Ochenters, os traemos el
comentario de todo un clásico del cine de aventuras, El viento y el león, con el que iniciamos una serie dedicada al
maestro John Milius en la que también comentaremos su clásico ochenter Amanecer Rojo.
La película está protagonizada
por Sean Connery y Candice Bergen, en los papeles principales, acompañados, entre
otros, por Brian Keith y John Huston.
AMBIENTACIÓN HISTÓRICA
La
película se basa en un incidente que ocurrió en realidad, el secuestro del
comerciante norteamericano de origen griego Ion Hanford Perdicaris y su hijo,
en mayo de 1904, por parte del líder rebelde Mulei Ahmed al-Raisuli, un
personaje singular, mitad bandido, mitad líder carismático, y aspirante al
trono de Marruecos. En el incidente tuvo que intervenir el propio presidente
Theodore Roosevelt, en plena campaña de reelección (como se refleja en la
película).
El pesidente mandó una escuadra de buques a las costas marroquíes para forzar al sultán a que pagara el rescate de 70.000 dólares bajo la proclama “Perdicaris vivo o Raisuli muerto”. Al final el sultán accedió, y El Raisuli fue recompensado, pero pronto cayó en desgracia y volvió a las montañas. Hubo un momento en que El Raisuli hostigaba a los franceses en el sur y Ab-El-Krim a los españoles en el norte.
El pesidente mandó una escuadra de buques a las costas marroquíes para forzar al sultán a que pagara el rescate de 70.000 dólares bajo la proclama “Perdicaris vivo o Raisuli muerto”. Al final el sultán accedió, y El Raisuli fue recompensado, pero pronto cayó en desgracia y volvió a las montañas. Hubo un momento en que El Raisuli hostigaba a los franceses en el sur y Ab-El-Krim a los españoles en el norte.
Este suceso que inspira la trama,
conocido como el incidente Perdicaris, fue recogido
por la historiadora Barbara Tuchman en
un artículo de la revista American
Heritage, y relatado también en el libro de Rosita Forbes, The sultan of the mountains; the life story
of Raisuli, escrito en 1924.
Para la película, y en un
alarde de ingenio y habilidad, John Milius sustituyo la insulsa figura del maduro
comerciante, por la atractiva Eden Perdicaris, interpretada por la bellísima
Candice Bergen, lo que añadía además, una tensión sexual permanente con el
personaje de El Raisuli (Sean Connery en uno de sus mejores personajes).
Cineasta
antes que historiador, Milius se tomó todavía más licencias a la hora de contar
la historia. Por ejemplo, añadió de su cosecha la marcha en perfecta formación,
y entrada triunfal a tiro limpio, de una escuadra de marines en el palacio del
sultán, una secuencia espectacular desde el punto de vista cinematográfico, sin
duda, aunque, en la realidad, desembarcaron un número muy pequeño de marines,
provistos de armas cortas, y solo para proteger el consulado estadounidense. También
incluyó la presencia de tropas alemanas del Kaiser en territorio de Marruecos,
cosa que no sucedió y carece de rigor histórico.
Lo que si queda retratado con
bastante fidelidad es la personalidad y carisma del líder tribal El Raisuli, si
bien su aspecto real difería un poco del de
Connery, algo, por otra parte, habitual en Hollywood.
También se refleja con
precisión cómo el continente africano, en plena era colonial, era una tarta que
se intentaban repartir las viejas potencias europeas, franceses, ingleses,
belgas, alemanes, mientras potencias emergentes como EE. UU., o Japón eran “convidados
de piedra”.
Además
de rezumar toda la esencia del cine de Milius, El viento y el león también recoge el legado de la gran novela de
aventuras de Verne o Kipling, y de clásicos del celuloide como Gunga Din, Las cuatro plumas, o La
fortaleza escondida de Kurosawa.
RODADA EN ESPAÑA
Milius
quiso dotar a la película del ambiente de grandiosidad y orientalismo de
clásicos como Lawrence de Arabia o El Cid. Por ello eligió los escenarios de
Almería, Sevilla y Madrid, para rodar la mayor parte del film (como haría
posteriormente para su epopeya épica Conan
el Bárbaro, en 1980, rodada íntegramente en España). También se desplazó a
Tanger y Fez para rodar las espectaculares escenas de desierto y playa, aunque
la mayor parte del equipo y los extras siguieron siendo españoles. Por cierto, el
grupo de marines que asalta el palacio son en su mayoría soldados españoles de
reemplazo, y, curiosamente, las escenas en las que el presidente Roosevelt (un
excelente y muy bien caracterizado Brian Keith), aparece cazando en Yellowstone, se rodaron en la sierra
de Madrid.
LOS PROTAGONISTAS
Para
los personajes principales de la película, Milius, pensó, en un primer momento,
en Omar Sharif como Raisuli y Faye Dunaway como Eden Perdicaris, pero el actor
egipcio no aceptó, y Dunaway estaba enferma. Pensó entonces en Anthony Quinn, que
sin duda hubiera bordado el papel, pero al final recayó en un espléndido Sean
Connery, sin duda en una de sus mejores interpretaciones. Milius, reconoció que había escrito el
personaje de Eden pensando en Julie Christie (reviviendo así la pareja
Sharif-Christie de Doctor Zivago), sin
embargo, Candice Bergen lo encarna a la perfección con esa sutil mezcla de
sensibilidad y firmeza que aporta al personaje.
Milius
también quiso contar con Orson Welles, que interpretaría al mismísimo Charles
Foster Kane, de Ciudadano Kane, pero
el personaje ficticio era propiedad de la RKO y no pudo usarse, por lo que la
cosa se diluyó, y se conformó con apareciera el personaje real que lo inspiró, William
Randolph Hearst, queriendo influir en el presidente Roosevelt (Brian Keith).
También podemos ver al director John Huston, en su faceta de actor, como uno de
los colaboradores del presidente, el secretario de estado, John Hay. Incluso
aparece en un cameo el propio John Milius, conocido aficionado a las armas, como
un oficial alemán que muestra al sultán de Marruecos el funcionamiento de la
ametralladora Maxim. Y, como curiosidad, el capitán del pelotón de marines es
Steve Kanaly, que luego se haría famoso en televisión como el capataz del
rancho de los Ewing en Dallas.
CONCLUSIÓN
La
película tuvo una excelente acogida
de crítica y público, y hasta fue alabada por el entonces presidente de EE.
UU., Gerald Ford. Obtuvo dos nominaciones a los Óscar, una de ellas por la excelente
banda sonora de Gerry Goldsmith (inspirada claramente en la partitura de
Maurice Jarre para Lawrence de Arabia),
pero aquel año competía con la imbatible y mítica Tiburón de John Williams, que se llevó la estatuilla.
Hoy en día, El
viento y el león está considerada todo un clásico, y uno de los films
emblemáticos de su director, el gran John Milius.
Por Víctor Sánchez González