Mahoney y sus amigos se han graduado ya en la academia de policía y se les asigna su primera misión. ¿Estarán preparados para enfrentarse a una peligrosa banda callejera de gamberros? (http://www.filmaffinity.com/es/film207548.html)
Tras el éxito de Loca academia de policía (1984, Hugh Wilson) la secuela no se hizo esperar. En esta ocasión dirige el ya difunto Jerry Paris ( quien repitió en la tercera parte y tenía en su haber una extensa carrera como director en la televisión), el guión corre a cargo de Barry W. Blaustein conjuntamente con David Sheffield (coincidirían de nuevo en El príncipe de Zamunda y en El profesor chiflado) y la característica música sería otra vez obra de Robert Folk (en realidad toda la música de la saga corre a cargo de Folk).
Las principales novedades de esta secuela - pese a que el tono humorístico en clave de situaciones o gags es muy similar al de la primera - son que nuestros otrora reclutas son ya policías hechos y derechos que se enfrentarán a su primera misión (con lo que la acción ya no estará ubicada dentro de la academia). Como consecuencia de esto se produce otra novedad que es la presentación de nuevos personajes que no sólo cobrarán protagonismo en esta parte, sino que harán lo propio en sucesivas mientras que otros desaparecerán (en algún caso para siempre y en notros para regresar).
El distrito 16 es el peor de la ciudad desde que es asolado por una banda de delincuentes. El capitán Pete Lassard (Howard Hesseman) pide ayuda a su hermano Eric (George Gaynes) y este le envía a seis de sus recién graduados de su última promoción. Así Mahoney, Jones, Tackleberry, Hightower, Hooks y Douglas Fackler llegan al distrito 16 para encarar su nueva y peligrosa misión. Pero no sólo tendrán que plantar cara a la panda de desquiciados quinquis liderados por Zed (Bobcat Goldthwait), sino que habrán que lidiar con un desalmado y rastrero teniente Mauser (Art Metrano) que hará todo lo posible por hacerles fracasar con tal de lograr su ascenso y que contará con la ayuda de su imbécil lacayo, el sargento Proctor (Lance Kinsey).
En esta nueva entrega, tan alocada como la primera, destacaría a Zed como desquiciado líder pandillero instigador de las más disparatadas situaciones, al miedoso tendero atemorizado por Zed del que desconocemos su nombre (hasta una tercera entrega en la que ambos se reencontrarán en el lugar más inesperado) y al arribista teniente Mauser, que no saldrá indemne de su intento de hacer la vida imposible a nuestros queridos policías. También seremos testigos del primer y gran amor de Tackleberry, una compañera motorista tan obsesionada por las armas como él y cuya familia lo dejará a la altura de una hermanita de la caridad. Mahoney seguirá en su línea y Jones, aparte de su retahíla de ruidos vocales, nos ofrecerá su conocimiento de artes marciales a lo Bruce Lee.
En definitiva, una secuela que me resulta más divertida que la primera y que marcaría la línea a seguir en la tercera parte.
En definitiva, una secuela que me resulta más divertida que la primera y que marcaría la línea a seguir en la tercera parte.
GERMÁN
FERNÁNDEZ JAMBRINA