Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.
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Danko: Calor rojo ( 1988- Walter Hill) Red Heat

Camarradas, compatrriotas, ochenterrs del mundo, hoy llega a nuestro blog una de las mejores de Arnie, una de esas joyas de los ochenta que ha envejecido de cine con el paso de los años, sí querridos, como habéis podido comprrobarr porr mi acsento, llega: Danko: Calor Rojo

El frío origen de la trama
Desde el inicio, esta película ya te atrapa, ya te engancha y ya te da ganas de meterte en un templo de hierro forjado y empezar a mover kilos como si de un power-lifter se tratase.
Por que el inicio del film es ya toda una declaración de intenciones de ese genial director que es Walter Hill y a quien le debemos otras dos joyas de los ochenta como son Límite 48 Horas y 48 Horas más o esa genialidad que fue El último hombre.
El inicio comienza con diversos planos de la Plaza Roja de Moscú , mientras nos deleitamos con la melodía orquestada por el fallecido James Horner, autor de entre otras, las bandas sonoras de Willow, Coccoon entre otras.
Una melodía heroica, que simbolizaba algo similar a haber conseguido una medalla de oro en unas Olimpidas, tal y como le pidió el director de la película. Pero sobre todo una melodía que hacía que te identificases con el lugar donde se empezaba a desarrollar la trama.
Porque de Moscú, pasaremos a un balneario ruso, donde cohabitan bellas damas en paños menores, con gigantescas moles que levantan fierros como un minero mampostas, con la diferencia de que lo hacen con una toalla tanga made in Rusia.
Y aquí surge el gigante austríaco, con su espalda inabordable y su pecho palomo, imponiendo hasta que se cruza con un tiparraco que le pone una piedra ardiente en su puño y claro hombre de Dios, que es Arnold que si le cabreas te va a solmenar...y eso pasa, que el director nos deleita con una espectacular escena de acción para empezar la película, que nos lleva a la fría nieve donde el roble se deshace de sus oponentes en paños menores y sin notar la fría nieve rusa (austriaca cabría decir, que fue donde se rodaron las escenas).
Y de aquí nos volvemos a Moscú donde conocemos al villano a quien buscaba Arnold, a partir de ahora capitán Danko, que no es otro que Viktor Rosta ( Ed O´ross).
Como supondréis para intentar atraparlo, lo mejor será el uso de la violencia y aquí ya nos deja una de las icónicas escenas de la película que no es otra, que aquella en la que cogiendo a uno de los esbirros de Viktor, le quiebra la pierna, para sacar una pierna de madera donde ocultaban cocainum.
Lamentablemente no podrá atrapar a Viktor  y en el intercambio de disparos, su compañero caerá abatido, con lo que la acción pasará a Estados Unidos y por primera vez, veremos a Danko hablar en inglés, sí en inglés, porque los primeros quince minutos de metraje, el roble sólo habla en un perfecto ruso, el cual aprendió en tres meses de intensa preparación.

El calor de la trama
Y llegamos a Chicago, donde nos encontramos con el binomio de Danko, Art ( Jim Belushi), uno de esos rudos policías, impulsivos, que se saltan las normas cuando le viene en gana y que está metido en un asunto de tráfico de drogas, cuando recibe la noticia de acompañar al capitán Danko con el fin de que éste se lleve de vuelta a Viktor a Rusia.
Pero claro, que no todo va a ser sencillo, que esto es una buddy movie, que estamos en los ochenta, que hay que dar cera y estopa y es lo que pasa, que se cargan al compañero de Art en el traslado del rusky y claro, los dos ejes deben juntarse para vengar las muertes de sus respectivos compañeros y a partir de aquí, oh señor Walter Hill gracias por estar ahí y alegrarnos el día.
Acción a tutiplen 
Acción, mucha acción es lo que nos da el segundo acto de la película, pero acción de la buena, bebiendo de lo mejorcito de los ochenta, con un Danko luciendo músculos y contundencia y un Art siendo el perfecto contrapunto de su compañero.
Porque escenas como las del tiroteo en el hotel o aquella que se desarrolla en el hospital, son dignas de que algunos de los directores de la actualidad se las repasen, porque no nos mareamos, vemos a los oponentes y la sangre se desparrama al impactar los balazos en los cuerpos de las víctimas.
Y como no, por favor, mirad y disfrutad del culmen final, con ese duelo de autobuses, como si fuesen dos caballeros de la Edad Media, montados en su caballos con las lanzas en ristre, sí ese final es una delicia y cuando están los dos a punto de chocar...pum, uno sale volteado y otro arrollado por un tren...pero claro, que no la van a palmar así de fácil, que nos falta la marca de la casa del director, ese aire de western, ese duelo de pistoleros, con esa nube de humo en medio de la noche casi cubriendo a Danko y Viktor.
Un momento de tensión, de espera, de ver quien desenfunda más rápido de los dos y ahí es donde Danko descerraja su Magnum 44 y abate a Viktor.


Lo templado de la trama
El contrapunto a las escenas de acción, son esos momentos de humor que nos dan el dúo calavera en diversos momentos de la película.
Como aquel en el que suena la alarma del reloj de Danko y Art le cuestiona si es la hora de dar de comer al perro y serio Danko le replica que es la hora de dar de comer al periquito ante la incredulidad de su compañero.
O aquella otra en la que un pandillero intenta sacarle los cuartos a Danko y este le dice "¿Conoce usted a Miranda? y el otro le responde: "No conozco de nada a esa zorra" y Danko le tumba de un mamporro. ( La ley Miranda era aquella por la que no se podía poner la mano encima a un delincuente sin causa justificada).
Y qué decir de la otra donde Art le cede la Magnum 44 a Danko, ante la retirada de la suya y le dice que está usando la mejor pistola del mundo, usada por Harry El Sucio y Danko le dice: 
"¿Quién es Harry el Sucio?"
La calma
Pues que queréis que os diga. He disfrutado como un enano con la película. Ha envejecido de manera espectacular, con acción de la buena, a reivindicar, con unas actuaciones que son un canto a una época que marcó nuestras vidas y sobre todo, vemos a un Arnold en plena forma, que tuvo que perder diez libras de peso para dar ese aspecto imponente en la película y que decir de la magisteal dirección de Walter Hill o simplemente disfrutar de la belleza de Gina Gherson y ver a un jovencísimo Lawrence Fishburne haciendo de toca cojones de los dos protagonistas.
Vamos que hay que verla sí o sí ochenters, esta no puede faltar en vuestra videoteca.

Calles de fuego (1984, Walter Hill) Streets of Fire


Una fábula de Rock and Roll

Otro tiempo 
Otro lugar ...


Con estas dos frases impresas en los créditos iniciales (influenciadas por el mítico inicio de La Guerra de las Galaxias de Lucas) y un inicio a ritmo de batería y montaje de videoclip, para acto seguido enlazar con la canción  Nowhere Fast, Walter Hill nos deja más que claras sus intenciones de crear una película donde el musical, la acción, el amor y pinceladas de humor se dan la mano en una historia que repite la estructura del western clásico, pero con una ambientación urbana, lúgubre, sucia y decadente (muchas de las escenas fueron rodadas en estudio y los exteriores en Chicago, Los Angeles y California) y que conjuga elementos estéticos de los cincuenta y los ochenta (de ahí lo de Otro tiempo. Otro lugar ...) para conformar una obra única en su especie, una fábula de Rock and Roll ... 

Después del éxito de Límite 48 horas (1982) a Hill se le ocurrió escribir una película sobre todo lo que le gustaba cuando era adolescente y aún le seguía interesando en aquel momento: cochazos, luces de neón, besarse bajo la lluvia, trenes en la noche, persecuciones de alta velocidad, rock stars, motocicletas, chistes en situaciones difíciles, chaquetas de cuero y cuestiones de honor (que se resuelven en este caso a mazazo limpio). Todos estos clichés los materializó literalmente en la gran pantalla.



Hill quería que el protagonista fuera como el héroe de un cómic, pero como no encontraba ninguno que le cuadrase creó su propio héroe: Tom Cody. El guión lo coescribió Hill junto a Larry Gross. Hill le presentó la primera historia protagonizada por Tom Cody de lo que él había concebido como una trilogía de este personaje. El éxito de Flashdance (1983) les influyó para convertir la película en un musical, asimismo les influenciaron las películas de John Hughes, de ahí que no aparezca ningún adulto en el metraje y que aunque sea una película de acción y muestre violencia (y decenas de explosiones) no es una película sangrienta y nadie muere.

La historia narra como la superestrella del pop Ellem Aim (Diane Lane) es secuestrada por un grupo de motoristas llamados Los Bombarderos liderados por el salvaje Raven Shaddok (Willem Dafoe). Reva Cody (Deborah Van Valkenburgh) escribe a su hermano Tom Cody (Michael Paré), ex soldado y ex novio de Ellem Aim, para que la rescate. Tom regresa y junto con otra ex soldado llamada McCoy (Amy Madigan) y el manager y actual pareja de Ellen (Rick Morianis, en su papel más odioso) emprenden su búsqueda.



El título de la película proviene de la canción homónima de Bruce Springsteen incluída en su disco Darkness on the Edge of Town. Se negoció con Springsteen para que la canción fuese regrabada con voz femenina pero este declinó y en su lugar se compuso Tonight is What it Means to Be Young.

En cuanto al casting, los nombres que más sonaron para interpretar a Tom Cody fueron los de Eric Roberts, Tom Cruise y Patrick Swayze. Gross quería a Cruise , pero había aceptado otro trabajo así que basándose en la recomendación del mismo agente que recomendó a Hill a Eddie Murphy para la película 48 horas contrataron a un neófito Michael Paré. Para el papel de Ellen Aim se pensó en Daryl Hannah, pero no se pudo hacer el trato a tiempo, y cuando Diane Lane se presentó Hill era reacio a contratarla porque sólo contaba con 18 años, pero quedó muy impresionado con ella que acabó por añadir escenas extras suyas en la película (y es que Lane ya llevaba rodadas diez películas entre las que se encontraban Rebeldes y La Ley de la Calle de Coppola). Originalmente McCoy iba a ser un hombre, pero Amy Madigan (que hizo la audición para interpretar a Deva, la hermana de Cody) convenció a Walter Hill para que se lo adjudicase a ella. Willem Dafoe fue recomendado por Kathyrn Bigelow. También aparece el fallecido Bill Paxton como camarero.



De la banda sonora - con temas de Marilyn Martin, The Fix o The Blasters, entre otros – destacaría las canciones Nowhere Fast y Tonight is What it Means to Be Young, ambas escritas por Jim Steinman y cantadas por Laurie Sargent y Holly Sherwood bajo el nombre de Fire Inc. En ese orden abren y cierran la película dos temazos de rock épico, el primero más acelerado y el segundo más intenso y que pone el broche de oro para un final al estilo de Casablanca donde nuestro anti héroe Cody renuncia a su amor Ellem Aim al ser consciente de que pertenecen a dos mundos distintos.

En taquilla fue un desastre al recaudar 8 millones de dólares (en Estados Unidos) con un presupuesto de 14,5. Y es que por entonces quizás el público no supo apreciar una película adelantada a su tiempo. Fue el fin de las andanzas de Tom Cody , tal y como las había planteado Hill como una trilogía, hasta que en 2008 Albert Pyun dirigió Road to Hell, una secuela no oficial con Michael Paré de nuevo en la piel de Cody y  Deborah Van Valkenburgh repite como su hermana.

Como anécdota final señalar que Calles de fuego influenció de manera decisiva al videojuego Final Fight (1989, Capcom).






GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA