Charles Driggs (Jeff Daniels), un anodino hombre de
negocios, verá tambalear los cimientos sobre los que se asentaba su rutinaria
existencia al conocer de forma tan casual como inusual a la explosiva y salvaje
Lulu (Melanie Griffith). A partir de ese momento emprenderán un caótico viaje repleto
de locuras.
Curioso crisol de géneros nos presenta un Jonathan Demme
que en 1991 firmó esa obra maestra llamada El silencio de los corderos. Así, lo
que comienza como una “screwball comedy” mezclada con una “road movie” plagada
de situaciones disparatadas (con cánticos de Wil Thing de The Troggs en plena
ruta incluídos) evoluciona hacia un thriller con tintes dramáticos - el punto
de inflexión llega con la aparición de Ray Liotta como Ray, el celoso marido de
Lulu – que puede recordar a Atracción Fatal (1987, Adrian Lyne) por el
comportamiento obsesivo, violento y psicótico del susodicho Ray.
Este es, sin duda, un papel muy recordado de una Melanie
Griffith que nos ofrece multitud de registros que oscilan entre lo cómico y lo
dramático (y es que la cantidad de situaciones por la que pasa es de órdago) y
destila un físico espectacular. En cuanto al resto, el histrionismo inmanente a
Ray Liotta le viene como anillo al dedo para interpretar a este personaje y
Jeff Daniels lo borda como chupatintas apocado.
La recomiendo por lo interesante e inclasificable de su
propuesta.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
TRAILER
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