La
última oportunidad para la Enterprise
Si Star Trek celebra su 50º Aniversario con un nuevo film estrenado
recientemente y una nueva serie en producción lista para estrenarse
en unos meses, se lo debemos en buena manera a Star Trek II. Para
comprender este hecho, hemos de resumir brevemente los antecedentes
acaecidos años antes.
Tras el éxito abrumador
de Star Wars en 1977, Paramount Pictures, dueña de los derechos de
Star Trek, decidió sacar del ostracismo a Kirk, Spock y compañía
invirtiendo un presupuesto sin precedentes con el fin de obtener un
éxito parecido al de la saga de George Lucas. Para ello no se
escatimó en medios, y se contrató a un director de renombre como
Robert Wise (West Side Story, Sonrisas y Lágrimas, Ultimátum a la
Tierra, el Yangtsé en llamas...) para dirigir la película, a Jerry
Goldsmith para componer su magnífica banda sonora, Douglas Trumbull
a cargo de los efectos visuales, Gene Roddenberry (creador de la
serie) como guionista y productor, Isaac Asimov colaborando en el
guión, decorados espectaculares, un vestuario tremendamente variado,
etc... La dificultad de la producción disparó el presupuesto hasta
los 45 millones de dolares, y pese a que en taquilla alcanzó los 82
millones de recaudación en Estados Unidos, no fueron las cifras
esperadas por Paramount para una producción de semejante inversión.
Y lo cierto es que la película tiene una impecable factura, la
historia es interesante, está bien dirigida... ¿Entonces?, ¿Donde
está el problema?, el problema es que para el espectador en general
resultó muy aburrida. Fue una película más cercana a “2001” de
Kubrick que a la esencia de la serie original de los sesenta.
Por ello, gran parte de
los directivos de Paramount no querían oír hablar de una posible
secuela, sin embargo, Charles Bluhdorn, presidente de Gulf+Western,
gran fan de la serie a su vez, se reunió con el presidente de
Paramount, Michael Eisner, para proponer una segunda parte. Llegaron
a un acuerdo y contrataron a Harve Bennett (responsable absoluto de
resucitar la saga) como nuevo productor, apartaron a Gene Roddenberry
del proyecto relegándolo a un simple cargo de renombre con gran
sueldo pero nulo poder ejecutivo, y sobre todo y por encima de todo,
redujeron el presupuesto a unos míseros 11 millones de dolares.
Producción
imposible
Harve
Bennett tenía fama de ser un productor controlador y experto en
ahorrar cada centavo de cualquier producción. Sin embargo, pasar de
un presupuesto de 45 millones a unos paupérrimos 11 requería
tremendos quebraderos de cabeza.
El primer problema a
solucionar era crear un guión dinámico y que resultase económico.
Se recurrió a varios guionistas, algunos de ellos procedentes de las
serie original, sin éxito; ideas interesantes pero sin concretar un
guión que entusiasmase a los directivos de Paramount.
A
su vez, Bennett se enfrentaba a más retos, uno de los mayores era
que Leonard Nimoy se negaba en rotundo a participar de nuevo
interpretando a “Spock”. Nimoy estaba tremendamente enfadado con
el resultado de la producción del 79 y acabó completamente harto de
Star Trek. Dejó muy claro a Bennett que si volvía a participar en
la saga no sería por dinero sino por un guión realmente interesante
para su personaje. Bennett que era un tipo muy listo propuso a Nimoy
que “Spock” muriese en esta segunda parte, hecho que le
entusiasmó y además le posibilitaba dejar la saga con buen sabor de
boca, por lo que aceptó.
Mientras tanto, el guión
iba tomando forma y se eligió contar con un personaje malvado que
fuera la contrapartida a Kirk en la película, y que mejor para ello
que elegir de nuevo a “Khan Noonien Singh”, del capítulo de la
serie original llamado “Space Seed”. Ricardo Montalbán,
magnífico actor mexicano de padres españoles, se encontraba por
aquel entonces rodando la quinta temporada de “La isla de la
fantasía” y estuvo encantado de volver a encarnar a “Khan”.
Pero sobre todo, el
mayor de los retos era encontrar un director capaz de dirigir una
producción tan caótica y con un presupuesto tan nimio. Bennet
recurrió a un joven director que conocía bien por su etapa en la
televisión, Nicholas Meyer.
Si a Bennett se le debe
el resurgir de Star Trek; la determinación, profesionalidad y pasión
de Nick Meyer supusieron el éxito de Star Trek II. Es Meyer, pese a
no aparecer en los créditos, el que en doce días logró reescribir
un guión que incluyese la muerte de “Spock”, la aparición del
hijo de “Kirk”, el arma “Génesis” y dar protagonismo a
“Khan”. Así como montar la película a poco más de cinco
semanas del estreno del film en cines, todo ello a base de horas y
horas de trabajo, dormir en el plató, etc...
Más
sacrificios
Bennett tuvo que
realizar la cuadratura del círculo para no sobrepasar el escaso
presupuesto. Tuvo que descartar a Douglas Trumbull en el apartado de
efectos visuales y recurrir a ILM que por aquel entonces ya disponía
de equipos estandarizados que minoraban costes; con todo, y pese a
reutilizar planos de Star Trek: La película (1979), el trabajo fue
realmente bueno y los técnicos de efectos consiguieron el hito de
crear la primera secuencia generada totalmente por ordenador en la
historia del cine (la secuencia Génesis).
No se pudo contar
tampoco con el gran Jerry Goldsmith para crear la nueva banda sonora,
y se contrató a un desconocido James Horner, que años más tarde se
convertiría en uno de los mejores compositores de todos los tiempos,
y que en esta secuela consiguió una magnífica composición.
Aunque los mayores
sacrificios se realizarían en los decorados. Si Robert Wise contó
con grandiosos y diversos decorados, Nick Meyer tuvo que reutilizar
los pocos de los que debía; como curiosidad contar que tanto las
secuencias del puente de mando del “USS Reliant” como las del
“USS Enterprise”, usan el mismo decorado con algunas
modificaciones. Primero se tuvieron que rodar todas las escenas de
“Khan” en el “Reliant”, desmontarlo, volverlo a montar y
rodar las del “Enterprise”.
El vestuario también se
vió afectado; dejaron de lado los cuantiosos y “apagados” trajes
de la primera parte para estandarizar un nuevo uniforme paramilitar
que se adoptaría en las diferentes secuelas.
La
clave del éxito de Star Trek II
Por
encima de todo yo destacaría la tremenda interpretación de Ricardo
Montalbán como “Khan”. El rencor y la obsesión que logra
impregnar al personaje, sus diálogos, la pasión con la que lo
interpreta hacen de “Khan” el mejor “malo” de toda la saga
Star Trek y uno de los mejores “malos” del celuloide.
Star
Trek II es una película dinámica, apasionante, llena de acción,
con un rival a la altura de “Kirk”, la inolvidable muerte de
“Spock”,etc... Y además logró una recaudación de 78 millones
de dolares, proporcionalmente infinitamente más rentable que la
primera parte.
En definitiva, todo un
éxito que logró resucitar una franquicia que parecía muerta en el
79, y que propició la infinidad de películas y series posteriores.
Para gran parte de los amantes de Star Trek, y yo también comparto
esa opinión, “Star Trek II: La ira de Khan” es la mejor película
de toda la saga.
“LARGA
VIDA Y PROSPERIDAD”
por
Rafael
Fernández Moreno
TRAILER
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