Gracias a tres años de terapia psicológica, y con la ayuda de su novia Alex, Charlie se ha convencido de que los vampiros no existen, y que su antiguo vecino no era más que un asesino en serie. Al edificio de Peter Vincent, quien continúa con su programa de televisión, se muda una sensual mujer. Charlie se siente cada día más atraído por ella, y descubre que es una vampiresa. Pese a advertírselo a Peter y a su novia, ninguno le cree. La pesadilla continúa… (http://www.filmaffinity.com/es/film697829.html)
Una de las películas a las que mi cerebro friki-ochentero guarda más cariño en a Noche de miedo (1985, Tom Holland). Una película que conjugaba a la perfección humor y terror y nos ofrecía unos personajes maravillosos como el sofisticado vampiro Jerry Dandrige (Chris Sarandon) , el candoroso Charly Brewster (William Ragsdale) y, mi favorito, ese gran mata vampiros de postín como era Peter Vincent (Roddy McDowall). Al final de esta entrada tenéis un enlace con mi comentario sobre Noche de miedo, así que no me extenderé más al respecto y simplemente señalar que lo que me ha motivado a comentar esta secuela es el gran aprecio que siento hacia su predecesora. Vale.
De mano son muchos los cambios que observamos tanto en el apartado técnico como artístico. La dirección recae en Tommy Lee Wallace, amigo y asiduo colaborador por entonces de John Carpenter, un director que tenía en su haber la interesante , pero defenestrada por los fans, Halloween III: El día de la bruja. En el elenco actoral ni siquiera se planteó volver a llamar a Chris Sarandon porque lo que se pretendía era hacer una película más barata que la primera , y por entonces, el bueno de Chris era una estrella que demandaría un salario acorde a su estatus. Tampoco regresaron por verse involucrados en otros proyectos Amanda Bearse (Amy) y Ed Thompson (Stephen Geoffreys), quien, recordemos , parecía haber sobrevivido a su supuesta muerte al final de la película. Amy es sustituída por Alex (Traci Lind) y Ragslade y McDowall encarnan de nuevo a Charly y a Peter. El también productor de la primera, Herd Jaffe, repite labor , pero desde su propia productora , Vista Organization; lejos queda la producción de Columbia Pictures.
El propio Wallace participó en el guión y fue aconsejado por Holland de que no se tomase la película demasiado en serio; debía haber terror,pero también momentos divertidos. Wallace, asustado por el fracaso de Halloween III, prefirió ser conservador y trató de emular la fórmula del éxito de la película de Holland. Así, Noche de miedo II es un calco de la original en rasgos generales. Vale que la historia cambia, pero, repito, sustancialmente es idéntica.
La historia comienza con un Charly, después de tres años de terapia psicológica, supuestamente convencido de la inexistencia de los vampiros. Un día, durante una visita al edificio donde vive su amigo Peter, observa la llegada de cuatro nuevos inquilinos- aquí el primer deja vu es patente con la entrada de las grandes cajas (en la primera parte observa cómo su vecino introduce un ataud)- Bueno, resumiendo, Charly comienza a sospechar que los vecinos de Peter son vampiros, y tras un toma y daca constante en que se juega a te creo, no te creo (tanto por parte de su novia Alex, como de Peter Vincent) llegará la confrontación. Como veis, nada diferente a la historia original. Incluso el modo en el que Peter descubre la existencia de los vampiros mediante un espejo es igual; por no hablar del final o del número del bailecito que, si en la primera era Amy la bailarina, ahora es el propio Charly embrujado por los encantos de la vampiresa (¡con la misma música de Brad Fiedel!). Y es que hasta la novedad de que Charly esté siendo vampirizado como venganza por parte de Regina Dandrige (Julie Carmen), la hermana del difunto Jerry, nos remite a la situación vivida por Amy con Jerry.
Pero no quisiera que me malinterpretarais. Noche de miedo 2 se deja ver bien. Resulta entretenida, está bien rodada y no es ni mucho menos una de esas secuelas infames que nadie desearía que se hubiera perpetrado. Lo que pasa es que todo recuerda demasiado a situaciones ya vistas y no se ha arriesgado ni un ápice para tratar de contar algo distinto. Y mira que tiene momentos cojonudos, como el del ataque al campus universitario con ese vampiro patinador encarnado por el coreógrafo Russell Crark (coreografía de Vamp, 1986), la hipnótica presencia de Julie Carmen , el extraño grupo de vampiros formado por el ya citado vampiro patinador, un vampiro lobo salido, o el fortachón (el mítico Brian Thompson) aficionado a los insectos (desde el punto de vista alimenticio). Además, Charly sigue siendo Charly y Peter Vincet es la hostia. Destaca también el maquillaje a cargo de Greg Cannom (Jóvenes ocultos, el Drácula de Coppola) y los efectos visuales de Gene Warren Jr. (Terminator y Terminator 2).
En taquilla no funcionó bien, en gran parte debido a su pobre distribución, y corrió mejor suerte en los videoclubs, donde alcanzó un estatus de culto. Cuenta con una adaptación a la novela gráfica.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
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