Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.
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Brian Dennehy, el malo bueno de los 80


Ochenters, tras su reciente fallecimiento a los 81 años, queremos recordar al gran Brian Dennehy (Bridgeport, Connecticut, 9 de julio de 1938-New Haven, Connecticut, 15 de abril de 2020), el icónico malo bueno de las pelis de acción de los 80, aunque también fue un notable actor teatral, con dos premios Tony a sus espaldas y ganador de un Globo de Oro por la serie “La muerte de un viajante”.
Inseparable de su físico imponente, su presencia en pantalla, con esa corpulencia, ese cabello rubio prematuramente cano, sus hombros cargados, y su aspecto duro, le asociamos a films emblemáticos de los 80 como Rambo Acorralado (First Blood, 1982) o F/X Efectos mortales (1986).
Sin embargo, su carrera comenzó a finales de los setenta, donde apareció en una capítulo de la serie M. A. S. H, y con pequeños papeles en películas como Buscando al Sr. Goodbar, F. I. S. T. (en la que coincidiría por primera vez con Sly), 10 la mujer perfecta o El final de la cuenta atrás.
En 1982 participó en Acorralado, en la que interpretaba al descreído e intransigente Sheriff del pueblucho de montaña al que llega John Rambo dando tumbos por la carretera, del que primero le quiere echar y luego le detiene y maltrata sin motivo. Esta película fue la que le asentó en el panorama de Hollywood como secundario habitual. Como anécdota diremos que tanto Stallone como él, llegaron al papel tras ser rechazado por otros actores debido al tono violento de la película. En el caso de Dennehy, rechazaron el personaje entre otros Gene Hackman y Robert Duvall Lee Marvin.

Su siguiente película fue Gorky Park (1983), uno de sus escasos papeles de bueno, junto con quizás su “bueno” más entrañable, el líder de los bondadosos visitantes alienígenas de Cocoon (1985). Aquel año también se luciría como villano en el soberbio western contemporáneo Silverado, a las órdenes de Lawrence Kasdan.

Un año después le veríamos como casi coprotagonista en F/X Efectos mortales, junto a otro de los actores icónicos de los 80, Brian Brown, en un thriller urbano con los efectos especiales del cine como leiv motiv. Y también repitiendo como malvado en la comedia de acción Peligrosamente juntos, ambientada en el mundillo de del arte neoyorkino, y protagonizada por el trío Robert Redford, Debra Winger y Daryll Hanna.

A partir de ahí le hemos visto como secundario en innumerables películas, por citar solo dos de las siguientes décadas, Presunto inocente (1990), en la que hacía de fiscal de distrito y jefe de Harrison Ford, y Asalto al Distrito 13 (2005), donde, ya avejentado, hacía de veterano policía junto a Ethan Hawk.


Siempre en nuestro recuerdo el gran Brian Dennehy.

Por Víctor Sánchez González











¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (1988, Robert Zemeckis) Who Framed Roger Rabbit?

¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (1988, Robert Zemeckis) Who Framed Roger Rabbit?


“Toc-toc-toctoc-toc…” U-na-copi-ta…” Si ya habéis saltado entre espasmos y rompiendo la pared en mil pedazos para gritar “¡De Ojén!” ésta es vuestra lectura. 

No puedo referirme a otra película que no sea “¿Quién engañó a Roger Rabbit?” Y permitidme que me recree en este comentario, pues apenas tenía cuatro añitos cuando se estrenó y le guardo especial cariño, además de por su casting, pues siempre quise quiero y querré a Bob Hoskins y a Christopher Lloyd, si no por su magistral forma de mezclar una historia del cine negro clásico de Hollywood con lo mejor de cada casa del mundo de la animación.

Hoy día puede que lo veamos menos impresionante de lo que lo veíamos por aquel entonces (que no) pero esta cinta, con un presupuesto de setenta millones de dólares, llegó a necesitar la friolera de trescientos veinte animadores que tuvieron que dibujar ochenta y dos mil ochenta fotogramas y hacer alrededor de un millón de dibujos… Ahí queda eso. Por suerte la película fue un auténtico éxito generando más de ciento cuarenta millones de dólares. Pero pasemos ya a desgranar un poco la trama, por si hay alguien despistado (que acabase de despertar de una catalepsia mínimo) y que aún no sepa de qué estamos hablando.

En “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”, producida por Steven Spielberg (Tiburón, E.T. El Extraterrestre, Indiana Jones…) y dirigida por el gran Robert Zemeckis (Trilogía de Regreso al futuro, Forrest Gump, La Muerte os sienta tan bien…) nos extrapolan a un mundo alternativo donde los dibujos animados son actores y protagonistas de sus propias películas y conviven con los humanos en su día a día, con exigencias y sueños al igual que los de cualquier actor de  carne y hueso de Hollywood. Basada en la novela de Gary Wolf “¿Quién censuró a Roger Rabbit?”


El film nos cuenta la historia de un detective privado venido a menos, Eddie Valiant, contratado por R. K. Maroon, productor de películas de animación, para investigar la infidelidad de Jessica Rabbit, novia del famoso “dibu” (pues así llaman a los protagonistas animados) Roger Rabbit, pues éste no consigue concentrarse en su trabajo tras leer una publicación en el periódico de la noticia de la posible infidelidad por parte de su mujer, Jessica. La idea es sacar unas fotos a la señora Rabbit con su amante, para intentar hacer que Roger acepte la situación y abra los ojos ante esta traición amorosa. Eddie acepta a regañadientes, pues odia a los “dibus” y hace unas fotos comprometidas a Jessica (palmas palmitas) junto al conocido magnate y dueño de “Dibullywood” Marvin Acme, Como era de esperar y ante la confirmación del hecho, Roger no acepta que su querida Jessica le sea infiel y desaparece. Al día siguiente, Marvin Acme aparece muerto, pues alguien lo ha asesinado tirándole un piano a la cabeza (a lo dibu) por lo que todas las sospechas apuntan a Roger Rabbit. Esta historia, digna de cualquier película de cine negro de la época, es la que nos va a ir desgranando Robert Zemeckis.

Robert Zemeckis y Roger Rabbit durante el rodaje de la película.

Pero dejemos la historia a un lado de sobra conocida por todos y centrémonos en los protagonistas, empezando por el propio Eddie Valiant. Interpretado por el fallecido Bob Hoskins, (Hook, El Mundo Perdido…) el cual es una de las piezas claves para el buen funcionamiento de la película. Hoskins brilla en esta cinta interpretando a un detective venido a menos, deprimido y serio, un papel que le va como anillo al dedo. La causa de su tristeza es debida a la reciente muerte de su hermano, con el que compartía la agencia de detectives Valiant&Valiant, pues un dibu lo ha asesinado.


Lo curioso es que antes de pensar en Bob Hoskins, Zemeckis y compañía barajaron muchos nombres para interpretar este papel, entre ellos se encuentran Robert Redford, Harrison Ford, Sylvester Stallone, Jack Nicholson, Ed Harris y el favorito del director, el Cazafantasmas Bill Murray, al que fue imposible encontrar y tuvieron que desecharlo. Posteriormente Bill Murray se arrepintió de haber estado “desaparecido” pues le hubiese encantado interpretar al detective.

Pasemos a otro de los personajes que hoy día resultaría polémico, pues es un bebé gruñón y mujeriego que fuma puros (ahí es nada) nos referimos a Baby Herman,

“Lo malo es que tengo una lujuria de cincuenta años y un pito de tres” Baby Herman.

compañero y amigo de Roger Rabbit y uno de los pocos que confía en la inocencia del conejo animado. Este dibu, que interpreta a un bebé que tiene que ser atendido por Roger Rabbit en ausencia de su madre, es en realidad un adulto al que han dibujado con el cuerpo de un bebé. Tras todo lo acontecido con Jessica y el posterior asesinato de Marvin Acme, pide a Valiant que investigue y ayude a su amigo Roger, ya que cree que le han tendido una trampa para endosarle al muerto (que me viene al pelo).
Otro de los personajes clave para el desarrollo de la historia es la despampanante y voluptuosa Jessica Rabbit, que consigue transmitir más sensualidad que muchas actrices de hoy día.

“Esa mujer es puro veneno pero él se cree que es Blancanieves” (R. K. Maroon)

Este dibu, es la perfecta recreación del clásico personaje de cine negro conocido como “Femme Fatale” y desencadenante de todo. De hecho tiene una de las mejores frases de la película de la cual salió multitud de merchandising, y es la sentencia de “Yo no soy mala… es que me han dibujado así”. Contaba con la apariencia física del resultado de la mezcla de tres mujeres del cine clásico; el atuendo de Rita Hayworth en Gilda, el pelo de Verónica Lake y la mirada de Lauren Bacall. Además contó con la voz de Katheleen Turner y la voz de la actriz Amy Irving para la canción “Why you don’t do right”, canción con la que nos detendremos más adelante.

Seguimos ahora con el villano más terrorífico que recuerdo en mi niñez, y como supondréis nos referimos al Juez Doom,

Marty, tenemos que regresar al futuro.

Interpretado magistralmente por Christopher Lloyd (La Familia Addams, Regreso al futuro, Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, Cluedo…), este personaje es el juez y verdugo que va tras el conejo. Tiene la “misión” de ajusticiar con pena de ¿baño? a todos esos dibus que se salten la ley. El “baño” era una mezcla de trementina, acetona y benceno y también lo único que podía matar a un dibu. Aún recuerdo con estremecimiento el sonido de ese dibu, un risueño zapato, disolviéndose en este baño, gritando de terror e implorando por su vida mientras el Juez Doom lo introducía en esta mezcla y ese desagradable sonido del roce del guante de goma cubierto con los restos de pintura (roja para causar más impresión) del ajusticiado dibu…


Este juez tiene varias escenas que todos recordaremos con mayor o menor impresión (depende de la edad con la que la vierais) sobre todo su trágico final, a lo bruja de Oz.
Tampoco nos podemos olvidar de los “esbirros” que acompañaban a este juez, Las Comadrejas. Incansables dibus que seguían las ordenes de su jefe, y que también iban tras la pista del conejo para que cumpla con su pena.


A pesar del magnífico resultado, Christopher Lloyd tampoco fue la primera opción para interpretar al Juez Doom, pues se barajó a Tim Curry para darle vida a este personaje (sí sí, el mismísimo Pennywise de los 90) pero resultó tan terrorífico que fue descartado.

¿Habéis visto a un conejo flotar?

Otro de los personajes recordado y querido por muchos es el taxi Benny, un dibu que protagoniza varias de las frenéticas y divertidas persecuciones de la película, incluso sale en la portada de la misma.


También es amigo de Roger, cree en su inocencia y se ofrece para ayudar al conejo y a Valiant en todo lo que necesiten. Le prestó su voz Charles Fleischer, que no os sonará de nada, pero si os pide con voz rasposa que salvéis el reloj de la torre, quizá os suene algo más.


Y para terminar, no podemos dejar atrás al personaje que da nombre a esta cinta, Roger Rabbit.


 Es la personificación de un bufón animado, creado simplemente para hacer reír, de hecho no concibe un mundo sin risas. De su diseño se encargó Richard Williams, director de animación de la película, y para crearlo utilizó tres premisas; cara al estilo Warner Bros, cuerpo basado en los dibujos de Disney y la excentricidad de los personajes de Tex Avery, todo combinado con unos pantalones al estilo de Goofy, los clásicos guantes de Bugs Bunny o Mickey Mouse y la pajarita de Porky, y para rematar, mezclando los colores de la bandera americana para conseguir la simpatía subliminal del público americano.

Este personaje, fue interpretado por Charles Fleischer, y digo interpretado porque algunos de los actores que interpretaban a los “dibus” estaban de cuerpo presente para evitar que los actores de carne y hueso replicaran a la nada. Para conseguir una mayor sincronía con el personaje, Fleischer acudía a los rodajes ataviado con un cutre disfraz de Roger Rabbit.


La gente que pasaba por los estudios, trabajadores de otras películas y demás, veían a Fleischer de esta guisa y cuchicheaban sobre la extraña película que allí se estaba rodando y bromeaban por el escaso presupuesto que ésta debía tener.
Fue tal el éxito de Roger y de la película, que se lanzaron tres divertidos cortometrajes de animación que fueron proyectados en el cine antes de distintas películas a la antigua usanza. Os los dejo para que los disfrutéis

El primero es “Algo se Cuece”


El segundo es “Roller Coaster Rabbit”


Y el tercero es “Trail Mix Up”


Ahora toca hablar de su BSO, a la que podríamos tratar casi como a un personaje más. Si bien no podemos concebir a Tim Burton sin musicalizar por Danny Elfman, con Robert Zemeckis nos ocurre exactamente igual, pero con su compañero inseparable Alan Silvestri. Por desgracia, este compositor puede resultar menos conocido que otros igualmente grandes como son John Williams, Ennio Morricone o el ya citado señor Elfman, pero sin duda, películas como Regreso al Futuro o la que nos ocupa no habrían sido lo mismo sin el maestro Silvestri. Dotó a la cinta de una maravillosa BSO con tonos de Jazz y Blues clásico, muy típico en películas detectivescas de la época dorada del cine negro pero con su toque particular, pero sobretodo donde podemos ver cómo se crece en las escenas de gran tensión adaptando la música perfectamente, como en el tema “Doom’s a Toon!” que os dejo a continuación.


También mencionar la que es, para mí, la mejor canción de toda la película. Como supondréis es la canción de Jessica Rabbit “Why Don’t You Do Right” interpretada como dijimos anteriormente por Amy Irving. Esta canción, grabada originalmente como “Weed Smoker’s Dream” de los Harlem Hamfats, fue adaptada en 1941 por McCoy, creador de la misma, a la versión del tema que conocemos hoy, ésta fue interpretada por Lil Green. El significado de la letra viene a ser los reproches y castigos de una mujer a su hombre venido a menos por su manera de arruinarse por no hacer buenos negocios, no como otros hombres que sí tienen éxito. Posteriormente fue versionada por Peggy Lee, pues quedó maravillada con la canción, así como por infinidad de cantantes.

Pero centrémonos en disfrutar la que nos ocupa, y lo maravilloso de la escena. A los instrumentos, los cuervos de Dumbo y Jessica Rabbit siendo la auténtica protagonista de la escena por más dibus que puedan aparecer en ella (Lo siento Betty... aunque todavía pitas)

Recordadla

Para ir terminando os dejo con algunas curiosidades que he ido recopilando de la película.
-La primera que os traigo hace mención al famoso túnel que conecta Hollywood con Dibullywood. Este túnel es el mismo que sale en “Regreso al Futuro 2” en la escena que Marty intenta recuperar el almanaque deportivo que el Biff del futuro robó y entregó usando el Delorean al Biff joven.


-En los carteles originales de cine, y a pesar de que el título es claramente una pregunta, se suprimió el signo de interrogación, pues esto era sinónimo de fracaso comercial. (Sí, todos sabemos del poder de los signos de interrogación con respecto al éxito en nuestro subconsciente)

-“¿Quién engañó a Roger Rabbit”, se hizo durante “el descanso” que Zemeckis se tomó entre “Regreso al Futuro“ y su secuela “Regreso al Futuro 2” (el resto de los mortales entre descansos hacemos el intento de pensar en hacer algo que no terminamos de pensar si quiera…)

-Se llegaron a hacer hasta cuarenta versiones de guion y en algunas, Jessica o Baby Herman eran los malos de la historia. Incluso hubo una versión donde el Juez Doom se declara como el villano de la película y a su vez el cazador que acabó con la madre de Bambi.


-El director de animación Richard Williams tenía tres reglas básicas para conseguir esa calidad en el acabado con la animación y poderla integrar de la mejor manera con la imagen real; la primera es que las cámaras se moviesen todo lo posible para que los personajes no pareciesen superpuestos en la imagen, la segunda es que las luces y sombras también tenían que estar reflejadas en los personajes animados, y la tercera, que los personajes reales debían interactuar todo lo posible con los personajes animados. Además, los actores de carne y hueso tenían que agarrar a los personajes animados sin dejar ningún espacio entre los dedos, pues dibujar entre estos huecos al personaje de animación era tremendamente caro, de ahí que todos sujeten a los personajes animados de la misma forma.


-“¿Quién engañó a Roger Rabbit?” tiene el logro de haber reunido a más personajes de Warner Bros y Disney en una misma película, como a Donald con El Pato Lucas o a Mickey con Bugs Bunny, la única condición que pusieron las productoras, dueñas de estos personajes, es que el personaje de la compañía rival no podía ocupar más tiempo en pantalla que el propio, de ahí a que los personajes más característicos de cada compañía compartan escenas.



-Cuando el Juez Doom pregunta en el bar si han visto al conejo animado, uno de los parroquianos dice que sí, que está en ese mismo bar, cuando el juez se acerca le responde que está justo a su lado y hace ademán de abrazar a un conejo llamado “Harvey”.


Muchos creen que hace referencia al conejo “Harvey” de la película de 1950 “El Invisible Harvey” donde vemos a un James Stewart conversar con su amigo imaginario, un conejo gigante llamado Harvey.


Y bien, ¿cómo es que hacen referencia a un personaje ficticio de 1950 si la película se centra en 1947?, Zemeckis ya aclaró en su día que esta película nunca pretendió ser una guía exacta de los personajes animados, sino un homenaje a ellos, y podría pasar por válida esta respuesta, pero no es así, ya que la obra de teatro basada en la misma película de Stewart se estrenó en Broadway en 1944.

Pues nada amigos, espero que mi visita guiada os haya resultado agradable. Yo seguiré mientras tanto buscando el cartel apuntando a Dibullywood y cruzaré el túnel sin miedo alguno, pues como decía aquel “Ríe y verás como este mundo es un magnífico lugar”

Eso es to-… Eso es to-… ¡Eso es todo amigos!



Sangre fácil (1984, Joel y Ethan Coen) Blood simple



Texas. Ray (Jonh Gerzt) contrata los servicios de un detective privado ( M.Emmet Walsh) para que investigue la posible infidelidad de su mujer Abby (Frances McDormand) con su empleado Marty (Dan Hehaya). Una vez confirmada la sospecha vuelve a contactar otra vez con el detective con el objetivo de asesinarlos. Pero lo que parece un asunto sencillo torna en un puzzle de intrigas, conspiraciones, desconfianzas y muerte del que ninguno saldrá bien parado.

Da igual si eres el Papa de Roma, el presidente de los Estados Unidos o el Hombre del año, lo mínimo puede hacer que todo vaya mal.(Prólogo de “Sangre fácil”)

Bajo esta premisa han desarrollado su cine los hermanos Coen. Ya se trate de secuestradores aficionados o de un marido codicioso en Fargo, de un pasota cuarentón apodado “El nota” o de un pueblerino perseguido por la mismísima  encarnación de la muerte en un país donde no hay sitio para viejos, si una cosa nos queda clara en el cine de los Coen, es que la desgracia es inmisericorde y aplasta con su peso. La desgracia será la más fiel acompañante de muchos de los personajes que pululan por películas como “Fargo” y “No es país para viejos”- como referentes más cercanos al caso que nos ocupa - o “Arizona Baby” y “El gran Lebowski” como paradigmas en una vertiente cómica. Todos ellos comparten ese calamitoso tránsito en ocasiones debido al puro azar y en otras a la propia incompetencia de los personajes; aunque posiblemente sea más bien causado por una mezcla de ambos.

Los protagonistas de “Sangre fácil” no escapan a este planteamiento. Sus vidas serán truncadas por acontecimientos que escapan a su control y entendimiento y serán dirigidos por un titiritero que bien podría llamarse azar pero que de la mano de los Coen pasa a ser Destino. En “Sangre fácil” sólo el espectador sabe lo que sucede realmente. Ray no sólo es engañado por su mujer y su empleado, sino por el propio detective que contrata para liquidarlos. Marty y Abby se acusan recíprocamente de haber asesinado a Ray, y ésta sólo al final descubrirá lo que ha sido de su marido. Tanta paranoia es realzada por unos recursos fílmicos en ocasiones muy acertados como en el caso de la fusión de las escenas del ventilador o la imagen final de la gota de agua como símbolo de la muerte inminente, pero que dejan regusto amargo por el empleo, a mi juicio desafortunado, de algunas elipsis que embarran la narración en ciertas partes. También los ambientes electrónicos que conforman la banda sonora firmada por Carter Burwell contribuyen a formar esa atmósfera malsana que se transmite en cada fotograma en el que parece respirarse, además, el hedor a sangre, sudor y suciedad emanante de las paredes y de los cuerpos. Aquí podría estar el mayor acierto de “Sangre fácil” ;en lograr una atmósfera desquiciada -sólo interrumpida en algunos momentos por unos toques de humor negro y varios latigazos de violencia salvaje, cruda y directa (destacando en este aspecto la escena del enterramiento y la del brutal apuñalamiento de la mano de Visser) - y esa estética visual para nada desnaturalizada. 

 En cuanto a los personajes, la novedad que respecto a otras de sus películas es que aquí no se salva nadie, presentando a las cuatro piedras angulares que componen la historia como profundamente degradadas. Esto queda claro muy pronto con respecto al despechado Ray y al detective Loren Visser. Ambos carentes de  principios o escrúpulos para conseguir sus objetivos, y así queda patente en el diálogo que mantienen en el coche, en el cual no quedan reflejadas sólo sus motivaciones, sino la de toda una sociedad; la del capitalismo salvaje. Pero tampoco los que podrían parecer los “buenos de la película”, esto es, Abby y Marty, escapan de esa naturaleza tan marcadamente corrupta. Marty toca fondo en la memorable escena donde entierra vivo a Ray. En un ejercicio de absurda lógica macabra prefiere enterrarlo vivo al darle reparo matarlo de un palazo; aunque peor es que ni siquiera lo hace por él, sino por evitar que inculpen a su amada, ya que el amor es lo que le motiva a cometer el más atroz de los asesinatos. Abby, que puede parecer la más salvable, no nos muestra su naturaleza tanto por sus acciones, sino como por sus omisiones; la degradación de su persona cristaliza en lo que insinúa o no hace, sobre todo en cuanto a su relación con Ray, al que se le puede anticipar un futuro solitario no muy lejano. Sólo Meurice (Sam Art Williams) da un punto de integridad, aunque su presencia sea tan sólo anecdótica.

Corría el año 1984 cuando se estrenó "Sangre fácil", un estreno dirigido por dos hermanos que no sólo imprimieron personalidad propia a una ópera prima de exiguo presupuesto y dieron un toque moderno al cine negro, sino que con el transcurso de los años siguieron firmando obras de cuño propio sin perder su carácter independiente. De ahí es nada.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


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