Un grupo de mercenarios secuestran y dan caza a sus víctimas
como método de entrenamiento. Pero en esta ocasión han dado con el tipo
equivocado. Mike Danton fue el mejor del grupo de las Fuerzas Especiales y se
lo hará pagar muy caro.
¡Madredelamorhermoso! Ni de lejos he visto todos los
subproductos surgidos a raíz del éxito de Acorralado (1982), pero sólo os digo
una cosa, Desaparecido en combate (1984) es una puta obra maestra comparada con
la película que nos ocupa. Aunque esto no es malo per se, porque Presa mortal
ocupa un lugar destacadísimo en el templo de la cutrez, en el de la comedia
involuntaria o en el del horror innominable que con tanto acierto trató de
plasmar Lovecraft en sus escritos. Sí, amigos, Presa mortal sería el Cthulhu de las explotations de Rambo. Una
Serie Z genuinamente abominable para uso y disfrute de las entidades más
friquis del universo cinéfilo. Uséase, nosotros.
Perpetrada por David Prior (Entrenamiento mortal, Fuerza
futura) - otro candidato a destronar al mismísimo Ed Wood como peor director de
la historia - y protagonizada por su inefable
hermano Ted Prior (colaborarían en varias ocasiones) en el papel de Mike
Danton, un trasunto de Rambo en versión churretosa, la película narra las
vicisitudes de un grupo de mercenarios que secuestran al pringao de turno para
liberarlo en un bosque y luego darle caza. Esta línea argumental bien puede
recordar a la clásica El malvado Zaroff (1932) (que tantas veces se repetiría
en cientos de títulos de acción como Perseguido, Blanco Humano y etcétera),
pero claro, secuestran al hombre
equivocado y es él el que comenzará a dar caza a sus perseguidores. He aquí la
conexión con Acorralado. Bueno, esa y
que el protagonista también se gasta una melenilla a lo John Rambo y está “to
mazas” el tío.
Vale, ya sabéis de que va el tema. Lo difícil de entender es
cómo un argumento tan simple da lugar a una sucesión de actuaciones a cada cual
peor, de muertes a cada cual más cutre o de situaciones a cada cual más
inverosímil. De los diálogos o de los efectos especiales ya os podéis imaginar:
una mierda supina acompañada por una música igualmente aberrante. También es difícil explicar tal cúmulo de despropósitos
porque la película entera es un despropósito. Pero voy a comentar algunos que
se me ocurran sobre la marcha. Por ejemplo, si Mike Danton es el mejor de las
fuerzas especiales, ¿cómo es posible que lo capturen de forma tan ridícula? Los
mercenarios tienen montada una base militar con camiones, tanques, un ejército
de la hostia… ¡a varios kilómetros de la ciudad! ¡Y no se entera ni Dios de su
existencia! Mike Danton tiene un arsenal que va recogiendo de sus enemigos
muertos, pero sólo necesita su cuchillo para acercarse por detrás y liquidarlos
uno a uno. Las caras de loco del protagonista son la repanocha, a destacar el
momento en que emerge del suelo. Sin duda, la mejor escena de toda la película
es cuando Danton, después de, no se sabe como, esquivar varios disparos a
bocajarro de su enemigo final, le cercena el brazo de un machetazo para aporrearle la cabeza con el miembro
recién amputado y posteriormente arrancarle la cabellera mientras emite un grito desgarrador. ¡Acojonante!
Pues nada, que el descojone está asegurado. Una pega es que
se hace demasiado larga. Y es que 88 minutos aguantando una sucesión de
gilipolleces se hacen cuesta arriba cuando algunas de ellas no hacen un pijo de
gracia. Pero, vamos, que escenas memorables parar partirse el eje acapara un
buen puñado. No en vano es una película de culto reivindicada por los fans del
despropósito, y es que ya sabemos que hay películas que de lo malas que son,
resultan buenas.Os recomiendo ver el vídeo que adjunto, en él queda resumida perfectamente la película y muestra las escenas más desopilantes.
En el momento que escribo estas líneas me entero de que en
2013 se ha rodado una secuela con el título de Deadliest Prey dirigida y
protagonizada… ¡sí!, por los hermanos Prior. ¡Que Dios nos coja confesados!
TRAILER Y MEJORES ESCENAS