Cuando tú y yo peleamos tu mirada era la de un tigre, una auténtica fiera.
Después del bestial éxito de la segunda parte de la saga (más de 200 millones de beneficios con un presupuesto de 7) Stallone repitió rol como guionista y director acompañado de todo el elenco original : Carl Weathers (Apollo Creed), Burgess Meredith (Mickey), Talia Shire (Adrian), Burt Young (Paulie) y Tony Burton (Duke). De nuevo es Bill Conti el compositor musical, aunque esta vez el archiconocido tema principal de las anteriores entregas es eclipsado por el super éxito de Survivor y su Eye of The Tiger; canción compuesta específicamente para la película por petición expresa de Stallone tras la negativa de Queen para permitirle utilizar Another One Bites the Dust. Y la verdad es que , a parte de ser una de las canciones más motivadoras que existen, no puede haber composición más acorde con el espíritu de la película resultando casi imposible escucharla sin que nuestro cerebro se inunde con las imágenes cinematográficas.
También nos encontramos con un cambio de productora. En 1980, tras el estrepitoso fracaso comercial de United Artist (propietaria de los derechos de Rocky) con la tan maldita como de culto La puerta del cielo de Michael Cimino (recaudó 4 millones con un prepuesto de 44), MGM compró United Artist y formó MGM/UA.
La historia nos sitúa con Rocky en la cima de su carrera. Después de ganar en la revancha a Apollo Creed defiende con facilidad su título durante diez veces consecutivas y su fama , fortuna y popularidad no hacen más que aumentar. Pero en la sombra se cierne una bestia llamada Clubber Lang (Mr T) que aniquila a sus enemigos despiadadamente y clama su oportunidad de enfrentarse al campeón. Esta oportunidad la aprovecha tras forzar a Rocky a pelear al herirle en su orgullo en el momento en que este anunciaba oficialmente su retiro. Pese a la reticencia de Mickey, quien en un emotivo diálogo le confiesa que después de ganar el título le elegía a los contrincantes para que no fuesen demasiado peligrosos, Rocky acepta y, debido a su excesiva confianza y descuido durante su entrenamiento, es destrozado en dos asaltos por Lang mientras que Mickey sufre un infarto que acaba con su vida.
La novedad más importante que nos presenta esta película , no ya en comparación con sus predecesoras, sino de toda la saga , es que es la primera vez que Rocky se hunde psicológicamente hasta el punto de no querer volver a pelear por miedo. Si en Rocky y en Rocky II, Balboa era un humilde y, en realidad mediocre, peleador que a base de puro esfuerzo y voluntad lograba coronarse campeón , en Rocky III vemos a un Balboa acomodado , un boxeador que , como le espeta Mickey, se ha civilizado, y que no sólo va a ser destruído físicamente tras ser noqueado brutalmente por Lang, sino mentalmente; por este ko y por la muerte de su querido entrenador.
Este hecho es algo muy habitual peleadores. No me voy a extender en este punto, pero hay cientos de ejemplos. Como seguidor de las Artes Marciales Mixtas el primero que me viene a la cabeza es Mirko Crocop y el KO que sufrió de la mano (más bien pie) de Gabriel Gonzaga. Después de esto este luchador jamás se recuperó mentalmente y a partir de entonces se convirtió en una sombra temerosa de lo que fue en su día; tenía miedo a pelear.
En Rocky III esto queda retratado a la perfección cuando en los entrenamientos con Apollo Creed ve pasar por su cabeza las imágenes de su derrota con Clubber Lang lo que le impide concentrarse en su entrenamiento y, más aún, sufre pesadillas de su derrota ... En esto es sumamente esclarecedor el diálogo que Balboa mantiene con Adrian en la playa:
- ¡Tengo miedo! ¿Esta claro? ¿Quieres oírmelo decir? ¿Quieres humillarme? ¡Tengo miedo!
Por otro lado, con todas sus virtudes y defectos, Rocky III emana esencia ochentera y nos ofrece algunos desvaríos que harán las delicias de los más frikis y que convierten a Rocky III en un producto, como no, de de época. Así tenemos la subtrama de los celos de poli que en un ataque de furia, borrachera mediante, destroza una máquina de pinball en un salón de recreativos porque tiene la imagen de Rocky. Otros momentazos son el combate benéfico contra Hulk Hogan ( ¡el supermacho contra el super monigote!) o el circo en el que Rocky convierte su entrenamiento contra Clubber Lang con orquesta incluida , abierto al público y venta de merchandising ... ¡Terrible! Yo creo que estos dislates restan fuerza al conjunto, pero como he dicho es un producto de su época, además que Sly ya nos tiene acostumbrados (¿recordáis el robot de la cuarta parte?)
Pero lo que hace que Rocky III sea una de las favoritas de los seguidores de la saga es la cantidad de momentos inolvidables: el temazo Eye of The Tiger de Survivor acompañando al entrenamiento de Rocky, la amistad que se forja entre Rocky y Apollo (ahora entrenador), la desoladora muerte de Mickey, la escena de un Balboa destrozado lanzando su casco de moto contra su estatua , el renacer de las cenizas de Rocky con redención y venganza ataviado con los calzones de su ahora amigo Apollo y ... La mirada del tigre, amigos ... La mirada del tigre...
Otro puntazo es la presencia de un malo malísimo encarnado en Clubber Lang (Mr T). Uno de esos villanos que tanto nos gustaban en los ochenta y que a parte de un físico demoledor, macarra y agresivo (ese pedazo de cresta) escupían frases lapidarias del estilo:
Reportero: ¿Y cuál es tu pronóstico respecto al combate?
Clubber Lang: ¿Pronóstico?
Reportero: Sí, pronóstico
Clubber Lang: DOLOR
Vamos a terminar esta reseña con dos anécdotas. La primera es sobre el físico de Sylvester Stallone. Para esta película llegó a estar tan definido que bajó su porcentaje de grasa del 2,8 %, algo demencial que logró a través de un entrenamiento espartano y de una dieta muy estrícta a base de gran cantidad de proteína y regada por 25 cafés solos diarios (pa haberse matao).
La segunda versa sobre la estatua de bronce de Rocky. Resulta que se crearon tres estatuas por A. Thomas Schomberg, una de ellas fue situada en las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia para la película, causando esto gran revuelo entre la Comisión de Arte de la ciudad por no considerarla "arte", sino simplemente publicidad de la película. Se terminó trasladando para finalmente regresar a las escaleras del museo en 2006. Otra de las estatuas se vende en Ebay, los interesados sólo tendréis que soltar un milloncete de dólares.
En taquilla Rocky III resultó otro éxito espectacular. Esta vez se recaudaron 217 millones de dólares con un presupuesto de 17. La saga no podía quedar aquí y claro está se rodó una cuarta parte que más que una película de boxeo es de política ... Pero esa, esa es otra historia ...
GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA
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