Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.
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La Nueva Pesadilla De Wes Craven (1994, Wes Craven) Wes Craven’s New Nightmare.


La Nueva Pesadilla De Wes Craven (1994, Wes Craven) Wes Craven’s New Nightmare.


Hace mucho tiempo, leí que las pesadillas son la antesala a nuestros miedos más íntimos y que se nos muestran cuando más vulnerables somos, en los sueños, como si de una ventana directa a nuestro subconsciente se tratase, y éste resulta aterrador. 
Si pensamos en la palabra “pesadilla” ese subconsciente puede que nos derive de manera fugaz al recuerdo de ese personaje ataviado con un guante de cuchillas y con el cuerpo y rostro desfigurado por las quemaduras. Ya sea para estremecerte o para esbozarnos una malévola sonrisa nostálgica, y es que Wes Craven nos regaló un personaje inevitablemente querido para los amantes del género de terror slasher.
Hoy, para dar punto y final a los niños de Elm Street, hablaremos de la última entrega; una vuelta de tuerca al mito en un ejercicio de metacine a modo de expiación en torno al inevitable declive del personaje y sus pesadillas.

Con Wes Craven, creador de la primera pesadilla, de nuevo a bordo y a cargo del guion, la dirección y la producción y tras una muerte de Freddy Krueger en su sexta entrega que pasó con más pena que gloria a pesar de los riesgos que se tomaron para intentar lo contrario, Craven optó por darle un giro a la historia dándonos una obra muy original (que no por ello aceptada) que le serviría de guía para la fantástica “Scream” años más tarde. Esta forma de cine dentro de la franquicia no sentó muy bien a los fans de Krueger y fracasó estrepitosamente en taquilla. Pero sin más dilación, pasemos a comentar de qué va esta nueva pesadilla de Craven.
Es inevitable haceros spoilers por lo que si aún no la habéis visto, sabréis partes importantes de la trama.

Comenzamos la cinta en el rodaje de una nueva entrega de “Pesadilla en Elm Street”, así es; vemos a los figurantes, a los realizadores, encargados de efectos especiales trabajando en un nuevo guante, incluso al mismísimo Wes Craven que va dirigiendo la escena cámara en mano. En escena, también a Heather Langenkamp, (Nancy Thompson en la original de “Pesadilla En Elm Street”) haciendo de Heather Langenkamp, o sea, de ella misma como actriz de la nueva película, la cual está presente en el rodaje junto a su hijo pequeño Dylan interpretado por Miko Hughes (“Cementerio Maldito”, “Poli de Guardería”…) y su marido, Chase Porter (al que da vida David Newsom), el cual es uno de los diseñadores de la nueva garra y jefe de efectos especiales de la nueva entrega.


Pero algo sale mal (si no a ver qué hacemos aquí) la garra se ha atascado y emite movimientos involuntarios haciendo incluso que Chase sufra un corte en el dedo, aquí la garra pierde el control y, como si el mismísimo Fred Krueger la portase, acaba con varios trabajadores de la película y justo cuando va a matar a Chase, Heather despierta y su marido sano y salvo está junto a ella en la cama mientras un terremoto sacude su casa.

Habiendo pasado el temblor, Heather aún afectada por la pesadilla ve que su marido tiene un corte en el dedo, el mismo corte que se hizo en su sueño y que él atribuye a un corte por la rotura de un espejo de la habitación por el temblor del terremoto.
Así nos introduce Craven en esta nueva pesadilla, con una historia dentro de otra en la que los actores con nombres reales (los más relevantes) protagonizan la cinta desde fuera.

Pero volvamos de nuevo con Heather, protagonista de esta última entrega.


Felizmente casada, (a pesar de los terremotos, las recurrentes pesadillas y unas llamadas de un fan que la acosa imitando a Krueger) vive junto a su pequeña familia en una maravillosa casa a las afueras de Los Ángeles.

Tras las escenas iniciales con la pesadilla y el terremoto, vemos a la familia desayunando y reponiéndose del temblor. Mientras tanto su hijo se entretiene jugando con la comida.


Uno, dos… Freddy es rico en fibra.

Tras el apacible y artístico desayuno, Heather confiesa a su marido que está teniendo pesadillas en las que él sale perjudicado. Chase intenta calmarla antes de marcharse, pues se va de viaje de trabajo y tras esto se despide. Ella, sin estar muy ilusionada por el viaje de Chase, pues teme por la vida de su marido, se despide también de él. Cuando se marcha, una réplica sacude nuevamente la casa, provocando las siguientes grietas en la pared del dormitorio.


Asustada, corre para avisar a Chase pero la detiene el sonido de una película que le resulta familiar, pues su hijo pequeño Dylan, está viendo la primera entrega de Elm Street donde ella es la protagonista. Heather apaga la televisión y Dylan grita histérico y sólo sale de esa histeria cuando suena el teléfono. Heather descuelga y nuevamente es el acosador haciéndose pasar por Freddy Krueger. Heather sobrepasada por la situación, recibe a Julie (interpretada por Tracy Middendorf), que es la niñera de Dylan, pues Heather tiene que salir para una entrevista en un programa de televisión. Heather acude al programa donde vemos a Robert Englund ataviado con los ropajes de Freddy Krueger y totalmente entregado al público del programa.


“Y ahora, todos vosotros sois mis hijos…” Freddy Krueger

Tras el programa y después de despedirse de Robert Englund, Heather recibe una llamada de New Line Cinema, productora de Elm Street, pues tienen algo que proponerle. Allí la recibe Robert Shaye productor real de la saga Elm Street y que se interpreta a sí mismo.


Como es de suponer, la cita es para proponer a Heather una nueva entrega de Elm Street; Heather rehúsa la oferta, pues con un hijo pequeño no quiere hacer películas de terror. Robert le informa de que Craven lleva un par de meses trabajando en su nuevo guion y su marido Chase, es el encargado de diseñar la nueva garra, sorprendida por no saber nada del asunto, Heather empieza a relacionar todo lo que le está pasando con el nuevo guion.

Al volver a casa, Dylan nuevamente está gritando histérico y al intentar calmarlo repite una de las frases características de la saga de Krueger “No vuelvas a dormir” y muestra a Rex su peluche, el cual dice ser el guardián que lo protege del malvado hombre de la garra, el cual tiene las marcas de cuchillas típicas del guante de Freddy.


Al avisar a Chase tras los últimos sucesos, éste decide volver para estar con su familia, pero durante el viaje de vuelta se duerme al volante y es atacado brutalmente por la garra de Krueger haciendo que se estrelle y muera, escena que Heather ve a la perfección en otra pesadilla, pero ésta realmente se cumple, pues recibe la visita de la policía para informarle del hecho. Para asegurarse, quiere comprobar el cuerpo de su difunto esposo, que se encuentra en el depósito, y descubre que tiene las marcas de las cuchillas atravesándole el pecho.


En el entierro y tras un nuevo terremoto, podemos ver por primera vez la nueva versión de Freddy Krueger en esta cinta, un Fred mucho más diabólico y malvado que en entregas anteriores y con un guante con cinco cuchillas en lugar de cuatro, que intenta atraer a Dylan al infierno a través del ataúd de su padre, siendo una nueva pesadilla de Heather que tras caer al suelo durante el terremoto se golpea la cabeza con el ataúd de su marido quedando momentáneamente inconsciente.


En esta escena vemos asistiendo al funeral a Robert Englund, Wes Craven y a John Saxon (“Pesadilla En Elm Street”, “Abierto Hasta El Amanecer”, “Superdetective En Hollywood 3”…) haciendo de sí mismo, el cual interpretó a Donald Thompson en la primera entrega de Elm Street, padre de Nancy Thompson (Heather Langenkamp), entre otros representantes de anteriores cintas.


Poco a poco Dylan se ve más afectado por esta situación de pesadillas y ataques nocturnos en su dormitorio y Heather sigue sufriendo acoso de manos de su admirador.
A partir de aquí (y llevamos casi una hora de cinta) empieza por fin a ponerse interesante la historia, pues entran en escena personajes con mucha más fuerza que los que nos han acompañado hasta ahora; por ejemplo la escena en el parque con John Saxon, el cual aconseja a Heather para evitar que se preocupe, mientras vemos a Dylan escalando el enorme columpio para que dios se lo lleve.


“Dios no ha querido cogerme” – Dylan Porter

O la llamada de Heather a Englund para preguntar por el nuevo guion de Craven, del cual sólo conoce la última parte en la que Dylan quería que dios se lo llevase, coincidiendo con la anterior escena vivida en el parque.
Tras estas escenas y tras alguna pesadilla más con la nueva versión de Krueger y algún homenaje a anteriores entregas de Elm Street.


Heather lleva a Dylan al hospital para que le hagan pruebas y tras el interrogatorio de la enfermera y sospechando de un posible atisbo de esquizofrenia, dejan ingresado a Dylan.

Heather busca nuevamente a Englund para comentar lo sucedido pero ha salido de la ciudad, así que decide ir a hablar con Wes Craven y saber de qué va la nueva pesadilla.


Wes le confiesa que el guion aún no está acabado pues va escribiendo a medida que las pesadillas aparecen en sus sueños. Aquí le confiesa de qué va hasta ahora la nueva pesadilla, en donde una entidad muy antigua ha ido adoptando formas muy diferentes durante los siglos con una única razón de ser, la muerte de la inocencia. Esta entidad, puede ser retenida y capturada por un escritor ingenioso (toma vanidad) inventando una historia lo suficientemente buena como para que la entidad quede prisionera en el cuento como villano principal (Krueger). El problema es que cuando la historia se agota; bien por explotación comercial, o desinterés, la entidad queda libre.

Aquí podemos ver el culmen del guion de este genial ejercicio de metacine (que enfadó a muchos fans), pues nos cuentan que el demonio que hasta entonces había estado atrapado en Krueger (al igual que el genio de la botella) y en la saga de Elm Street por su calidad narrativa, no quiere volver a ser atrapado en otra película, por eso decide matar uno a uno a los miembros del reparto de la cinta para evitar que Craven lo atrape nuevamente y así poder viajar a este mundo como un “Freddy Krueger” mucho más diabólico, corpulento y sanguinario que nunca. Como era de esperar, la única persona que puede detenerlo es Heather, ya que interpretó a Nancy, el primer personaje que se enfrentó a él y por eso, la entidad la ataca en sus puntos más débiles, su hijo.


Es innegable la originalidad de la cinta guste o no, de hecho nos encontramos con varias escenas que tras ser interpretadas por los actores podemos ver en distintos planos primeros planos del guion con la escena descrita a la perfección, rompiendo así la cuarta pared con el espectador.

Su BSO, más discreta que en otras entregas, fue dirigida por J. Peter Robinson autor de otras bandas sonoras como “Cocktail”, “El Mundo De Wayne”, “Las Dos Caras De La Verdad” o “Los Inmortales III” Os dejo el tema principal de la cinta donde se hace un uso discreto de los sintetizadores tan clásicos de la saga.


Y la clásica melodía que nos avisa de que Krueger ha vuelto, y que no podía faltar en ninguna de sus cintas.


Como digo una BSO que acompaña a la cinta pero que pasa desapercibida salvo cuando suenan acordes familiares para los fans.

Por desgracia y como decíamos líneas atrás, esta enorme licencia de Wes Craven hacia su personaje, Krueger (para eso es su creador) no sentó nada bien a los fans de la franquicia, amantes del personaje y del clima creado en torno a él, castigándola duramente en taquilla y en crítica, pues con ocho millones de dólares de presupuesto recaudó algo menos de veinte millones; hay que hacer mención a la también vapuleada “Pesadilla Final, La Muerte De Freddy” la cual tuvo el mismo presupuesto y recaudó setenta y seis millones en taquilla.

A pesar de todo, esta cinta cuenta con escenas muy recomendables para los fans, como las ya mencionadas con los actores reales o las interpretadas por el mismo Krueger (ente demoníaco disfrazado de Fred en realidad), que no son más que un homenaje a sus muchas muertes durante los años, como por ejemplo cuando intenta devorar a un aterrorizado Dylan.


O cuando acaba con la vida de Julie mientras ésta cuida de Dylan en el hospital.


O los clásicos ataques de la lengua libidinosa de Krueger.


Un homenaje a toda la saga para darle (ahora sí) punto y final al villano onírico más querido del mundo, sin contar desafortunados remakes o curiosos crossover con gente venida de Crystal Lake.

Para ir terminando, no puedo dejar de comentar algunas curiosidades de la cinta.
-Podríamos considerar esta cinta como la única en la que no aparece Freddy Krueger tal cual, pues en realidad el villano y antagonista es una entidad demoníaca que adopta su forma.


-Según los créditos finales, Freddy se interpretó a sí mismo.


-En los créditos finales también podemos leer lo siguiente.
"Algunas partes de la película fueron basadas en hechos reales. Otras pueden ser atribuidas a la imaginación hiperactiva de un niño de cinco años... Los nombres reales de los personajes han sido cambiados para proteger a los inocentes. Ciertos sucesos retratados han sido dramatizados, a excepción de aquellos individuos valientes que se interpretaron a sí mismos. Cualquier similitud con el nombre, personaje o la historia de alguna persona, viva o muerta, es completamente fortuita e involuntaria."


-Durante el funeral de Chase, marido de Heather, están presentes Tuesday Knight, la actriz que interpretó a Kristen en la cuarta parte.


Jsu García, el actor que interpretó a Rod Lane en la primera parte.


Así como Robert Englund, John Saxon, Robert Shaye y Wes Craven entre otros


-En esta última entrega se le quiso dar a Freddy Krueger un nuevo look mucho más terrorífico, siendo más alto y corpulento con una imagen más acorde al ente demoníaco que era en realidad, dejando de lado su vertiente más cómica que atesoraba en las películas anteriores. Además de su clásico suéter, sombrero y garra de cuchillas, lleva botas militares, pantalones de cuero y un abrigo negro.


-En esta nueva entrega, Freddy Krueger porta una nueva garra que es en sí misma un cameo a la primera entrega, pues es la misma versión de la garra que aparecía en los carteles promocionales de la cinta original allá por 1984.


A pesar de todo, en la primera entrega el guante de cuchillas sólo tenía cuatro cuchillas, en ésta tiene cinco.


-A pesar del escaso éxito en taquilla, su innumerable merchandising fue como siempre un éxito; desde figuras con todo lujo de detalles.


-A la nueva versión del guante de cuchillas.


Bien queridos Ochenters, dando por finiquitada la saga de Elm Street con sus altibajos y brindando un cariñoso y agradecido saludo, esté donde esté, al magnifico Wes Craven me despido, apreciando más si cabe los intentos de este guionista y director del terror por darle un digno “hasta otra” al personaje clave de su carrera, Freddy Krueger, el cual siempre quedará inmortalizado en el cine y vigilándonos desde nuestras pesadillas.

Que tengáis dulces pesadillas amigos.



Pesadilla En Elm Street 6, La Muerte de Freddy (1991, Rachel Talalay) A Nightmare On Elm Street 6, Freddy’s Dead.


Pesadilla En Elm Street 6, La Muerte de Freddy (1991, Rachel Talalay) A Nightmare On Elm Street 6, Freddy’s Dead.


Queridos Ochenters, hoy me toca revisión de una de las cintas menos afortunadas y peor tratadas (desde mi punto de vista) de uno de los indiscutibles amos más influyente del género Slasher, el señor “Freddy Krueger”
Mi pasión por este personaje es infinita y siento devoción por su saga. Gracias a Wes Craven (y sus muchos traumas) el mundo tembló con un sádico asesino de niños que fue ajusticiado por el pueblo de Springwood, concretamente por los padres de esos niños (historia que, si os interesa, se trata de mejor forma en la mini serie, “Las Pesadillas de Freddy”)

Pues bien, en este caso nos centramos en la sexta pesadilla, bajo el título “La Muerte de Freddy” que a pesar de sentenciar de tal manera a Krueger, es la penúltima de la saga (sin contar claro “Freddy Vs Jason” ni mucho menos el simplón remake de la original de 1984 “Pesadilla en Elm Street” con un Freddy Krueger descafeinado interpretado por Jackie Earle Haley

Robert Englund se enfundaba por sexta vez el guante de cuchillas, pero esta vez haciendo quizá demasiado uso de ese humor socarrón y absurdo que fue adquiriendo a medida que avanzaban las continuaciones que del propio terror que infundió en sus primeras películas que, al menos a mí, me recuerda a la evolución que tuvo Ash Williams en la trilogía de “Evil Dead” que fue perdiendo en terror y ganando en comedia (Aprovecho para recomendaros encarecidamente la serie de Sam Raimi “Ash Vs Evil Dead”, un auténtico homenaje para los amantes de la trilogía)

La historia comienza, como no podía ser de otro modo, con una pesadilla de uno de los protagonistas de la cinta del cual no se conoce el nombre ya que sufre de amnesia (en los créditos es llamado John Doe (Como curiosidad, John Doe es el nombre que en América se le da a los cadáveres masculinos sin identificar o directamente para referirse a alguien del que no se sabe o no se quiere dar su nombre; Jane Doe en el caso femenino, más o menos es la equivalencia a nuestro "Fulano y Mengano"

Tras varias pesadillas introductorias (en las que llegamos a ver a un Freddy Krueger ataviado a lo bruja mala del oeste de “El Mago de Oz”),


éste despierta totalmente desorientado a las afueras de Springwood. Deambulando termina en el albergue juvenil del pueblo anexo, donde es ingresado. Allí conoce a Maggie Burroughs, una trabajadora social del internado a cargo de adolescentes con problemas, la cual también sufre de pesadillas.

Indagando en el recién llegado y entre sus escasas pertenencias, descubre un recorte de periódico en el que se habla sobre la desaparición de la mujer de Krueger, Loretta Krueger de Springwood. Esa misma noche, el recién llegado vuelve a tener pesadillas, pero esta vez con una niña pequeña. Al día siguiente, describe su pesadilla con esta niña a Maggie, que comprende que es la misma niña que aparece en sus sueños, por lo que deciden volver a Springwood para investigar esta conexión onírica.

“Springwood, un bello lugar para vivir.”

John y Maggie llegan al pueblo, y descubren que tres de los internos intentaban fugarse colándose en su furgoneta, los cuales y a petición de Maggie, deciden volver al centro, por lo que se detienen en lo que parece una feria para llamar al internado e informar de que están allí sanos y salvos y así poder volver. El problema es que en esa feria no hay niños, de hecho esta escena es otra de las absurdas, ya que en esta feria sólo hay adultos “divirtiéndose” (impagable el abuelo dando vueltas en modo peonza en los coches de choque) 
Aquí debo detenerme para hacer mención a modo de curiosidad de uno de los actores que interpreta a uno de los personajes del pueblo en la feria, que increpa a su mujer por hablar con los adolescentes recién llegados a los que pide que se marchen o él (Krueger) volverá, a ver si lo reconocéis.

“¡Ethel! ¡Sabes que vendrá él!”

¿Ya? Para los que no lo hayáis reconocido (yo no lo hice) es un breve cameo de Tom Arnold (Mentiras Arriesgadas, Nueve Meses…)

Básicamente, ésta es la excusa que se toma el guion para situar a los personajes de nuevo en Elm Street y traer nuevas víctimas a Krueger. No quiero contaros más de la trama por si aún queda algún incauto que no haya visionado esta cinta.

Rachel Talalay fue la encargada de dirigir (y finiquitar, al menos de momento) la última pesadilla de Krueger, la cual siempre había estado bajo la producción de la saga, y junto al mismísimo Wes Craven, escribió el guion que luego se materializó en “La Muerte de Freddy”.

Por aquel entonces, Rachel Talalay intentó reflejar su pasión por la serie "Twin Peaks" y el estilo narrativo del genio David Lynch en esta cinta, pero por desgracia no tuvo el éxito esperado y llevó a cabo una sexta pesadilla que pasó con más pena que gloria y que fue considerada la peor de la saga, que no por ello mala película.

¿Pero qué queréis después de tanta pesadilla?


Además y para colmo de males, la película ha sido maltratada por el tiempo, ya que en su época se tomaron decisiones bastante arriesgadas que hoy día muchos no conocen, como por ejemplo su final rodado en 3D que ha desaparecido con las re-ediciones domésticas y que hacen un sinsentido esta etapa final.

Pero antes de continuar, permitidme un regreso al pasado para que comprendáis qué llegamos a sentir en su época los amantes de Krueger.
Retornemos a 1991, cuando se estrenó esta cinta, en un viejo cine de ciudad que hoy ya no existe. Con sólo siete añitos y acompañado de mi hermano mayor de doce (en aquella época, la clasificación por edades no se tenía en cuenta) y con nuestra entrada en mano, el acomodador nos hacía entrega a cada uno de los valientes de este misterioso objeto que os dejo a continuación,


unas gafas de cartón con celofán de dos colores, rojo y azul, que parecían haber sido diseñadas por Bebop de las Tortugas Ninja y que no teníamos ni idea de a qué venían, pero que, tras una breve explicación del acomodador de para qué y cuándo debíamos hacer uso de ellas, hacían aumentar el misterio por esa película. Valiese la pena o no ese final rodado en 3D, cierto es que hizo que todos sintiésemos una emoción extra por ver qué nos deparaba nuestro amigo Krueger y su directora Talalay, y recibimos la señal del uso de las misteriosas gafas como si fuésemos a tocar directamente a Freddy.

Pues bien, el problema a día de hoy como digo, es que todo esto se ha perdido en las ediciones domésticas pero sigue pasando en la película; o sea, para que me entendáis, hay escenas rodadas de forma exagerada para potenciar y hacer uso del efecto 3D de la época pero sin el efecto en 3D que, al eliminarse, hace que algunas de estas escenas rocen el ridículo. De hecho vemos a uno de los personajes que, tras ponerse exactamente las mismas gafas que todos teníamos al entrar en uno de los sueños (acción que daba la señal para que el público del cine se pusiese las suyas) este personaje mueve su mano y sus dedos en primer plano que sin este efecto no tiene ningún sentido porque pierde totalmente su intencionalidad. Lógico que, sin saber que un día existió esa intención resulte de lo más ridículo que podáis ver, pues se ha perdido la esencia de la escena pero que en su día y en esa época, nos pareció una maravilla.


Para los que no sepáis de qué hablo ni que existió esta escena, he encontrado trozos de la misma en inglés con el efecto 3D. Si no habéis visto la cinta, pasad el video ya que contiene spoilers del final.


Como comprenderéis, esto quita mucha gracia al final de la película. También todos recordamos otra de las escenas que a día de hoy pasa factura a la película, y es la de Freddy Krueger jugando con un videojuego. Situándonos en 1991 y con un imparable y creciente boom en el mundo de los videojuegos, Talalay pensó que era buena idea que pudiésemos ver a Fred disfrutando de uno de ellos (eso sí, para torturar a uno de los adolescentes) pero que visto a día de hoy roza el ridículo para desgracia del onírico psicópata.

Una más y me acuesto

En esta escena, veíamos a Spencer, uno de los adolescentes fugados del centro, dentro del videojuego controlado por Krueger. El problema es que, además de lo cutre del videojuego, se intercala con escenas del mundo real donde vemos a Spencer saltar de forma cómica por la casa en la que se encuentran, con sonidos acordes a la estupidez de la escena.


Ya de por sí, todo era bastante ridículo consiguiendo sacarte de la película por completo, y que por desgracia, al intercalarse con las tomas del personaje como protagonista del videojuego, no mejoraba.


Y aquí debo detenerme nuevamente para hacer mención a otro cameo, antes de que Krueger empiece con su videojuego, la escena ocurre así; nuestro amigo Spencer decide tumbarse en un mugriento sofá de la casa a la que han ido a parar y fumar marihuana. Tras esto, podemos ver un anuncio en la pequeña televisión que hay frente al sofá (rota) con el siguiente personaje que, a modo de documental, simula los daños producidos en el cerebro por el consumo de drogas usando un huevo y una sartén (toma ya)


Un joven Johnny Depp vuelve a la saga de Pesadilla en Elm Street (pues en la primera parte era uno de los personajes relevantes) a modo de cameo para disfrute del personal. Lo curioso es que por aquel entonces, el joven Depp estaba metido de lleno en el mundo de la droga.
Talalay intentó como decimos dar ese toque personal a la cinta rodando alguna escena muy perturbadora que ya se repetía alguna vez en anteriores entregas, como las vueltas en bucle a la Calle Elm cuando intentan salir de Springwood.

¿Qué dice el mapa? Pues…

O la muy desagradable escena de la limpieza de oídos a uno de los personajes usando un enorme bastoncillo.

Qué limpito va a quedar.

Talalay también quiso dar un toque más personal al mismísimo Krueger, mostrándonos distintas etapas de su vida, aunque algunas partes de la historia estén muy cogidas por los pelos para que casen con el guion.
En esta evolución podemos ver a un pequeño Frederick Charles Krueger en el colegio torturando animalitos en clase y siendo acosado por todos sus compañeros por ser raro (y tanto…)

  
O a un Fred Krueger ya adolescente que es maltratado por su padre


Y a un Freddy ya adulto y felizmente casado con Loretta, su esposa, que tiene la desdicha de descubrir el “trabajo especial” de su marido.


Incluso nos muestran a la hija pequeña Kathryn Krueger.


Y aquí debo detenerme nuevamente y retroceder a la adolescencia de Krueger para mencionar otro cameo que tampoco reconocí en su día, y es precisamente el protagonizado por el padre adoptivo de Freddy Krueger, un alcohólico que maltrata a un Fred adolescente a base de correa.

“You’re poison man”

Nada más y nada menos que el gran Alice Cooper (ahí queda eso) es el encargado de dar vida al agresivo padrastro del ya de por sí perturbado Freddy Krueger.

Con respecto a la BSO, la saga Elm Street vuelve a cambiar de compositor en su sexta parte, de hecho no se repitió autor en ninguna de las anteriores entregas, pasando a formar una lista de compositores de la talla de Angelo Badalamenti que compuso la BSO de la tercera película, (la cual considero la mejor de toda la saga), Christopher Young que hizo lo propio con la segunda entrega, o Charles Bernstein, autor de la primera y amante de sintetizadores tan característicos que sentó las bases en cuanto a la musicalización de toda la saga. Más tarde confesó que el motivo del uso de sintetizadores, en vez de contratar a una orquesta, se debía al bajo presupuesto con el que contaba la película. 
Pues bien, para la BSO de esta sexta parte, se escogió al australiano Brian May (que no tiene nada que ver con el grupo Queen),

Hazme una foto así como que poso.

conocido por ser el compositor de toda la saga de "Mad Max", y que, siguiendo la misma línea de entregas anteriores, realizó un buen trabajo incluyendo canciones de varios artistas como Iggy Pop


o del grupo Goo Goo Dolls entre otros


Para la instrumentalización, de nuevo se hizo uso de los sintetizadores y la música electrónica en gran parte de sus temas para no desentonar con el resto de la saga.


Para ir terminando, no puedo dejar de mencionar algunas curiosidades que me he ido encontrando de esta cinta y de la saga en general.

-Para el guion de esta sexta película, un joven realizador neozelandés les proponía una historia que él mismo había escrito, donde un envejecido Freddy Krueger sufría la ira de un grupo de jóvenes que bajo los efectos de las drogas, torturaba al psicópata cuando entraban al mundo de los sueños. 
Más tarde, este mismo realizador fue el encargado de dirigir y escribir “Braindead” una película de culto del género de terror hoy día. 

Así es, Peter Jackson estuvo interesado en escribir esta sexta parte pero fue rechazado para Elm Street.


-Destaca la inclusión en la BSO y en varios momentos de la cinta el poema sinfónico “Una noche En La Árida Montaña”, de Modest Mussorgsky


-Wes Craven, creador del personaje, bautizó al psicópata con el nombre de Freddy Krueger, nombre tomado de un ex compañero de clase que lo acosaba, marcando su infancia para siempre.


-El éxito de Elm Street dio lugar a innumerable merchandising que aún perdura a día de hoy (de peor o mejor calidad) como camisetas, figuras, vdeojuegos…


Incluso las distintas versiones del famoso guante de cuchillas que hemos ido conociendo en cada una de las películas que conforman la saga han tenido sus respectivas réplicas, y del que me siento afortunado de poder decir que poseo una de ellas, confeccionada en tela y metal, en concreto el guante de la primera entrega con la firma del mismísimo Robert Englund.


En definitiva, podemos decir que con esta entrega tuvimos un cierre más o menos digno de la ya de por sí explotada franquicia, en la que se tomaron algunos riesgos que han envejecido terriblemente mal con el paso del tiempo y con las ediciones para el uso doméstico que dejan mucho que desear.

Este sádico psicópata llamado Frederick Charles Krueger, es a día de hoy y lo seguirá siendo, uno de los máximos exponentes del género Slasher gracias al magnífico Robert Englund y a su creador Wes Craven.

Me despido hasta el próximo artículo esperando que os haya gustado y que no sigáis teniendo pesadillas con este gran personaje que traumatizó a infinidad de niños... Pero por si acaso, nos vemos en vuestras pesadillas.