Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

Granujas A Todo Ritmo (1980, John Landis) The Blues Brothers


Granujas A Todo Ritmo (1980, John Landis) The Blues Brothers


Queridos amigos, hoy os voy a hablar de la película que marcó mi infinito gusto por los musicales; no me entendáis mal, siempre me gustaron, pero con esta película hubo un antes y un después en mi vida cinéfila. ¿Recordáis esa película que os marcó para siempre? Pues ésta fue la mía. Si sois apasionados del rock clásico, del rhythm&blues, del jazz, del soul… ésta entonces amigos, es vuestra película.

¿Y qué la hace especial? Para empezar, sus protagonistas, Joliet Jake y Elwood Blues, más conocidos como los Blues Brothers. Interpretados por el fallecido John Belushi (Saturday Night Live, Desmadre a la Americana…) y por Dan Aykroyd (Cazafantasmas, Mi Chica, Mi Novia es una Extraterrestre…), esta pareja de actores casaron desde el primer momento, pero nos extenderemos en los actores más adelante.

Empecemos por situarnos en la historia; Jake va a salir de la cárcel por atraco a mano armada, y su hermano Elwood lo espera fuera (En su secuela, “Blues Brothers 2000” esta escena se repite y vemos a Elwood esperando a que Jake salga de la cárcel, pero esta vez no sale, escena que nos partió un poquito el corazón a todos)
Tras su salida, Elwood le dice que tienen que ir a ver al “pingüino”, la monja del orfelinato en el que se criaron, la Hermana Mary (interpretada por Kathleen Freeman), ya que Jake se lo prometió. Tras su encuentro con la Hermana Mary y después de propinar varios golpes de regla a los hermanos por su lenguaje vulgar, les dice que el orfelinato no tiene dinero y que va a cerrar. Jake y Elwood comprenden inmediatamente que tienen una misión, una misión de dios y que deben reunir el dinero que le falta al orfelinato para poder salvarlo y evitar su cierre.

“¡Pingüina gorda!”– Elwood Blues

Tras una visión divina en la iglesia del reverendo Cleophus James (interpretado por James Brown, mismo), deciden reunir de nuevo a la banda y dar el mayor concierto que han dado nunca para donar el dinero al orfelinato. Y aquí empieza el periplo de los hermanos. Y creedme que no les resulta fácil reunir de nuevo a la banda, pues tras el ingreso de Jake en prisión, cada uno ha rehecho su vida.


John Landis, director de esta película, consiguió reunir junto a John Belushi y Dan Aykroyd un elenco musical como nunca antes conoció otra cinta; a el ya citado James Brown, se le une Aretha Franklin, Cab Calloway, John Lee Hocker… así como cameos inmejorables; John Candy, Henry Gibson, Carrie Fisher, Frank Oz, Steven Spielberg… Como veis, la lista no es para nada desdeñable.

Tras pocos minutos, empezamos a conocer poco a poco a la banda, y los primeros en ser reclutados son Murph y “los Magic Tones”, grupo formado por Steve “El Coronel” Cropper, Donald “Duck” Dunn, Willie “Too Big” Hall y Tom “Bones” Malone. Este grupo, ha terminado tocando en un restaurante donde prácticamente forman parte del decorado, ya que apenas se les presta atención.

Damas y caballeros, Murph y los Magic Tones

Con la banda casi al completo, sólo faltan “Mr Fabuloso” que es encargado de un lujoso restaurante, Matt “Guitarra” Murphy, el cual se ha casado y vive felizmente junto a su esposa junto a la que ha abierto un restaurante Soul, y en último lugar, Lou Marini, que trabaja para Matt y su esposa. 

Pero ¿quién es la mujer de Matt “Guitarra” Murphy y jefa de Lou Marini? Pues…

”Una tostada de pan blanco, seca” “Cuatro pollos fritos y un refresco de cola” – Elwood y Jake Blues

Así es, nada menos que la inigualable Aretha Franklin, que no ve con buenos ojos que su marido se vaya de gira con dos granujas que aún le deben dinero, y aquí sucede la siguiente canción la cual dedica especialmente a su marido, magnífica canción que a todos sonará. Siento decir que no he podido encontrar las canciones subtituladas a nuestro idioma como sí lo están en la película (según versiones) pero son igualmente disfrutables.



Con Matt y Lou también a bordo, sólo falta la incorporación de “Mr Fabuloso” el cual se resiste a dejar su bien remunerado puesto de trabajo para volver con la banda.
Aquí se produce una de las escenas más graciosas de la película, al menos para mí, donde vemos a los hermanos Blues haciendo uso de sus habilidades para convencer (obligar) al último miembro de la banda a que acepte el trato y vuelva con los Blues Brothers. Finalmente acepta a regañadientes. Ya con la banda al completo sólo falta organizar el concierto.

Dicha banda y al igual que la mayoría de cómicos de la época (Bill Murray, Eddie Murphy, Chevy Chase, Billy Crystal, John Goodman, Harold Ramish, James Belushi…), comenzó en el imprescindible Saturday Night Live, el late show americano más famoso, cuna de muchísimos actores de comedia.
Aykroyd y Belushi eran los encargados de empezar el programa con la banda y “calentar” al público con su número musical, habían nacido los Blues Brothers. Fue tal el éxito cosechado que formaban parte imprescindible del show y de ahí, dieron su paso al cine.


El encargado de dirigir esta maravilla musical fue John Landis (Un Hombre Lobo Americano en Londres, En los Límites de la Realidad, Clue…) y junto a Dan Aykroyd, dieron vida al guion. En un principio Aykroyd escribió un borrador de 324 páginas, lo que viene a ser tres veces más largo que un guion convencional de cine, debido a su inexperiencia ya que no había escrito ni siquiera leído un guion tradicional.


Con un presupuesto de treinta millones de dólares, (del cual se habían gastado prácticamente todo antes de conocer dicho presupuesto) la película recaudó en taquilla más de ciento quince millones de dólares. Pero no todo fue un camino de rosas, pues durante el rodaje, John Landis y John Belushi discutían constantemente, pues la adicción a las drogas de este último, las cuales le costaron la vida por sobredosis a los pocos años, hacían que todo el rodaje fuese un caos. A pesar de esto, John Belushi fue, es y será el alma de los Blues Brothers, sin él nada hubiese sido igual. Su brutal carisma llevaba a la película de la mano y se lucía prácticamente en cada plano. De hecho era puro espectáculo dentro y fuera de la pantalla. Su fallecimiento fue una dura pérdida para Aykroyd, con el que mantuvo una intensa y gran amistad.


Años más tarde, Aykroyd intentó ayudar a una joven estrella que también caía presa de las drogas, pues un prometedor River Phoenix se cruzó en su camino. Por desgracia, todos sabemos cómo acabó, y al igual que su amigo John, años más tarde fue encontrado muerto por sobredosis.


A pesar de todos los problemas derivados de las adicciones, la cinta que nos dejó el dúo Aykroyd y Belushi fue, para el cine musical, un gran soplo de aire fresco, considerada hoy una película de culto, recordada por los que crecimos con ella y a la que tenemos especial cariño. Además "Los Blues Brothers" 
llegó en el momento justo en una época de excesos y desenfreno, donde empezaban a decaer grandes estrellas musicales que aparecían en la película pero que tras la cinta consiguieron volver a relanzar sus carreras, el propio James Brown dedica unas palabras en su libro autobiográfico “I Feel Good” a los Blues Brothers y da las gracias personalmente a Aykroyd y Belushi por haberle devuelto a la palestra musical, según sus propias palabras, “fue como si el resto de mi carrera volviera a encajar en su sitio” y es que su BSO amigos, es sencillamente espectacular y no sólo por sus canciones base, si no por toda la melodía que acompaña los acontecimientos. Podemos escuchar piezas de blues, rock, jazz, rhythm&blues… que van acompañando a las escenas y casan perfectamente y es que, la película, tanto visual como sonora, está hecha con muy buen gusto intercalando escenas cotidianas con otras no tanto que bien podrían ser sacadas de un cómic y ahí radica su belleza (gran parte de su belleza). Pero no puedo seguir escribiendo sin antes dejaros algunas de sus grandísimas canciones protagonizadas por los mismos artistas que en su día las cantaron.

Ya hemos escuchado a Aretha y su tema “Think” que aún algunos estaréis tarareando, pues preparaos para la siguiente de manos de uno de los mayores artistas del Soul, R&B y Jazz, no podemos referirnos a otro que a Ray Charles y su tema “Shake A Tail Feather” En esta escena, Ray interpreta al dueño de una tienda de instrumentos musicales donde acuden los Blues Brothers para comprar todo lo necesario para la banda.

Disfrutadla


Pero para que comprendáis la grandeza musical y lo maravilloso de esta cinta, antes de llegar al señor Ray Charles y su maravilloso cameo, previamente podíamos disfrutar de una escena introductoria protagonizada por el mítico John Lee Hooker que interpreta a un artista callejero y que nos deleitaba con su tema “Boom Boom Boom


El siguiente es para Cab Calloway que interpreta a Curtis, mecenas musical de Jake y Elwood en el orfelinato, que les ayuda a llevar a cabo esta misión de dios. Os pongo en situación, a estas alturas de la película, los Blues Brothers son perseguidos por los integrantes de un partido nazi, las fuerzas policiales del estado y por un grupo country llamados “The Good Old Boys” por hacerse pasar por ellos y robarles una actuación en el local “El Bunker Country de Bob”, por lo que llegan tarde al concierto. El público empieza a desesperar y Curtis (Calloway) nos deja una de las canciones más divertidas de toda la película, “Ey, ¿conocéis “Minnie el bigotes”?”


No nos podemos olvidar de las canciones interpretadas por los propios Blues Brothers tocando grandes temas como “Jailhouse Rock”,“Everybody Needs Somebody”, el tema country "Rawhide" (grandísima la reacción de Jake) o la que os dejo a continuación, mi favorita “Sweet Home Chicago


Y por último, pero no menos importante, el primer cantante citado, James Brown interpretando "The Old Landmark"


A parte de los enormes artistas musicales que nos vamos encontrando en esta película, los ya citados cameos de actores son de gran nivel, por ejemplo Carrie Fisher que interpreta a una vengativa ex-novia de Jake Blues, que lo persigue y ataca de maneras exageradamente cómicas por venganza y despecho.


Otro de los asiduos al cameo es John Candy que también aparece en esta cinta, el cual va detrás de los Blues Brothers junto a la policía estatal del condado de Chicago para cobrar parte de la recompensa que se ofrece por ellos.


O Frank Oz (La Tienda de los Horrores, El Cristal Oscuro…) que hace otro cameo al principio de la película e interpreta al funcionario que entrega sus pertenencias a Jake Blues al salir de la cárcel.

“Un preservativo… usado” Frank Oz The Blues Brothers.

También tenemos al líder del partido nazi protagonizado por Henry Gibson que los persigue durante buena parte de la película. Una cantidad de caras conocidas de la época que vistió cada segundo de metraje de la cinta.


Los Blues Brothers alcanzaron tal fama que prácticamente se convirtieron en leyenda y su innumerable merchandising da muestra de ello, pudiéndose encontrar en tiendas a día de hoy; desde figuras a ropa, pasando por videojuegos para las consolas de la época, sin olvidarnos de la marca de la casa, el sombrero y las gafas.




Para ir terminando, no podemos dejar de lado algunas de sus maravillosas curiosidades

- En el puente donde los Blues Brothers esconden su coche hay un grafiti que pone "John *heart* Deborah". Esto es una referencia al director John Landis y a su esposa Deborah.

“Es de noche, y llevamos gafas de sol” “Tira” – Jake y Elwood Blues.

- Durante el rodaje John Belushi fue apodado "The Black Hole" (El Agujero Negro), ya que no podía pasar de una escena a otra sin perder sus gafas de sol. Supuestamente, alcanzó a usar mil pares diferentes.

Everybody needs sunglasses

- Entre los distintos cameos, hay uno que aún a día de hoy muchos desconocen; al final de la película cuando Elwood y Jake abonan en la oficina de impuestos del condado el dinero que debía el orfanato donde se criaron, el funcionario que les cobra es el mismísimo Steven Spielberg, eso sí, sin barba. Su nombre aparece el último en los títulos de crédito.


- Joliet y Elwood son dos ciudades al sudoeste de Chicago, cuna del Blues y el Jazz.


-Cada vez que vemos la ventana en el apartamento de Elwood, pasa un tren.

- “¿Cuántas veces pasa el tren?” - “Tan a menudo que no te darás cuenta”

-La película consiguió el record mundial de número de coches estrellados.


-Para rodar la escena del centro comercial, los productores encontraron un centro comercial abandonado que decoraron con varios millones de dólares en mercancías reales y tiendas verdaderas. Fue un reclamo turístico hasta 2012, año en el que fue demolido.

¿Tiene la cerdita de los Teleñecos?

Queridos amigos, esperando que hayáis disfrutado de este escrito, y saboreando aún los mágicos acordes de Blues, Rock, R&B y Jazz que se dan en esta maravillosa película (al menos para el que os escribe) me despido dando gracias a estos hermanos, Jake y Elwood, que hicieron que mi yo de niño amase aún más (si cabe) la música y el cine.


Hasta el próximo artículo, amigos Ochenters.



VÉRTIGO se escribe con B



--- PULSA PLAY PARA RETROCEDER EN EL TIEMPO---


Ah, la música de primera mitad de los 90... desde luego no se puede decir que no fuera una más que digna sucesión de la de los 80, más aun ante el hecho de que tuvimos variedad suficiente como para, en el caso de no haber todavía encontrado un sonido que nos llegara más que cualquier otro, no poder decir que no tuvimos oportunidad para ello. Y eso que por aquel entonces no teníamos las facilidades de hoy día para investigar, descartar y finalmente encontrar nuestra música, algo que por aquel entonces nos suponía estar completamente colgados de la radio y/o dejarnos una buena cantidad de pesetas en las tiendas de discos cuando no prestarnos vinilos y cassettes con los amiguetes (algunos de los cuales resultaron ser más amigos de lo ajeno que de nosotros/as mismos/as), obstáculos y limitaciones hoy fácilmente salvables a golpe de click y búsqueda de artistas similares en la web y tantas plataformas musicales que, dejándote o no los dineros, te permiten escuchar lo que sea, cuando sea y sin tener que limpiar o dar vuelta a los vinilos ni mucho menos rebobinar cassettes mediante lápiz o bolígrafo para así ahorrar en pilas para el preciado y siempre conveniente walkman. Otra cosa es que algunos prefiramos continuar haciendo aún algunas de esas cosas de antaño...

A los estilos que nos seguirían acompañando tras los 80 como el pop, el rock, el metal o por ejemplo la EBM se sumarían otros tantos fenómenos que desde luego merecerían cada uno por separado su propio artículo (y os aseguro que algunos de ellos tendrán su oportunidad en este santo blog), si bien este mes estimo oportuno dedicar mi artículo a un fenómeno dual o más bien a dos fenómenos que aunque juntos no se podría decir que estuvieran del todo revueltos. Me refiero a la maravillosa conjunción formada tanto por los recopilatorios Vértigo como por el programa de radio Bértigo (sí, con "B" y ya veremos por qué) de los 40 Principales, un programa de radio sumamente agradecido por todos quienes tuvimos ocasión de conocerlo y que desde luego dudo mucho que vuelva a repetirse, ni en su formato ni en sus formas, en emisora alguna de la actual o futura radio comercial.



Por aquellos tiempos (so pena de repetirme en cuanto a ésto puesto que me encanta decir que) la música en la radio era música y no como con la de la radio actual que, salvo contadas excepciones, ni es música "ni es ná". Por supuesto las discográficas continuaban sacándose de la manga de cuando en cuando alguna boys (o girls) band cuando no otros tantos subproductos engendrados en la probeta de algún productor musical sin demasiados escrúpulos ni humanidad (hoy en día la mayoría), pero aún con todo el panorama musical era ciertamente formidable y, aunque muchos lloraban todavía la pérdida de Kurt Cobain, la sensación de que había vida musical más allá de su muerte era más que evidente, te gustara o no el Grunge. La vida simplemente sigue, pues cuando el mundo se para por un hecho como aquel, lo hace en realidad tan sólo por un instante que se alargará mentalmente en la medida en que cada uno quiera, no siendo ni mucho menos necesariamente así para el resto.

Vértigo... la irrupción en el mercado del primer recopilatorio de Vértigo en 1995 constituyó una sacudida musical sólo equiparable a un golpe seco y autoritario sobre una mesa demasiado atestada de compilaciones del tipo "Los 100 mayores éxitos de los 80" o megamixes del corte Máquina Total, Lo + Duro, Bolero Mix, etc. Había mucho rock alternativo tan bueno como variopinto diseminado por ahí y Vértigo fue probablemente si no el primero al menos el mayor esfuerzo por reunir un muestrario de calidad tal como para decir "joder, es que me lo compro". El hecho de que fuera anunciado en televisión mostrando la portada de aquel chaval de mirada desafiante mientras sonaba el "Do What I Say" de los Clawfinger contribuyó enormemente a que a día de hoy siga siendo recordado con añoranza no sólo como el fantástico catálogo musical que fue sino además como un auténtico símbolo generacional y de rabiosa juventud.



El recopilatorio abría con el "Sympathy For The Devil" de los Rolling Stones versionado por los Guns 'N Roses, cover que poco antes había sido incluida en la magnífica película Entrevista Con El Vampiro. A esta introducción le seguirían canciones de grupos como Green Day, Collective Soul, The Jesus & Mary Chain, Weezer, Aerosmith, REM, Sonic Youth, Elastica... o lo que es lo mismo, una alineación de cojones. Al compedio de 20 temas le seguiría posteriormente un segundo volumen de nombre "+ Vértigo" el cual vino a intentar repetir la fórmula del primero con otros 20 temas, una portada similar (esta vez con una chica) que aunque no desprendía la misma fuerza que la del primero,  presentaba en esta ocasión una fórmula con una mayor apertura de sonido que la ofertada por el primer Vértigo, encontrándonos ahora con grupos como Moloko y Poe los cuales se salían ciertamente del canon más guitarrero del Vértigo original pero sin perderse la esencia de ofrecer algo "alternativo". Cabe aclarar que ambos grupos fueron radiados a través de Los 40 Principales pero ¿se les podría colgar por ello la etiqueta de grupos convencionales?, la respuesta es claramente NO, respuesta que tampoco variaría para tantísimos otros grupos contenidos en estos recopilatorios como Ocean Colour Scene, Ministry, White Zombie o unos Def Con Dos más venidos arriba que nunca gracias a su contribución en la banda sonora de la mítica película de El Día de la Bestia.


No estamos hablando de discos con artistas o grupos destinados a contentar a una mayoría borreguil / sin demasiadas pretensiones musicales a la que cualquier cosa que le pongas durante un viaje en coche le va a parecer bien (cuando no le va a dar exactamente igual)  puesto que de lo que estamos hablando es de compilaciones destinadas a satisfacer la curiosidad, el ansia de saber más por parte de ciertos sectores de gente, de gente joven e inconformista, que estaba encontrando en la música una energía multiforme que los alentaba a seguir día a día en esa dura y temprana etapa de la vida para la cual las canciones de gente como Alejandro Sánz o Laura Pausini ni les servía ni les decía una puta mierda, hablando en plata.


Tras esos 2 primeros volúmenes de Vértigo (de 1995 y 1996) les seguirían otros 2 más (años 1998 y 2000) los cuales fueron lanzados ya no por MCA Records sino por Sony Music Media, compañía que por supuesto introduciría un notable cambio de cara a las portadas pero que procuró mantener un poco la labor y el espíritu de los anteriores al incluir en los listados de canciones a artistas y grupos tan variopintos como buenos (cada uno en su ámbito) como Oasis, Prodigy, Manic Street Preachers, Primal Scream, Björk, The Cranberries, Marilyn Manson, Rob Zombie, Ska-P, Portishead y un tan largo como diverso etcétera...  y fue quizá este hecho de que se diversificara tanto desde aquel primer Vértigo que la popularidad / nº de ventas de los recopilatorios fue disminuyendo cada vez más respecto del rotundo éxito conseguido en 1995. La grabadoras de cds en las torres de los PC contribuirían también a ese descenso en las ventas que alentaría la idea de no sacar más volúmenes, cosa que quizá también contribuiría a que la radio y televisión musicales se fueran también transformando en una suerte de latinadas (tipo Ricky Martin, Chayanne, Shakira...), indiemoderneces varias así como en una mayor apuesta por los artistas y grupos españoles.

Tras hablar del impacto de estos recopilatorios - cuya esencia, como si de la fórmula de la Coca Cola se tratara, quiso copiar la mismísima Pepsi al lanzar su propio recopilatorio de nombre "Generation Next Music" en 1998 - toca comentar acerca de ese programa de radio que fue Bértigo, conducido por un misterioso locutor el cual muchos años más tarde, los mortales que no pululabamos por las oficinas de Los 40 Principales en los 90, pudimos saber que se trataba ni más ni menos que de Santiago Alcanda, señor cuya carrera en los medios sólo puede calificarse como "larga y acojonante cuando no absolutamente envidiable" por gente como yo que, gracias a programas de radio como aquel del que vamos a tratar, comenzamos en su día a soñar también con la idea de convertirnos en locutores de radio, sueño que en mi caso se cumplió parcialmente (al emitir de manera no profesional durante casi una década).


El simple hecho de que la cuña de Bértigo emplease el tema "A Warm Place" de Nine Inch Nails ya era de por sí una pasada (más aún recordemos para un programa incluido en la parrilla de Los 40 Principales) pero si a ello le sumas el acompañamiento del siguente speech en plena mitad de una década de los 90 cuyo cine de ciencia ficción aprobó y con nota, el resultado era simplemente la hostia.


“Nochevieja de 1993. Un coche todo terreno se cruza violentamente en la vida de Jacinto Vergara, un joven de 21 años a quien sus amigos apodaban Mister Rock. Un mes y un dí­a más tarde su cuerpo sale del coma y sus ojos no ven más que un torso inmóvil, pero su corazón late, siente con fuerza. El 27 de marzo de 1994 los avances de la ciencia consiguen conectar su mente a un ordenador. Es el prototipo meta-3. Ha nacido Bértigo".

 
Maese Bértigo, que era como se hacía llamar el amigo Santiago Alcanda (aka Jacinto Vergara aka Mister Rock)  era un personaje que iba mucho más allá de cómo lo describía esa presentación de la cual sacamos fácilmente la idea de que el locutor se hacía pasar por una especie de cyborg / ser reanimado, físicamente incompleto y dependiente de máquinas de soporte vital básico gracias a las cuales hacer resonar su moribunda e insurgente voz a través de las ondas, sino que a esta caracterización física habría que sumarle unas notas de psicología que mayormente se traducían en un comportamiento altamente antisistema que intercalaba profundidad y elocuencia con habituales y agradecidos escupitajos verbales dirigidos a todo el mundo (siendo los demás miembros del equipo de locutores de Los 40 Principales un objetivo bastante frecuente), algo que resulta totalmente inconcebible, en unos tiempos como estos en los que "es más fácil sentirse ofendido que respirar" y en los que la más mínima reprobación / condena en las redes sociales puede costarle a uno su puesto de trabajo cuando no su propia reputación.

Entre otras posibles causas que se barajan (o mejor dicho se suman) para que Bértigo desapareciera tan prematuramente de la faz de la radio (pudiéndose hablar fácilmente de censura) y que ni siquiera a día de hoy podamos encontrar ni una sóla grabación en la web (nostálgicos, desempolvad vuestras cintas de cassette) ni tan siquiera información sobre el programa en la página de la emisora, podemos listar entre otras el hecho de que cuando a Maese Bértigo le salía de los circuitos no se cortaba ni un cable en poner algún tema (por el cual sentía especial fijación o porque sí) hasta 5 veces durante una misma emisión... otra razón más podría ser que para finalizar el programa ponía siempre una grabación que conjugaba sonidos bélicos (ametralladoras disparando) y una voz en alemán que fácilmente podría tratarse de un discurso de Hitler (eso sí, no confundamos: la intención era simple y llanamente escandalizar al personal).

Como podréis imaginar leyendo un poco el cómo se las gastaba el amigo Alcanda en su programa, cuando fueron lanzados los recopilatorios antes comentados, a Maese Bértigo se le fue totalmente el chip, buscando a toda costa desvincular su Bértigo de los Vértigo, gritando en más de una ocasión "¡BÉRTIGO SE ESCRIBE CON B, CABRONESSS!".

Aún queda mucho en mí de ese chaval de 14 años que de noche y ya en la cama, auriculares prestos, se disponía durante una hora a escuchar los desvaríos de Maese Bértigo, personaje más propio de una emisora de radio pirata local que de una comercial de ámbito nacional, y gracias a ello desmarcarse del estudiante de notables y sobres que era de día y de quien nadie sospechaba que lo flipaba con este verdadero paradigma de la radio en el cual podías escuchar una música (Nirvana, Manolo Kabezabolo, Terrorvision, Stone Temple Pilots, Smashing Pumpkins, Pearl Jam, Green Day, Pantera, Sepultura...) que en prácticamente su mayoría ni de coña oirás hoy en la misma cadena en la que se emitió.

En estos tiempos tendentes a la distopía en los que el desencanto sociopolítico y la inacción generalizada se acuestan con el secuestro cerebral propiciado por el uso y abuso de las nuevas teconologías, necesitamos más que nunca a Maese Bértigo para poner (no orden sino) caos en todo esto, pues sólo destrozando el actual sistema radiofónico y musical podremos conseguir una juventud más provechosa e inteligente, una que empiece a dejar de creer que "el éxito se mide en followers" o que para alcanzarlo basta con vender tu alma al Diablo de la televisión y no dar un palo al agua. Requerimos a Maese Bértigo para que, entre temazo y temazo, se cague en todo y en todos e involuntariamente propicie a los chavales de hoy ganas de cuestionar lo que las estúpidas pantallas de sus teléfonos les muestran.

¡Larga vida a la música de los 90 y larga vida a Bértigo!.

Nota: desde aquí agradecer a Frikiplaster (muy especialmente por sus esfuerzos en intentar recuperar algo del programa) así como a Fonoteca40 pues gracias a éstas páginas he recordado más de un dato y además, teniendo en cuenta que Los 40 Principales no cuentan ya con un archivo en condiciones sobre tiempos pasados, éstas páginas/blogs y otros foros mantienen el nombre de Bértigo en internet de tal manera que puedo decir que estoy cuerdo, que fue real y no me lo he inventado, que éste pedazo de programa de radio EXISTIÓ Y NOS ENCANTÓ.

Otros artículos musicales por Root Wounds para Cine de los 80:

- BANDAS DE LOS 80 AÚN EN ACTIVO I : DEPECHE MODE
- PANORÁMA ELÉCTRICO: UNA APROXIMACIÓN AL SYNTHWAVE

Rocky IV (1985, Sylvester Stallone)


No es sólo un combate de exhibición que no vale para nada. Somos nosotros contra ellos. Puede que no entiendas de lo que te estoy hablando, pero lo entenderás cuando acabe. Creeme, Potro, lo entenderás cuando acabe. (Apollo Creed)



Y vamos con Rocky IV, no sólo ya la más taquillera (más de 300 millones de dólares) de la saga, sino que fue, durante 24 años, la película deportiva con más recaudación hasta que la superó Un sueño posible (2009, John Lee Hancock) con casi 310 millones.

En cuanto al reparto hay pocas novedades respecto a las tres anteriores y repiten todos los personajes principales: Stallone - también como director y guionista- (con litigio por plagio de guión  mediante conocido como Anderson vs Stallone), Talia Shire, Burt Young, Carl Weathers y Tony Burton; en el caso de Weathers sería su última aparición en la saga ... Tres nuevas caras remarcables aparecen en el elenco: Dolph Lundgren como Ivan Drago, Brigitte Nielsen (futura esposa de Stallone) como Ludmilla, mujer de este, y Michael Pataki como el manager y entrenador de Drago.
Otra novedad nos viene desde la faceta musical y es que Bill Conti es sustituido por Vince Dicola, así que olvidaros de escuchar el emblemático tema de Rocky en esta ocasión, salvo una pequeña variación del mismo al final de la película. 


La historia es la siguiente. Un nuevo boxeador ruso se presenta en los Estados Unidos acompañado de su esposa Ludmilla (Nielsen) y su equipo de entrenadores y manager (Pataki). Se llama Ivan Drago (Dolph Lundgren) y es apodado El Expreso de Siberia. Un campeón del mundo amateur que quiere darse a conocer en Estados Unidos mediante un combate de exhibición contra Rocky Balboa. Apollo, que lleva cinco años retirado , y no se resigna a ser una vieja gloria, convence a Balboa de ser él quien enfrente al ruso para demostrarse a sí mismo de que aún puede luchar. Pero la supuesta exhibición es una masacre que termina con Apollo muerto sobre el ring. Rocky clama venganza y viaja a la Unión Soviética donde entrenará y peleará contra Drago sin cobrar y sin que su título de campeón esté en juego ...

Esta cuarta parte de la saga es imposible de olvidar y hay imágenes y momentos que forman parte de la cultura popular. 
En cuanto a las más ochenteras (en el sentido más churretoso del término) tenemos las surrealistas escenas del robot (medio novia) de Paulie. ¿Qué demonios pinta eso? Pues la explicación es que este robot se había utilizado para ayudar a Seargeoh, el hijo autista de Stallone, en su tratamiento; por eso decidió introducirlo en la historia. Y al parecer se habían grabado aún más escenas con él que finalmente (y afortunadamente) no se incluyeron en el montaje final. 
Luego está el show de James Brown cantando Living in America antes del combate de Apollo y Drago (esto me recuerda un poco al circo del entrenamiento de la tercera parte en el primer combate contra Lang). Pero ya sabemos como es Sly, y como director siempre rueda algunas escenas de lo más aceitosas, que , a mí , por lo menos, me producen algo de vergüenza ajena ... Pero bueno, son los ochenta, ¡y mola!



Y claró está es que esta película es la que será recordada como la última en la que Carl Weathers hace aparición, ya que su personaje, Apollo Creed,  muere en el ring, apaleado por el despiadado Ivan Drago. ¿Recordáis el trauma que nos causó esto a los que lo vimos de chavalines?

Pero lo mejor es que ,como en el caso de la tercera parte, se nos presenta a un nuevo antagonista que ha adquirido el estatus de culto incluso superando a Clubber Lang (Mr.T) en cuanto a popularidad: Ivan Drago, El Expreso de Siberia (Dolph Lundgren)Lundgren había sido introducido en el mundo del cine de mano de la que por entonces era su pareja, la archiconocida Grace Jones, y su primera aparición antes de interpretar a Drago fue con un pequeño papel en Licencia para matar (1985, John Glen).
Lundgren no sólo era  realmente un experto luchador que ostentaba un segundo dan en Kyokushin Karate y había ganado el campeonato europeo y un torneo de pesos pesados en Australia en esta disciplina, además medía 1´96 metros y pesaba casi 120 kilos de puro músculo que había aumentado entrenando específicamente seis días a la semana durante cinco meses para la película. Imaginaros la diferencia entre él y Stallone que- pese a haber aumentado su masa muscular entrenando con Franco Columbu -  mide unos 1´77 metros. Drago es una mole que, al contrario del irascible y verborreico Clubber Lang, es hierático, frío como el hielo siberiano, y su locuacidad apenas da para una decena de frases en toda la película; yo he contado nueve (corregidme si me equivoco): "Perderás", "Nadie puede vencerme", "Yo derroto a todos", "Pronto caerá el auténtico campeón", "Está muerto, muerto" - aunque en realidad dice "If he dies, he dies", es decir, "Si muere, muere"- , "Voy a matarte" - otra mala traducción de "I will break you" (Voy a destrozarte) -, "No es humano, es como ... Un bloque de hierro", "Yo peleo para ganar. Soy el mejor ¡Soy el mejor!" ... Y por último "Estás muerto".
Ivan Drago es básicamente el Terminator del boxeo; un cyborg inmisericorde, implacable e indestructible... O eso parecía...



De la fuerza descomunal de Lundgren pueden dar fe tanto Carl Weathers como Sylvester Stallone. En cuanto al primero, en la secuencia de su pelea, parece ser que Lundgren se lo tomó tan en serio que Weathers abandonó el ring y amenazó con no volver a rodar; tuvo que mediar Stallone para que Lundgren rebajara su agresividad y  se reconciliasen. En el caso de Stallone fue el propio Sylvester el que propuso a Dolph que hiciesen sparring de verdad para las escenas de su combate, el resultado fue que Stallone tuvo que ser hospitalizado debido a un golpe en el esternón y permanecer en cuidados intensivos durante ocho días. Alucinante.. 

No cabe duda de que la pelea entre ambos púgiles es brutal , en algunos momentos uno parece sentir los golpes de la descomunal paliza que se propinan y en esto ayuda mucho el uso de efectos sonoros de golpes reales (fue una de las pioneras en utilizarlos). Por otro lado nos deja frases memorables de Duke,  otrora entrenador de Apollo :"¡No hay dolor!" o "Castígale el hígado!" Aunque si os fijáis, varios de esos golpes al hígado no lo son puesto que este órgano está situado en la parte derecha del abdomen, no en la izquierda ... que es donde golpea Rocky cuando Duke grita "¡Al hígado!" al final de la pelea.

En cuanto a las secuencias de los entrenamientos Rocky llega a una cabaña en medio de un paraje polar ruso (en realidad Wyoming) con la música de , otra vez, Survivor y su Burning Heart (recordemos que en la tercera fue Eye of the Tiger), para entrenar aislado y de un modo muy rústico (correr por la nieve, levantar un carro,tirar de un trineo ...) con Hearts of Fire de John Cafferty y Vince Dicola sonando. Paralelamente, Drago entrena con la más alta tecnología a su alcance y con la ayuda de anabolizantes.
Estos entrenamientos, resultaron completamente revolucionarios en su época. En cuanto al de Rocky, atletas olímpicos de la talla de Michael Phelps reconocen la influencia que ejerció sobre ellos el hecho de aislarse en una cabaña. Y en cuanto a Drago, decir que el equipamiento deportivo resultaba por entonces experimental y algunos de los equipos mostrados tardaron veinte años en utilizarse con deportistas profesionales.





Pero la principal diferencia entre esta y las anteriores partes de la saga es que si estas contienen un mensaje de redención y son una loa a la fuerza de voluntad del ser humano (vale, y también del sueño americano ...), en este caso nos encontramos de morros contra un mensaje puramente político. Rocky IV constituye una apología al sistema capitalista norteamericano frente al comunismo de la Unión Soviética en plena Guerra Fría . De esto nos da una pequeña pista ese inicio en el que dos guantes de boxeo, uno con la bandera norteamericana y otro con la de la URSS colisionan provocando una explosión ... Pero no es lo mismo tratar este acontecimiento hitórico como lo hace Kubrick en Teléfono Rojo (1964) o Sidney Lumet en Daniel (1983) a como lo  hace John Milius en Amanecer Rojo (1984) o Stallone en Rocky IV; y es que en estos dos casos se nos presenta el conflicto de la forma más burda, zafia, maniquea y extrema posible. En resumidas cuentas: los norteamericanos son muy buenos , los rusos muy malos.


Los ejemplos de estos son múltiples y variados durante toda la película. Desde pequeños detalles como el de Duke ganando al ajedrez al ruso en la cabaña (estos americanos son la hostia) a verdaderas sobradas esperpénticas.
No sólo los muestran como faltos de sentido del humor en la rueda de prensa con Apollo sino como unos hijos de puta crueles y despiadados. No sólo matan a Apollo en un combate de exhibición, sino que cuando esto ocurre, su esposa (Nielsen) muestra una cruel sonrisa de satisfacción; para más inri, ésta, antes del combate, se había acercado a saludar a la mujer de Apollo (Sylvia Meals) diciéndole también sonriente: "Buena suerte, espero que luego seamos amigas" ¡Más mala que la quina!
Y qué me decís de ese grito que el entrenador de Drago pega desquiciado: ¡¡¡¡Gaaaquioooo!!! (o algo así, que no sé ruso), y acto seguido Drago comienza a destrozar a Apollo con cara de desquicie total. Para rematar (nunca mejor dicho), cuando Apollo está muerto en el ring Drago dice: "If he dies, he dies" ("Si muere, muere", aunque esto se dobló al español como "Está muerto, muerto"). Lo dicho, una locura



"Pero quizás esta simple derrota de este hombre que llaman campeón será un perfecto ejemplo de cuán patéticamente débil se ha vuelto su sociedad" espeta el manager de Drago en la rueda de prensa previa a su combate contra Rocky... 

Tampoco es muy sutil el mensaje del individualismo norteamericano frente al colectivismo ruso. Rocky ni siquiera necesita sparrings para preparar su combate y entrena sólo, Drago tiene a un equipo multitudinario, entrena con la máxima tecnología y se dopa (recordemos que en deporte la Unión Soviética cosechaba más medallas que nadie en los Juegos Olímpicos así que ya sabéis por donde pueden ir los tiros); aún así no será capaz de derrotar a un hombre mucho más pequeño y débil que a fuerza de voluntad puede conseguir lo que se proponga (como sucede en los EEUU, oiga)


"No sólo está peleando contra un público hostil, sino contra el secretario general ruso y contra la mayoría del Politburó" dice el comentarista norteamericano ... Pero, ¡oh, sorpresa! Al final el público apoya y corea el nombre de un  Rocky que tras vencer a Drago nos espeta este discurso final:
"He visto a mucha gente que me odiaba y no sabía que pensar sobre eso. Pero supongo que vosotros tampoco me gustabais. Pero durante el combate he visto muchos cambios. Lo que sentíais por mí y lo que yo sentía por vosotros. Aquí había dos hombres matándose el uno al otro, pero dos es mejor que veinte millones. Lo que Intento decir es que si yo puedo cambiar y vosotros también, todos pueden cambiar" Acto seguido todos lo vitorean, incluso el palco presidido por el secretario general ruso (clavado a Gorbachov) y el Politburó, y todos se levantan y le aplauden. ¡Viva EEUU! ¡Sois los mejores! ¡Rocky conquista Rusia!¡Rocky for president!


En fin, que se trata de una película muy icónica por la de momentazos que ofrece, pero que chirría y no deja de ser propanda política pura y dura, igual es por eso por lo que vista hoy día tiene su gracia.

Las críticas que recibió fueran muy malas y ganó cinco Golden Raspberry Awards al peor actor y director (ya sabemos quien), peor actriz de reparto (Nielsen), peor nueva estrella (joder con la Nielsen) y peor banda sonora.
Paradojas de la vida, en Alemania Rocky IV ganó el Golden Screen Award y Lundgren ganó el Marshall Trophy a mejor actor en el Festival de Cine de Napierville (¿?) ... En fin , Serafín ...

Stallone barajó una quinta parte que versaría sobre las vidas paralelas de Rocky y Drago después de dejar el boxeo, pero reflexionó sobre el brutal combate entre ambos y decidió decantarse por un guión que reflejase los daños del boxeo en los luchadores ... Pero esa, esa es otra historia ...

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA