GIALLO.
Giallo, palabra de origen
italiano, que significa amarillo. Y el porqué‚ de esta palabra radica en el
color de las cubiertas de muchas obras policíacas de precio muy barato que se
editaron en los años 30 en Italia. El cine Giallo tomó como referencia gran parte
de las formas y argumentos de estas novelas.
El llamado cine Giallo es un subgénero,
de origen italiano, que hace una amalgama entre el thriller, el terror y el
suspense. Sus inicios se remontan allá por el año 1963, donde un cineasta
llamado Mario Bava realizó la película titulada La muchacha que sabía
demasiado.
Ya he dicho que surge del género
thriller, pero se diferencia de este estilo por abusar constantemente del
recurso psicoanalítico, y por no dar mucha importancia a que la película tenga
una trama coherente y sí dársela a la parte visual. Otro punto muy importante
de diferenciación es el recrearse muchísimo en una violencia bastante explícita
y con grandes dosis de morbosidad. Lo que verdaderamente asombra es la impresión
de que todo esto es bastante deliberado, y es además su gran atractivo
diferencial con respecto a otros géneros o subgéneros del cine de terror. Con
respecto al thriller policiaco, del que hemos dicho ya que tiene su origen, se
diferencia en que no centra toda la atención en descubrir quién es el asesino,
si no que su foco principal se centra en el mismo crimen en s¡, el cual suele
presentarse en unas larguísimas secuencias que suelen acabar en una bomba de
violencia extrema.
Con el transcurso de los años,
el Giallo tendió por aportar a los asesinos de fuerza u otras características
rayando lo sobrenatural. Daba igual que el asesino fuera fornido o una mujer
aparentemente débil, todos tenían gran fuerza para acabar con sus víctimas.
Otra gran capacidad con la que dotan a estos asesinos es la de ser
escrupulosamente sigilosos, tanto para entrar en el escenario de un crimen,
como para fugarse sin ser vistos y sin dejar rastro ni pruebas. Todo esto, por
decirlo de alguna manera, coloca al Giallo como precursor en películas del subgénero
Slasher, en el cual el asesino es un ser con apariencia humana pero que acaba
siendo la encarnación del mismo mal. Con poderes sobrehumanos y casi
inmortales. Características que acogieron películas slaher como Viernes 13 y
Halloween. De hecho, una película de 1971 de Mario Bava BAHÍA DE SANGRE, es el antecesor e inspiración
para grandes slashers como por ejemplo Viernes 13.
Aunque Mario Bava fue el
precursor, el nombre más conocido y que más exportó este género más allá
del Atlántico, no es otro que un romano llamado DARÍO ARGENTO. Tuvo gran ‚éxito
en los años 70, sobre todo por lo que se llamó la trilogía zoológica. EL PÁJARO
DE LAS PLUMAS DE CRISTAL (1970), EL GATO DE LAS NUEVE COLAS (1971) y CUATRO
MOSCAS SOBRE TERCIOPELO GRIS (1971). Digamos que para nada son sus mejores películas,
pero seguramente son las que más contenido acumulan de la representación del
Giallo. Son puro y estricto Giallo llevado al extremo. En la trilogía zoológica
nos muestra muchas de las características que le encumbraron y le hicieron tan
conocido en el cine. Su recurso fetiche es dejar que el protagonista tenga la
clave del misterio sobre la identidad del asesino en el subconsciente, lo cual
hace más fuerte y tenso el suspense. El misterio por el cual se revela al
asesino lo deja para el final de la cinta, por norma general el recurso
recurrente es a través de flashbacks, y tras la revelación suele haber una explosión
bastante sangrienta y violenta.
Argento hacia también mucho hincapié‚
en la estética y revolucionó bastante por el uso de la cámara lenta. La composición
pictórica, juegos de luces, el uso del color (sobre todo de tonos rojos) y la
maestría al ejecutar los planos subjetivos. Tubo manías o fetiches que llevó a
casi todas sus películas como la manía de sacar cortinas de terciopelo, imágenes
de insectos algo muy recurrente para él como los primeros planos de ojos o de
manos cubiertas de guantes.
Argento es uno de los más
conocidos del género, pero muchos de los fans o seguidores del Giallo creen que
el mejor de todos ellos es Lucio Fulci. Cuestión de gustos, como siempre. En mi
humilde opinión el pódium lo compondrán, en este orden, Darío Argento, Lucio
Fulci y Mario Bava. Pero ha habido muchos más directores de Giallo, con
más o menos ‚éxito o fortuna, que también colaboraron en hacer del Giallo
un subgénero de importante ‚éxito en los 60 y los 70. Nombrar‚ a otros como
Sergio Martino, Giulio Questi, Paolo
Cavara o Francesco Barilli.
Como todo en la vida, tuvo su
momento. Momento de gran auge y ‚éxito. Pero todo se acaba. Tras grandes y míticas
obras como LA MUCHACHA QUE SABÍA DEMASIADO, SEIS MUJERES PARA EL ASESINO, EL PÁJARO
DE LAS PLUMAS DE CRISTAL, LA COLA DEL ESCORPIÓN, UNA LAGARTIJA CON PIEL DE
MUJER, VICIOS PROHIBIDOS, ROJO OSCURO, TÉNEBRE y PHENOMENA, el mismo Argento se
desvió hacia el subgénero del terror sobrenatural (SUSPIRIA Y ROJO OSCURO), de
las cuales bebió John Carpenter para urdir el personaje de Michael Myers y la
saga de Halloween. Tras la aparición del subgénero slaher en los 70 y 80, comenzó
el declive de las producciones de Gaillo, que fueron desapareciendo
paulatinamente. El relevo lo tomó el slasher, que tras sus grandes éxitos de
los 80 continúa con gran aceptación y muchos seguidores en la actualidad.
Los grandes amantes del cine
de terror en general y del slasher en particular, no podemos abandonar ni
olvidar estas joyas del Gaillo. Yo reconozco que no las conocía mucho, salvo a
Argento, pero llevo una temporada empapándome de Gaillo y no puedo si no
recomendarlo. Cuanto arte y cuanto se aprende de cine y de los recursos que a
día de hoy han heredado las cintas slasher.
Pues nada, esto es todo, no
quiero escribir más para explicaros y recomendaros Gaillo, prefiero que cojáis
y rebusquéis algunas de las joyas que he recomendado y luego me digáis que opináis
vosotros. Yo lo tengo claro, si amante del Terror eres, el Giallo ver debes.
Un placer como siempre
escribir en este blog de cine de los 80. Como anticipo os diré que mi próximo artículo
girar en torno al Slasher. Gracias a todos y larga vida al CINE.
Benjamín Carretero Montes.