Peligrosamente
juntos
(Legal
Eagles,
Universal Pictures, 1986) es un Thriller judicial con toques de
comedia romántica ambientado en el mundo del arte moderno de Nueva
York. Fue dirigida por el maestro de la comedia ochentera Ivan
Reitman (El
pelotón chiflado,
Cazafantasmas
o Poli
de guardería),
y protagonizada por el gran Robert Redford y dos estrellas emergentes
de la década: Debra Winger y Daryl Hannah.
Sus
puntos fuertes: El excelente reparto, un guión efectivo y las gotas
justas de acción, intriga, humor y romance. Su punto débil: Se
trata de una película de género que resulta entretenida y se ve con
agrado, pero no pasa de ahí.
EL
REPARTO
Aunque
la estrella de la película es, sin duda, Robert Redford, consigue no
acaparar la pantalla y sabe ceder protagonismo a sus dos partenaires
femeninas,
sobre todo a Debra Winger, que está colosal como joven abogada
intrépida e idealista.
Redford
se interpreta a sí mismo como, Tom Logan, un fiscal cuarentón,
divorciado, atractivo y con una hija adolescente que le quiere
“enrollar” con el personaje de Debra Winger. Logan no dudará en
poner en peligro su brillante y prometedora carrera como aspirante a
fiscal del distrito al descubrir un turbio caso de asesinato y robo
de obras de arte.
Debra Winger es Laura Kelly,
una abogada de causas perdidas que suele tener siempre a Logan como
rival en el estrado. Ella le admira como letrado y acabará
enamorándose de él cuando unan sus fuerzas para resolver el
misterio que envuelve a su cliente Chelsea Reardon, el tercer vértice
del triángulo, que interpreta Daryl Hannah (la replicante Pris de
Blade Runner
y que acababa de hacer de sirena en el taquillazo 1,
2, 3, Splash).
Su papel, más breve y contenido (muy acorde con su registro
interpretativo), es el de una joven artista conceptual, hija de un
famoso pintor muerto en extrañas circunstancias, y que es acusada de
robar un cuadro de su padre en una famosa galería neoyorquina.
Las
dos actrices interpretan personajes complejos, nada esterotipados y
llenos de matices. Winger consigue salir de sus papeles de “novia
de” de principios de los ochenta (Urban
Cowboy con
John Travolta u Oficial
y caballero
con Richard Gere), y con su actuación cargada de ingenio consigue
incluso “robarle” escenas al mismísimo Robert Redford. Por su
parte Hannah, aunque su personaje tiene una innegable carga erótica,
sabe transmitir la naturalidad creativa del artista.
El
reparto lo completan secundarios de lujo como Brian Dehenny (al que
recordamos como el policía de Rambo
Acorralado),
aquí también encasillado en el papel del villano agente Cávanough,
y el británico Terence Stamp (El malvado general Zod de Superman),
que interpreta a Victor Taft, el retorcido dueño de la galería de
arte de cuyo asesinato también se va a acusar a Chelsea (Hannah).
LA
TRAMA
El
argumento es el de un policíaco clásico, y gira en torno al
triángulo que forman los tres protagonistas: El fiscal, la abogada
defensora, y la acusada. En todo momento se juega con la ambigüedad
y el malentendido en torno al macguffin
del filme (recurso que hace de hilo conductor de la trama), que en
este caso es la propia Chelsea y el cuadro que supuestamente le
regaló su padre y ella trata de robar de la galería Taft. En un
primer momento ella parece culpable tanto del robo como del asesinato
del galerista interpretado por Stamp, pero fiscal y abogada van a
descubrir que tras el glamour de los coleccionistas de la alta
sociedad neoyorquina, se esconde un oscuro entramado de tráfico
ilegal de obras de arte que destapará que la muerte del padre de
Chelsea fue un asesinato, y ella es inocente y la propietaria
legítima del cuadro en cuestión.
Junto
a la trama principal, discurren varias subtramas paralelas y
convergentes en las que entra la acción o el humor: la romántica,
con el triángulo amoroso de Logan con Chelsea primero y con Laura
después, la de la hogareña vida del cuarentón divorciado que ve a
su hija adolescente una vez por semana, o la que sucede en el
juzgado, en los diferentes procesos y alegatos (en la que Redford se
hace guiños a sí mismo, con referencias a su famosa mirada), y que
tornará a la pareja Logan-Kelly, de rivales a socios cuando los dos
asumen la defensa de Chelsea e investigan por su cuenta corriendo
innumerables peligros como escapar de un almacén a punto de explotar
para acabar en el río Hudson o la escena final del incendio.
LA
AMBIENTACIÓN
La
película nos permite, casi sin darnos cuenta, echar una mirada al
arte moderno del siglo XX, de Picasso a Lichtenstein, pasando por
Pollock o Mondrian. Muestra una performance
contemporánea a cargo de Daryl Hanna en la que interpreta una
canción, y también refleja la vanidad superficial de la alta
sociedad de los ochenta, consumidora de arte moderno caro. La banda
sonora corrió a cargo de un clásico como Elmer Bernstein y el tema
principal de la película, “Love Touch”, lo interpretaba la
estrella del pop Rod Steward.
CONCLUSIÓN
Peligrosamente
juntos
es cine de calidad, para disfrutar de una intriga judicial romántica
y con “Happy end”, y si además eres aficionado al arte, mejor
que mejor.
Por
VICTOR SANCHEZ GONZALEZ