Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.
Mostrando entradas con la etiqueta action. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta action. Mostrar todas las entradas

Bad Boys (1995/Michael Bay) Dos policías rebeldes


  1. Bad, boys, bad boys, whatcha you gonna do, whatcha you gonna do when they come for you... Estas sencillas estrofas, son aquellas que identifican una de las mejores películas de acción de los noventa, ópera prima de Michael Bay y que hoy vamos a desglosar en el blog, aprovechando el estreno de la tercera entrega de la franquicia protagonizada por Will Smith y Martin Lawrence

Argumento:
Mike Lawry y Marcus Burnett ( Smith y Lawrence), son dos policías de Miami que se ven envueltos  en una investigación de un robo en su comisaría de un alijo de droga ,que conlleva además el asesinato de una buena amiga de Mike...Lo que implica que el asunto YA es personal


Acción made in Bruckheimer and Simpson:

En los ochenta y  noventa, si ibas al cine y veías que una producción tenía el sello Bruckheimer y Simpson sabías que te ibas a divertir, que te iba a molar lo que ibas a ver, porque verías acción por un tubo, con tiros y explosiones a mansalva y esta película es una muy buena maestra de lo que estos dos podían hacer con una de sus producciones.
Lo primero que te llama la atención es un score pegadizo, que con el paso de los años ha ido ganando poso y sabor como el buen vino. La partitura de Mark Mancina es una joya que ha quedado marcada como la "Bad Boy señal", una marca de fábrica para dos policías que veinticinco años después siguen dando guerra. Aunque la mayoría identifiquen Bad Boys con Inner Circle, para otros/as vemos a Mancina cada vez que buscamos la película en nuestras mentes.

De hecho es lo primero que oyes en la película, en los créditos iniciales con el logo de Columbia para después dirigirnos a un cielo de tonos rojizos y un Porsche circulando a toda mecha por las carreteras de Miami, donde ojo, el primer nombre que aparece, como estrella del reparto es Martin Lawrence y no Will Smith, lejos por aquel entonces del status actual de estrella que posee.
En el interior del coche, ya vemos cuáles van a ser los roles de los policías en la película, uno más serio y otro más cachondo, el casado y el soltero, el humilde y el ricachón. Unos buddies cops en toda regla .
Esta escena hubo de rodarse tiempo después de la finalización del rodaje y no en Miami, si no en LA, puesto que los productores deseaban una intro más cómica, que la planeada en el original, que era la escena del robo.
Para los roles de Lawry y Burnett, el casting final difiere mucho del deseado en un principio, puesto que para el primero, la primera opción era Arsenio Hall, quien fue eliminado de la ecuación tras ver Michael Bay , la serie El Príncipe de Bel-Air y decidirse por Will Smith. Aunque quien realmente estuvo a un paso de ser Lawry, fue Wesley Snipes, que era el preferido de los productores. Para Burnett, la elección era también de campanillas, Eddie Murphy, pero como vemos al final imperó el deseo de Bay y el casting quedó como lo conocemos.
Tras la introducción inicial, el señor Bay, nos mueve con soltura y rapidez ( algo clásico en él) y nos lleva al robo de la droga, donde vemos al villano de la película, Fouchet/ Tcheky Karyo, visto en Crying Freeman o El nombre de la Rosa (la serie) y que se marca un papel de villano cabronazo made in Bay.
Esta escena del robo, si nos fijamos con detenimiento, la veremos con matices un año después en La Roca, otro peliculón de Bay.
Con el descubrimiento del robo, el director nos traslada a una escena familiar en casa de los Barnett, donde veremos detalles que definirán la relación de los dos policías, así como de la vida de Marcus, es decir un hombre casado con problemas para mantener relaciones sexuales con su mujer y una prole que da bastante guerra ( vamos la vida de casado y que hace que en cierto modo, los casados nos identifiquemos rápidamente con el personaje de Lawrence) y de paso observaremos como la relación de estos dos policías es más de hermanos que de compañeros (los críos llaman tío Mike a Lawry).
A partir de aquí y en cuanto se inicia la investigación, todo lo que veremos es secuencias de acción, que se convertirán en seña de identidad de lo que se convertiría el cine de un debutante Bay. Pero antes presentemos a un secundario de lujo, hilo conductor y nexo de unión y esencial en la trilogía .Presentamos a Joe Pantoliano, el capitán Howard, el Cypher de Matrix, un secundario de lujo, que aporta el toque de humor y de jefe estresado y con ganas de marcha, que funciona de perlas como contrapunto del binomio de policías.
Casi todas las escenas de acción y muchos de los diálogos fueron improvisados por el dúo de actores y animados por el propio director, lo que favoreció no sólo el buen rollo entre ellos en el rodaje, si no la amistad que ha perdurado durante veinticinco años entre los dos.
Si seguimos el orden de las secuencias de acción, la primera sin embargo tiene de protagonista a Tea Leoni, huyendo de la escena del crimen del cuál ha sido testigo y acabando con un espectacular salto en la piscina del hotel, una escena que a pesar del pánico de la actriz a las alturas pudo realizarse a la primera sin ningún problema, aunque la pobre se llevó un buen culatazo de uno de los dobles de Martin Lawrence en el tiroteo de la recepción de la casa de Lawry,
Para la escena en la que Lawry  sale descamisado detrás de los que les han tiroteado, dicha escena debía hacerse con un Lawry a pecho descubierto, aunque al príncipe le pareció que quedaría mejor ir con la camisa abierta y acabar con los dos con cara de reventados en uno de los planos, con la cámara enfocándolos de abajo hacia arriba que se convirtió junto a la BSO, en la marca Bad Boy en las tres películas rodadas hasta la fecha.
Sin embargo la escena que ha quedado como marca de la casa es la escena final . Una escena final pagada por Michael Bay ya que el presupuesto ya se había sobrepasado y quería darle a la película un fin de fiesta lo más espectacular posible, puesto que sí, había metido humor, acción comedida para todos los gustos ( ojo a la escena de la autovía, con una persecución que hizo las delicias de las Wachowsky a la hora de realizar aquella prodigiosa escena de Matrix ), pero Bay quería dejar su verdadero sello, sin el freno de mano hechado y decidió que lo mejor era `poner dinero de su propio bolsillo y así lanzarse con desenfreno a un final épico.

Un final con más fatalities que el Mortal Kombat, como el delincuente que sale despedido del avión al disparar Marcus al grito de has olvidado tu tarjeta de embarque. O qué decir todo el tiroteo del hangar con delincuentes agujereados, quemados  y electrocutados por doquier...todo in crescendo, porque para el final nos dejaron esa explosión del hangar mientras el Porsche de Lawry sale disparado con el trío protagonista en busca del Shelby de Fouchet. Por cierto ambos coches donados por Bay.
Esta secuencia nos lleva al límite puesto que la única vía de escape es un pequeño hueco entre dos muros de contención, por donde sólo pasa un coche y es el turco el que lleva ventaja y el que conduce es Miss Daisy Lawrence, de ahí que no sepamos que atenernos, hasta que evidentemente quienes pasan, haciendo que se estrelle el Shelby de Karyo, es el coche de nuestros protagonistas.
En el culmen de la película, que es esta secuencia, lo que vemos es a un Lawry dividido entre sus ansias de venganza ( recordemos que fue Fouchet quien mató a su amiga Max) o su deber como policía y entregarlo a la justicia...lógicamente cuando te sacan un revolver con el fin de matarte, usas tu pistola como defensa y te cargas al villano de turno con una frase lapidaria acompañando el toque de la muerte , aunque esta vez es un diálogo cargado de humor, ya que Marcus  le cuestiona a Lawry sobre si le ha dicho alguna vez que le quiere, a lo cual el otro le responde que por supuesto , sobre todo cuando hay un tiroteo y se pone sensible, pero es porque me alegro de vivir le replica Burnett.
Apuntes finales:

  • Al principio, la película pertenecía a Disney e iba a titularse Bulletproof Hearts, basándose en  el episodio del   Saturday Night Live , protagonizado por Dana Carvey y Jon Lovitz . Los dos iban a ser los protagonistas, pero horrorizados ante la violencia que iba a presentar Simpson en la película, rehusaron y los derechos pasaron a Columbia.
  • Miami y LA sólo la escena inicial en este caso, fueron las localizaciones de la película, De hecho Miami enamoró tanto a Bay que la secuela y Pain and Gain serían rodadas en la ciudad, amén de adquirir numerosas propiedades en la ciudad y poder pasar largas temporadas allí.
  • El título original de la película, fue basado en los míticos Detroit Pistons de los 80, conocidos como los Bad Boys de la NBA
  • Mancina ganó el BMI and film music Award por su partitura
NOTA OCHENTER: Es la primera película de Bay y eso ya la convierte en una joya imprescindible en vuestra videoteca 8.5/10


El Furor del Dragón (1972/ Bruce Lee) The Way of the Dragon/ Meng long guo jiang

Bienvenidos al debut como director de Bruce Lee, una joya de las artes marciales que permanece imborrable en la retina de muchos/as de aquellos/as que la hemos visionado bastantes veces. Una joya marcada indescriptiblemente por la mejor escena marcial jamás rodada hasta la fecha.
Bienvenidos a : El Furor del Dragón

La presentación:
Como he mencionado anteriormente, esta película fue el debut como director de Bruce Lee, doblando o triplicando sus labores, ya que ejercía tanto de director, como de guionista y actor y en parte productor tras su reciente firma de cooperación con Raymond Chow, que fuese el magnate del cine oriental de aquella época.
Es la primera película oriental rodada en occidente, con los problemas que ello suponía, ya que el rodaje tuvo que hacerse de manera express, al carecer el equipo de visados o permisos de trabajo, con lo que a lo sumo el rodaje debía de hacerse en tres semanas...se hizo en dos gracias al ritmo frenético de trabajo y según algunos obsesivo de Bruce, en su afán de tenerlo todo bajo control.
El desarrollo:
Para que nos hagamos una idea de lo frenético que fue el desarrollo de la película, una anécdota. Todo el rodaje se hizo sin sonido, es decir, todas las líneas de diálogo de los actores, fueron realizadas en post producción, incluso, el doblaje al inglés, tuvo un solo actor en esas labores, el propio Bruce Lee.
Desde el inicio queda claro quien lleva la voz cantante en la película, si bien hemos de decir, que la primera escena marcial de nuestro protagonista, no acontece hasta pasados los primeros treinta minutos de la trama, una trama bien sencilla, en la que Bruce interpreta a un joven que acude a Roma, con el fin de prestar ayuda a unos compatriotas, a quienes unos sicarios les tienen extorsionados, con el fin de que cedan a vender un pequeño restaurante.
Para que como hemos dicho todo fluyese con rapidez, Bruce, se rodeó de actores y actriz, a quienes conocía de toda la vida y que sabían de su manera de trabajar, por ello no es de extrañar que casi todo el casting de Furia Oriental, repitiese en esta película, incluso Bob Wall e incluyendo a Chuck Norris (entrenaban juntos) y el luchador coreano, aunque aquí su papel sea el de un luchador japonés Ing Sik-Whang
El puño del Dragón:
Como he mencionado anteriormente, las primeras escenas marciales de Bruce Lee, no discurren hasta pasados los primeros treinta minutos de la película.
Pero la espera como siempre, merece la pena y más si cabe teniendo en pantalla al Pequeño Dragón. En esta primera escena, nos trasladamos al patio trasero del restaurante, donde discurre la primera contienda contra los mafiosos italianos, un duelo entre el golpe de cadera del genio oriental y el boxeo italiano...consecuencia...espectáculo puro con un Bruce pletórico dando rienda suelta sus patadas laterales, sus mejores puñetazos y su potencia de lucha

La cola del Dragón


Tras su primer combate contra la mafia, es lógico pensar en las represalias, que las hubo, las hubo y esta vez volvemos otra vez al patio trasero del restaurante, donde aquí no sólo pudimos ver a Bruce sacando a relucir todo su potencial marcial, sino que asistimos a una clase magistral del uso de los nunchakus. Una técnica prodigiosa, un ritmo frenético y un modo hipnótico de usarlos contra los esbirros de la mafia, que nos deja pegados a la pantalla y a nuestro asiento, atrapados por la belleza de lo que estamos viendo, una clase magistral.
Pero no queda aquí la cosa, si no que asistimos al uso por parte de Lee de unos dardos de madera, hechos por él y que los usa de manera certera para desarmar a los mafiosos que quedan en el restaurante ,consiguiendo expulsarlos del restaurante, incluyendo a su autoritario jefe Jonn T. Benn, quien fue reclutado..."porque pasaba por allí y daba el pego" y el pego lo daba con esa barba y esa manera chulesca de fumar puros.
El Furor del Dragón
Este bloque viene marcado por tres escenas que van aumentando la acción e intensidad hasta el combate final.
La primera acontece en las oficinas de la Mafia. Aquí Bruce ya no acude sólo, si no con sus compañeros y vuelve a mostrarnos el uso de los dardos y su estilo espectacular de lucha. Una escena hecha con mimo, en la que por primera vez atisbamos las dotes marciales de sus compañeros, sin abandonar esos planos cuidadosamente rodados en la ejecución de las coreografías por parte de Lee.
La segunda acontece cuando Colt ( Norris), Bob (Wall) y el luchador japonés ( Ing-Sik), acuden para solucionar los problemas de la Mafia.
Los dos segundos se baten en duelo contra Lee, un duelo donde yo me quedo con la paliza que Wall recibe de Lee ( cabe recordar que ambos eran amigos íntimos, ya que Bob había sido uno de los primeros alumnos de Bruce) a pesar de la amistad la mayoría de los golpes que vemos en la coreografía son reales, incluso la patada en las partes nobles, según contaría en años posteriores el propio Bob.
Y llegamos por fin a la que es considerada por muchos/as, de hecho yo me incluyo, como la mejor coreografía marcial jamás rodada .
Dos super estrellas marciales Chuck Norris el campeón del mundo de Karate , contra Bruce Lee el rey del Kung-Fu.
Norris había sido contratado por el propio Lee, ante la incredulidad de aquel que le espetó: ¿Quieres ganar al campeón de Kárate? a lo que Lee le respondió: No, lo que quiero es matar al campeón de Kárate.
Para que el combate fuese, digamos más memorable, Lee hizo engordar a Norris unos cuantos kilos, con el fin de que pareciese más grande y más imponente. Fue tal la obsesión de Lee con que la escena saliese perfecta, que estuvo cerca de cuarenta y cinco horas para que saliese a su gusto.
La complicidad entre ambos actores era absoluta y todo fue hecho de la manera más real posible ( sí el mato de pelo que en determinado momento Bruce arranca del pecho de Norris, es absolutamente real). Ver dos estilos tan opuestos en pantalla, es un espectáculo de obligada visión y más si vemos el principio, cuando el arrollador inicio de Norris hace tambalear al propio Lee, aunque luego ya veremos quien es el boss de la arena del Coliseum, un lugar donde por cierto carecían de permiso para rodar y donde las pocas escenas que realmente se rodaron allí, hubieron de ser rodadas a escondidas (desconocemos si el felino que se mantiene como único espectador estaba en el Coliseum o era parte del atrezzo, pero el pequeño gatito se convierte en un personaje más del combate).
Para el recuerdo nos quedan los momentos finales, con un Bruce desatado, encadenando una serie de golpes, que dejan cojo y manco al propio Norris, cerrando la escena con el fatídico y épico final tras unos intensos diez minutos de combate, que hoy, 47 años después  siguen imborrables en las retinas de muchos/as de nosotros/as.

Amanecer rojo (Red dawn, John Milius, 1984)


Ochenters, tras el comentario de todo un clásico del cine de aventuras, El viento y el león (1975), con el que iniciamos la serie dedicada al maestro John Milius, seguimos con su clásico ochenter Amanecer Rojo, de 1984.
Un film muy propio del ambiente prebélico de la paranoia de la Guerra Fría, y para el que contó con la nueva hornada de jóvenes actores que triunfarían a lo largo de la década, como Charlie Sheen, Lea Thompson, C. Thomas Howell o la pareja de “Dinty Dancing”, Jennifer Grey y Patrick Swayze, acompañados de solventes veteranos como Harry Dean Stanton (Alien), Powers Boothe (La selva esmeralda), el veterano del western Ben Johnson, o el villano Falconetti de Hombre rico, hombre pobre, William Smith.

ARGUMENTO Y AMBIENTACIÓN

         La cinta coincide con una ola de películas de temática relacionada con la Guerra Fría, la dinámica de bloques y enfrentamiento con la URSS, muy propia del momento histórico, y auspiciada por la retórica belicista de la administración Reagan, que da como fruto un cine de acción proclive a sus tesis, con títulos como Invasión USA con Chuck Norris o Rambo III con Stallone.
         En este ambiente, un reconocido republicano como John Milius, encuentra el perfecto caldo de cultivo para Amanecer Rojo, que, casi inmediatamente, recibió un aluvión de críticas del Hollywood liberal cercano al partido demócrata, por su maniqueísmo, y su tono propagandístico, casi panfletario.
         La película, hay que reconocerlo, parte de un planteamiento delirante e inverosímil  incluso para la época: un formidable ejército ruso-cubano que invade y ocupa Estados Unidos por sorpresa y con pasmosa facilidad, ante la pasividad de Europa y el resto del mundo.
         Sorprendidos por la invasión de paracaidistas enemigos en pleno invierno, un grupo de jóvenes de un pueblo de Colorado, escapan a la montaña y se organizan como una eficaz resistencia que consigue poner en jaque a los invasores comunistas, retratados siempre como seres abyectos y sin alma.
         A partir de ahí, Milius nos ofrece un film de aventuras bélicas con tintes adolescentes, a ratos espectacular, con intensidad y ritmo, algo plano en argumento y personajes, y con manifiesta carga ideológica.

LOS “WOLVERINES”
         Son los jóvenes protagonistas, convertidos en comando, que adoptan ese sobrenombre para su equipo. Lo componen Jed Eckert, un jovencísimo Patrick Swayze que, sin embargo, es el veterano y líder del grupo, su hermano Matt (un Charlie Sheen casi infantil), junto a sus amigos Robert Morris (C. Thomas Howell), Danny Bates (Brad Savage), Daryl Bates (Darren Dalton) y Aardvark Mondragón (Doug Toby).
         Tras equiparse apresuradamente en una tienda de deportes con armas de caza, huyen a la montaña en el todoterreno de Jed, y se organizan para una resistencia activa, a la que se unirán dos jovencitas: Toni (Jennifer Grey), y Erica (Lea Thompson), que su abuelo escondía en el subsuelo de su granja.
         Pronto, los Wolverines se convierten en la pesadilla de los invasores. Apoyados en su conocimiento del terreno, atacan por sorpresa y se retiran, en la clásica táctica de guerrillas.
         En una incursión, rescatan a un piloto de las fuerza aérea estadounidense, el teniente coronel Andrew Tanner (Powers Boothe), que les informa de la marcha de la guerra, y les da formación táctica, antes de morir en un enfrentamiento con tanques (por cierto, los carros de combate soviéticos T-72 que aparecen en la secuencia, fueron replicados basándose en informes confidenciales de la CIA).
         El personaje de Boothe es, sin duda, el de mayor calado y potencial del film, y el actor se quejó de que, en el primer guión, aun siendo un militar patriota, tenía un punto antibelicista y razonable que equilibraba y daba vigor al argumento, pero que finalmente fue desechado por Milius en el corte final.

          A lo largo de la película, y ya con armamento militar del enemigo y mejor experiencia, los Wolverines comienzan a realizar incursiones de mayor calado, hasta tal punto que el ejército invasor se ve obligado a destinar a su captura a un curtido comando de élite, liderado por el Coronel Strelnikov, alias El cazador (William Smith).


RODAJE Y REPERCUSIÓN
         La película contó con un presupuesto inicial de 11 millones de dólares, que subieron finalmente a 19. Se rodó en su mayor parte en Nuevo México, la ciudad de Dallas (en la que se ambientó la localidad de Calumet, Colorado), y el Parque Nacional Arapahoe. La acogida de público fue favorable al principio, pero fue decayendo muy pronto, aunque consiguió recaudar más de 30 millones de dólares.  
Amanecer Rojo es sin duda un film a considerar, y que los ochenters vemos con cariño. Sin embargo, no termina de resultar creíble precisamente por su falta de rigor y matiz, y se queda en lo que en aquella época se llamaba “una americanada”. Por ello, muchos la consideran un borrón en la impecable carrera del que fuera director de “El viento y el León”, y guionista de “Conan el bárbaro” o “Apocalipse Now”. También se consideró un borrón en las carreras del elenco de actores, que, ya convertidos en estrellas, muy a menudo, en las ruedas de prensa, tenían que responder a preguntas del tipo ¿cómo pudiste participar en algo como Amanecer Rojo”?.
En homenaje al film, el ejército americano denominó Operación Red Dawn la captura de Saddam Hussein en la Guerra de Irak, y los objetivos eran Wolverine 1 y Wolverine 2. La razón esgrimida fue que se trataba de una “película patriótica y pro americana”, lo que llenó de orgullo al propio Milius, ya enfermo, que se mostró honrado por el gesto.
Además, la película ha tenido influencia en filmes posteriores, en especial en la película australiana Mañana, cuando la guerra empiece (2010), en la que un ejército del lejano oriente invade Australia, y son repelidos desde la montaña por otro grupo de jóvenes. También se hizo un remake en 2012 con Chris Hemsworth como protagonista y los norcoreanos como enemigos.

Por Víctor Sánchez González








Ejecutor (1986-John Irvin) Raw Deal

Entre Comando y Depredador, Arnold dejó sus músculos al servicio de una trama policial, que simplemente fue un mero vehículo para que pudiese lucirse y de paso finiquitar su relación con la familia De laurentiis

La trama
John Irvin, director conocido por films como Los perros de la Guerra de 1980, La Colina de la Hamburguesa de 1987, junto a los guionistas Norman Wexler y Gary Devore nos traen al sheriff Kaminsky ( Chuache) viviendo en un olvidado pueblo de las afueras de Chicago, donde ha sido degradado de su puesto en el FBI.
Sin embargo, cuando el hijo de un ex-compañero es acribillado en medio de una operación para asesinar a un testigo protegido, debe retomar en la clandestinidad su antiguo rol a petición de su antiguo compañero.

La gomina
Con el pelo repeinado con un kilo de gomina, el roble austríaco realiza en esta película uno de esos papeles de pecho palomo que tanto nos gustaron en los ochenta y que ayudaron a aumentar la clientela en cientos de gimnasios, con aquellos adolescentes deseando convertir sus esmirriados cuerpos en unos forzudos actioners al estilo de Arnold. 
Si bien la película en sí, nos cuenta una historia mil veces vista, con el poli infiltrado en la mafia con el fin de destruirla desde dentro, no es menoscabo decir, que el físico de Arnold y su porte hierática dan un toque de estilo a la trama.
Esta película fue la última colaboración de Arnold  con De Laurentiis y realizada a toda prisa con el fin de que el cineasta consiguiese liquidez y poner en marcha el proyecto de Desafío Total (1990).
Por desgracia la poca recaudación de la película, no dio pie a esa realización y la productora se sumió en la bancarrota, con lo que los derechos del film que años más tarde realizaría Arnold pasarían a manos de la productora Carolco.
¿Y porqué os cuento esta movida, os preguntaréis?, pues por que como se suele decir, las prisas son malas consejeras y esas prisas se notan y mucho en la realización del film, gomina incluida en el pelo de Arnold.

La película
Bien, el principio nos muestra a un Arnold haciendo de sheriff, atrapando a un motorista que se hace pasar por policía, al más "puro" estilo Arnie, es decir prendiendo un purito y arrojando la cerilla en un río de gasolina, para atrapar al motorista.
Después lo veremos en su casa, con una mujer harta de vivir en un pueblucho y haciéndole un pastel por un aniversario que nuestro prota no recuerda y que no quiere comer porque "no se sabe cuento engorda".
De ahí pasamos ya al meollo, recibiendo el encargo de convertirse en Joseph P.Brenner e intentar ganarse el favor de Luigi Patrovita ( Sam Wanamaker) culpable de la muerte del hijo de su compañero.
Aquí es donde luce la película, no en todas, pero sí en buena parte de las escenas de acción. 
Arnold atravesando un casino ilegal con una grúa, no sin antes haber dado una paliza a los delincuentes de turno, lanzando incluso a uno de ellos a una viga del techo, es una buena tarjeta de visita, como para no llamar la atención del lugarteniente de Patrovita, el señor Rocca ( Paul Shenar) y del lugarteniente de éste Max Keller ( Robert Davi), uno de los villanos por excelencia de los ochenta y de quien podríamos decir que es la versión occidental de Al Leong, puesto que al igual que éste, la palma en todas en las películas.
Sin embargo, el haber llamado la atención, es indicador de que Keller tenga la mosca detrás de la oreja y más cuando Arnie le levante a su chica Monique (Kathryn Harrold).
A medida que Arnold va pasando información a su compañero y Patrovita se vea acorralado, llegamos al culmen de la película donde hay escenas muy reseñables.
Una es la persecución en el puerto, con Arnold disparando a un coche, mientras le dicen "es a prueba de balas" y la cámara enfoca al cristal donde pone, adivinad...pues sí bullet proof, por si no nos quedaba claro.
Tras ésta asistimos a la muerte de Harry el amigo de Arnold, a manos de Keller, quien a su vez es asesinado por Arnold en un momento en el que su tapadera ya estaba al descubierto y esta escena es la que da rienda suelta al último cuarto de hora, donde sí parece que se dejó las manos libres a Arnie con el fin de que hiciese lo que mejor sabe, es decir, repartir estopa y matar a todo aquel que se interpusiese en su camino.
El culmen
Pelo engominado, chupa de cuero, camiseta de tirantes blanca, una bolsa llena de todo el arsenal que uno puede llevar, coche descapotable y sin lunas con el fin de pegar tiros de forma más fácil y certera.
Ah y una casette con los Rolling Stones a todo trapo.
Con eso se nos planta el austríaco para acabar con todos los delincuentes de una cementera y así acabar con el centro de blanqueo de dinero de Patrovita y como no ha saciado su sed, rápidamente se va al tugurio de Patrovita y al más puro Arnie Style vacía todoa su munición en todo aquel que se interpone en su camino, Patrovita incluido, sobre el que descerraja los cartuchos de su escopeta.
El veredicto
De las más flojas del roble austríaco, un producto alimenticio, hecho con prisa y con desgana, que sólo sirve para que nuestro actioner luzca músculos y llene su cuenta corriente


Rambo III (1988-Peter Mc Donald )First Blood III

"No puedes evitar ser lo que eres, un soldado de pura sangre". Esta frase puede resumir de buena manera, lo que todos y todas pensamos sobre lo que Rambo es y el coronel Trautman lo definió a la perfección al principio de esta película. Por lo tanto queridos/as ochenters os presento: Rambo III
Bienvenidos a la tercera entrega de John Rambo, un héroe que en 1988 tuvo que luchar contra el John Mc Lane de La Jungla de Cristal y el Frank Dux de Bloodsport, con lo que os podéis imaginar a lo que el señor Stallone se enfrentaba con el fin de mantenerse como uno de los mejores action-man de los ochenta y doy fe, tras volver a ver esta película, que el actor italo-americano dio lo mejor de sí mismo, cosa por otra parte nada complicada, es decir, un poco más de músculo y a repartir sopapos a diestro y siniestro, acompañándolo de ese humor simple y directo que caracterizaba al soldado.
En esta ocasión, John debe acudir en una misión de rescate a Afganistán con el fin traer de vuelta al coronel Trautman y para ello recibirá la ayuda de la resistencia afgana.
Es decir, de la secuela previa a ésta, pasamos de la selva al desierto afgano (en realidad al desierto de Yuma-Arizona), es decir de un espacio cerrado, a un espacio abierto, donde las dotes de camuflaje de Rambo serán puestas a prueba.
Esta vez la acción empieza pronto, con una espectacular pelea de muay-thai en Tailandia con John de protagonista, (la cual podremos ver de manera similar el año siguiente en Kickboxer si bien sin el uso de los bastones) y donde ya podemos ver la espectacular evolución física de Stallone, remarcada especialmente en la escena en la que se ata esa mítica cinta al pelo y vemos la inmensidad de su espalda musculada ( escena parodiada por cierto en Hot Shot 2, con un Charlie Sheen mazado y que le dió un toque dulce a la escena de la pelea, en la que a su vez parodiaba Kickboxer).
Después de este primer acto, nos iremos al templo budista ( templo real en Chiang Mai, Tailandia que estaba en fase de remodelación en aquella época y que le vino muy bien al equipo de rodaje dirigido por Peter Mc Donald) donde Trautman le suelta la frase a John, que os he puesto al principio y que para mí es la esencia del personaje.
Tras esta fase ya nos meten en el meollo, es decir, nos vamos a Afganistán donde veremos el fuerte ruso donde está encerrado Richard Crenna, fuerte perteneciente a la tribu Quechuan y que estaba situado en el desierto de Yuma-Arizona y que por lo visto estaba en perfecto estado de conservación...hasta que Rambo lo hizo pedazos...porque es a partir de la hora de metraje, cuando el director deja pista libre a Stallone para que haga uso de toda la artillería pesada y nos deje clavados a los asientos durante los 45 minutos que restan hasta el final de la película.
Empezamos desde las escenas del juego de la oveja donde Sly da muestras de sus buenas dotes equinas (su caballo, era el mismo, por cierto, que montaría Indiana Jones en la Última Cruzada) y la escena es rodada con intensidad y destreza por el director, mientras a la vez nos va desvelando la llegada de los helicópteros rusos encabezados por el coronel Zaysen (interpretado por el fallecido Marc De Jonge) que van en busca de la caza de la resistencia afgana y posteriormente visionaremos el tiroteo desmesurado por parte de los rusos contra la resistencia afgana y centrando el objetivo en el sufrimiento de aquellos y en los esfuerzos de John por alcanzar el puesto de la metralleta con el fin de liquidar al menos uno de los helicópteros, objetivo que por supuesto cumple con creces.
"En la guerra hay honor, ¿dónde está aquí el honor?" le dice el jefe de la resistencia a John tras el asalto de los rusos...John es en este punto donde decide que sólo él irá al fuerte ruso con el fin de liberar al coronel, si bien contará con la ayuda del guía Moussaf que le condujo hasta la resistencia, en cierto modo como gratitud por luchar al lado de su pueblo (ojo, se intenta siempre, a la mínima oportunidad mostrar la bondad del pueblo afgano, su amabilidad, no en vano la película está dedicada a ellos).
Y llegamos a la traca final, tiroteos, explosiones a mansalva, un John Rambo en estado puro, destrozando todo a su paso en el fuerte sin dejar títere con cabeza y dejándonos secuencias de notable impacto, como aquella rodada en las cloacas del fuerte en la que un Rambo sumergido en la pozoña emerge en el momento previo a que se detone la carga que ha puesto y acribilla a los soldados soviéticos.
Pero sin duda nos quedamos con las escenas rodadas en la huida en las cuevas ( rememorando las escenas que tuvieron en la película anterior en la jungla), donde con su arco, John elimina a sus oponentes y especialmente al soldado ruso al que ahorca de la soga lanzándolo al vacío de la cueva mientras le quita ls anillas a las granadas que dicho soldado lleva...el resultado os lo podéis imaginar) y qué decir de esa escena en la que nuestro action-man cauteriza una de sus heridas con pólvora.


Al igual que en la segunda parte de la saga, nos dejan todo el arsenal para el final y nunca mejor dicho, puesto que todo el comando Spetnaz ruso parte en busca de Trautman y John, y cuando todo parece estar perdido...la resistencia afgana liderada por Massoud llega con la caballería para dar un margen a nuestros héroes...margen aprovechado por John para apoderarse de un carro de combate T-72 con el que consigue acabar con el helicóptero MI-24 HIND ( en realidad es un Puma francés al que le pusieron alas para que se pareciese al soviético) de Zaysen  y con el propio alto mando soviético.
Como toque final nos quedamos con esa frase que Crenna le dice a Sly: " Odio tener que admitirlo, pero nos estamos ablandando", irónica si tenemos en cuenta que según el libro Guinness de los records (1990) es la película más violenta rodada con 221 actos violentos y 108 muertes.
Irónicamente a diez días del estreno de la película, las tropas rusas iniciaron su retirada de Afganistán, concretamente el 15 de Mayo de 1988.
Nota Cine de los 80: 7/10

Rambo II (1985, George Pan Cosmatos) First Blood II

"¿Qué es eso?" y John responde: "Un arco, no hace ruido"
Bienvenidos a RAMBO II , la vuelta de un icono de los ochenta, el action-man petado de testosterona, el azote del Vietcong y los ruskis, sí el gran John Rambo, encarnado por el pétreo e hipertrofiado Silvester Stallone
Ah, que tiempos aquellos en los que uno podía ir al cine sin limitaciones, porque queridos y queridas, la película de la que os voy a hablar, un servidor la vio en el cine de su pueblo, a la tierna edad de ocho añitos y con mi padre y aquellas imágenes de aquel pecho palomo, lleno de venas y marcando músculo, marcaron tanto mi infancia, que en cierto modo, parte de mi vida deportiva se la debo a tipos como Sly o Schwarzenegger y por supuesto no salí pegando tiros, como nos hacen creer ahora, que si llevas al crío de cinco años a ver Fast and Furious te miran raro...en fin que como los ochenta nada de nada.
Pero bueno que me voy de baretas y no entro a lo que iinteresa, el análisis de esta joya, sí, joya esencial del más puro cine de acción de los ochenta.
Dirigida por George P. Cosmatos responsable de otra de las icónicas películas de Stallone como fue Cobra, el director italiano contó con la colaboración del propio Sly y de ojo, James Cameron quien según él mismo confesó, sólo había escrito la parte referida a las escenas de acción, mientras que Sly se había centrado en la trama política a la hora de elaborar el guión de esta secuela de Acorralado-First Blood y que va a dejar de lado todos los problemas psicológicos que arreciaban a Rambo en la primera parte y que aquí se centran principalmente en las escenas de acción, la cual se centra en la nueva misión que el coronel Trautman (Richard Crenna) endosa a nuestro patriota héroe, en busca de soldados norteamericanos que aún continúan retenidos en campos de concentración vietnamitas.
Desde el inicio, con esa melodía inconfundible, orquestada por el magnífico compositor Jerry Goldsmith que ya te mete en el meollo, pasando por las secuencias iniciales en el campo de trabajos forzados donde ha sido destinado a purgar sus males Rambo, la película es un compendio de estilo del cine de acción más ochentero donde, incluso, se puede visionar todo el film, sin apenas escuchar diálogo alguno ( la verdad es que Sly habla más bien poco en este film) y sin perder un ápice de disfrute con ella.

 La trama se desarrolla en medio de la jungla, donde el equipo de rodaje tuvo que soportar temperaturas diarias de más de cuarenta grados con una tremenda humedad y donde además tuvieron que lidiar con serpientes, arañas y demás fauna local que supusieron una dificultad extra a un ya de por sí complejo rodaje en el que además por desgracia hubo que lamentar la muerte del especialista Cliff Wenger Jr a quien está dedicado el film. A pesar de estos contratiempos la película fue nominada al Oscar a los mejores efectos de sonido (basta oir el sonido de la punta explosiva cuando Rambo la introduce en la flecha, como un claro ejemplo de ello).
La película es una queja, crítica a la administración Reagan, por la política tomada en cuanto a los soldados norteamericanos que aún permanecían en campos de concentración vietnamitas aquellos años (unos 2500 en 1985) y aún así para el ex presidente americano, esta era una de sus películas favoritas. Además metían de nuevo a los rusos como enemigos acérrimos del capitalismo americano, encarnados en este caso por la figura del coronel Podovsky (soberbio Steven Berkoff en vez del inicialmente previsto Dolph Lundgren) convertido en un sádico capaz de todo con tal de llegar a su objetivo. Esa escena en la que Sly está atado al somier y lo está electrocutando es una clara muestra de su sadismo, amén de convertirse en una de las imágenes icónicas de la saga, donde se nos muestran los músculos en tensión de Rambo con todo lujo de detalles., músculos desarrollados por un entrenamiento de cuatro horas diarias durante ocho meses a los que nuestro melenudo protagonista tuvo que ser sometido por parte de los SEAL.
Acción, hay acción por un tubo y en la retina de nuestras córneas quedan imágenes como aquella en la que camuflado con barro, Rambo asesina fríamente a un soldado ruso, o aquella en la que de un certero flechazo (explosivo) acaba con Tay (George Cheung) en venganza por la muerte de su amada Co (Julia Nickson) que por cierto debutaba como actriz en este film.
Aparte de la escena del somier, si hay una que me encantó ya desde guaje cuando la ví, es aquella al final de la película en la que John hace creer al coronel ruso que el helicóptero en el que lleva a los soldados norteamericanos ha sido abatido y él está malherido y justo en el momento en el que el helicóptero ruso se pone a su altura, súbitamente despierta y lanza una flecha explosiva contra el ruso, de manera que hace explotar el helicóptero soviético. Eso sí, me tienen que explicar como es que se tarda menos en disparar una flecha que en apretar un simple botón de disparo...magia del cine.
Como veis no he hablado casi de los secundarios, porque son sólo eso secundarios, apenas aportan a la trama, si bien el personaje de Charles Napier (Murdock) es el prototipo de burócrata hijo de su madre que se las hace pasar canutas, es decir traicionándole, a nuestro héroe y en cierto modo sea el detonante, otro, de la furia de John.
Richard Crenna ( Trautman), es una mera marioneta en manos de Murdock, atado de pies y manos, impotente ante la situación a la que está siendo sometido su amigo. Y por último hay que destacar en el reparto al señor Cobra Kan de Karate Kid, Martin Kove, ejerciendo un rol casi testimonial en el film.
Conclusión:
Imprescindible en cualquier videoteca de acción ochentera y de obligado visionado al menos una vez al año.
Nota Cine de los 80: 7.5/10

José María Molano