Ochenters,
acabamos de enterarnos del fallecimiento del genial compositor de bandas
sonoras Ennio Morricone a los 91 años, tras ingresar en un hospital romano
debido a una caída. Por ello, y casi a vuela pluma, vamos a hacer una breve
semblanza de su vida y obra, que es la del propio cine.
MORRICONE,
LEONE Y EASTWOOD
Hay una anécdota muy curiosa sobre
Leone y él: Ya se conocían desde antes de que le llamara en 1963 (cuando tan
solo había compuesto música para el film El
Federal), pero ninguno de los dos lo recordaba. Resulta que habían ido
juntos al colegio de niños, en el barrio del Trastevere. Treinta años después,
los dos se reencontraron y el director le invitó al cine a ver Yojimbo, de Kurosawa. A Leone le
encantó, y a Morricone salió horrorizado. Pero de ahí salieron las ideas para La muerte tenía un precio, Por un puñado de
dólares, y El bueno, el feo y el malo,
las películas rodadas en Almería, y protagonizadas por Clint Eastwood, que
lanzaron a la fama a los tres, y que renovaban por completo el western clásico
(de hecho crearon un género nuevo, el spaguetti
western), y en las que la partitura fue tan o más influente que los propios
fotogramas.
LA
MÚSICA DE MORRICONE
Si Williams es un compositor clásico
sinfónico, Zimmer o Jarre son más instrumentales, y así podríamos seguir,
ninguno es tan heterodoxo y atípico como Morricone. Para él, la reverberación,
el eco, un silbido, una flauta de pan, una guitarra eléctrica, una campana, todos
los instrumentos le valían, y tenía un tacto especial para reconocer algo tan
delicado y único, a la vez que universal, como la simple emoción. En este
sentido, baste el ejemplo, no solo del tema principal de El bueno, el feo y el malo (1966), sino también e incluso más, el del
climax final de la película, “El éxtasis del oro”, para muchos su composición
más lograda.
SUS
BANDAS SONORAS DE LOS 80
Compositor de más de 500, bandas
sonoras, Morricone ha trabajado con directores de la talla de Pier Paolo
Pasolini, Lina Wertmuller, Roman Polanski, Bernardo Bertoluci, Oliver Stone o
los españoles Luis Buñuel en Leonor (1975) o Pedro Almodóvar en Átame (1990).
Entre sus composiciones más renombradas de nuestra querída década están La misión (1986), Los intocables de Elliot Ness (1987), o Cinema Paradiso (1988). Todas diferentes, todas distintas, todas
con su toque maestro, porque, según sus propias palabras, Morricone se adaptada
con su música a cada película.
CONCLUSIÓN
Resulta chocante que con tantas y tan
superlativas bandas sonoras en su haber, Morricone tan solo hubiera recibido el
Óscar honorífico a toda una carrera en 2006, y solo en 2015 la estatuilla por
un film de Tarantino, Los odiosos ocho.
Sin embargo, los fans siempre recordaremos la flauta del pan de La Misión, el piano forte de Los intocables
de Elliot Ness, la melodía de Cinema
Paradiso, o la guitarra, el silbidos y los coros de voz de La trilogía del dólar. Siempre con
nosotros el gran Ennio Morricone.
Por Víctor Sánchez Escritor
@VíctorSescritor
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