Neal Page (Steve Martin) intenta regresar a tiempo a Chicago para disfrutar del Día de Acción de Gracias junto a su familia. En el vuelo de Nueva York conoce al excéntrico Del Griffth (John Candy), una presencia a la que se verá, muy a su pesar, inexorablemente unido.
Con esta comedia, John Hugues, el indiscutible director juvenil de películas como "Dieciséis velas", "La mujer explosiva", "Todo en un día" o "El club de los cinco", se desvía del terreno que le dio fama y hace una incursión en una comedia atípica centrada en la relación que se establece entre la pareja protagonista.
De personalidades marcadamente contrapuestas - Page representa a un hombre de negocios de clase acomodada, hombre de familia y bastante estirado; Griffith, su némesis, es un vendedor de arandelas de cortinas de carácter alegre y parlanchín que pese a tratar por todos los medios de agradar a Page sólo logra provocar su hastío - quedan atrapados por una espiral de amor/odio que se desarrollará durante un accidentado viaje desde Nueva York hasta Chicago; compartiendo todo tipo de medios de trasporte y alojamiento, impulsados de una desgracia a otra, su cruz comenzará con la cancelación de su vuelo por condiciones climatológicas adversas.
El estilo de John Hughes, pese a su alejamiento del género juvenil, se deja notar y no pierde ni un ápice de identidad. Se aleja del chiste fácil o el humor escatológico y se centra en los personajes y en las situaciones que se desarrollan a lo largo de la película como ya haría en "Todo en un día". De este modo repite la estructura odiseica que imprimió en las aventuras de Ferris Bueller trasladándola a un viaje de mayores proporciones espaciales pero de idéntica sucesión de situaciones a cada cual más disparatada; cuando el problema queda solucionado siempre tiene que surgir algo que empeore la situación.
En principio, Hughes enfoca la trama de modo que nos identifiquemos más con Page; éste no sólo sufrirá la compañía de - para él - el insufrible Griffith, sino que le culpará de una situación; sin embargo, a medida que avanza la película nos muestra que el insoportable Griffith es una persona entrañable con la que el espectador acaba por empatizar. Al final, con pequeño giro inesperado incluído, se nos ofrece la explicación del porqué de la incesante búsqueda de un compañero de Griffith, un giro que le da un toque melodramático que , por otro lado, no es nada inusual en el cine de John Hughes.
Como curiosidad, me parece interesante señalar el paralelismo existente entre esta película y la subtrama de "Solo en casa" - guión de Hughes - en la que la señora Mc Allister vive su pequeña odisea para regresar junto a su hijo Kevin, curiosamente, gran parte de su viaje lo realiza en una furgoneta acompañada por un grupo de polca en el que John Candy interpreta a uno de los integrantes.
Los ochenta siguen demostrándonos que la comercialidad no está reñida con la calidad (en Estados Unidos logró ciento cincuenta millones de beneficio habiendo costado quince millones). Mientras hoy día la mayoría de las comedias son una sucesión de esqueches de usar y tirar, Hughes ha logrado parir un producto en el que, pese a sus puntos flacos, - quizás algún tramo demasiado sensiblero - prima la totalidad del contenido frente a una segmentación en aras de lograr algún momento puntual que salve una mala obra.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
Ficha técnica y artística
TRAILER
que tiempos aquellos de los 80, uno vuelve a ser niño.
ResponderEliminarEs increíble la cantidad de recuerdos que nos traen estas películas.
ResponderEliminarUna comedia fantástica, que en España sorprendentemente no tuvo mucho tirón, de mis preferidas
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ResponderEliminarUna película excepcional, engancha desde el principio, dentro de su género la mejor.