Aterriza
como puedas (Airplane!,
Paramount Pictures, 1980), es una divertida comedia
escrita, producida y dirigida por Jim
Abrahams, David
Zucker y Jerry
Zucker. Está protagonizada por un elenco coral encabezado por
Robert Hays y
Julie
Hagerty, junto con Leslie
Nielsen, Robert
Stack, Lloyd
Bridges, Peter
Graves, Kareem
Abdul-Jabbar o Lorna
Patterson.
La
película es una parodia de la serie Aeropuerto,
paradigma del llamado cine
de catástrofes
tan en boga en los setenta, en especial de Aeropuerto
75
(la que protagoniza Charton Heston), e inaugura un nuevo estilo en el
género de la comedia, conocido como “un gag por minuto”, que
vivirá en los ochenta su edad de oro con títulos como Top
secret
o la serie Agárralo
como puedas
(Naked
gun).
Todo
el film destila humor negro, retranca y un aire iconoclasta e
irreverente impensable en el mundo de hoy, dominado por el leguaje
“políticamente correcto” y la contención. El trío
Zucker-Abrahams aprovecha el ambiente de tolerancia de la época para
no dejar “títere con cabeza” y revolcarse tanto en el humor
zafio y de taberna como en la fina y ácida crítica social.
Su
estreno en cines fue un soplo de aire fresco en la anquilosada
comedia de la época y el formato de un chiste tras otro provocaba en
la audiencia un ambiente de carcajada continua. Aún hoy te sigues
riendo por muchas veces que la hayas visto, y es por eso por lo que
se ha convertido en un pequeño clásico y una película de culto que
ha sido imitada y homenajeada hasta nuestros días.
ARGUMENTO
Y PERSONAJES
El
guión, que es sencillamente genial, sigue la línea argumental, como
hemos dicho, de Aeropuerto
75 (aunque
comienza con un divertido homenaje a Tiburón):
Un vuelo está a punto de partir y en el aeropuerto se dan cita
tripulantes y pasajeros, cada uno con su historia personal. Los dos
principales son Ted Striker (interpretado por Robert Hays), antiguo
piloto de caza que vive traumatizado por la guerra y Elaine Dickinson
(Julie Hagerty), azafata de vuelo que acaba de romper su relación
con él. Decidido a recuperar al amor de su vida, Ted aparca su taxi
y, pese a que ha desarrollado pánico a volar, sube al avión.
A
partir de aquí, entramos en sube y baja de situaciones a cual más
hilarante en las que iremos conociendo a los diferentes personajes de
la película. Al ser un reparto coral no podemos citarlos a todos,
pero trataremos de no dejarnos a los principales con sus gags o
frases más desternillantes, algunas convertidas en auténticos
clásicos:
El
piloto
Clarence
Cambion, interpretado por Robert Graves (famoso por la serie
televisiva de los sesenta Misión
imposible),
que insinúa sus tendencias pedófilas cuando un niño del pasaje
visita la cabina de mando, y que protagoniza la tronchante escena en
la que descubre que ha cenado pescado y desarrolla los síntomas de
la intoxicación descritos por el médico y que aquejan también a la
mitad del pasaje.
El
copiloto Ben Murdoch, un por entonces desconocido para el público
español Kareem Abdul-Jabbar, el famoso jugador de baloncesto al que
el niño recrimina su falta de entrega en defensa cuando juega con
los Lakers y que, ¡oh, casualidad!, también ha cenado pescado y
queda inhabilitado para tomar los mandos como su comandante.
La
otra azafata Randy (Lorna
Patterson), que tiene que tiene la difícil misión de buscar
entre el pasaje alguien que sepa pilotar un avión mientras su
compañera Elaine toma los mandos, y que anuncia por megafonía que
no pasa nada y la situación está bajo control, y añade “por
cierto, ¿alguien de ustedes sabe pilotar un avión?”, lo que
desata la histeria colectiva.
El
médico Dr. Rumack, un serio pero divertido Leslie Nielsen,
redescubierto para la gran pantalla tras ser en su juventud un actor
se segunda fila (fue el héroe del clásico de ciencia ficción
Planeta
prohibido
de 1956), y después de Aterriza
como puedas
protagonizaría la serie de comedias del mismo estilo Agárralo
como puedas.
Como
el jefe del aeropuerto Steve McCroskey, tenemos a otro clásico
secundario del celuloide, el gran Lloyd Bridges (padre de los actores
ochenters Bo y Jeff Bridges), que tiene quizás el papel divertido de
la película, un auténtico chiflado que pronuncia sin duda la frase
más famosa de todas: “Elegí un mal día para dejar de fumar”.
McCroskey es el que da las indicaciones a Elaine para que estabilice
el avión y conecte el “piloto automático”.
El
piloto automático, Otto, es un muñeco hinchable (otro genial
recurso estilo Macguffin
de los directores), que, cuando todo parece estable, comienza a
desinflarse y el avión se precipita en picado, hasta que Elaine
consigue inflarlo de nuevo soplando por un canuto que el muñeco
tiene en la entrepierna.
Y
el otro papel principal es el del piloto instructor que ha de guiar
desde la torre de control a Ted Striker cuando, venciendo sus miedos,
se decide por fin a pilotar el avión y aterrizarlo. El personaje es
el capitán Rex Cramer y lo interpreta otro veterano de las
pantallas, Robert Stack conocido por ser el televisivo Elliot Ness.
FLASHBACKS
Y HOMENAJES
Como
hemos dicho, son tantos los gags y a cual más divertido que es
difícil no dejarse alguno. En cuanto a los homenajes a filmes
clásicos, hay varios a cual más tronchante, sobre todo en los
flashbacks en los que Elaine y Ted recuerdan sus años de noviazgo,
como por ejemplo cuando se conocen en una tabernucha que acaba
convertida en una disco al estilo Fiebre
del sábado noche,
traje blanco y baile incluido, o cuando se besan sobre la arena de la
playa como Deborah Kerr y Burt Lancaster en De
aquí a la eternidad, pero
las olas en vez de mecerlos plácidamente,
los
arrollan y llenan de algas y crustáceos. Y también el desenlace,
puro cine de catástrofes, que es una copia casi exacta del de la
cinta El
expreso de Chicago
que protagonizaron unos años antes los geniales Gene Wilder y
Richard Pryor.
CONCLUSION
El
final de la película es todo un “happy end” al estilo Hollywood
no sólo para Elaine y Ted sino también para el bueno de Otto que
escapa en el avión con una copiloto hinchable. Fue tal el éxito de
Aterriza
como puedas
que tuvo una secuela más floja: Aterriza
como puedas
II, también con Haggerty y Hays como protagonistas y nuevos cameos
como el de William Shatner. Esta vez, Ted Striker tenía que pilotar
una lanzadera espacial rumbo a la Luna. Por cierto: “Elegí un mal
día para dejar de oler pegamento.”
Por
Víctor Sánchez González
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