La vida... es dolor. El dolor... lo es todo. Tú...
tú lo aprenderás... (Peter Stegman)
Andrew Norris es el nuevo profesor de música del
Lincoln High School. Allí conoce a Peter Stegman y su banda de punkis, un grupo
muy conflictivo que hace la vida imposible a profesores y alumnos. Pero lo que
cree sólo un problema con unos chicos problemáticos dará lugar a un brutal baño
de sangre.
Ambientada en un futuro próximo y presentada (inciertamente) como basada en hechos reales , Curso 1984, es una incursión
en el terreno de los institutos que torna en una de esas películas de venganza
tan características de los ochenta. Como pionera de una senda que seguirían El
rector (1987) o El sustituto (1996) nos presenta una historia que hoy día
consideramos trillada, pero que en su año de estreno fue tan novedosa por su
contenido como revolucionaria por sus altas dosis de violencia (en Francia fue
prohibida su exhibición a menores de 18 años). ¿Apostamos a que en breve se repite
un Blockbuster de temática calcada? La historia se resume en: profesor nuevo
llega a un instituto que más bien parece una selva plagada de salvajes y se
impone a base de hostias para lidiar con tan angelicales jovencitos. Los
angelicales jovencitos, en este caso, pululan como Pedro por su casa en medio de extorsiones, tráfico de
drogas y prostitución, entre otras lindezas, además, están liderados por
un psicópata con todas las letras. Peter Stegman, el jefe de la manada, es un
perturbado manipulador con dotes de genio que no se detendrá hasta conseguir lo
que quiere a través de cualquier medio. Y no es que resultase una novedad ver a
un grupo de chavales cometer todo tipo de atrocidades (¿recordáis La naranja
mecánica?), pero seguro que para lo que no estuvo preparada mucha gente fue
para ver a un profesor transformado en una especie de Charles Bronson vengador
que no duda en matar por diversos métodos (a cada cual más sanguinario) a
varios de sus alumnos. Aunque claro, sabiendo que su director es el Mark Lester
que varios años después dirigió una joya del desfase donde nuestro amigo Arni se
cepillaba hasta el apuntador (Comando, 1985), seguro que el exceso de violencia
no nos pilla por sorpresa.
Escrita por Tom Holland (director de Noche
de miedo y Muñeco diabólico), cuenta con un jovencísimo Michale J. Fox en un
papel secundario de alumno pardillo y un siempre fantástico Roddy McDowall (que
encarnaría al maravilloso Peter Vincet en Noche de miedo, dirigida por Holland)
como profesor y amigo de Andrew Norris. McDowall ofrece una de las secuencias
más impactantes en la que, completamente desquiciado, da una clase
¡a punta de pistola! Timothy Van Patten, encarnando a Peter Stegan, nos ofrece
una actuación tan exacerbada como llena de fuerza, y pese a no triunfar en su
carrera como actor ha dirigido episodios de series muy exitosas como The Wire,
Los Soprano, o Juego de Tronos. Si bien toda la película es excesiva, no se
equivocó en señalar la existencia de detectores de metales en la entrada de
algunos institutos de Estados Unidos; hecho que debió ser tomado a cachondeo en
la época, pero ya veis hoy día.
Algunas escenas son francamente reivindicables.
Me parece muy bonita, al tiempo que ofrece gran contraste con la tónica general
del metraje, aquella en la que Stegan irrumpe en la clase de Norris y toca una
preciosa melodía de piano, acentuando esa dualidad de genio perturbado capaz de
lo más bello o de las acciones más horrendas. ¡Y esta sublime pieza de piano
fue compuesta e interpretada por el propio Timothy Van Patten! Otras escenas
inolvidables son en las que se muestra el laboratorio de Terry Corrigan (Roddy
McDowall) destrozado con los animales despellejados y la ya nombrada represalia
de este (una clase pistonuda). Aquella en la que Stegman se autolesiona y le
echa la culpa al profesor Norris. O la del estudiante totalmente ciego de cocaína
subido en lo alto del mástil del que cuelga la bandera de los Estados Unidos. El
final, con un Andrew Norris completamente ido después de enterarse de que han
violado a su mujer, es bestial. Norris no duda en liquidar uno a uno, en el
propio instituto y durante un concierto de música clásica que debería dirigir
él, a todos y cada uno de los maleantes de la manera más grotesca: aplastamiento,
incendio, sierra eléctrica o un ahorcamiento muy sinfónico.
La banda sonora cuenta con temas de Alice Cooper
y Fear, entre otras canciones que potencian la estética punk de la película. En
1990 el propio Lester dirigió una secuela ambientada en el futuro titulada Curso
1999.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
Ficha técnica y artística
TRAILER
ESCENAS
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