Karate Kid III. El desafío final (1989- John G. Avildsen) The Karate Kid III

Con esta película cerramos la trilogía original de esta saga de artes marciales, que a muchos de nosotros y nosotras nos hizo caernos miles de veces al suelo, intentando imitar la técnica de la grulla de Daniel san...

Sinopsis:
Obviando la secuela anterior, en este cierre, pasamos del enfoque a la venganza pura y dura, por parte del dueño del Cobra Kai, el inefable Riggs ( Martin Kove), quien con ayuda de su colega de Vietnam, Terry ( el debutante en esta película Thomas Ian Griffith) quiere acabar de una vez por todas y con el dúo Larousso- Miyagi.

Cobra Kai never dies
Opinión:

No es mala, no, es mejor que la segunda parte en mi opinión y en cierto modo, vuelve a recuperar parte de lo que se nos mostró en la primera película de la saga.
Nos encontramos al principio con un Riggs desolado y batido, a punto de arrojar la toalla, tras ser humillado en el tatami y fuera de él por el señor Miyagi, tal y como pudimos ver en el inicio de la película anterior y volvemos a ver en el inicio de ésta, con una especie de recordatorio condensado de lo que fue la primera película y obviando por completo la olvidable secuela.
La cosa pinta tan mal, que decide dejar su Cobra Kai del alma y con esa intención acude al ahora verdadero dueño, su ex-compañero de Vietnam, Terry...pero éste le dice que nones y ni corto ni perezoso le manda de vacaciones a Tahití, con la promesa de que va a hacer sufrir a Larousso y Miyagi hasta que les sangren los ojos (eso es un colega y de los buenos, estás sin un dólar, no me pagas el alquiler pero tranquilo que yo te pago las vacaciones y te hago el trabajo sucio, sí señor).

Esa venganza sólo es posible en un sitio, el tatami, porque debe ser una humillación pública para Daniel y Miyagi y para que sea así debe ser en el torneo anual donde Cobra Kai fue derrotado el año anterior. Para que ésto sea realidad, se necesita otra versión del añorado William Zabka y para ello recurre al malo, malísimo del karate norteamericano, que no es otro que Mike Barnes (Sean Kanan), quien hace un solvente papel de matón karateca, que le viene como anillo al dedo, amén de ser por aquella época un cinturón verde de karate, con lo que al menos no desentonaba en las escenas de acción (pocas, no os vayáis a emocionar)
Te voy a cambiar hasta el signo del zodiaco Larousso

Con todo, lo mejor es que a partir de aquí lo que veremos es una especie de abrazo al lado oscuro del karate por parte de un Daniel, que luchando en su interior entre lo que realmente quiere y lo que quiere para Miyagi, se ve obligado a competir en el torneo para defender su corona, no ya por sí mismo, si no por el hecho de que Miyagi pierda todo lo que tiene a manos de un Terry, que se convertirá en un principio en su nuevo mentor, ganándose su confianza y haciendo que practique todo aquello, totalmente contrario a lo que el señor Miyagi pregonaba.
Esta parte de la película es sin duda lo mejor, ver a Larousso dar cera al muñeco de madera , rompiéndose los nudillos, el pie, sufriendo a fin de cuentas y convirtiéndose en el lado oscuro de sí mismo poco a poco (el mayor ejemplo es cuando le falta al respeto al señor Miyagi, que se huele lo peor y por supuesto la trifulca en la discoteca, donde sin mediar palabra, le rompe la nariz a otro mozarrón) y descubrir al final de esa oscuridad, que todo lo que ha entrenado, todo ha sido un montaje inducido con el fin de que pueda competir en el torneo ante Mike y poder ser humillado ante toda la ciudad.
Yo soy tu shensei Daniel San
Obvio como podéis ver la relación de amistad de Daniel con Jessica (Robyn Lively), usada como un mero pretexto de cara a darle más emotividad al personaje de Macchio ,así como la trama de la tienda de bonsais, si bien es el acicate por el que al final lucha Daniel, ya que es el sueño de Miyagi.

Lucha, por fin lucha , a fin de cuentas es una película de artes marciales y como en las dos películas precedentes, lo que esperamos es el combate final, el duelo entre Larousso y Barnes.
Un duelo donde el segundo castiga sin parar a Larousso hasta el límite, buscando un objetivo final, que no es otro que destrozarle en el último asalto...pero claro, estamos hablando de Daniel san y como va a perder, eso jamás...cuando to está a punto de caramelo para que el Cobra Kai se tome cumplida venganza, surge la filosofía Miyagi, la kata de la familia del nipón, que desconcierta a Barnes, al punto de que con un simple volteo...el combate finaliza.

Te molará : Si te gustó la primera. Si hiciste la grulla y te caíste.Si te enganchaste a Miyagi y Daniel San .

Para olvidar: Macchio ya estaba harto del personaje y eso se nota. Robyn Lively  no aporta nada a la galería de amores de Larousso (de hecho aquí es sólo amiga, porque Macchio temía que su mujer se pusiese celosa). Thomas Ian Griffith está sobre actuado, demasiado (la escena del uahh,uaahh, ha quedado en la retina de muchos y muchas como el culmen de una sobre actuación). Martin Kove es una caricatura de lo que fue en la primera parte, sin más. El desenlace final: es una castaña, no hay emoción, se ve el final a leguas, muy telegrafiado al ser casi un calco del combate final de la primera parte, aunque sin la icónica escena de la grulla.

Apuntes ochenter: 
  • Snake , uno de los esbirros de Terry no es sino, que el hijo del director: Jonathan Advilsen
  • Sean Kanan casi muere como consecuencia de repetir veinte veces una escena en la que caía sobre su estómago y tras cuatro días de tomar aspirinas cayó inconsciente, debiendo ser llevado de urgencia al hospital.
  • La casa de Terry, puede ser vista en Blade Runner y la Casa de los Horrores







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