PERROS CALLEJEROS. José Antonio de la Loma. 1977.
Para
mi entender es una obra imprescindible
dentro del cine español, y más concretamente el de finales de los 70 y
principio de los 80. El director, José Antonio de la Loma, ideó con ello lo que
luego fue llamado género Quinqui. Además de ser precursora dentro del género,
para mí es, posiblemente, la mejor sin duda. La película fue realizada en 1975,
pero no fue legalizada y posteriormente estrenada hasta 1977.
José
Antonio de la Loma, al principio de todo, tenía en mente llevar a la pantalla
una película basada en la vida de un delincuente juvenil muy famoso en la
época, no era otro que José Luis Moreno Cuenca alias el Vaquilla. Para tratar
de que fuera una película lo más realista y cruda posible el director decidió
investigar. Para ello pidió información a la Guardia Civil y distintos cuerpos
policiales de la época. También se decidió a realizar entrevistas personales
con personas fichadas o que habían intervenido en crímenes como robos con
intimidación y por el método del “tirón”. Muchas de estas entrevistas fueron en
secreto, ya que muchos de los chavales estabas perseguidos por la justicia. Al
hacer esto, consiguió ideas de gente que lo vivía de primera mano, con lo que
daría a la película tintes bastante realistas y crudos.
Lo
cierto es que este tipo de delincuencia era muy común en España en esa época.
Eran los primeros años de la transición democrática, y el país tenía un gran
número de gente en paro y muchos vivían en la pobreza. Normalmente eran suburbios
de grandes ciudades como Barcelona y Madrid, donde afloraban este tipo de
delincuentes juveniles. Además, al ser menores, como mucho iban una temporada a
un reformatorio y nada más. Son jóvenes de familias marginadas, sin recursos, de
los cuales, normalmente se aprovechaban pequeñas mafias.
Centrándonos
en la película, de la Loma quiso contar con el Vaquilla para interpretarse a él
mismo, pero por entonces se encontraba huido de la justicia.
Así que tuvo que
recurrir a otro delincuente juvenil. Se decidió por Ángel Fernández Franco
alias “el Trompetilla” para hacer el personaje principal, “El Torete”.
El
perfil de este chaval le dio bastante autenticidad a la película, ya que él
vivió en sus carnes el tema de robos con tirón, robos de coches, persecuciones
y entradas y salidas a los reformatorios. Además tenía cicatrices auténticas de
heridas de bala, tanto en una pierna como en un brazo.
Una
vez tuvo su historia y su reparto, de la Loma se decidió a realizar Perros Callejeros.
La
historia nos sumerge en los suburbios de Barcelona, donde un grupo de pequeños
delincuentes menores de 16 años llevan una vida de delincuencia y violencia al
margen de la ley. Se dedican tanto al “tirón” como a atracos a establecimientos
y a acosar a parejas, robándoles e incluso abusando de las mujeres. También,
para cometer sus fechorías y escapar de la policía se dedican a robar coches.
A
lo largo de la película vemos que se van creciendo, y van subiendo sus expectativas.
Así que atracan una armería, y se envalentonan y el Torete y sus secuaces
deciden incluso robar bancos.
El
Torete se alía con otros menores como “El pijo”, “El chungo” y “El fitipaldi”.
A
todo esto, el Torete está enamorado de Isabel. Pero esto le acarreará muchos
problemas, ya que esta menor es de raza gitana y está acordada a otro hombre.
Además, es sobrina de “El esquinao”, un gitano con mucho poder en la zona y con
argumentos bastantes mafiosos.
La
película, además, cuenta con multitud de persecuciones en coche. A mí entender
están magníficamente realizadas. Son bastante espectaculares.
Tras
múltiples fechorías de la banda, y de su entrada y salidas (muchas fugándose)
de los reformatorios, el Torete no puede resistirse al amor que siente por
Isabel, y aun desoyendo a sus amigos por el peligro que entrañaba la relación,
decide fugarse con ella. Además, ella entra a formar parte de la banda y
colabora en los distintos atracos.
A todo esto, finalmente, Torete acaba
embarazando a Isabel, con lo que su vida se tuerce más aún. Decide que es su
estado no puede seguir así y decide que vuelva al barrio. Pero su tío, el
Esquinao, se entera y la coge. Como ha deshonrado a la familia, decide renegar
de ella y hace que sus hombres abusen de su propia sobrina. Torete se entera y
decide ir a rescatarla, pero sorpresa,
uno de sus colegas le delata y le tienden una emboscada en unos establos. Los
secuaces del Esquinao le atrapan y le
dan una paliza, y para rematar todo el propio Esquinao decide cortarle el pene
a el Torete.
A
todo esto, el Esquinao decide que Torete siga con vida, así que manda a un
veterinario para que le cure y le mantenga vivo.
Tras
una más que pronta recuperación, el Torete está lleno de rabia y desoyendo a
todos decide vengarse. Sigue con un coche robado al Esquinao hasta un
descampado, y allí se deshace de uno de sus guardaespaldas y posteriormente
atropella en varias ocasiones a la persona que le cortó el pene.
Posteriormente
se da a la fuga. Comienza entonces una persecución, y la película acaba con el
Citroen Tiburón que conduciía el Torete precipitándose por un barrranco.
Nos
da a entender que aquí se acabó el Torete, pero lo cierto es que luego hubo dos
secuelas más de Perros Callejeros.
Tras
contar la película, voy a escribir sobre otros temas también relacionados con
la misma.
La
cinta creó mucha controversia en la época y fue duramente critcada. José
Antonio de la Loma se defendió diciendo que él sólo contó lo que pasaba en
realidad en el país y muchos no querían ver. El caso es que la película no sólo
es una crítica al Estado y a la sociedad de la época, como muchos creían,
también nos muestra a delincuentes que comenten actos delictivos de manera más
que consciente. También hay que entender la mala vida que estos jóvenes llevaban,
sin apenas educación y sin ningún referente paterno o materno. Más bien los
mayores se aprovechaban en muchos casos de estos jóvenes. La auténtica realidad
es que en esos años la delincuencia juvenil era un problema de difícil solución.
La película sufrió una campaña de desprestigio por muchos sectores que se
sentían atacados en la película. Lo cierto, desde mi sincera opinión, es que es
una película bastante cruda y con grandes dosis de realidad. No creo que en
ningún momento se ensalce a estos delincuentes ni les traten como héroes, sí
que eran víctimas de su época y de su situación. A mí me encanta este tipo de
cine que se rodó en los 80. Tienen un gran encanto que no hay que olvidar, que
no todo era bonito ni de color de rosa, y que esta gente existió. En ningún
caso creo que este cine justifique los actos de estos personajes, simplemente
reflejan algo que estuvo conviviendo con nosotros, es más, me arriesgo a decir
que este tipo de delincuencia sigue vigente en nuestro país. El caso es que
Perros Callejeros, polémicas aparte, llegó a ser durante muchos años una de las
películas más taquilleras de la historia del cine español. Además fue la
precursora del género Quinqui que tanto juego y éxito tuvo en los 80.
Como
dato curioso, el actor que encarnó al Toretes, Ángel Fernández Franco, es el
único de toda la película que se dobla a él mismo. El resto de actores son
doblados por otras personas. Ángel murió a causa del sida cuando tenía 31 años,
posiblemente por el uso de jeringuillas debido a su adicción a la heroína (otra
realidad de la época, por la que muchos jóvenes murieron o acabaron muy mal).
Pues
esta es mi aportación sobre la película PERROS CALLEJEROS, espero que os guste
y nos vemos por Cine de los 80. Viva el cine.
Benjamín
Carretero Montes.
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