Rick Sloane, conocido por otras obras maestras de lo cutre como la saga de
Academia antivicio, perpetra este producto de explotation que puede
considerarse como Los Gremlins (1984) de serie Z. Quizás la peor de todas las
copias maltrechas que, con mayor o menor éxito, circularon por los videoclubs
en los ochenta (De los Critters a los Munchies, pasando por la que nos ocupa).
Su tono deliberadamente casposo nos advierte que su propio creador se la tomó a
coña marinera, por lo que se podría decir que es un ente deliberadamente malo,
y no otro ejemplo de comedia involuntaria de los que tanto abundaban en los
ochenta. A este respecto, aunque son muchos los ejemplos, podría considerar a
R.O.T.O.R (1988) como una de las mejores comedias involuntarias que he visto en
mucho tiempo. Pero, rizando el rizo, dentro de su voluntad de erigirse como
canon de la porquería, resulta también mala; ¿difícil de entender, eh? Vamos,
que Hobgoblins es una comedia voluntaria de lo cutre y lo casposo elevado a su
máxima potencia, pero cuya dirección torpe, guión idiota y efectos lastimosos
le añaden una vuelta de tuerca a la cutrez. Aunque claro, con un presupuesto de
15.000 dólares y uno de los peores estudiantes de la escuela de cine de Los
Angeles, según palabras de sus profesores, ¿qué nos podríamos esperar? Y es que
Rick se encaminó tras la búsqueda del excelso explotation después de haber
visto Esas locas del cine (1976, Allan Arkush, Joe Dante), una producción de
ínfimo presupuesto (unos 50.000 dólares) que resultó un éxito al recaudar un
millón . Vamos, que no se educó, cinematográficamente hablando, a base de
Dreyer, el tío.
La historia comienza en un estudio de cine en
el que nos enteramos habitan unas criaturas asesinas. Kevin acude al estudio en
busca de trabajo como vigilante de seguridad para sustituir al anterior, que
fue liquidado por los hobgoblins. Los bicharracos escapan y su compañero, el
viejo McCreedy, le explica que hace treinta años aparecieron en un platillo
volante y los dejó vivir dentro del estudio. Los Hobgoblins son atraídos por
las luces (jo,jo,jo) y hacen realidad las fantasías ocultas de los humanos para
cargárselos después, ¿Y a dónde van a parar? Justamente a la casa de Kevin en
la que se encuentran su novia y sus tres amigos friquis que en esos momentos
celebran un fiestón moviendo el esqueleto como presa de ataques epilépticos y con
luces de todos los colores en plan discoteca. Una pareja muy cariñosa
(sexualmente hablando), un amigo adicto al sexo telefónico y una novia
insoportable son los compañeros de aventura de Kevin. Los hobgoblins atacan y
es entonces cuando el despliegue de absurdos, diálogos inauditos y escenas
imposibles se suceden en tropel.
Los bichos en cuestión, no son más que muñecos parecidos a los
gremlins, pero con peluquines. No creáis que existe ningún tipo de animación
compleja detrás de ellos, simplemente se ve como alguien los mueve con la mano
y cuando pelean con la pandilla son ellos mismos los que los agitan simulando
que luchan y se defienden. Imaginad qué grado de despropósito cuando los
hobgoblins corren y lo que nos muestra la cámara es la cara asustada de los
actores dándonos a entender que se escapan. Vamos, una pasada. Luego los
momentos entre la pandilla son flipantes: peleas a bastonazos sin sentido,
polvazos en la camioneta cada vez que uno cierra los ojos, noche de fiesta en
un bar llamado Escoria con granadas dentro de la ropa de un tío que explotan
dos metros más lejos, y todo un festival de alucinantes despropósitos que harán
la delicia de los aficionados al cine cutre; como ese apoteósico final donde se
los cargan de un bombazo en el estudio cuando lo podrían haber hecho al
principio de la película. Seguid vosotros escarbando en este humus del
despiporre, por favor, las anécdotas son infinitas, ¡yo sólo no acabaría nunca!
Parte de la fama de la película la debe a ser mencionada en un episodio de
la serie Mystery Science Theater 3000 como una de las peores películas de la
historia. Para rematar, en 2010, nuestro amigo Rick repitió tropelía lanzando
al mercado de DVD Hobgoblins II.
¡Que os vaya bonito!
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
TRAILER
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