Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

Tron (1982, Steven Lisberger) Tron


Tron es más que una película. Tras su estreno, ochenters, nos dimos cuenta de que estábamos en los albores de un nuevo tiempo: el de las computadoras y los videojuegos. Por ello, esta joya del séptimo arte, parcialmente incomprendida en su momento, ocupa hoy un puesto de honor en el cine de ficción futurista de todos los tiempos. Innovadora, impactante y con un argumento rompedor, fue la primera película en la que se usaron efectos protodigitales para sus alucinantes escenas de acción. Fue escrita y dirigida para Disney por Steven Lisberger (no confundir con Steven Spielberg, se llama casi igual), y protagonizada por unos jovencísimos Jeff Bridges, Bruce Boxleitner y Cindy Morgan.



 EL ARGUMENTO Y LOS PERSONAJES
La acción se desarrolla en dos planos, en dos mundos: el físico y el informático, y el paso de uno al otro es uno de los momentos más memorables que nos ha dejado el cine de todos los tiempos. Kevin Flynn (Jeff Bidges) es un joven y talentoso informático al que el jefe de la empresa ENCOM, el pérfido Dilinger, ha despedido después de robar su idea (el exitoso videojuego “Paranoides espaciales”), lo que le obliga a sobrevivir regentando un local de recreativos. Con ayuda de sus amigos Alan y Lora (Bruce Boxleitner y Cindy Morgan), que todavía trabajan en la empresa, planea colarse en el complejo y acceder al sistema informático para obtener pruebas, pero es descubierto por el control central de programas que, mediante un láser de alta potencia, le captura y le integra en la rejilla de programas. A partir de ahí, la acción se desarrolla dentro de la red digital donde los alter ego de Alan y Lora, Tron y Yori ayudarán a Flynn a escapar con las pruebas que necesita al tiempo que destruyen al malvado control central, que planea la dominación del mundo ayudado por su lugarteniente Shark (alter ego del malvado Dilinger y que es interpretado por un villano clásico, David Warner, que venía de ser nada menos que “Jack el destripador” en la también futurista “Los pasajeros del tiempo” (Time after time, 1979).



 LOS ROMPEDORES EFECTOS ESPECIALES
Primitivos y toscos a ojos de hoy, los efectos especiales de Tron, diseñados por el artista conceptual Syd Mead (Blade Runner, Aliens) y el dibujante de comics Moebius, fueron toda una novedad, muy impactantes y verosímiles para la época. Como ya hemos mencionado, era la primera vez que se usaba el soporte informático para la creación cinematográfica, de hecho Disney tuvo que adquirir dos gigantescos superordenadores únicos en su momento llamados Super Foonly F-1y PDP-10, aunque solo se usaron en parte del metraje. Para el resto se utilizó una técnica ya conocida, la animación con luz de fondo, que consiste en rodar las escenas en blanco y negro, y luego colorearlas por capas mediante técnicas manuales, fotográficas y rotoscópicas, que consiguieron dar a los trajes y escenarios su brillante colorido y, junto con la extraña música de Wendy Carlos, dotar a la película su aspecto futurista y tecnológico.


 LOS JUEGOS Y LA CARRERA DE MOTOS
Mención aparte merecen las pruebas a las que se tiene que enfrentar Flynn en el mundo digital. Cuando es capturado, el control central le destina a los juegos, una práctica sentencia de muerte de la que se consigue librar cuando su moto atraviesa la pared virtual. Sin duda la carrera de motos es la secuencia más lograda y famosa de la película, porque tanto la hipérbola como el duelo de discos son variantes de del Frisby y la cesta punta, pero la carrera de motos, con ese diseño ovalado, esas líneas rectas, con vertiginosos giros de noventa grados, constituyen un antes y un después en la narrativa del cine de acción y han tenido gran influencia posterior.
Además, la película cuenta con otras aportaciones interesantes como los tanques, los centinelas, esas terroríficas máquinas voladoras con forma de frontis griego, el velero solar, o el original bit con forma de estrella, que ayuda a Flynn en su huida y que solo sabe responder si o no, uno o cero.



CONCLUSION
Tron es un ejemplo de película adelantada a su tiempo, tanto por su temática como por sus efectos especiales (el digital estaba en pañales y a los ojos de hoy las escenas parecen de dibujos animados), además se la criticó por la sencillez de su argumento y las interpretaciones faltas de profundidad. Sin embargo, vista como una película de aventuras, no es distinta en estos aspectos de los éxitos del momento, que tampoco se caracterizaban por complejos argumentos ni profundas interpretaciones.
El clásico de 1982 contó con una reciente secuela, Tron Legacy de 2010, en la que participaron tanto Bridges como Boxleitner, rodada en moderno digital, con un espectacular 3D y una potente banda sonora a cargo del grupo Daft Punk. Esta nueva película, si bien no fue del todo bien acogida como le ocurriera en los ochenta a su predecesora, retoma la temática con solvencia (introduciendo en el argumento la relación padre hijo), y contiene momentos espectaculares, como las batallas aéreas o el llamativo Quad de luz que se añade a las motos. Además cuenta en el reparto con una de las nuevas musas del cine fantástico, la bella Olivia Wilde, que interpreta al programa rebelde Quorra.
Tron es hoy toda una franquicia Disney con merchandising, videojuegos o spin off televisivos como Tron:la resistencia, y la película de 1982 está considerada como una de las joyas del cine futurista con una innegable influencia en dibujos animados, Código Lyoko por ejemplo, series o películas. Y además nos ha dejado para la historia del séptimo arte la frase “end of line”, que aquí se tradujo como “fin de transmisión”.

Por Víctor Sánchez González













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