Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.
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Brian Dennehy, el malo bueno de los 80


Ochenters, tras su reciente fallecimiento a los 81 años, queremos recordar al gran Brian Dennehy (Bridgeport, Connecticut, 9 de julio de 1938-New Haven, Connecticut, 15 de abril de 2020), el icónico malo bueno de las pelis de acción de los 80, aunque también fue un notable actor teatral, con dos premios Tony a sus espaldas y ganador de un Globo de Oro por la serie “La muerte de un viajante”.
Inseparable de su físico imponente, su presencia en pantalla, con esa corpulencia, ese cabello rubio prematuramente cano, sus hombros cargados, y su aspecto duro, le asociamos a films emblemáticos de los 80 como Rambo Acorralado (First Blood, 1982) o F/X Efectos mortales (1986).
Sin embargo, su carrera comenzó a finales de los setenta, donde apareció en una capítulo de la serie M. A. S. H, y con pequeños papeles en películas como Buscando al Sr. Goodbar, F. I. S. T. (en la que coincidiría por primera vez con Sly), 10 la mujer perfecta o El final de la cuenta atrás.
En 1982 participó en Acorralado, en la que interpretaba al descreído e intransigente Sheriff del pueblucho de montaña al que llega John Rambo dando tumbos por la carretera, del que primero le quiere echar y luego le detiene y maltrata sin motivo. Esta película fue la que le asentó en el panorama de Hollywood como secundario habitual. Como anécdota diremos que tanto Stallone como él, llegaron al papel tras ser rechazado por otros actores debido al tono violento de la película. En el caso de Dennehy, rechazaron el personaje entre otros Gene Hackman y Robert Duvall Lee Marvin.

Su siguiente película fue Gorky Park (1983), uno de sus escasos papeles de bueno, junto con quizás su “bueno” más entrañable, el líder de los bondadosos visitantes alienígenas de Cocoon (1985). Aquel año también se luciría como villano en el soberbio western contemporáneo Silverado, a las órdenes de Lawrence Kasdan.

Un año después le veríamos como casi coprotagonista en F/X Efectos mortales, junto a otro de los actores icónicos de los 80, Brian Brown, en un thriller urbano con los efectos especiales del cine como leiv motiv. Y también repitiendo como malvado en la comedia de acción Peligrosamente juntos, ambientada en el mundillo de del arte neoyorkino, y protagonizada por el trío Robert Redford, Debra Winger y Daryll Hanna.

A partir de ahí le hemos visto como secundario en innumerables películas, por citar solo dos de las siguientes décadas, Presunto inocente (1990), en la que hacía de fiscal de distrito y jefe de Harrison Ford, y Asalto al Distrito 13 (2005), donde, ya avejentado, hacía de veterano policía junto a Ethan Hawk.


Siempre en nuestro recuerdo el gran Brian Dennehy.

Por Víctor Sánchez González











El coche fantástico, serie (1982-1986, Glenn A Larson, Knigth Rider, El auto fantástico, El auto increíble)


 

“El coche fantástico' es una trepidante aventura de un hombre que no existe, en un mundo lleno de peligros. Michael Knight, un joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley”

Ochenters, vamos a comentar una de las series más emblemáticas de nuestra querida década, EL COCHE FANTÁSTICO, que lanzó la fama al apuesto y apolíneo David Hasselhoff, y convirtió a KITT en uno de los referentes automovilísticos de los 80.

EL ARGUMENTO Y LOS PROTAGONISTAS


         El protagonista absoluto de la serie es Michael Knight (es constante el juego de palabras tanto en el título de la serie en inglés, Knight Rider, que se podría traducir como caballero andante o caballero montado, como en los títulos de los capítulos). Lo interpreta, como ya hemos dicho, David Hasselhoff, hasta entonces un joven actor casi desconocido, al que apenas habíamos visto en pequeños papeles en series, o en el film de serie Z Star Crash (1979), un remedo barato de La guerra de las Galaxias que hoy es casi un film de culto, en el que era el protagonista junto al icono del género de aventuras Caroline Munro.
         La serie convirtió a Hasselhoff en una estrella, y en uno de los iconos de los 80, con su melena rizada, su media sonrisa, su camisa desabrochada, su chaquetilla de cuero, y sus botas, que le daban un cierto aire de macarra. Como curiosidad diremos que el gran Hoff ha tenido posteriormente una exitosa carrera como cantante, y que, pese a su fama, tardó casi una década en conseguir que alguna cadena televisiva creyera en su siguiente proyecto, la luego exitosa Los vigilantes de la playa.
En EL COCHE FANTÁSTICO, Hasselhoff Interpreta a Michael Arthur Long, teniente de policía, que cae abatido junto a su coche, un Pontiac Trans-Am negro. Para su fortuna, es rescatado por una organización liderada por el magnate Wilton Knight, que, tras salvarle la vida y reconstruirle la cara, le cambia el nombre por el de Michael Knight, y le pone a trabajar para la Fundación para la Ley y el Orden en la lucha contra el crimen y la injusticia. Y lo hará al volante de su mismo vehículo, al que han dotado de la más avanzada tecnología, y han convertido en el poderoso e indestructible KITT (Knight Industries Two Thousand, en español Industrias Knight 2000), un coche dotado de un cerebro electrónico que le permite autoconducirse, y no solo hablar, sino incluso hacerlo con ironía y sentido del humor.
Como jefe en la Fundación, Michael tiene a Devon Miles, interpretado por el veterano Edward Mulhare, secundario en un montón de clásicos del cine de los 50, 60 y 70. Miles es un cincuentón flemático y estirado, que era el principal colaborador del magnate Wilton Knight, y asume la dirección de la Fundación tras su muerte.
A los dos les acompaña una joven mecánica, que es la encargada del mantenimiento y las averías de KITT. Aunque generalmente se considera que este personaje es Bonnie Barstow (interpretada por Patricia McPherson), en la temporada 2 fue April Curtiss (Rebecca Holden).
La historia de este personaje es muy curiosa: al parecer, al final de la primera temporada, y por un problema contractual, McPherson dejó la serie, y se contrató a Holden. Sin embargo comenzaron a recibirse cartas de los fans reclamando la vuelta de Bonnie y los productores se echaron atrás y así quedó hasta el final de la serie. Aunque para la generalidad de los fans, se considera que Bonnie Barstow es el personaje “oficial”, hay también un grupo numeroso que valora el personaje de April y en general la segunda temporada, donde se encuentran algunos de los mejores capítulos de la serie. En cuanto a diferencias, tanto ambas actices como el matíz que dan a sus personajes son muy diferentes. Mientras Patricia McPherson tiene el pelo liso, es alta y apolínea, y su personaje es formal y aséptico, Rebecca Holden es menuda, peliroja (con un cardado superochentero), con mucho sex appeal, y su personaje es cercano, divertido, y además tiene una gran química tanto con Michael como con KITT.
Como curiosidad os diremos que EL COCHE FANTÁSTICO fue la primera serie de televisión en la que un personaje femenino ocupaba el puesto de mecánico principal de del coche protagonista. Y estos arreglos se hacían casi siempre en carretera, a bordo de un camión negro con el emblema de la fundación, un caballo de ajedrez, al que KITT entraba en marcha, a través de una rampa levadiza.
En la cuarta y última temporada se añadió un personaje adicional, el controvertido Reginald Cornelius III o RC, interpretado por el actor de color Peter Parros, en teoría para dar un apunte cómico y étnico a la serie, aunque, la verdad, con poca fortuna, ya que en esta temporada la es cuando la serie más decae.

EL FORMIDABLE KITT
Como ya hemos comentado, el modelo de automóvil que se utilizó en la serie para encarnar a KITT fue un Pontiac Firebird Trans-Am V8, de color negro, que se ha convertido en todo un icono de la década de los 80, a la altura de otros vehículos legendarios como el Delorean de Regreso al Futuro, la furgoneta GMC Vandura  del Equipo A, o el Ford Grand Torino de Starsky & Hutch.
KITT tenía todo tipo de adelantos tecnológicos, scanner, cámaras, videoteléfono, un volante y un salpicadero futuristas, y sus características luces rojas del morro. Y cómo no mencionar su función más espectacular: el TURBO BOOST, un botón que lanzaba el coche en un salto volador que le permitía atravesar muros y pasar por encima de todo tipo de obstáculos: ríos, puentes, camiones, etc.

Para el rodaje de cada capítulo se utilizaban en torno a una decena de coches, de los que dos eran para los primeros planos, y el resto para las tomas lejanas y las escenas de riesgo. Estos últimos acaban casi todos en el taller de chapa.
En la cuarta y última temporada, a KITT se le añadieron vistosas innovaciones, como unos alerones laterales y traseros que se desplegaban cuando Michael activaba el modo superpersecución.
Como curiosidad, en uno de los capítulos, KITT “pierde la memoria”, que resulta ser un aparatoso artefacto que lleva bajo la carrocería (curiosamente muy similar a los reproductores de vídeo de entonces), y que encuentra por casualidad un niño, que es el que le ayuda cuando está perdido.


GARTZ Y KARR, LOS ARCHIENEMIGOS
         Tanto Michael como KITT se enfrentan, en tal vez los capítulos más recordados, a una especie de “versión malvada” de ambos. La de KITT es KARR (Knight Automated Roving Robot, o Robot Rodante Automatizado Knight), que parece en dos capítulos de la primera y tercera temporadas. Se trata de un prototipo diseñado también por Industrias Knight, pero que por un fallo de programación, resulta inestable y potencialmente peligroso.
         Por su parte, el “reverso tenebroso” de Michael es Gartz, hijo legítimo del magnate Wilton Knight, que es malvado y cruel. Odia a Michael porque le ve como un rival ilegítimo, y desarrolla un supercamión llamado Goliath para enfrentarse con KITT. Este personaje aparece en dos capítulos de la segunda temporada.
      Otro de los capítulos legendarios era en el que Michael y KITT se enfrentan a un grupo de moteros que quieren sembrar el caos en una pequeña localidad del medio oeste. Y como curiosidad, en este episodio, la estrella invitada era la actriz Anne Lockhart, a la que los ochenters recordamos como Sheba en Galáctica, estrella de combate.

        Y mencionaremos también el episodio en el que Devon se hace pasar por un excéntrico magnate tejano.


CONCLUSIÓN

Quién no ha hablado a su reloj para decir “KITT, te necesito”, y ha esperado recibir como respuesta un “¿Dónde estás, Michael?”. ¿Quién no recuerda su famosa sintonía?. EL COCHE FANTASTICO forma parte de nuestra esencia ochenter. Es una serie que ha trascendido la leyenda y forma parte de la iconografía de la década. También ha tenido versiones, remakes (bastante flojos, la verdad), y videojuegos. Así que ochenters, conectemos el TURBO BOOST y a volar.

Por Víctor Sánchez escritor













“Los Ángeles de Charlie”, serie (Aaron Spelling, 1976-1981)


“Había una vez tres muchachitas que fueron a la academia de policía… Les encargaron misiones muy peligrosas… Pero yo las aparté de todo aquello y ahora trabajan para mí. Yo me llamo Charlie…”
Ochenters, vamos con todo un clásico de los sábados por la tarde en la tele de nuestra infancia/adolescencia, Los Ángeles de Charlie, una serie icónica de finales de los setenta y principios de los ochenta, que ya forma parte del imaginario colectivo de toda una generación, la nuestra, que recuerda con cariño y nostalgia las aventuras de Kelly, Jill y Sabrina. Con los perfiles de las tres en negro sobre una explosión, y aquella sintonía tan inconfundible, que forma parte de la banda sonora de nuestra vida.

EL ARGUMENTO Y LAS PROTAGONISTAS

         Por estricto orden de aparición en los créditos iniciales, vamos con las protagonistas de la serie:
         SABRINA DUNCAN (Kate Jackson): Es la mente analítica del grupo, y, oficiosamente podríamos decir, la líder del trío. Siempre equilibrada, mesurada, y segura.
         KELLY GARRETT (Jaclyn Smith): Es la más emotiva y empática. También es mesurada y cerebral, aunque más tendente a meterse en líos. Si Sabrina es elegante y sencilla, Kelly es un poco más sofisticada y glamurosa.
         JILL MUNROE (Farraw Fawcett): Es la más valiente e imprevisible de las tres. La más arrojada ante el peligro, y también la que pone el punto de humor a las situaciones. Como contrapunto a Sabrina e incluso a Kelly, y para completar el triángulo, Jill es explosiva, y cuando ella entra en escena, siempre va a pasar algo.
Completan el reparto, el enigmático Charlie Townsend (al que ponía la voz en inglés el actor John Forsythe, conocido también por ser Blake Carington en Dinastía), un hombre al que nunca se ve en pantalla, aunque se le presume maduro, atractivo, y que aparece siempre rodeado de lujos y bellas mujeres. Y también, su ayudante, John Bosley (David Doyle), que sí aparece con su perfil en la cabecera de la serie.
En cuanto al argumento, la frase de Charlie al principio de cada capítulo, resume la trama de partida de la serie: Los ángeles son tres jóvenes y atractivas detectives que trabajan para la agencia que dirige Townsend en la ciudad de Los Ángeles (los juegos de palabras son constantes, también con los títulos de los episodios).
         A partir de ahí, la historia de cada capítulo era independiente y autoconclusiva. Comenzaba y terminaba siempre en la oficina de Investigaciones Charles Townsend, y en ella, las tres detectives debían resolver un caso que les encargaba, siempre por teléfono, su jefe Charlie. Los detalles de cada operación, siempre se los daba John Bosley, una especie de secretario de la agencia, al cargo del papeleo, los informes o los pagos, y que ejerce también como consejero y ayudante de las tres. Bosley es un hombre de mediana edad, campechano y regordete, que también pone el punto de humor a las situaciones.
        La mayoría de los capítulos eran corales, con protagonismo parecido de las tres ángeles trabajando en equipo (un buen ejemplo es el episodio en el que tienen que dejarse detener en una remota carretera, para que las encierren en un penal inmundo, en el que son explotadas con trabajos forzados, y en el que además, las presas son utilizadas como damas de compañía), pero en otros casos había una mayor intervención de una de ellas. Así por ejemplo hay un episodio en el que Sabrina tiene que participar como piloto en una carrera de coches, u otro en el que Kelly se enfrenta a un trauma de su infancia.
         Aunque las tres, en mayor o menor medida, utilizan lo que se denominan armas de mujer, para hacer averiguaciones o colarse en todas partes, en alguna de ellas, el rasgo es mucho más acusado: mientras Sabrina, como ya hemos comentado, es más cerebral y deductiva, y recurre al razonamiento (incluso, ya hemos apuntado que, vista la serie tantas veces, incluso se la podría considerar la líder del equipo), tanto Kelly como Jill se aprovechan más descaradamente de su atractivo, su sonrisa, y su encanto, para abrirse todas las puertas; más empática quizás Kelly, como también hemos señalado, y con menos reparos Jill, que incluso sabe hacerse la tonta, cuando queda muy claro que no lo es, con tal de acceder a pruebas o evidencias, y, si la pillan, salir del paso con cualquier excusa, sus ojos azules y su espléndida sonrisa.
Inseparables de las tres protagonistas, estaban sus coches, diferentes modelos de Ford, acordes en color y estilo a cada una de ellas: Más deportivo el de Jill (el llamativo Mustang Cobra II de color blanco con dos rayas azules en el centro), deportivo aunque más formal el de Kelly (el Mustang Ghia amarillo claro), y el más sencillo de Sabrina (el Pinto rojo apagado).

LAS NUEVAS INCORPORACIONES
         A lo largo de las 5 temporadas de la serie, solo Jacklyn Smith (Kelly), y los dos protagonistas masculinos, Doyle y Forsythe (Bosley y la voz de Charlie), se mantuvieron en el reparto principal.
         La primera en abandonar el barco fue Farraw Fawcett, que pese a ser considerada parte del trio legendario de ángeles de la serie, solo apareció en el piloto y los 22 episodios de la primera temporada. Antes de Los Ángeles de Charlie había tenido un pequeño papel en el film futurista La fuga de Logan (hoy considerada un clásico del género), y su deseo era saltar de nuevo a Hollywood y convertirse en estrella de la gran pantalla. Por eso, a la primera oferta que recibió, otro título de ciencia ficción, Saturno 3, que iba a coprotagonizar junto al veterano Kirk Douglas, decidió dejar la serie. Sin embargo, la cinta, con un argumento enrevesado y unos efectos especiales flojos, no tuvo el éxito esperado (aunque hoy se la recuerde con nostalgia dentro del mundillo), y su carrera no terminó de despegar.
         Su puesto en Los Ángeles de Charlie lo ocupó Cheryl Ladd, en el papel de KRIS MUNROE, que era en la trama la hermana pequeña de Jill. Rubia como ella, aunque menos explosiva, heredó también su rol en el grupo aunque con un carácter un poco menos apabullante. También se quedó con su coche, el llamativo y espectacular Cobra II. Se podría considerar a Kris como una especie de cuarto angel, junto al trío legendario, ya que, desde su incorporación, también permaneció en la serie hasta el final, e incluso en alguna ocasión aparecen las cuatro juntas.
         Kate Jackson dejó la serie al final de la tercera temporada. Es ahí donde los fans más puristas, que, como ya hemos dicho, consideran a Cheryl Ladd como parte integrante del grupo primigenio, ven una especie de “final anticipado” de la franquicia. En la salida de Sabrina tuvo gran parte de responsabilidad, si no toda, el productor Aaron Spelling: al parecer, mientras se rodaba la tercera temporada, Kate Jackson recibió una oferta de Columbia Pictures para protagonizar Kramer contra Kramer, junto a Dustin Hoffman (papel que luego daría toda la fama a Merryl Streep). Kate no quería dejar la serie y pidió a Spelling que le permitiera hacer ambos rodajes compatibles, pero el productor se negó, y al final de la temporada Jackson dejó la serie. Intentó hacer sus pinitos en el cine con Su otro amor, junto a Harry Hamlin en 1982, pero al final acabó volviendo a la pequeña pantalla con la serie El espantapájaros y la Sra. King.
         El puesto de Sabrina en la agencia lo ocupó Tiffany Wells, interpretada por Shelley Hack, y la serie se resintió bastante. Ya no era lo mismo. De hecho, Hack solo permaneció en la serie una temporada, la cuarta, y en la quinta, y última, fue sustituida por una por entonces jovencísima y desconocida Tanya Roberts, en el papel de Julie Roberts, que no venía de la academia de policía, sino de una agencia de modelos. Como curiosidad, esta última actriz, Tanya Roberts, figura prácticamente decorativa en Los Ángeles de Charlie, es quizás la que más brilló en el Hollywood de los 80 en la gran pantalla, puesto que apareció en el clásico de espada y brujería El señor de las bestias, fue Sheena, reina de la selva, e incluso “chica Bond” (ya sabéis que no nos gusta el término pero es el que se utiliza de referencia), en Panorama para matar, junto a Roger Moore.
Y un par de curiosidades más de la serie:
En el episodio Objetivo: Ángeles, de la primera temporada, podemos ver a un joven, desconocido y “sin bigote” Tom Selleck haciendo de un atractivo médico que es el hombre perfecto para una enamoradísima Kelly.
También hubo lo que se denomina un crossover entre dos series de éxito de Aaron Spelling en aquel momento, Los Ángeles de Charlie y Vacaciones en el mar, en el que los repartos se fundían en un viaje de las protagonistas en el famoso barco del amor.

  

REFERENCIAS Y LEGADO
       Para algunos recalcitrantes críticos estadounidenses, Los ángeles de Charlie es una simple producción televisiva del subgénero Giggle TV, término despectivo que se acuñó en los setenta para productos en los que había chicas ligeras de ropa que se bamboleaban en pantalla (también denominado Tits & Ass Television, o “televisión de tetas y culos”), que no tiene trama ni sustancia. Para tal argumento tan peregrino, se apoyan en el hecho de que, efectivamente, las protagonistas, en especial Jaclyn Smith y Farraw Fawcett, aparecían muchas veces sin sostén, lo que era llamativo, sobre todo en las secuencias de acción.
         Sin embargo, esto era algo habitual entre las actrices en los setenta, época en la que eclosionaba el movimiento feminista que llamaba a “quemar los sujetadores” (de hecho la propia Carrie Fisher no llevaba sostén bajo el vestido de princesa Leia en La guerra de las galaxias, y mientras corría por la Estrella de la Muerte se manifiesta de forma evidente). A este respecto, y en repetidas ocasiones, Farraw Fawcett se ha quejado en entrevistas de que “algunos solo recuerden de Los Ángeles de Charlie que íbamos las tres sin sostén, en vez de por nuestra interpretación”, y sostiene el carácter claramente feminista de la franquicia. Cheryl Ladd también ha defendido sus personajes como “inspiradores” para otras mujeres, “más allá de su peinado o que fueran en bikini”, y recordaba cómo por entonces recibía cartas de fans que le decían “yo quiero ser como tú, no me voy a conformar con ser profesora o secretaria”.
         De hecho, era una serie que mostraba a mujeres capaces, autosuficientes, dueñas de su destino, que conducen coches en persecuciones, hacen saltar cerraduras, disparan, y saben defenderse a puñetazos. En ese aspecto, sirven de antesala del modelo de heroína que llegaría en los 80 con iconos como la propia Leia, Ripley o Sarah Connor.
Y por otra parte, tanto las tramas, como el diseño de producción, los repartos y el acabado de los capítulos de la serie eran de calidad homologable al resto de las producciones televisivas de primera línea del momento.

CONCLUSION
La serie fue todo un éxito de audiencia, que convirtió a sus protagonistas en iconos del momento a la altura de las estrellas del pop y el rock. A ello contribuyó también la pegadiza sintonía de la serie, compuesta por Jack Elliott y Allyn Ferguson, y que, como dijimos al principio, forma parte de la banda sonora de nuestra generación.
En España se pudieron ver las cuatro primeras temporadas por TVE, en el horario estrella de los sábados por la tarde, entre 1978 y 1981. Para ver la quinta temporada tuvimos que esperar hasta la reposición de la serie completa en un canal privado a principios de los 90.
Hoy en día, Los Ángeles de Charlie está considerada una serie icónica, casi de culto, sobre todo para los amantes de la cultura popular de los 70 y 80, al nivel de otras series de entonces como Los hombres de Harrelson, Starsky y Hutch, Curro Jiménez o la mencionada Vacaciones en el Mar.
Si para las jóvenes de entonces, Los Ángeles de Charlie, eran modelos a seguir en actitud o incluso moda y estilo, para los adolescentes eran puro amor platónico. En mi caso, ya sabéis que soy fan incondicional declarado de la serie, yo estaba enamorado de las cuatro, pero los seguidores de la página de Facebook ya sabrán, porque lo he confesado en varias ocasiones, que era más de Sabrina.
De los recientes intentos de reavivar la franquicia en la gran pantalla mejor ni hablamos, porque han sido rotundos fiascos. Nos quedamos con la serie original, con Sabrina, Kelly, Jill y Kris.  

                                Por Víctor Sánchez Escritor














Único Testigo (Witness, Testigo en peligro, Peter Weir, 1985)

Único testigo es todo un clásico de nuestra querida década. Este soberbio y original thriller de ambiente rural estuvo dirigido por Peter Weir, y protagonizado por Harrison Ford, Kelly McGillis y Danny Glover. Junto a ellos, el niño Lukas Haas, y Alexander Godunov.
  
EL ARGUMENTO Y LOS PERSONAJES
         El protagonista principal de la película es sin duda Harrison Ford, por entonces la más rutilante estrella emergente del Hollywood de los 80, que quería escapar un poco del estereotipo de Han Solo e Indiana Jones, y acceder a papeles con más poso interpretativo; cosa que logra con creces en el papel de John Book, un avezado inspector de homicidios de la cuidad de Filadelfia, al cargo de un aparentemente rutinario caso de asesinato en la estación de tren de la ciudad. Por este trabajo recibió su primera nominación a los Óscar, y es sin duda una de sus mejores interpretaciones.
         Su partenaire es la casi debutante Kelly McGillis (que luego haría Top Gun), y que también estuvo nominada a los Globos de Oro por hacer de Raquel Labb, la joven viuda de la secta Amish, que viaja en tren junto a su hijo Samuel, papel que recayó en el niño Lukas Haas, espléndido como el pequeño callado, observador e inteligente chaval que es testigo por casualidad de un asesinato en los baños de la estación.
La trama argumental gira en torno a este trío protagonista. Cuando Samuel identifica al asesino en comisaría (en una impactante escena sin diálogos pero llena de expresividad, y brillantemente coreografiada), la trama va a dar un giro inesperado. El asesino es otro policía, el teniente McFee (Danny Glover), un condecorado inspector de narcóticos, al que protege el propio jefe de Book, el capitán Paul Schaeffer, interpretado por otro malo habitual, el veterano Joseph Sommer. Ambos intentan matarle y amenazan la vida de la madre y el niño, por lo que John Book, herido en el estómago, tiene que huir con ellos a la campiña de Pensilvania, donde vive prácticamente aislada la comunidad Amish.
         Cuando los pone a salvo en su granja, John se marcha en coche pero cae desmallado y choca contra una pajarera.
         Obligado a permanecer con los Amish en su convalecencia, Book se convierte en un miembro más de la comunidad, adoptando su vestimenta y costumbres, y ayudando en sus tareas al abuelo de la familia, el viejo Eli Labb (Jan Rubes).
En algunas labores es un auténtico experto, como en los trabajos con la madera (recordemos que el propio Harrison Ford se ganaba la vida como carpintero en Los Ángeles cuando era un joven aspirante a actor, y se nota), en cambio no tiene ni idea, por ejemplo, de ordeñar una vaca (“creo que no ha tocado una teta en su vida”, le dice el viejo Eli Labb. “Tan grande, nunca”, se defiende él).
         En el cuerpo de policía, Book solo tiene el apoyo de su compañero Carter, interpretado por Brent Jennings. Eliminado por la mafia policial, John ya solo cuenta con sus propios medios y la aislada e incomunicada sociedad Amish.
         Sin embargo, por un error fatal, son descubiertos y John Book se tendrá que enfrentar a su destino en una secuencia final llena de acción y violencia.

¿QUÉ SON LOS AMISH Y CÓMO SE LES RETRATA?
         Si bien la película comienza en un entorno urbano, la ambientación principal se desarrolla en la comunidad Amish, una secta etnoreligiosa de origen protestante anabaptista, que se caracteriza por su rechazo a toda tecnología posterior a finales del siglo XIX, por lo que carecen de electricidad, teléfono o vehículos a motor. Tienen un estilo de vida rural, pacífico, y humilde, basado en el trabajo en el campo. Llevan una vestimenta sencilla y profesan un fundamentalismo religioso rayano en la intolerancia. Son descendientes de inmigrantes germanoparlantes, sobre todo del norte de Suiza y el sur de Alemania.
         En la película son retratados con bastante fidelidad, según la crítica, aunque sobre todo haciendo hincapié en su faceta más positiva de bondad, sinceridad, solidaridad y ética de trabajo. Y un poco menos en otros aspectos más sectarios relacionados con la religión, la discriminación o la xenofobia, que quedan un poco diluidos en frases como “ten cuidado con los de origen inglés” del abuelo Labb.
         Al principio, cuando Raquel y Samuel viajan en tren (no pueden hacerlo en avión), a visitar a unos familiares, todo les resulta extraño y amenazador. El pequeño jamás ha visto un hombre de color, ni por supuesto, un asesinato, y queda espantado.
         También se puede ver claramente como esta comunidad es tomada como atracción turística por los visitantes de los condados de Pensilvania donde viven, que los ven como una rareza local a la que hacer fotos (cosa que ellos aborrecen). Es precisamente el enfrentamiento de John Book con unos fanfarrones que están mofándose de Daniel Hochleitner (Alexander Godunov), que pese a ser un hombre joven y fornido no puede usar la violencia para responder, el que alerta a la policía de su presencia, hasta entonces imposible de localizar entre las numerosas e incomunicadas granjas.
         También se evidencia en la película su rechazo a la violencia y las armas. Book es reprendido cuando permite al pequeño Samuel, con el que entabla una relación casi de padre e hijo, jugar con su pistola, y Raquel se la esconde en un bot de conservas. Tras este incidente, el abuelo Eli explica a su nieto, entre otras cosas, que los Amish rechazaron ser reclutados en las guerras del pasado.

DOS GRANEROS, DOS ESCENAS MEMORABLES
         Como vamos viendo, la película está repleta de momentos memorables, pero sin duda los más emblemáticos, junto con el que ya hemos mencionado de Lukas Haas señalando al asesino en comisaria, son las dos escenas que ocurren en sendos graneros, una de noche y otra de día:
         La primera sucede en la granja de los Labb:
         Aunque Raquel tiene un pretendiente “oficial”, su vecino, el mencionado  Daniel Hochleitner, con el que apenas se roza, a medida que ella y John Book se van conociendo, la chispa del amor va a surgir entre ellos dos (espectacular, por cierto, la química que destilan ambos actores). Esta atracción va a tener su punto álgido cuando, una noche, John, ya casi repuesto, está con ella en el granero arreglando el coche para marcharse. Por casualidad, se enciende la radio y empieza a sonar un clásico de todos los tiempos, “What a wonderful world” de Sam Cook. Emocionado, John empieza a cantar y a bailar con Raquel (algo prohibidísimo en su secta), y en pleno éxtasis de risas, cuando están a punto de besarse, les sorprende el viejo Eli, que les reprende severamente, especialmente a Raquel.
Escena del granero:
         La segunda es la famosa escena de la construcción del granero para una joven pareja de recién casados, en la que participa toda la comunidad.
Para aprovechar sus habilidades como carpintero, el viejo Eli convence a John para que colabore también. Para esta secuencia, Peter Weir también optó por prescindir casi por completo de los diálogos, y los espectadores seguimos todo el trabajo en común de grandes y pequeños únicamente acompañados por la espléndida partitura de Maurice Jarre.
Aquí se puede ver de forma muy clara la diferencia de sexos: mientras las mujeres y las niñas bordan el ajuar, y preparan y sirven la comida, los hombres y los niños levantan la estructura, hacen agujeros en las vigas y martillean los clavos.
Al final del día, el granero está terminado.
Como curiosidad, a lo largo de toda la secuencia se puede ver junto a Harrison Ford a un por entonces jovencísimo y desconocido Viggo Mortensen.

Escena de la construcción:


EL PODEROSO FINAL DE LA PELÍCULA
         Pese a que la mayoría de la gran familia ochenter habréis visto la película, puesto que es todo un clásico y es repuesta una y otra vez en televisión, ya sabéis que no nos gusta contar el final en nuestras reseñas. Sí os diremos que, tras casi toda la película metidos como espectadores, casi participantes, en la comunidad Amish, el choque de contrastes entre la granja anclada en el siglo XIX, casi al estilo de la “Casa de la pradera”, y la llegada de un moderno automóvil del que los tres malvados policías sacan sus fusiles, impacta casi tanto como las trepidantes y violentas escenas de lucha entre Book, y McFee, Schaeffer y Fergie (Angus MacInnes). Tres contra uno, pero no cuentan con los Labb, especialmente con el pequeño Samuel, que se las apañará para ayudar sin utilizar la violencia.

CONCLUSION
La película fue un éxito de crítica y público, y recibió ocho nominaciones a los Óscar, entre ellas mejor película, mejor director, y mejor actor principal, y obtuvo dos estatuillas, mejor guión original y mejor montaje. Un premio exiguo, podríamos decir, pero es que aquel año competía con títulos como Memorias de África (que se llevó siete galardones, entre ellos mejor película), El honor de los Prizzi, Ran, Cocoon o incluso Regreso al futuro.
Aparte de la originalidad de situar en el centro de la trama a la secta Amish, que, sobre todo para el público español y europeo en general, era totalmente desconocida, también el hecho de que los malos sean en este caso policías, le da un toque contracorriente muy innovador (detrás de la película está la productora The Ladd Company, de Alan Ladd Jr., el hombre que saco la cara por George Lucas ante los escépticos gerifaltes de la Fox que desconfiaban de La guerra de las galaxias).
Además, el ritmo pausado, acompañado de la magnífica banda sonora de Maurice Jarre, a ratos sinfónica, a ratos New Age, con notas largas, hace que el espectador se sitúe en esa atemporalidad en la que viven los protagonistas.
Luego esa historia de amor imposible, inconclusa entre John y Raquel, que termina… como tiene que terminar, con el personaje de Godunov enfilando confiado el camino de la casa de los Labb. Esa inocencia del niño Lukas Haas, al que Book regala un juguete de madera antes de arreglar la pajarera que rompió al llegar. Son tantos y tantos momentos.
Así que ya solo nos queda decir: Tened cuidado con los de origen inglés.

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