Lo bueno , lo malo y lo peor del cine de los setenta , ochenta y noventa.
Presentación
Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.
ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Género: Terror
Director: Wes Craven
Reparto: Bill Pullman, Cathy Tyson, Zakes Mokae y Paul Winfield
Sinopsis: Un antropólogo de Harvard (Bill Pullman) es enviado a Haití para descubrir qué hay de cierto sobre un extraño polvo que aparentemente tiene el poder de resucitar a los muertos. Durante la búsqueda para encontrar esta droga sobrenatural, el escéptico científico se adentra en un desconocido mundo de ultratumba plagado de zombis andantes, ritos de sangre y maldiciones ancestrales.
Características del Blu-ray
Presentación: Slipcover + Estuche negro Disco: BD50 MPEG-4 AVC Región B Imagen: HD 1080/24p Ratio: 1.85:1 Anamórfico 16:9
Características del libreto que se incluye con el blu-ray
Textos: CineAsia
Diseño y maquetación: Álvaro Maíllo (Trazo Firme)
Páginas: 28
Contenido: - Introducción: Caminando entre zombis - La serpiente y el arco iris - Wes Craven: el terror más allá de Pesadilla en Elm Street - La “fantástica” carrera de Bill Pullman - La serpiente y el arco iris, del libro a la pantalla. En busca del veneno zombi: el viaje de Wade Davis - De Tourneur a Craven: vudú zombis y magia negra en el cine - El estreno en cines
La Nueva Pesadilla De Wes
Craven (1994, Wes Craven) Wes Craven’s New Nightmare.
Hace mucho tiempo, leí que las
pesadillas son la antesala a nuestros miedos más íntimos y que se nos muestran
cuando más vulnerables somos, en los sueños, como si de una ventana directa a
nuestro subconsciente se tratase, y éste resulta aterrador.
Si pensamos en la palabra “pesadilla” ese subconsciente puede que nos derive de
manera fugaz al recuerdo de ese personaje ataviado con un guante de cuchillas y
con el cuerpo y rostro desfigurado por las quemaduras. Ya sea para estremecerte
o para esbozarnos una malévola sonrisa nostálgica, y es que Wes Craven nos regaló un personaje
inevitablemente querido para los amantes del género de terror slasher.
Hoy, para dar punto y
final a los niños de Elm Street,
hablaremos de la última entrega; una vuelta de tuerca al mito en un ejercicio
de metacine a modo de expiación en torno al inevitable declive del personaje y
sus pesadillas.
Con Wes Craven, creador de la primera pesadilla, de nuevo a bordo y a
cargo del guion, la dirección y la producción y tras una muerte de Freddy Krueger en su sexta entrega que
pasó con más pena que gloria a pesar de los riesgos que se tomaron para
intentar lo contrario, Craven optó
por darle un giro a la historia dándonos una obra muy original (que no por ello
aceptada) que le serviría de guía para la fantástica “Scream” años más tarde. Esta forma de cine dentro de la franquicia
no sentó muy bien a los fans de Krueger
y fracasó estrepitosamente en taquilla. Pero sin más dilación, pasemos a
comentar de qué va esta nueva pesadilla de Craven.
Es inevitable haceros spoilers por lo que si aún no la habéis
visto, sabréis partes importantes de la trama.
Comenzamos la cinta en el
rodaje de una nueva entrega de “Pesadilla
en Elm Street”, así es; vemos a los figurantes, a los realizadores,
encargados de efectos especiales trabajando en un nuevo guante, incluso al
mismísimo Wes Craven que va
dirigiendo la escena cámara en mano. En escena, también a Heather Langenkamp, (Nancy
Thompson en la original de “Pesadilla
En Elm Street”) haciendo de Heather
Langenkamp, o sea, de ella misma como actriz de la nueva película, la cual
está presente en el rodaje junto a su hijo pequeño Dylan interpretado por Miko
Hughes(“Cementerio Maldito”, “Poli de Guardería”…) y su marido, Chase Porter (al que da vida David Newsom), el cual es uno de los
diseñadores de la nueva garra y jefe de efectos especiales de la nueva entrega.
Pero algo sale mal (si no
a ver qué hacemos aquí) la garra se ha atascado y emite movimientos
involuntarios haciendo incluso que Chase
sufra un corte en el dedo, aquí la garra pierde el control y, como si el
mismísimo Fred Krueger la portase,
acaba con varios trabajadores de la película y justo cuando va a matar a Chase, Heather despierta y su marido sano y salvo está junto a ella en la
cama mientras un terremoto sacude su casa.
Habiendo pasado el
temblor, Heather aún afectada por la
pesadilla ve que su marido tiene un corte en el dedo, el mismo corte que se
hizo en su sueño y que él atribuye a un corte por la rotura de un espejo de la
habitación por el temblor del terremoto.
Así nos introduce Craven en esta nueva pesadilla, con una
historia dentro de otra en la que los actores con nombres reales (los más
relevantes) protagonizan la cinta desde fuera.
Pero volvamos de nuevo
con Heather, protagonista de esta
última entrega.
Felizmente casada, (a
pesar de los terremotos, las recurrentes pesadillas y unas llamadas de un fan
que la acosa imitando a Krueger) vive
junto a su pequeña familia en una maravillosa casa a las afueras de Los Ángeles.
Tras las escenas
iniciales con la pesadilla y el terremoto, vemos a la familia desayunando y
reponiéndose del temblor. Mientras tanto su hijo se entretiene jugando con la
comida.
Uno, dos… Freddy es rico en fibra.
Tras el apacible y
artístico desayuno, Heather confiesa
a su marido que está teniendo pesadillas en las que él sale perjudicado. Chase intenta calmarla antes de
marcharse, pues se va de viaje de trabajo y tras esto se despide. Ella, sin
estar muy ilusionada por el viaje de Chase,
pues teme por la vida de su marido, se despide también de él. Cuando se marcha,
una réplica sacude nuevamente la casa, provocando las siguientes grietas en la
pared del dormitorio.
Asustada, corre para
avisar a Chase pero la detiene el
sonido de una película que le resulta familiar, pues su hijo pequeño Dylan, está viendo la primera entrega de
Elm Street donde ella es la
protagonista. Heather apaga la
televisión y Dylan grita histérico y
sólo sale de esa histeria cuando suena el teléfono. Heather descuelga y nuevamente es el acosador haciéndose pasar por Freddy Krueger. Heather sobrepasada por la situación, recibe a Julie (interpretada por Tracy
Middendorf), que es la niñera de Dylan,
pues Heather tiene que salir para una
entrevista en un programa de televisión. Heather
acude al programa donde vemos a Robert
Englund ataviado con los ropajes de Freddy
Krueger y totalmente entregado al público del programa.
“Y ahora, todos vosotros sois mis hijos…”
Freddy Krueger
Tras el programa y
después de despedirse de Robert Englund,
Heather recibe una llamada de New Line Cinema, productora de Elm Street, pues tienen algo que
proponerle. Allí la recibe Robert Shaye
productor real de la saga Elm Street
y que se interpreta a sí mismo.
Como es de suponer, la
cita es para proponer a Heather una nueva
entrega de Elm Street; Heather rehúsa la oferta, pues con un
hijo pequeño no quiere hacer películas de terror. Robert le informa de que Craven
lleva un par de meses trabajando en su nuevo guion y su marido Chase, es el encargado de diseñar la
nueva garra, sorprendida por no saber nada del asunto, Heather empieza a relacionar todo lo que le está pasando con el
nuevo guion.
Al volver a casa, Dylan nuevamente está gritando histérico
y al intentar calmarlo repite una de las frases características de la saga de Krueger“No vuelvas a dormir” y muestra a Rex su peluche, el cual dice ser el guardián que lo protege del
malvado hombre de la garra, el cual tiene las marcas de cuchillas típicas del
guante de Freddy.
Al avisar a Chase tras los últimos sucesos, éste
decide volver para estar con su familia, pero durante el viaje de vuelta se
duerme al volante y es atacado brutalmente por la garra de Krueger haciendo que se estrelle y muera, escena que Heather ve a la perfección en otra
pesadilla, pero ésta realmente se cumple, pues recibe la visita de la policía
para informarle del hecho. Para asegurarse, quiere comprobar el cuerpo de su
difunto esposo, que se encuentra en el depósito, y descubre que tiene las
marcas de las cuchillas atravesándole el pecho.
En el entierro y tras un
nuevo terremoto, podemos ver por primera vez la nueva versión de Freddy Krueger en esta cinta, un Fred mucho más diabólico y malvado que
en entregas anteriores y con un guante con cinco cuchillas en lugar de cuatro,
que intenta atraer a Dylan al
infierno a través del ataúd de su padre, siendo una nueva pesadilla de Heather que tras caer al suelo durante
el terremoto se golpea la cabeza con el ataúd de su marido quedando momentáneamente
inconsciente.
En esta escena vemos asistiendo
al funeral a Robert Englund, Wes Craven y a John Saxon (“Pesadilla En
Elm Street”, “Abierto Hasta El
Amanecer”, “Superdetective En
Hollywood 3”…) haciendo de sí mismo, el cual interpretó a Donald Thompson en la primera entrega de
Elm Street, padre de Nancy Thompson (Heather Langenkamp), entre otros representantes de anteriores
cintas.
Poco a poco Dylan se ve más afectado por esta
situación de pesadillas y ataques nocturnos en su dormitorio y Heather sigue sufriendo acoso de manos
de su admirador.
A partir de aquí (y
llevamos casi una hora de cinta) empieza por fin a ponerse interesante la
historia, pues entran en escena personajes con mucha más fuerza que los que nos
han acompañado hasta ahora; por ejemplo la escena en el parque con John Saxon, el cual aconseja a Heather para evitar que se preocupe, mientras
vemos a Dylan escalando el enorme
columpio para que dios se lo lleve.
“Dios no ha querido cogerme” – Dylan Porter
O la llamada de Heather a Englund para preguntar por el nuevo guion de Craven, del cual sólo conoce la última parte en la que Dylan quería que dios se lo llevase,
coincidiendo con la anterior escena vivida en el parque.
Tras estas escenas y tras
alguna pesadilla más con la nueva versión de Krueger y algún homenaje a anteriores entregas de Elm Street.
Heather lleva
a Dylan al hospital para que le hagan
pruebas y tras el interrogatorio de la enfermera y sospechando de un posible
atisbo de esquizofrenia, dejan ingresado a Dylan.
Heather busca
nuevamente a Englund para comentar lo
sucedido pero ha salido de la ciudad, así que decide ir a hablar con Wes Craven y saber de qué va la nueva pesadilla.
Wes
le confiesa que el guion aún no está acabado pues va escribiendo a medida que
las pesadillas aparecen en sus sueños. Aquí le confiesa de qué va hasta ahora
la nueva pesadilla, en donde una entidad muy antigua ha ido adoptando formas
muy diferentes durante los siglos con una única razón de ser, la muerte de la
inocencia. Esta entidad, puede ser retenida y capturada por un escritor
ingenioso (toma vanidad) inventando una historia lo suficientemente buena como
para que la entidad quede prisionera en el cuento como villano principal (Krueger). El problema es que cuando la historia
se agota; bien por explotación comercial, o desinterés, la entidad queda libre.
Aquí podemos ver el
culmen del guion de este genial ejercicio de metacine (que enfadó a muchos
fans), pues nos cuentan que el demonio que hasta entonces había estado atrapado
en Krueger (al igual que el genio de
la botella) y en la saga de Elm Street
por su calidad narrativa, no quiere volver a ser atrapado en otra película, por
eso decide matar uno a uno a los miembros del reparto de la cinta para evitar
que Craven lo atrape nuevamente y así
poder viajar a este mundo como un “Freddy
Krueger” mucho más diabólico, corpulento y sanguinario que nunca. Como era
de esperar, la única persona que puede detenerlo es Heather, ya que interpretó a Nancy,
el primer personaje que se enfrentó a él y por eso, la entidad la ataca en sus
puntos más débiles, su hijo.
Es innegable la
originalidad de la cinta guste o no, de hecho nos encontramos con varias
escenas que tras ser interpretadas por los actores podemos ver en distintos
planos primeros planos del guion con la escena descrita a la perfección,
rompiendo así la cuarta pared con el espectador.
Su BSO, más discreta que
en otras entregas, fue dirigida por J.
Peter Robinson autor de otras bandas sonoras como “Cocktail”, “El Mundo De
Wayne”, “Las Dos Caras De La Verdad”
o “Los Inmortales III” Os dejo el
tema principal de la cinta donde se hace un uso discreto de los sintetizadores
tan clásicos de la saga.
Y la clásica melodía que
nos avisa de que Krueger ha vuelto, y
que no podía faltar en ninguna de sus cintas.
Como digo una BSO que
acompaña a la cinta pero que pasa desapercibida salvo cuando suenan acordes
familiares para los fans.
Por desgracia y como
decíamos líneas atrás, esta enorme licencia de Wes Craven hacia su personaje, Krueger
(para eso es su creador) no sentó nada bien a los fans de la franquicia,
amantes del personaje y del clima creado en torno a él, castigándola duramente
en taquilla y en crítica, pues con ocho millones de dólares de presupuesto recaudó
algo menos de veinte millones; hay que hacer mención a la también vapuleada “Pesadilla Final, La Muerte De Freddy” la
cual tuvo el mismo presupuesto y recaudó setenta y seis millones en taquilla.
A pesar de todo, esta
cinta cuenta con escenas muy recomendables para los fans, como las ya
mencionadas con los actores reales o las interpretadas por el mismo Krueger (ente demoníaco disfrazado de Fred en realidad), que no son más que un
homenaje a sus muchas muertes durante los años, como por ejemplo cuando intenta
devorar a un aterrorizado Dylan.
O cuando acaba con la
vida de Julie mientras ésta cuida de Dylan en el hospital.
O los clásicos ataques de
la lengua libidinosa de Krueger.
Un homenaje a toda la
saga para darle (ahora sí) punto y final al villano onírico más querido del
mundo, sin contar desafortunados remakes o curiosos crossover con gente venida
de Crystal Lake.
Para ir terminando, no
puedo dejar de comentar algunas curiosidades de la cinta.
-Podríamos considerar
esta cinta como la única en la que no aparece Freddy Krueger tal cual, pues en realidad el villano y antagonista
es una entidad demoníaca que adopta su forma.
-Según los créditos finales, Freddy se interpretó a sí mismo.
-En los créditos finales también podemos leer lo siguiente.
"Algunas partes de la película fueron basadas en hechos reales. Otras pueden ser atribuidas a la imaginación hiperactiva de un niño de cinco años... Los nombres reales de los personajes han sido cambiados para proteger a los inocentes. Ciertos sucesos retratados han sido dramatizados, a excepción de aquellos individuos valientes que se interpretaron a sí mismos. Cualquier similitud con el nombre, personaje o la historia de alguna persona, viva o muerta, es completamente fortuita e involuntaria."
-Durante el funeral de Chase, marido de Heather, están presentes Tuesday
Knight, la actriz que interpretó a Kristen
en la cuarta parte.
Jsu
García, el actor que interpretó a Rod Lane en la primera parte.
Así como Robert
Englund, John Saxon, Robert Shaye y Wes Craven entre otros
-En esta última entrega
se le quiso dar a Freddy Krueger un
nuevo look mucho más terrorífico, siendo más alto y corpulento con una imagen
más acorde al ente demoníaco que era en realidad, dejando de lado su vertiente
más cómica que atesoraba en las películas anteriores. Además de su clásico
suéter, sombrero y garra de cuchillas, lleva botas militares, pantalones de
cuero y un abrigo negro.
-En esta nueva entrega, Freddy Krueger porta una nueva garra que
es en sí misma un cameo a la primera entrega, pues es la misma versión de la
garra que aparecía en los carteles promocionales de la cinta original allá por
1984.
A pesar de todo, en la
primera entrega el guante de cuchillas sólo tenía cuatro cuchillas, en ésta
tiene cinco.
-A pesar del escaso éxito
en taquilla, su innumerable merchandising fue como siempre un éxito; desde
figuras con todo lujo de detalles.
-A la nueva versión del
guante de cuchillas.
Bien queridos Ochenters,
dando por finiquitada la saga de Elm
Street con sus altibajos y brindando un cariñoso y agradecido saludo, esté
donde esté, al magnifico Wes Craven
me despido, apreciando más si cabe los intentos de este guionista y director
del terror por darle un digno “hasta otra” al personaje clave de su carrera, Freddy Krueger, el cual siempre quedará
inmortalizado en el cine y vigilándonos desde nuestras pesadillas.
Pesadilla En Elm Street 6, La
Muerte de Freddy (1991, Rachel Talalay) A Nightmare On Elm Street 6, Freddy’s
Dead.
Queridos Ochenters, hoy
me toca revisión de una de las cintas menos afortunadas y peor tratadas (desde
mi punto de vista) de uno de los indiscutibles amos más influyente del género
Slasher, el señor “Freddy Krueger”
Mi pasión por este
personaje es infinita y siento devoción por su saga. Gracias a Wes Craven (y
sus muchos traumas) el mundo tembló con un sádico asesino de niños que fue
ajusticiado por el pueblo de Springwood, concretamente por los padres de esos
niños (historia que, si os interesa, se trata de mejor forma en la mini serie,
“Las Pesadillas de Freddy”)
Pues bien, en este caso
nos centramos en la sexta pesadilla, bajo el título “La Muerte de Freddy” que a
pesar de sentenciar de tal manera a Krueger, es la penúltima de la
saga (sin contar claro “Freddy Vs Jason” ni mucho menos el simplón remake de la original de 1984 “Pesadilla en Elm Street” con un Freddy Krueger descafeinado interpretado por
Jackie Earle Haley)
Robert Englund se enfundaba por sexta vez el guante de cuchillas, pero esta vez
haciendo quizá demasiado uso de ese humor socarrón y absurdo que fue adquiriendo a medida que avanzaban las continuaciones que del propio terror que infundió en sus primeras películas que, al menos a mí, me recuerda a
la evolución que tuvo Ash Williams en la trilogía de “Evil Dead” que fue
perdiendo en terror y ganando en comedia (Aprovecho para recomendaros
encarecidamente la serie de Sam Raimi“Ash Vs Evil Dead”, un auténtico homenaje para los amantes de la trilogía)
La historia comienza, como no podía ser de otro modo, con
una pesadilla de uno de los protagonistas de la cinta
del cual no se conoce el nombre ya que sufre
de amnesia (en los créditos es llamado John Doe (Como curiosidad, John
Doe es el nombre que en América se le da a los cadáveres masculinos sin
identificar o directamente para referirse a alguien del que no se sabe o no se quiere dar su nombre; Jane Doe en el caso femenino, más o menos es la equivalencia a nuestro "Fulano y Mengano")
Tras varias pesadillas introductorias (en las que llegamos a ver a un Freddy
Krueger ataviado a lo bruja mala del oeste de “El Mago de Oz”),
éste despierta totalmente
desorientado a las afueras de Springwood. Deambulando termina en el albergue
juvenil del pueblo anexo, donde es ingresado. Allí conoce a Maggie Burroughs,
una trabajadora social del internado a cargo de adolescentes con problemas, la
cual también sufre de pesadillas.
Indagando en el recién
llegado y entre sus escasas pertenencias, descubre un recorte de periódico en
el que se habla sobre la desaparición de la mujer de Krueger, Loretta Krueger
de Springwood. Esa misma noche, el recién llegado vuelve a tener pesadillas,
pero esta vez con una niña pequeña. Al día siguiente, describe su pesadilla con esta niña a Maggie, que comprende que es la misma niña que aparece en sus sueños, por lo que deciden
volver a Springwood para investigar esta conexión onírica.
“Springwood, un bello lugar para vivir.”
John y Maggie llegan al
pueblo, y descubren que tres de los internos intentaban fugarse colándose en su furgoneta, los cuales y a petición de Maggie, deciden volver al centro, por lo que se detienen en lo que parece una feria para llamar al
internado e informar de que están allí sanos y salvos y así poder volver. El problema es que en esa feria no hay niños, de hecho esta escena es
otra de las absurdas, ya que en esta feria sólo hay adultos “divirtiéndose”
(impagable el abuelo dando vueltas en modo peonza en los coches de choque)
Aquí
debo detenerme para hacer mención a modo de curiosidad de uno de los actores
que interpreta a uno de los personajes del pueblo en la feria, que increpa a su
mujer por hablar con los adolescentes recién llegados a los que pide que se
marchen o él (Krueger) volverá, a ver si lo reconocéis.
“¡Ethel! ¡Sabes que vendrá él!”
¿Ya? Para los que no lo
hayáis reconocido (yo no lo hice) es un breve cameo de Tom Arnold (Mentiras
Arriesgadas, Nueve Meses…)
Básicamente, ésta es la
excusa que se toma el guion para situar a los personajes de nuevo en Elm Street y traer nuevas víctimas a Krueger.
No quiero contaros más de la trama por si aún queda algún incauto que no haya
visionado esta cinta.
Rachel Talalay fue la
encargada de dirigir (y finiquitar, al menos de momento) la última pesadilla de
Krueger, la cualsiempre había estado bajo la producción de la saga, y junto al
mismísimo Wes Craven, escribió el guion que luego se materializó en “La Muerte
de Freddy”.
Por aquel entonces,
Rachel Talalay intentó reflejar su pasión por la serie "Twin Peaks" y el estilo
narrativo del genio David Lynch en esta cinta, pero por desgracia no tuvo el éxito
esperado y llevó a cabo una sexta pesadilla que pasó con más pena que gloria y
que fue considerada la peor de la saga, que no por ello mala película.
¿Pero qué queréis después de tanta pesadilla?
Además y para colmo de
males, la película ha sido maltratada por el tiempo, ya que en su época se
tomaron decisiones bastante arriesgadas que hoy día muchos no conocen, como por
ejemplo su final rodado en 3D que ha desaparecido con las re-ediciones
domésticas y que hacen un sinsentido esta etapa final.
Pero antes de continuar, permitidme un regreso al
pasado para que comprendáis qué llegamos a sentir en su época los amantes de
Krueger. Retornemos a 1991, cuando se estrenó esta cinta, en un viejo cine de ciudad que hoy ya no existe. Con sólo siete añitos y acompañado de mi
hermano mayor de doce (en aquella época, la clasificación por edades no se
tenía en cuenta) y con nuestra entrada en mano, el acomodador nos hacía entrega
a cada uno de los valientes de este misterioso objeto que os dejo a continuación,
unas gafas de cartón con
celofán de dos colores, rojo y azul, que parecían haber sido diseñadas por Bebop
de las Tortugas Ninja y que no teníamos ni idea de a qué venían, pero que, tras
una breve explicación del acomodador de para qué y cuándo debíamos hacer uso de
ellas, hacían aumentar el misterio por esa película. Valiese la pena o no ese
final rodado en 3D, cierto es que hizo que todos sintiésemos una emoción extra
por ver qué nos deparaba nuestro amigo Krueger y su directora Talalay, y
recibimos la señal del uso de las misteriosas gafas como si fuésemos a tocar
directamente a Freddy.
Pues bien, el problema a
día de hoy como digo, es que todo esto se ha perdido en las ediciones
domésticas pero sigue pasando en la película; o sea, para que me entendáis, hay
escenas rodadas de forma exagerada para potenciar y hacer uso del efecto 3D de
la época pero sin el efecto en 3D que, al eliminarse, hace que algunas de estas escenas rocen
el ridículo. De hecho vemos a uno de los personajes que, tras ponerse
exactamente las mismas gafas que todos teníamos al entrar en uno de los sueños
(acción que daba la señal para que el público del cine se pusiese las suyas) este personaje mueve
su mano y sus dedos en primer plano que sin este efecto no tiene ningún sentido
porque pierde totalmente su intencionalidad. Lógico que, sin saber que un día
existió esa intención resulte de lo más ridículo que podáis ver, pues se ha
perdido la esencia de la escena pero que en su día y en esa época, nos pareció una
maravilla.
Para los que no sepáis de
qué hablo ni que existió esta escena, he encontrado trozos de la misma en
inglés con el efecto 3D. Si no habéis visto la cinta, pasad el video ya que
contiene spoilers del final.
Como comprenderéis, esto
quita mucha gracia al final de la película. También todos recordamos
otra de las escenas que a día de hoy pasa factura a la película, y es la de
Freddy Krueger jugando con un videojuego. Situándonos en 1991 y con un imparable y creciente
boom en el mundo de los videojuegos, Talalay pensó que era buena idea que
pudiésemos ver a Fred disfrutando de uno de ellos (eso sí, para torturar a uno
de los adolescentes) pero que visto a día de hoy roza el ridículo para
desgracia del onírico psicópata.
Una más y me acuesto
En esta escena, veíamos a
Spencer, uno de los adolescentes fugados del centro, dentro del videojuego
controlado por Krueger. El problema es que, además de lo cutre del videojuego,
se intercala con escenas del mundo real donde vemos a Spencer saltar de forma
cómica por la casa en la que se encuentran, con sonidos acordes a la estupidez
de la escena.
Ya de por sí, todo era bastante
ridículo consiguiendo sacarte de la película por completo, y que por desgracia,
al intercalarse con las tomas del personaje como protagonista del videojuego, no mejoraba.
Y aquí debo detenerme
nuevamente para hacer mención a otro cameo, antes de que Krueger empiece con su
videojuego, la escena ocurre así; nuestro amigo Spencer decide tumbarse en un mugriento sofá de la
casa a la que han ido a parar y fumar marihuana. Tras esto, podemos ver un
anuncio en la pequeña televisión que hay frente al sofá (rota) con el siguiente
personaje que, a modo de documental, simula los daños producidos en el cerebro por el consumo de drogas usando un huevo y una sartén (toma ya)
Un joven Johnny Depp
vuelve a la saga de Pesadilla en Elm Street (pues en la primera parte era uno
de los personajes relevantes) a modo de cameo para disfrute del personal. Lo
curioso es que por aquel entonces, el joven Depp estaba metido de lleno en el
mundo de la droga.
Talalay intentó como
decimos dar ese toque personal a la cinta rodando alguna escena muy perturbadora
que ya se repetía alguna vez en anteriores entregas, como las vueltas en bucle
a la Calle Elm cuando intentan salir de Springwood.
¿Qué dice el mapa? Pues…
O la muy desagradable escena
de la limpieza de oídos a uno de los personajes usando un enorme bastoncillo.
Qué limpito va a quedar.
Talalay también quiso dar un toque más personal al mismísimo Krueger, mostrándonos distintas etapas
de su vida, aunque algunas partes de la historia estén muy cogidas por los
pelos para que casen con el guion.
En esta evolución podemos
ver a un pequeño Frederick Charles Krueger en el colegio torturando animalitos
en clase y siendo acosado por todos sus compañeros por ser raro (y tanto…)
O a un Fred Krueger ya adolescente
que es maltratado por su padre
Y a un Freddy ya adulto y
felizmente casado con Loretta, su esposa, que tiene la desdicha de descubrir el “trabajo
especial” de su marido.
Incluso nos muestran a la
hija pequeña Kathryn Krueger.
Y aquí debo detenerme
nuevamente y retroceder a la adolescencia de Krueger para mencionar otro cameo
que tampoco reconocí en su día, y es precisamente el protagonizado por el padre
adoptivo de Freddy Krueger, un alcohólico que maltrata a un Fred adolescente a
base de correa.
“You’re poison man”
Nada más y nada menos que
el gran Alice Cooper (ahí queda eso) es el encargado de dar vida al agresivo padrastro
del ya de por sí perturbado Freddy Krueger.
Con respecto a la BSO, la
saga Elm Street vuelve a cambiar de compositor en su sexta parte, de hecho no se
repitió autor en ninguna de las anteriores entregas, pasando a formar una lista
de compositores de la talla de Angelo Badalamenti que compuso la BSO de la
tercera película, (la cual considero la mejor de toda la saga), Christopher
Young que hizo lo propio con la segunda entrega, o Charles Bernstein, autor de
la primera y amante de sintetizadores tan característicos que sentó las bases
en cuanto a la musicalización de toda la saga. Más tarde confesó que el motivo
del uso de sintetizadores, en vez de contratar a una orquesta, se debía al bajo
presupuesto con el que contaba la película.
Pues bien, para la BSO de esta
sexta parte, se escogió al australiano Brian May (que no tiene nada que ver con el grupo Queen),
Hazme una foto así como que poso.
conocido por ser el
compositor de toda la saga de "Mad Max", y que, siguiendo la misma línea de entregas
anteriores, realizó un buen trabajo incluyendo canciones de varios artistas
como Iggy Pop
o del grupo Goo Goo Dolls entre otros
Para la
instrumentalización, de nuevo se hizo uso de los sintetizadores y la música
electrónica en gran parte de sus temas para no desentonar con el resto de la
saga.
Para ir terminando, no
puedo dejar de mencionar algunas curiosidades que me he ido encontrando de esta
cinta y de la saga en general.
-Para el guion de esta
sexta película, un joven realizador neozelandés les proponía una historia que
él mismo había escrito, donde un envejecido Freddy Krueger sufría la ira de un
grupo de jóvenes que bajo los efectos de las drogas, torturaba al psicópata
cuando entraban al mundo de los sueños.
Más tarde, este mismo realizador fue el
encargado de dirigir y escribir “Braindead” una película de culto del género de
terror hoy día.
Así es, Peter Jackson estuvo interesado en escribir esta sexta
parte pero fue rechazado para Elm Street.
-Destaca la inclusión en
la BSO y en varios momentos de la cinta el poema sinfónico “Una noche En La Árida Montaña”,
de Modest Mussorgsky
-Wes Craven, creador del personaje, bautizó al psicópata con el nombre de Freddy Krueger, nombre tomado de un ex compañero de clase que lo acosaba, marcando su infancia para siempre.
-El éxito de Elm Street
dio lugar a innumerable merchandising que aún perdura a día de hoy (de peor o
mejor calidad) como camisetas, figuras, vdeojuegos…
Incluso las distintas
versiones del famoso guante de cuchillas que hemos ido conociendo en cada una
de las películas que conforman la saga han tenido sus respectivas réplicas, y
del que me siento afortunado de poder decir que poseo una de ellas,
confeccionada en tela y metal, en concreto el guante de la primera entrega con
la firma del mismísimo Robert Englund.
En definitiva, podemos
decir que con esta entrega tuvimos un cierre más o menos digno de la ya de por
sí explotada franquicia, en la que se tomaron algunos riesgos que han
envejecido terriblemente mal con el paso del tiempo y con las ediciones para el
uso doméstico que dejan mucho que desear.
Este sádico psicópata
llamado Frederick Charles Krueger, es a día de hoy y lo seguirá siendo, uno de los máximos exponentes del género Slasher gracias al magnífico Robert
Englund y a su creador Wes Craven.
Me despido hasta el
próximo artículo esperando que os haya gustado y que no sigáis teniendo pesadillas con este gran personaje que traumatizó a infinidad de niños... Pero por si acaso, nos vemos en vuestras pesadillas.