Un idílico verano va a convertirse en la peor de las pesadillas para otro grupo de despreocupados jóvenes de vacaciones. Ignorando el legado de sangre del campamento de Crystal Lake, uno por uno van siendo víctimas del maníaco Jason, quien los acecha en cada momento. (http://www.filmaffinity.com/es/film544125.html)
Originalmente, Viernes trece, parte III, iba a desarrollarse en el interior de un hospital psiquiátrico. Allí , Ginni (Amy Steel) trataría de recuperarse psicológicamente del trauma adquirido a consecuencia de los sucesos acaecidos en la segunda parte de la saga, y nuestro amigo Jason atacaría a todo bicho viviente en el interior del edificio. La cuestión es que Steel rechazó el papel por estar involucrada en otros proyectos y la trama fue cambiada porque recordaba demasiado a Halloween II (1981, Rick Rosenthal).
En esta ocasión el guión recae en Martin Kritoser y Carol Watson, mientras Steve Miner dirige por segunda y última vez. La película fue estrenada en 3D mediante el sistema anaglifo, lo que aumentaba la espectacularidad de unas muertes dirigidas a jóvenes ávidos de sangre. Manfredini vuelve a repetir como compositor, pero , en esta ocasión, sin desdeñar su ya clásica y atmosférica música y el mítico tema principal, introduce una nueva composición de música disco a base de sintetizadores que a la postre será uno de los más representativos de la saga. El actor que interpreta a Jason es Richar Brooker.
Viernes 13, tercera parte comienza donde terminó la segunda. Con un Jason que ha escapado de la muerte y pulula por los alrededores. Obviamente, y sin ton ni son, no tardará en matar a cualquiera que se cruce con su camino. A diferencia de las dos entregas anteriores , la acción no se sitúa en el campamento de Crystal Lake, sino en una granja llamada Higgins Haven. Allí aparecen un grupo de jóvenes que no tardarán en morir de las más variadas formas: horca, machete, hacha, arpón, electrocución, cuchillo, aplastamiento de cabeza ... Muchas de estas muertes tuvieron que ser editadas para evitar la calificación X. Una de las mayores novedades es que es la primera vez que Jason cubre su rostro con la distintiva máscara de hockey que le convertiría en todo un icono del terror moderno. A partir de esta película, Jason aparecerá siempre ataviado con ella.
Aunque la dirección de Miner es buena y logra crear momentos de verdadera tensión, aparte de que Jason hará las delicias de un público encomendado a su causa, es imposible sorprenderse con la trama. Y es que a estas alturas ya sabemos que asistiremos a una escabechina cuyo mayor interés reside en ver muertes a cada cual más rebuscada. En esta ocasión hay menos escenas de sexo y destape que en entregas anteriores ,dando primacía a la violencia desatada. La visión subjetiva , tan característica del inicio de la saga, es prácticamente eliminada. Al final de la película se recurre a un efecto sorpresa calcado al de la primera, resultando este guiño innecesario por lo manido de su propuesta.
En principio, esta tercera parte iba a ser el final de la trilogía, así parece dar a entender su final, con Jason yaciendo inmóvil tras recibir un hachazo en la cabeza, pero supongo que el enorme éxito en la taquilla (36 millones con un presupuesto de 4, sólo en Estados Unidos) no contuvo a los productores para seguir engordando su cuenta corriente gracias al, ahora sí, asesino de la máscara de hockey.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA
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