El viento y el león (The wind and the lion, John Milius, 1975)


Ochenters, os traemos el comentario de todo un clásico del cine de aventuras, El viento y el león, con el que iniciamos una serie dedicada al maestro John Milius en la que también comentaremos su clásico ochenter Amanecer Rojo.
La película está protagonizada por Sean Connery y Candice Bergen, en los papeles principales, acompañados, entre otros, por Brian Keith y John Huston.

AMBIENTACIÓN HISTÓRICA
         La película se basa en un incidente que ocurrió en realidad, el secuestro del comerciante norteamericano de origen griego Ion Hanford Perdicaris y su hijo, en mayo de 1904, por parte del líder rebelde Mulei Ahmed al-Raisuli, un personaje singular, mitad bandido, mitad líder carismático, y aspirante al trono de Marruecos. En el incidente tuvo que intervenir el propio presidente Theodore Roosevelt, en plena campaña de reelección (como se refleja en la película). 
       El pesidente mandó una escuadra de buques a las costas marroquíes para forzar al sultán a que pagara el rescate de 70.000 dólares bajo la proclama “Perdicaris vivo o Raisuli muerto”. Al final el sultán accedió, y El Raisuli fue recompensado, pero pronto cayó en desgracia y volvió a las montañas. Hubo un momento en que El Raisuli hostigaba a los franceses en el sur y Ab-El-Krim a los españoles en el norte.
Este suceso que inspira la trama, conocido como el incidente Perdicaris,  fue recogido por la historiadora  Barbara Tuchman en un artículo de la revista American Heritage, y relatado también en el libro de Rosita Forbes, The sultan of the mountains; the life story of Raisuli, escrito en 1924.
Para la película, y en un alarde de ingenio y habilidad, John Milius sustituyo la insulsa figura del maduro comerciante, por la atractiva Eden Perdicaris, interpretada por la bellísima Candice Bergen, lo que añadía además, una tensión sexual permanente con el personaje de El Raisuli (Sean Connery en uno de sus mejores personajes).
         Cineasta antes que historiador, Milius se tomó todavía más licencias a la hora de contar la historia. Por ejemplo, añadió de su cosecha la marcha en perfecta formación, y entrada triunfal a tiro limpio, de una escuadra de marines en el palacio del sultán, una secuencia espectacular desde el punto de vista cinematográfico, sin duda, aunque, en la realidad, desembarcaron un número muy pequeño de marines, provistos de armas cortas, y solo para proteger el consulado estadounidense. También incluyó la presencia de tropas alemanas del Kaiser en territorio de Marruecos, cosa que no sucedió y carece de rigor histórico.
Lo que si queda retratado con bastante fidelidad es la personalidad y carisma del líder tribal El Raisuli, si bien su aspecto real difería un poco del de  Connery, algo, por otra parte, habitual en Hollywood.
También se refleja con precisión cómo el continente africano, en plena era colonial, era una tarta que se intentaban repartir las viejas potencias europeas, franceses, ingleses, belgas, alemanes, mientras potencias emergentes como EE. UU., o Japón eran “convidados de piedra”.
         Además de rezumar toda la esencia del cine de Milius, El viento y el león también recoge el legado de la gran novela de aventuras de Verne o Kipling, y de clásicos del celuloide como Gunga Din, Las cuatro plumas, o La fortaleza escondida de Kurosawa.

RODADA EN ESPAÑA
         Milius quiso dotar a la película del ambiente de grandiosidad y orientalismo de clásicos como Lawrence de Arabia o El Cid. Por ello eligió los escenarios de Almería, Sevilla y Madrid, para rodar la mayor parte del film (como haría posteriormente para su epopeya épica Conan el Bárbaro, en 1980, rodada íntegramente en España). También se desplazó a Tanger y Fez para rodar las espectaculares escenas de desierto y playa, aunque la mayor parte del equipo y los extras siguieron siendo españoles. Por cierto, el grupo de marines que asalta el palacio son en su mayoría soldados españoles de reemplazo, y, curiosamente, las escenas en las que el presidente Roosevelt (un excelente y muy bien caracterizado Brian Keith), aparece cazando en Yellowstone, se rodaron en la sierra de Madrid.

LOS PROTAGONISTAS
         Para los personajes principales de la película, Milius, pensó, en un primer momento, en Omar Sharif como Raisuli y Faye Dunaway como Eden Perdicaris, pero el actor egipcio no aceptó, y Dunaway estaba enferma. Pensó entonces en Anthony Quinn, que sin duda hubiera bordado el papel, pero al final recayó en un espléndido Sean Connery, sin duda en una de sus mejores interpretaciones.  Milius, reconoció que había escrito el personaje de Eden pensando en Julie Christie (reviviendo así la pareja Sharif-Christie de Doctor Zivago), sin embargo, Candice Bergen lo encarna a la perfección con esa sutil mezcla de sensibilidad y firmeza que aporta al personaje.
         Milius también quiso contar con Orson Welles, que interpretaría al mismísimo Charles Foster Kane, de Ciudadano Kane, pero el personaje ficticio era propiedad de la RKO y no pudo usarse, por lo que la cosa se diluyó, y se conformó con apareciera el personaje real que lo inspiró, William Randolph Hearst, queriendo influir en el presidente Roosevelt (Brian Keith). También podemos ver al director John Huston, en su faceta de actor, como uno de los colaboradores del presidente, el secretario de estado, John Hay. Incluso aparece en un cameo el propio John Milius, conocido aficionado a las armas, como un oficial alemán que muestra al sultán de Marruecos el funcionamiento de la ametralladora Maxim. Y, como curiosidad, el capitán del pelotón de marines es Steve Kanaly, que luego se haría famoso en televisión como el capataz del rancho de los Ewing en Dallas.  


CONCLUSIÓN
         La película tuvo una excelente acogida de crítica y público, y hasta fue alabada por el entonces presidente de EE. UU., Gerald Ford. Obtuvo dos nominaciones a los Óscar, una de ellas por la excelente banda sonora de Gerry Goldsmith (inspirada claramente en la partitura de Maurice Jarre para Lawrence de Arabia), pero aquel año competía con la imbatible y mítica Tiburón de John Williams, que se llevó la estatuilla.
Hoy en día,  El viento y el león está considerada todo un clásico, y uno de los films emblemáticos de su director, el gran John Milius.

Por Víctor Sánchez González

Próximamente AMANECER ROJO (1984)







Exhumed Movies Año VI Número XII


Los amigos de Exhumed Movies vuelven a la carga con un nuevo Fanzine de cine oscuro, maldito y de culto, en concreto el número XII, plagado, como ya viene siendo habitual, de exhumaciones cinéfilas y cinéfagas que harán las delicias de cualquier amante del cine poco convencional.

En este número XII disfrutaremos de 212 páginas a todo color repletas de ilustraciones magníficas que acompañan los textos en una edición que nada tiene que envidiar a una publicación profesional. Además, de regalo el cómic DALIDA ARTE OSCURO (34 páginas a todo color).



El contenido varía de comentarios de clásicos como Saló o los 120 días de Gomorra a cine oscuro español (Usa violación y venganza), pasando por el giallo de 4 moscas sobre terciopelo azul (escrito por servidor) y otras decenas de películas: Cazador de tiburones, Hermano del espacio, Zona violenta, Safari erótico y un largo etcétera. 
Pero no todo son comentarios de películas. Su contenido lo completan el relato oscuro El bebé, varios cómics, cromos oscuros, una entrevista a Gianni Garko que complementa la acontecida en el anterior número del Exhumed y un artículo sobre la editora de vídeo Play Films. Queda alguna cosilla en el tintero, pero no quiero desvelar todo el contenido y os animo a que lo descubráis íntegro comprando el fanzine.



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GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



El cuervo (1994/ Alex Proyas) The Crown

Una joya de culto, un homenaje póstumo a una estrella que se hizo leyenda, una película maldita, una BSO pegadiza , una de esas películas que aunque no te gusten, al final acabas viéndola. Hoy en Cine de los 80...The Crow

Cuerveando:
Con esta película quiero dar el cierre, a las que para mí han sido las tres mejores películas de la breve carrera del malogrado Brandon Lee, si bien he de decir, que el cariño que le profesaba en mi adolescencia a esta película, en cierto modo, he de reconocer que con el visionado en mi edad madura, no me ha llenado tanto como cuando la vi en su estreno en cines, hace ya veinticinco años.

Sinopsis:
Eric Draven ( Brandon Lee), es asesinado en víspera de su boda con Shelley Webster (Sofía Shinas) por la banda de Top Dollar ( Michael Wincott) en medio de la llamada noche del Diablo. Un año después regresará de la muerte con poderes sobrehumanos en busca de venganza 


Basado en las novelas gráficas de James O´Barr quien se haría cargo del guión y guiados por la dirección del por entonces novel Alex Proyas ( Dark City, Yo Robot), The Crow se convirtió en una obra de culto ya antes de su estreno.
El motivo fue la prematura muerte de su protagonista Brandon Lee, debido a una bala de fogueo, que acabó con su vida en medio de una escena sin aparente peligro (para los morbosos, la escena es aquella en la que entra en la habitación donde están asaltando a su prometida y recibe un balazo de Funboy, Michael Massee)
El caso es que parecía que al pobre Brandon le había perseguido la misma maldición que a su padre, Bruce Lee, es decir muerte en extrañas circunstancias en medio de un rodaje y el lanzamiento póstumo al estrellato, en caso de su padre tras el estreno de la mejor película de artes marciales de la historia ( en mi humilde opinión) Operación Dragón.
Los mentideros cinéfilos de aquellas época, siempre atribuían a que las mafias chinas, las temidas triadas, estaban metidas detrás del asunto, aunque nunca fue probada esa teoría.
LA PELÍCULA

Aunque Proyas prefería haber hecho toda la película en blanco y negro, para hacerla más acorde a las novelas gráficas en las que se basaba, las imposiciones de la distribuidora, hicieron que se decidiese por una mezcla de rojos y negros, que convirtieron a la otrora reina del automovilismo yankee, Detroit, en el perfecto decorado para ambientar una trama de venganza, con violencia salvaje, explícita, bañada en una banda sonora, que inundaba de brío todas y cada una de las escenas nocturnas (la venganza es en una noche eterna) y sobre todo una canción ,Burn de The Cure, que sería la seña de identidad de la película.

La historia es sencilla, joven resucitado que vuelve de la tumba en busca de venganza y así poder regresar y descansar eternamente con su novia. La manera de conducir la historia por parte del director, aunque a veces sea irregular, en conjunto es efectiva y especialmente impactante en la mayoría de las escenas de acción, como en la escena de la muerte de Tintin, atravesado por sus cuchillos o la que transcurre en la habitación en la que vemos como Eric taladra a jeringazos a uno de los secuaces de Top Dollar ( Wincott) o la muerte de Gideon  a manos de Dollar , atravesándole con un sable.
Si bien los desmadres eran continuos en el rodaje por parte del equipo de producción no por Brandon, al final el poso que dejó la película, fue la de una buena propuesta de cine de acción de los noventa, una historia de venganza y de amor del más allá, que hubiese supuesto el lanzamiento a la fama de Brandon Lee y que seguro le hubiese robado muchos papeles a los actioners de aquella época, especialmente a Van Damme que era quien más posibilidades tenía de sufrir su competencia.

Apuntes finales:

  • Michael Massee confesó antes de su muerte que seguía teniendo pesadillas con la escena en la que había disparado a Brandon y que nunca había podido recuperarse de aquel golpe ni había podido ver la película.
  • La escena final en la que nuestro protagonista es apuñalado mientras el villano cae de lo alto de la iglesia, guarda similitudes con el final de La Bella y la Bestia,idéntico final, pelea en lo alto de la iglesia y lluvia a raudales.
  • Tendría tres secuelas e incluso una serie protagonizada por Marc Dacascos, que sin duda es mejor que las secuelas y que es la que más se aproxima a la obra de James O´Barr.
Nota : 6/10





El año que vivimos peligrosamente (A Year of Living Dangerously, Peter Weir, 1982)



El año que vivimos peligrosamente es una intriga romático-periodística de ambientación histórica dirigida en 1982 por el australiano Peter Weir (Único testigo, El club de los poetas muertos, El show de Truman), y protagonizada por su actor fetiche de entonces, un joven Mel Gibson con el que acababa de hacer Gallipoli, la siempre espléndida Sigouney Weaver, convertida en estrella poco antes gracias a Alien, y una sorprendente Linda Hunt, que se alzó con el Óscar a mejor actriz de reparto por su papel en esta película.

AMBIENTACIÓN HISTÓRICA

         La película está ambientada en la convulsa Indonesia de 1965, con el primer mundo inmerso en la Guerra Fría, y el Tercer Mundo en pleno proceso de descolonización, con protagonistas como Sedar Shengor en Senegal, Patrice Lumunba en el Congo, Gandhi o Nerhu en India, Nasser en Egipto, o Ho Chi Mihn en Indochina. Algunos, verdaderos líderes carismáticos, y otros, despiadados dictadores, como el indonesio Sukarno, que, sin embargo, gozaba de cierta popularidad tanto dentro como fuera de su país, sobre todo por auspiciar, junto con Nerhu y Nasser, el conocido como Movimiento de Países no Alineados (alternativa al eje Oriente-Occidente, Estados Unidos-URSS), en torno a la Conferencia de Bandung, y al que luego se unirían en la de Belgrado países como Yugoslavia y Cuba.
         Sin embargo, la situación interna en Indonesia  en 1965 es un polvorín político y social. Yakarta es una ciudad superpoblada, llena de suburbios en los que imperan la pobreza, el hambre, y las enfermedades, mientras el dictador Sukarno dirige el país con mano de hierro desde su lujoso palacio. Y todo eso se refleja de forma cruda y descarnada en la película.
LA TRAMA Y LOS PROTAGONISTAS
         Mel Gibson es Guy Hamilton, un joven periodista de la agencia oficial de noticias australiana, al que le han dado su primera oportunidad de cubrir una gran historia como corresponsal en Yakarta. Al principio está perdido, y tiene que apoyarse en colaboradores locales.
         Entonces, de forma casual, en una manifestación del partido comunista indonesio contra la embajada americana, conoce a Billy Kwan, un pequeño pero sagaz reportero gráfico de origen chino, papel que recayó en una espléndida Linda Hunt (que se cortó y tiñó el pelo para el papel). Billy es un personaje peculiar, que se las sabe todas, conoce Yakarta como la palma de su mano, y decide ayudar a Hamilton porque, desde el principio, le idealiza como el periodista honesto e íntegro que por fin va a contar al mundo la verdad sobre lo que sucede en el país. Gracias a Billy, Guy consigue entrevistar a los líderes del país, y enviar a Sidney excelentes artículos y crónicas radiofónicas.


         A través de Kwan, Hamilton conoce también a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una bella y sofisticada funcionaria de la embajada británica en Yakarta. Entre ellos surge el flechazo de inmediato, y comienzan un tórrido romance tras quedar atrapados en el coche por una tormenta del monzón.

         Todo parece ir bien para los tres, pero la situación política se complica en el país, y en cualquier momento puede haber un golpe de estado auspiciado por distintas facciones. Guy va detrás de la noticia, y Jill, en un descuido y confiada en su discreción, es la que le pone sobre la pista, mientras le confiesa que, en realidad, pertenece al servicio secreto británico. Él da la noticia sin nombrarla, pero ella queda comprometida como posible fuente. Esto hace que ambos se distancien, y que Billy pierda la confianza en él. Así, en medio del caos que vive el país, y el calor bochornoso del trópico, los tres van a sufrir su particular bajada a los infiernos. 
UN RODAJE ACCIDENTADO
La película es la adaptación de la novela del mismo título de 1978 de Christopher Koch, al que se le encargó inicialmente el guión, pero Peter Weir no estaba satisfecho con lo que el escritor le enviaba, y decidió reeescribirlo él junto con David Williamson. En palabras de Koch, el resultado fue al cincuenta por ciento de ambos guiones.
         Para el rodaje se solicitaron los escenarios originales en Yakarta, pero cuando todo parecía hecho, las autoridades indonesias no concedieron el permiso, y el equipo se tuvo que trasladar a Filipinas. Una vez allí surgió otro contratiempo, ya que la producción, y el propio Mel Gibson, sufrieron amenazas de los grupos terroristas locales, por lo que, finalmente, se filmó en Australia.
Sin embargo, la ambientación es uno de los puntos fuertes de la película. En ella se refleja tanto la situación sociopolítica del país, como el trabajo periodístico de los corresponsales en conflictos internacionales, tipos que están “de vuelta de todo”, un punto cínicos, descreídos, y aficionados a la bebida.
Otro de los puntos fuertes del film es la excelente banda sonora, del especialista Maurice Jarre, y que incluye el emblemático tema "L'Enfant", de Vangelis, con el que todos la asociamos.



CONCLUSIÓN
         El año que vivimos peligrosamente es toda una joya del cine ochenter, una intriga periodística con toque romántico y una espléndida ambientación histórica. Desde @CineDeLos80 os animamos a revisionarla. Como anécdota, os diremos que, en su estreno, nadie nos percatamos de que Billy Kwan era Linda Hunt. Lo supimos después, y a los que todavía no la asociéis, recordad a la deliciosa y enérgica directora del colegio de Astoria donde dio clase nuestro poli de guardería Arnold Schwarzenegger. 

Por VICTOR SANCHEZ GONZALEZ 








Hidden: Lo oculto (1987, Jack Sholder) The Hidden





Las cámaras de un banco graban en blanco y negro su interior. Todo parece transcurrir con normalidad. Cuando se acercan los vigilantes de seguridad con el dinero para ingresar un hombre ataviado con una gabardina (Chris Mulkey) los asesina y roba el dinero. A continuación sonríe a la cámara y la destroza de un disparo.

En el exterior (ya con imagen en color) monta en un Ferrari negro y se inicia una persecución vertiginosa a ritmo de rock duro. El hombre, perseguido por varios coches de policía, no duda en destrozar todo a su paso incluso arrollando a la gente que se cruza en su camino; flipante el momento en el que entra en un parque y atropella sin piedad a un hombre que va en silla de ruedas. Al final de la secuencia asistimos a un corte de carretera con una decena de coches y policías armados hasta los dientes. El hombre, lejos de amilanarse, no duda en estamparse contra ellos aunque vaya a ser destrozado. Increíblemente sale vivo y se ríe de los policías resultando acribillado y quemado por la explosión del Ferrari.

Este comienzo es probablemente lo mejor de la película. Una secuencia brutal que no da tregua al espectador. En mi opinión debería ser de estudio obligado para cualquiera aspirante a dirigir cine de acción.

Y vale, vale. Respiremos un poco ...




Esta producción de a New Line Cinema está dirigida por Jack Sholder - Solos en la oscuridad, Pesadilla en Elm Street 2 (también producción de la New Line) - y protagonizada por el entrañable Kyle MacLachlan (Dune, Terciopelo Azul , Twin Peaks , The Doors ...) y Michael Nouri , cuyo papel más conocido quizás sea el de Nick Hurley en Flash Dance (1983). La música, con gran presencia de sintetizadores y muy influenciada por Terminator (1984) , es obra de Michael Convertino (Hijos de un dios menor, Tess y su guardaespaldas) y el coordinador de efectos especiales es Greg Landerer. 

The hidden es una serie B muy original al aunar psycothriller, ciencia ficción, acción, terror y buddy cop movie, y para algunos el paso de los años la ha convertido en una película de culto. Como buddy cop movie funciona muy bien al ser muy difícil el entendimiento entre los dos protagonistas y más cuando uno de ellos (Kyle MacLachlan) es un extraterrestre que adopta apariencia humana y que, lógicamente, se comporta de un modo muy extraño a ojos de su compañero.




Y es que lo que el detective Thomas Beck (Michael Nouri) cree unos extraños casos de asesinato a manos de personas aparentemente normales que se han vuelto locas resulta algo mucho más complicado. La realidad es que nos encontramos ante un repugnante parásito alienígena que cambia de cuerpo según se deteriore (ya sea hombre, mujer o animal) al tiempo que comete todo tipo de tropelías con tal de lograr lo que se le antoja: concretamente los Ferraris, la música heavy metal, el dinero y las mujeres; al final descubrimos que tiene también aspiraciones políticas.
Por su parte el agente especial Lloyd Gallagher (Kyle MacLachlan) es otro extraterrestre que llega a la tierra para eliminar a su antagonista como venganza personal al haber sido asesinadas su mujer e hija y su compañero. Gallagher sólo comparte con su enemigo la afición por los cochazos ya que su temperamento es mucho más calmado y porta el único arma que puede acabar con él: una extraña pistola que dispara un haz de luz.

Una de las imágenes más brutales y en la que descubrimos el verdadero aspecto del parásito transcurre en el hospital. Allí vemos como sale de la boca una especie de babosa gigante, negra como el azabache que está dotada de patas peludas como una tarántula y tentáculos. Esta escena es realmente asquerosa y una vez que la ves no se te quita jamás de la cabeza.



Se puede destacar también el paso al cuerpo de la "stripper" (Claudia Christian) - un trasunto de Terminator femenina - , el ataque a la comisaría - que también recuerda a Terminator - y la breve y anecdótica aparición del inefable Danny Trejo quien muere asesinado tras pronunciar una única frase.

Para terminar tenemos un final agridulce que no desvelaré pero del que se puede adelantar que vemos la verdadera apariencia del ser que habita el cuerpo de Gallagher y que remite a una especie de alma.



GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA

TRAILER