas que nunca llegaron. En 2009 se emitió un efectista remake de la serie, aunque sin el encanto de su antecesora, que también fue cancelado prematuramente.
         Hoy “V” es un clásico de la ciencia ficción televisiva y un referente de la década de los 80, recordado con cariño por los fans y los nostálgicos de esa época, y ha tenido notable influencia en producciones posteriores. Un ejemplo palmario es la superproducción cinematográfica “Independence Day” (Roland Emmerich, 1996), que copia literalmente de la serie la llegada de las naves a la Tierra y su gigantesca forma ovalada (aunque, evidentemente, con una factura digital mucho más lograda que los primitivos fundidos de la serie). También vemos lo mismo, aunque de forma más modesta, en la película española “Extraterrestre” (Nacho Vigalondo, 2012).

CONCLUSION
TVE programó en aquella época series emblemáticas los sábados por la tarde: “Los ángeles de Charlie”, “El Equipo A”, “MacGyver”, “La fuga de Golditz”, pero nunca una   con tanto impacto como “V”, que, como hemos dicho al principio, dejaba las calles vacías. ¿Recordáis la colección de cromos de “Teleindiscreta” con la mítica escena de Diana comiéndose la rata? ¿Quién no estuvo enamorada de Donovan y Kyle, o coladito por Diana, Lydia o Julie? ¡Qué tiempos aquellos! 
                                Por Víctor Sánchez González

























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